Una magnífica manera de reunirnos los amigos montañeros, es yendo a la montaña juntos. Aproveché las ganas de salir y visitar de nuevo los Alpes después de 7 años desde la última vez, y a la vez trasladé mi ilusión e invitación a mis “viejos” compañeros de grandes montañas (por muchos años), Quique y Jesús. Y a la vez celebrar, a parte de nuestra duradera y comprometida amistad montañera, a pesar de la distancia y de los entresijos de la vida, aquella primera gran montaña que conquistamos hace justamente 10 años en esta misma cordillera: el Mont Blanc.
Quizás por las palabras y conocimientos de Javi (que ya la visitó) y por el “no muy difícil y esforzado” ascenso, elegimos dirigirnos al Gran Paradiso (4.061 mts.), al sur del Valle de Aosta en los Alpes italianos; pero cerca del macizo del Mont Blanc italo-francés. Suponía que no habíamos tenido el tiempo suficiente para un entrenamiento serio para una montaña excesivamente esforzada. Quizás hubieran más razones, pero ahora no recuerdo.
Al final, convenciendo a mis amigos Paco y Toni, y Quique a su hermano Luis, los 6 emprendíamos el pasado viernes 3 de agosto del 2.012, la aventura hacía tierras francesas y luego italianas en busca de la conquista de esta emblemática cima italiana. Os dejo mi Diario de Viaje de letras de color azul, que como el Libro de Bitácora en una travesía transoceánica, recoge la experiencia escrita in situ… con comentarios a posteriori en negro.
4 de agosto de 2012, sábado
Orange, Valence, Grenoble. Equivocación gps de Paco. No entrar al centro de Grenoble. Seguir a CHambery. Antes de CHambery desvío a Albertville. Después seguir dirección Aime. Valle Bonito. Carretera sinuosa.
Cruce P. N. de Rousel. No dejamos carretera. Valle más bonito, hacía el Coll du Petit Sant Bernart. Atasco en Bourg Saint Maurice.
Decidimos cruzar la frontera franco-italiana por el conocido puerto del Coll du Petit Sant Bernart, en lugar de atravesar el macizo del Mont Blanc por su túnel, a pesar de que lo teníamos cerca, por su coste. Por Albertville hacía arriba, hacía Italia, descubrimos un valle y un paisaje extraordinarios y bellos. Con parada obligada en el puerto para admirar los perfiles del agreste macizo del Mont Blanc, que te dejaban ver entre las montañas cercanas
Coll du Petit Sant Bernat 2.188 mts. Frontera Franco-Italiana.
Comida en Courmayeur, en la pizzería Au Tunnel, referenciada por Quique.
Valle de Aosta. Arvier: torre medieval-castillo y torre iglesia desde carretera. Acercándonos a Gran Paradiso: Valsavarenche-Pont Breuil. Camping. Bonito valle con el fondo de algunos glaciares y a la izquierda picos con neveros, glaciares, puntiagudos: Il Ciarforon (3.640 mts.), Becca do Monciair (3.554 mts.) y I Denti di Broglio (3.419 mts.). Tormenta por la tarde. Poca gente acampada. Humedad, frío; compramos mapas. Tiempo inestable. Altitud 1.950 mts.
Después de dejar Courmayeur al norte, bajamos hacía el sur colándonos en el bonito Valle de Valsavarenche. Bonitas poblaciones y subida acusada hasta los casi 2.000 metros del último camping del valle, y más alto (con fama de ser el camping a más altura de los Alpes). Los alrededores del valle con espectaculares con las puntiagudas y hermosas cúspides de las montañas nombradas, que quedan a la izquierda del mismo. Al fondo del valle una masa de hielo nos insinúa que estamos cerca de masas heladas y cuaternarias: el Glaciar del Grand Étret. Impresionante. Montamos las tiendas y me doy cuenta que la tienda que llevo casi no cabemos los 3, y tenemos que instalarnos, muy, muy apretados… llega a ser agobiante. El tiempo no acompaña hoy, ni acompañará mañana, mejor, así a la hora de subir al refugio y atacar la cumbre, vendrá el bueno.
5 de agosto de 2012, domingo. Ruta trekking circular.
He dormido regular. Mis compañeros se despiertan pronto, antes de las 7. Desayunamos. Poco después de las 8 ya estamos de camino: hemos elegido ir al Lago Roset, pero llegaremos al Nivolet.
La idea era hacer una excursión, un recorrido de “aclimatación”. Ya que al otro día, viendo que el tiempo mejoraría, teníamos la idea de subir al refugio. Se abrieron y consultaron varias posibilidades: ir al otro refugio (Chabod) haciendo una circular desde el camping era una, y la otra era recorrernos el valle paralelo a Le Pont hacía los Lagos de Nivolet; quizás volver por el Gran Collet y puede que acerarnos a algún pico de tresmil metros.
Cogemos un valle estrecho cuya senda señalizada con una ruta del P. N. (3) salía muy bien señalizada y cogiendo mucho desnivel, justo por detrás de las primeras casas antecesoras del parking. La subida es bonita y la senda muy bien pisada. Enseguida nos desviamos para asomarnos a unas cascadas y rincones del río Dora del Nivolet. La senda sube con muchas revueltas vertical y cuidada con piedras, escalones y vallitas a modo de cuerdecillas pasamanos. Llegamos al punto más alto de la vertical subida donde hay una cruz y unas magníficas vistas al nublado macizo del Gran Paradiso. Croce dell’Arolley (2.313 mts.). Fotos. Ahora la senda se interna más horizontal valle arriba con dirección sur.
El tiempo no es bueno. Nublado y empiezan a caer gotas. Cartel señalizador, seguimos la (3) y dejamos la ruta (9) a la derecha. Todo el valle sigue unas torres de alta tensión. Comienza a llover, nos protegemos de la lluvia y decidimos ir a unas cabañas abandonadas, después de cruzar el río por un puentecillo a la derecha.
Turín se llama el lugar (2.396 mts.). Esperamos a que afloje la lluvia y hacemos fotos al Gran Paradiso que intenta despejarse. Reanudamos la marcha por el valle llano y horizontal donde el río hace curvas. Paramos junto al cruce con la ruta (2A) hacía el Gran Collet. Estamos en el Piano de Nivolet.
Desde aquí tuvimos la visión por primera vez del Gran Paradiso. Alto y suave a la vez, presentaba más escarpes y vertiginosas paredes así como afiladas cuchillas en lo que llamaban la zona o cresta del Piccolo Paradiso a su derecha y norte, que rozaban pero no llegaban a los cuatro mil metros. Impresionante. Rodeado de la desgastaba y maltrecha lengua helada del Glaciar del Gran Paradiso, y del escondido y formidable Glaciar de Laveciau, el primero a la derecha bajando de su suave cumbre, y el segundo a la izquierda por debajo del Piccolo Paradiso y seguido de otras lenguas glaciares que seguían hacía el norte bajo las agujas y escarpes nombrados. Las nubes nos ofrecían un espectacular y formidable paisaje de tenebrosas borrascas y asombrosas ventiscas.
Vemos rebecos y muchas marmotas. Llegamos a una pista asfaltada, lago y refugio. Delante nuestro hemos tenido la bonita vista de la Punta y Glaciar Basei. Comemos en el Lago del Nivolet, ya que al Refugio Savoia llegan los coches, moteros y autobús de línea. Más arriba, cerca del Collado del Nivolet está la simpática construcción del Refugio Chivazo.
Después de comer en las orillas del bonito lago (2.526 mts.) frente a la Rocce del Nivolet (cresta puntiaguda), volvemos desandando el camino.
Antes detrás y ahora delante nuestro, aparece la espectacular figura del Grivola, cercano a los cuatro mil metros. Un pico y montaña espectacular, desafiante, bella y escultural. No podemos quitar la mirada de su picuda cima, de sus verticales vertientes, de sus desafiantes escarpes… Impresionante.
El tiempo ha estado todo el tiempo con nubes, tapado y fresco. Llegamos de nuevo al cruce con la ruta (2A) hacía el Gran Collet. Paco dijo de subir algún 3.000 pero decidimos que mejor lo haríamos optativo desde el Gran Collet. Quique tiene reticencias por la ruta, ya que el tiempo puede empeorar y caernos la de dios como ayer. Comenzamos una fuerte subida casi en zigzag. Al principio junto a las ruinas de unas casas (antes de llegar al algo, hemos visto otro grupo de casas en ruinas: Nivolet) y Gran Collet es éste.
Mientras subimos con buen ritmo vemos como una tormenta se forma, y llegando a las planicies antes del punto más alto, comienza a llover, tronar, relampaguear, con cada vez más intensidad. Paco y yo llegamos primeros al Gran Collet (2.832 mts.) y el viento era muy, muy fuerte, mucha lluvia y sensación de frío muy intensa. Quique se enfada al llegar y decide emprender la bajada al otro lado (ya por el valle de nuestro camping) con mucha rapidez para evitar la tormenta a esta altura. Graniza algo mientras bajamos. No vemos nada, todo tapado, nublado. Pero las vistas hubieran sido increíbles con todo el macizo del Gran Paradiso enfrente.
Ya hacía tiempo que no sentía el rugido y energía de una tormenta. Arriesgarme a resurgir con ella y a gritar como lo hace el trueno. Todos bajamos corriendo siguiendo al fugaz Quique, pero solo unos pocos disfrutamos la experiencia; el miedo, la prudencia y un trueno que suena tan cerca que casi hace que nos duelan los oídos les hace que olviden la emoción de sentir las fuerzas que nos rodeaban.
Hay pasos de escalones metálicos y vemos cabras alpinas refugiándose de la tormenta muy cerca. La bajada es vertiginosa, muy vertical pero bien señalizada. Nos calamos hasta los huesos y un trueno lo oímos muy cerca estruendosamente. Pero igual que viene se va, y más abajo, llegando al pequeño refugio Seyva nos paramos, sale el arco iris, el sol, para la lluvia y de repente todo el macizo del Gran Paradiso se despeja y se queda sin una nube. Paramos, fotos. Paisaje espectacular. Hay una cruz en memoria de un tal Mauro. Ya con buen tiempo bajamos al fondo del valle. La senda sigue siendo vertiginosa y las laderas muy verticales.
Como si no hubiera pasado ninguna tormenta, el día se aclara espectacular y rápidamente y ante nosotros aparece la imagen justo en frente nuestro del ansiado macizo del Gran Paradiso. Nos muestra su cara más sonriente, más amable, más amigable. Observamos donde está ubicado el Refugio de Vittorio Emanuele II, casi estamos a su misma altura; y pensamos en la subida de mañana hasta él.
Llegamos al camping poco antes de las 18 horas, y nos vamos directamente al bar a tomar cafés, cerveza y chocolate caliente. Es un lugar con mucha humedad el camping y pasas frío si no te abrigas. Después de la cena de anoche a la intemperie preferimos comernos una pizza (buen precio, 7, 8… €) para cenar en el restaurante (12 € cada uno). Risas, charlas, vino y capuchino.
Antes una buena ducha y recargo baterías de móvil y cámara. Sms a Anna.