8 de agosto, miércoles; Campo Base del Huayna Potosí
Nos levantamos Jesús y yo. Parece que tenemos algo de resaca, pero anoche fue fenomenal, genial; el pequeño sufrimiento y mal trago de la resaca vale la pena a cambio de otra noche de risas, alegría y juerga como ésta. Desayunamos solos arriba en el comedor. El resto de los amigos descansan; es su día…