Amanece algo nublado. Una de las parejas se han despertado antes de que sonara mi despertador; éstos ya salen. Arreglo la mochila y desayuno con la otra pareja en el restaurante del camping. Hablamos de las dificultades de esta travesía, más dura que Carres de Foc.
Salgo ya preparado y a destiempo de las 2 parejas, y algo tarde, casi a las 8’30 horas. Vuelvo al cruce con los carteles después de pasar el puente del Río Tavascán y subo por una bonita y fácil senda, dejando la presa y el Embalse de Graus a mi izquierda.
Comienza a llover y le pongo la funda a la mochila y yo el cortavientos. Por suerte no dura mucho. La senda que va subiendo poco a poco pasa por unos estupendos bosques de hayas y otras frondosas, y de abetos después, y mezclados. Muy bonitos y cuidados.
Voy mirando el GPS para ver como funciona, “estoy a menos de 12 metros del camino”, supongo que así se irá bien, je, je.
Llega un momento en que la senda gira hacía la derecha metiéndose en un valle del que no tenía visión cuando comencé. Enfrente, entre los árboles, veía uno que podría ser por el que tenía que subir; pero no, éste era el que sube al Port de Tavascán. Ante las dudas ni miro el mapa ni el GPS, debo de ir bien, está marcado como G.R.
Llega un momento en que la senda se pega a un río, es el Río de Noarre. Y ahora pasa por otros rincones muy bonitos, verdes y boscosos junto al siempre rugir de las aguas de alta montaña. Hermoso. Llego a un cruce y a un puente. A la izquierda por el puente que cruza el río llego en pocos pasos hasta un grupo de casas en medio de prados algo en cuesta o aterrazados: es Noarre. Entonces si voy por el buen camino.
En medio de la aldea otro poste indicador con sus carteles: hay que seguir en dirección al Refugio de Certascán o Coll de Certascán. Al principio parece que no hay camino, pero se distingue una sendilla medio cubierta por la hierba. Al poco tiempo una marca de G.R. me indica que es el camino correcto y sin pérdida.
Atrás dejo la hermosa y espléndida Selva de Noarre. Con los diferentes tipos de bosque según su altura (frondosas, avetadas, coníferas con el pino negro…) tupida y extraordinaria imagen.
La senda recorre todo este valle hacía arriba pero con una latente inclinación, más empinada que antes de llegar a Noarre.
Ya ha cambiado la vegetación a esta altura. El predominante es el robusto y viejo pino negro que aguanta más al frió y la altura. El valle acaba en una especia de circo con su fuerte pendiente e inclinación sin llegar a ser una pared, pero aún así rodeada de exuberante bosque. A partir de aquí la senda comienza un zigzag tremendo y empinado, bastante empinado. Cascadas y riachuelos caen desde las alturas y forman idílicos rincones. Hay mucha agua, me decía la señora de Graus.
Cruzo el Río de Flamisella por un paso mojándome las botas, el agua salta por encima de las piedras, entre cascada arriba y cascada abajo. Y pronto llego a la parte más alta de esta especie de circo aboscado. Las vistas al Valle de Noarre son extraordinarias.
Arriba, junto a una loma rocosa que limita un llano al otro lado lleno de hierba y riachuelos y donde está el cartel indicador me recibe un grupo de caballos que no tienen miedo de acercarse a mí y casi hurgar en la mochila sin quitármela. Menos mal que aún llevo el cubremochilas y el caballo se limita a darle golpecitos con el morro y a enseñarme los dientes.
Deban mal tiempo para hoy, pero, a parte de la anterior corta lluvia, el cielo aparece con nubes, claros, sol, más sombras que sol ¡Mejor! Así me quemaré menos. Pero las nubes le darán su punto al paisaje, casi mitológico.
Dejo los caballos y bajo al llano siguiendo las indicaciones. Este lugar me recuerda un poco a Aigüestortes, riachuelos haciendo curvas en el verde pasto. Me acerco a una cascadilla y antes de cruzarla ya veo una indicación de giro y un cartelito: Certascán. Y el recorrido o senda comienza a subir con zigzags por la ladera rocosa y pedregosa de la izquierda. No será el mismo desnivel del zigzag anterior, será menos tiempo, pero casi igual o más empinado. Dejo a mi espalda el verde y llano rincón de La Pleta de Guelossos.
Esta senda me deriva hasta las orillas de un laguillo o más bien una charca, grande (Pleta Vella), pero justo en el que éste se precipita como un río valle abajo. Hay que cruzarlo. Pero no hay piedras. Veo a otro solitario montañero que viene del Coll de Certascán, y tampoco sabe por donde cruzarlo. Al final éste se moja las botas pero yo me descalzo y cruzo la mitad del río mojándome los pies ¡Que terriblemente fría está el agua!
Paro a descansar un poco, pero no tengo hambre. Hago fotos. Ya llevo unas cuantas del camino recorrido. Y prosigo el recorrido. Un picudo pico me llama la atención al otro lado del valle: creo que es el Pic de Sabollés en la Serra dels Canals.
Ahora por un recorrido sin vegetación arbórea, de hecho ya estoy cerca de los 2.350 mts., llego al semi helado Estany Blaus. Veo el primero y más bajo, el segundo y más pequeño no lo veré al no pasar la ruta por él. La senda ha ido cogiendo altura esta vez pero más suavemente. Nada de zigzag vertical como antes. Desde aquí ya puedo fotografiar el Pic de Certascán, con suaves y altas lomas que le dan un aspecto de pagoda al pico. La nieve ha comenzado a aparecer, y andar por ella no es tan cómodo, no te hundes pero con inclinación resbala.
El sol no aparece mucho y no me pongo las gafas de sol de momento. Pero sí me echo cremita. Ahora solo queda la subida al Coll de Certascán, pero ¿me atreverá a subir después al pico? En la etapa de hoy el desnivel es importante. Al menos el tiempo acompaña, no llega a cerrarse del todo.
La subida al Coll de Certascán es casi rápida, a pesar del cansancio, y se hace por una canal ancha toda nevada. Arriba de ésta hay otra menos inclinada pero nos deja en el mismo collado. Cuando llegue arriba pararé a comer.
Llego al collado y me dispongo a abrigarme y a pararme para comer a 2.585 metros. Hace viento y frío. En todos los collados hace viento. Antes de comer veo como la primera pareja está subiendo al pico. Parece fácil. Después de comer la mitad del picnic de Graus, me decido a subirla también.
La subida está marcada por hitos y alguna pintada. Cruza algunos pedregales hacia la cima girando hacía la izquierda. Enseguida subo a la cresta y compruebo que aún queda un trozo cimbreando hasta el pico. La cresta es fácil y la subida al Pic de Certascán también. Impresiona su cara oeste, una pared casi desplomada.
Y al poco tiempo llego a la cima. 2.853 mts. Fotos. Clickeo el “pasaporte de la Porta del Cel”. Fotos. El Estany de Certascán se ve enorme e impresionante. Veo el refugio en una punta. Está lejos desde aquí pero ya queda poco. Mientras subía me cruzo con la primera pareja que no cruza palabra conmigo, y a la bajada me cruzo con la segunda pareja a la que les doy ánimos y hablo. Son vascos estos últimos.
Vuelvo al Coll de Certascán y recojo la mochila que no me la he subido al pico. He llegado al collado a las 13’00 horas y a la vuelta son casi las 15’00 horas. Recojo y bajo rápido (lo más rápido que te deja una nieve empinada y resbaladiza). Por este lado hay más nieve. Las vistas son espectaculares, con el alto macizo de la Pica d’Estats al fondo derecha. Oigo truenos. Se acerca una tormenta. Bajo rápido pero me paro para hacer las fotos debidas.
Me estoy acercando al ibón o lago de montaña más grande del Pirineo: el Estany de Certascán. Justo casi en su orilla pero sin tocarla y siempre pisando mucha nieve, giro a la derecha en busca del refugio, el cual a esta altura no se ve, queda tras una roca la final del lago. Los truenos son numerosos, el cielo muy negro hacía el sur, y los torreones de los cumulonimbos bien formados y altos. Los comparo con la grandeza de la montaña, es como si fuera 20 veces la Pica (+ o -). La senda está a una altura del lago y enseguida llego al Refugio de Certascán, 2.240 mts.
Justo a los pocos minutos de entrar al mismo comenzaba a llover y granizar. Son las 15’45 horas. He hecho poco más de 7 horas de recorrido con fotos, paradas, comer… La gente del refugio es muy agradable y simpática. Alejandro (Jan) Gamarra es un máquina. Nos trata y atiende muy bien; creo que lleva desde principios de los 80 como guarda. Nos enseña la nueva ruta que han ideado Muntanyes de Llibertat, nos enseña fotos de este pasado invierno en la tele que solamente pone cosa de un dvd.
En todo el refugio somos nosotros 5, las 2 parejas y yo que estamos haciendo la Porta del Cel, y han llegado otros 4 franceses de mediana edad haciendo otra ruta desde Francia.
Cenamos juntos los 5 en una mesa y ya entablamos conversaciones, risas entre los 5: rutas por los Pirineos, Alpes, otros tours, anécdotas, experiencias… Son buena gente, “somos” buena gente ¡Lástima! Tengo dolor de cabeza por el esfuerzo y algo de malestar que me ha entrado y no puedo estar al 100% con ellos. Al final ha llamado Anna al refu para ver como estaba, y todo bien. El refugio está muy bien, no es muy grande pero para nosotros nos sobra. Le hago fotos, a los alrededores e intento estirar los músculos fastidiados por la fuerte actividad de hoy. A dormir. Mañana el desayuno es a las 06’30 horas y a salir para Pinet (Francia)… Antes de dormir, Jan nos invitó a los 5 a un chupito de Pacharán y estuvimos hablando de los problemas del refugio. Es un hombre enrollado.