17 de julio de 2.006. Lunes. Riobamba e Igualata.
No hay turistas. Ya no están las llamas y las alpacas atadas al suelo junto a la puerta del refugio. Es un día despejado y claro. Sopla viento que sin ser muy fuerte, mueve las ramas de los árboles y se le oye silbar en la lejanía. Tenemos por fin el Chimborazo y el Carihuayrazo…