Simpática pero corta marcha que nos lleva a visitar el famoso Dolmen de Pedra Gentil, uno de los más grandes o altos de la zona, el conjunto y edificación religiosa de Santa Eulalia de Tapioles y nos recorre los bosques y frondosos lugares del Parque Natural de Montnegre i El Corredor desde la carretera a Vallgorguina hasta la urbanización de Canadà Park.
Por la carretera de Sant Celoni a Vallgorguina, viniendo de Sant Celoni, después de pasar el cruce y bajada a la derecha a La LLuna de Can Castellar, nos encontramos también a la derecha, una pista que sale de la carretera y enseguida cruza un puentecillo sobre la Riera de Vallgorguina. Es la entrada al parque natural. Seguimos esta pista sin dejarla, dándole la vuelta al Turó de Pedra Gentil. Nada más empezar la pista comienza a subir, y después de una curva muy cerrada sale otra pista, con una cadena en su principio, a la izquierda. El llamado Camì de Can Pradell la Serra. Se puede coger esta pista y acortar camino de cara a llegar al dolmen, nosotros seguimos la pista para no tener ninguna equivocación al no llevar mapa.
El bosque y vegetación por esta parte del parque es espectacular, frondosa y hermosa. Alguna que otra senda o camino de herradura se cruzan a derecha e izquierda (alguna nos podría acortar y entretener el camino) y se internan en la exuberancia del poblado bosque pero nosotros seguimos la pista. Llegamos a otro claro cruce, nosotros seguimos por la izquierda rodeando aún el Turó de Pedra Gentil. A la derecha, saliendo de entre las altas copas de los frondosos árboles del magnífico bosque, sale la torre de lo que parece un campanario de una iglesia. Como olvidada en el tiempo y en la memoria de los hombres en medio de la nada que es un mar de verdor. Le pregunto a Anna que es aquello, pero ella tampoco se acuerda o lo conoce.
En poco tiempo otro cruce y la señalización que marca la pequeña subida al dolmen. Subimos al Dolmen de Pedra Gentil y descubrimos que también es una magnífica construcción megalítica, de espacios amplios y altos, los más altos que hasta ahora he visto yo por estas montañas. Interesante. Anna recuerda cuando venía de niña y se subía a su techumbre rocosa para merendar. También lugar de encuentro de “brujas” donde se dice que hacían aquelarres… me las imagino a la luz de la luna llena, alrededor de esta magnífica y pintoresca construcción. Emocionante.
Bajamos a la pista principal que seguíamos, y la seguimos en la misma dirección; casi pegado el cruce a Santa Eulalia de Tapioles. Ese es el nombre del conjunto coronado por la torre que veíamos en esta parte del camino. Quiero ir a visitarlo por que no parece estar muy lejos y seguimos el letrero que marca la dirección por otro camino menos marcado. Enseguida seguimos por otro que sale a la derecha y, justo enseguida, llegamos sin pérdida a Santa Eulalia de Tapioles.
Medio en ruinas pero cerrada el interior de la nave, Santa Eulalia de Tapioles aparece como una construcción religiosa fantasma, descuidada y muy hosca. Llama la atención la pequeña cúpula de una antigua capilla o cripta al final de un pasillo al exterior, separada de la iglesia por antiguos y pocos nichos tapiados y cerrados.
Desandamos el camino de entrada a la iglesia. En lugar de seguir por la pista principal ahora, convenzo a Anna para seguir este camino anterior para llegar a Canadà Park. Anna no lo conoce y discrepa sobre mi decisión, pero la acepta con resignación y desconcierto. El camino comienza a bajar sospechosamente, pero será una bajada sin importancia. Por esta parte del camino pasaremos por lugares interesantes de vegetación exuberante y frondosa donde grandes helechos despertaran nuestra admiración y sorpresa. Sobre todo al cruzar el pequeño chorro de agua que baja por la Riera de Tapioles. Seguiremos de momento recto sin girar por ninguno de los caminos que nos encontremos.
A pesar de que según los mapas Sant Genìs de Tapioles está pegada al camino, no lo vemos ni nos damos cuenta de su cercanía. Supongo que por culpa de la increíble vegetación que hace que, a pocos metros, no veas nada a través de ella. Llega un momento que, siguiendo el camino, vemos como queda ese faro en medio del bosque que es el campanario de Santa Eulalia de Tapioles, a nuestra derecha en medio de un mar de verdor en un rincón hermoso en una especie de vallecillo que forma la cuenca de la Riera de Tapioles. Bellísimo.
Las nubes y las tormentas nos han respetado esta mañana; pero le han dado un carácter bucólico y encantador a este paisaje de ensueño. Algunos truenos ponen su punto de gracia mientras caminamos por este solitario camino. El hecho de coger este camino y no seguir por la pista principal, entre otras cosas, es por que la pista se atesta de coches que suben al Corredor y sus alrededores, y desvirtúan la promesa de una excursión prendada por la magia de la naturaleza.
En el lugar llamado La Creueta, la pista que seguimos deriva en otra más principal y amplia. Seguimos ésta hacía la izquierda siguiendo mi intuición montañera y la dirección que me parecía seguía hacía Canadà Park. No hacemos caso de los pequeños caminos que salen a la derecha hacía abajo. Algunas casas llaman mi atención a la derecha casi engullidas por la vegetación; pertenecen a la urbanización de La Baronía del Montseny, me dice Anna. Ya debemos de estar cerca de Canadà Park. Otro importante cruce nos hace parar sin saber por donde seguir. Decido ir por la izquierda, ya que éste camino sigue la altura de la loma de la montaña (para aparecer en Canadà Park por la parte más alta), sigue la dirección en la que se encuentra Canadà Park, Oeste… Y efectivamente, después de un recorrido de pista con una anchura exagerada, llegamos al poco tiempo al carrer de La Llanega Blanca, ya en Canadà Park.
Ha sido un bonito y corto recorrido que se puede combinar con otras rutas más largas en este bello Parque Natural de Montnegre i El Corredor.