Había que volver a Montserrat. Ya iba siendo hora de volver a recorrernos esos lugares de formas impensables, desafiantes, únicos, místicos y mágicos. Y para hacerlo decidí elegir alguna parte de la misma montaña que no me haya recorrido, pero que haya pasado cerca o lo haya visto desde las alturas cercanas.
Es por ello que me llamó la atención unas agujas y montañas que llamaban los Ecos en una parte de la sierra a la que no había entrado, pero que quería recordar de mi última visita y fotografías desde Sant Jeroni (punto más alto de Montserrat) hacía el oeste. También recordaba aquel rincón espectacular del Portell de Migdia por el que pasamos y recorrimos algo en la fatídica o fabulosa ruta narrada en la Gran vuelta desde Can Maçana… con lo que al final elegí aquellas agujas, aquellos rincones que quedaban entre Sant Jeroni y Els Frares Encantats, a tocar o recorrer por el Portell de Migdia.
Mirando el mapa de Alpina me fijaba que había algunos pasos en que la senda, de color rojo, cambiaba a color negro ¿Qué era eso? Según la leyenda, pasos de ferratas o de escalada. Yo me imagino que podrán ser pasos como aquellos pasados en Montserrat. Perdidos entre Agulles y Frares (Agulles y Frares Encantats) y posiblemente sean cuerdas fijas, cadenas o escaleras metálicas para poder solventar algún paso delicado, vertical o pared en mitad del recorrido… en el fondo de mi conciencia esperaba que fuera así.
Con lo cual ideé un recorrido circular que salía del famoso Coll de Can Maçana y seguíamos el fácil recorrido del G.R.-172 hacía el Monasterio de Montserrat, como en el recorrido Montserrat. Perdidos entre Agulles y Frares. (Gran vuelta desde Can Maçana); pero girando y subiendo hacía la montaña justo por la Canal de La Llum hasta el Portell de Migdia. La vuelta la haría bajando al mismo G.R. por el Coll del Miracle o por el Coll de Porc. Después de habernos recorrido las cimas, rocas, pasos y espectaculares rincones de Los Ecos.
Perfecto. Entonces el pasado sábado 25 de octubre unos amigos de Montañas de La Luna nos acercamos hasta el abarrotado parking entrada al Parque Natural de la Montaña de Montserrat por su parte más al oeste e interior: Can Maçana. De aquí, y como ya había adelantado, seguimos el G.R.-172 que recorre toda la empinada y alargada falda norte de la montaña hasta el Monasterio de Montserrat (y más allá). Como siempre nos impresionan esas agujas, esa increíble barrera, muralla natural, vertical y lisa vista desde la distancia, con La Saca Gran coronando la muralla justo en la esquina entre el muro oeste y el norte… espectacular. Volvemos a impresionarnos y sorprendernos con las vistas de La Cadireta, La Roca Foradada, mientras caminamos por la senda; esa roca desplomada, enorme casi que se sostiene de milagro ¡Exagerado, sorprendente!
A medidas que seguimos la senda del G.R. nos topamos con carteles informativos que indican lugares, collados que nos internarían en el interior y parte alta de la sierra: Portell Estret, Coll de Porc, Coll del Miracle; “por este nunca he pasado” añade Pili, “subimos por aquí”. “No, debemos pasar por el Portell de Migdia”, le respondo, “¿por la Canal de La Llum?” No sabía cual era la Canal de La Llum; pero mirando en el mapa Alpina observe que la Font de La Llum estaba en una canal muy cerca de la senda que nos llevaba hasta el Portell de Migdia, con lo que al final deduje que sí podría ser que subiéramos por la misma Canal de La Llum.
Después de disfrutar de una vegetación que en algunos lugares era espesa y con dulces tonalidades de cambio otoñal, rincones bajo las impresionantes y magníficas paredes a la derecha de Les Agulles y Els Frares Encantats, llegamos a otro rincón con abundante vegetación, un cartelito con indicaciones y una sendilla que se dirige hacía la derecha y arriba. Hay otro cartelito con la foto de un francés. Es un desaparecido. Realmente esta montaña puede ser un laberinto vertical de recovecos, rincones, pasos y escondrijos que pueden convertirse en un peligroso lugar para perderse, caerse, desaparecer. El misterio como el misticismo inundan los muros y paredes inescrutables de esta montaña ¿desaparecidos? o ¿perdidos? ambas circunstancias podrían ser plausibles… daría para más de un programa de Cuarto Milenio.
“Portell de Migdia”, “Canal de La Font de La Llum” ¡Por aquí es! Cogemos la senda hacía la derecha que comenzará a subir y a zigzaguear incansable e incesantemente por terrenos muy verticales hacía el famoso Portell de Migdia. Un grupillo de jóvenes con cascos y arneses suben con nosotros, han dejado el coche cerca del Monasterio de Santa Cecilia de Montserrat y parece que quieran realizar alguna ferrata cerca de donde vamos nosotros ¡Montserrat es la “Reina de las Ferratas” en la provincia de Barcelona y en casi toda Cataluña! Antes de llegar hemos mirado hacía arriba y derecha, observando los perfiles, hermosos y espectaculares formas del Portell de Migdia: la vegetación casi frondosa sube vertical por la canal y justo arriba de ella una espectacular aguja vertical y magnífica divide el horizontal collado en dos, a la vez a cada lado del Portell unas enormes y altas paredes las rodean y guardan; a la derecha las paredes de Los Ecos, y a la izquierda las paredes del Sant Jeroni. La aguja de en medio bien definida y diferenciada la llaman La Talaia o La Setrillera… casi que me recuerda a una escena del Señor de Los Anillos en La Comunidad del Anillo cuando los protagonistas reman en unas canoas y llegan a un lago que acaba en unas magníficas cascadas… mi lado friki, pero de todas formas, hermoso, bello, impresionante e imponente.
Después de la senda zigzagueante, el recorrido pasa por en medio de una canal más estrecha con su terreno algo destrozado por fuertes lluvias pasadas. Parece que el agua ha desplazado el barro en esta pendiente tan acusada. Y arriba de esta destrozada canal entre increíble vegetación llegamos al collado, al Portell de Migdia, en un terreno algo mas llano, horizontal, pero que en seguida comienza otra empinada bajada al otro lado del mismo. Estamos a unos 1.029 mts. entre una abundante y hermosa vegetación.
Mientras esperamos a los compañeros que faltan por llegar aquí, al collado, después de la empinada pero no demasiado larga subida, miro el Alpina para reconocer por donde subir a Los Ecos; éstos ahora nos quedaba a la derecha (mientras subíamos). Entre la vegetación no vemos ni nos damos cuenta de los perfiles y paredes de estas montañas. Un recorrido sale enseguida de aquí y sigue por la derecha hasta llegar a las faldas de las agujas de Los Ecos. Hay dos pasos “negros” (recorrido de escalada o ferrata según el mapa Alpina) pero me figuro que pueden ser como los que había en el recorrido de Montserrat. Perdidos entre Agulles y Frares (Agulles y Frares Encantats), recorrido que hice con Paco. Así que en cuanto estuvimos todos reunidos y al poco tiempo de descansar algo, comenzamos a bajar del Portell de Migdia por el lado contrario, pero enseguida un hito y una sendilla casi imperceptible a la derecha nos hace seguirla para acercarnos a los agrestes y difíciles perfiles de Los Ecos.
La senda no aparece muy clara entre la espesa vegetación. De repente hay que cruzar pasos de roca algo más complicados seguidos por marcas de color azul. Es una “negra” marcada en el Alpina (así comenzaré a llamar a las partes de escalada o ferrata señaladas con el color negro en las señales de sendas en el susodicho mapa). Seguimos hitos y dichas marcas, la trepada no es difícil, y comenzamos a familiarizarnos con la “adherencia” de la roca conglomerada de Montserrat.
Las marcas y la sendilla comienzan a ascender entre roca y raíces de los árboles, en busca de las paredes de Los Ecos. Llega un momento que las marcas azules giran a la izquierda al toparnos con dichas paredes y se abre ante nosotros una vertical y larga brecha en forma de “diedro” que se eleva y que solamente es factible trepando por el interior del mismo. Esta es otra “negra” pero esta vez más larga marcada en el Alpina. Nos paramos al pie de dicho diedro, y comienzo a subir escalando por el interior del mismo. Al principio la escalada es fácil pero el diedro se estrecha y la mochila molesta en algunos pasos. Las presas son factibles, entretenidas y fáciles. El resto del grupo me espera para ver si puedo hacer la brecha entera, ya que parece larga y no se aprecia más allá de su primera parte. Y así es, llego a un punto en que las presas se acaban y la pared es más lisa e infranqueable; un árbol con sus raíces y ramas, franquea la parte alta de este paso en mitad del “diedro”. Hace falta alguna cuerda y algún seguro… se podría subir, superar, pero ¿Qué hay más arriba? ¿Se podrá bajar, retroceder?… Al final, después de pensarlo y ver la situación, decido bajar destrepando hasta donde está el grupo y buscar la segunda alternativa ya pensada.
Desandamos el camino, senda, seguimos las marcas azules esta vez al revés, para llegar a la senda principal que baja del Portell de Migdia. Antes de llegar a ésta nos topamos con el grupo de chicas y chicos que subían con nosotros al Portell de Migdia. Venían para realizar una ferrata que hasta ahora no habían hecho por esta zona de Los Ecos, y se dirigían, según les marcaba el track, hacía la subida a Los Ecos por esta parte de la montaña.
Llegamos de nuevo a la senda “principal” y la tomamos por en medio de la espesa vegetación hacía la derecha y abajo, en dirección sur, por en medio del lecho del barranco; hasta pasar por la misma senda marcada como P.R. (blanco y amarillo) por el fondo del mismo barranco, más bien a la izquierda del mismo según bajamos. El primer intento a Los Ecos ha sido fallido: en el mapa venía claro, una senda directa a las cimas de Los Ecos pero con esos dos pasos de “negras”. Ahora la idea es bajar y alejarnos algo para atacar a estas agujas, este lugar, por su sur desde unas sendas que vienen del P.R. bien señalizado y sin pasos entretenido de escalada, difíciles, más peligrosos… Seguiríamos el P.R.C-78 hacía las laderas del Montgrós, y justo antes de llegar a él, girar por otra senda hacía el norte y en dirección a los mismos Ecos, pasando entre las agujas y cimas de La Salamandra y El Patufet, que nos dejará hasta las mismas faldas sur de Miranda dels Ecos (la segunda cima más alta de los mismos).
Algo más abajo la senda y P.R. se divide en dos recorridos, nosotros cogeremos el que se dirige a la derecha saliendo del fondo del barranco y dejando atrás la espesa y hermosa vegetación que nos ha acompañado mientras caminábamos por el barranco. Esta senda que coge la ladera oeste o derecha (según bajamos) del barranco por el que nos hemos internado y baja del Portell de Migdia, pasa por la Font de La Cadireta, de la cual sale un hilillo de agüilla perceptible por la humedad de la roca, y siguiente a ella es un pasillo internado en una grieta que sube entre paredes, espectacular, como si fuera una senda escondida, pasillo o pasadizo secreto de un castillo, de la “fortaleza de Los Ecos”, y hacía arriba. Jordi va delante, y las fotos que le hago son espectaculares. Pero más espectacular es la salida de este pasillo entre paredes, la salida de esta grieta transitable… la superamos, y arriba de la pared de la izquierda, aparece un vertiginoso balcón de poco espacio transitable, rodeado por precipicios y barrancos verticales, y paredes conglomeradas, impresionantes, pero con unas vistas más impresionantes, hermosas y fascinantes aún mayores sobre lo dejado tras nuestros, sobre los perfiles boscosos y agrestes del Portell de Migdia, y la magnífica y esbelta aguja de La Talaia, y las paredes y formas altas, hongas, verticales, del Sant Jeroni y sus agujas que lo rodean y lo forman a la vez ¡Espectacular! Fotos y más fotos, las vistas merecen la eternidad que le dará la captación de nuestras cámaras. Hermoso y grandioso.
Después de disfrutar con este estupendo mirador, seguimos la senda y recorrido marcado que pasa por una cornisa entre algo de vegetación y la pared de La Salamandra a nuestra derecha. Poco a poco la senda va cogiendo altura de nuevo a la vez que gira de sur a oeste llegando a una especie de plano o lugar con vegetación, más llano y factible. Enseguida veo un pequeño hito y una especie de sendilla que gira a la derecha y norte cogiendo una ladera rocosa que coge altura. Nos metemos por aquí pensando que es la senda que sube a El Patufet, pero mientras subimos por ella descubrimos que seguramente por su rastro casi inexistente, sea la que sube a La Salamandra. De hecho hemos rodeado esta montaña mientras caminábamos por el sendero y recorrido del P.R., pero justo antes de llegar a las laderas del Montgrós debíamos dejarlo para seguir por otra sendilla a la derecha y hacía el norte en dirección al nombrado Patufet. No era ésta primera; pero mientras bajábamos y volvíamos a la senda marcada con el P.R. entre el bosquecillo, de repente, poco pasos más arriba, surge la verdadera senda que esperábamos.
Entonces dejamos la senda marcada con el P.R. antes de que girara para subir al Coll del Montgrós (la verdad sin saber como o sin darnos cuenta pasamos de una senda a la otra), y ésta se interna en una especie de ladera rodeada por suaves paredes rocosas no demasiado inclinadas en dirección norte, hacía Los Ecos. Esta senda se interna más arriba por un empinado barranco que hace las veces de grieta terrosa. Una cuerdecilla a mitad del mismo nos ayuda a superar esta parte; no es que sea peligroso o vertiginoso, solo que es muy resbaladizo y las paredes de tierra de deshacen y caen solo con la mirada “¡Cuidado, se derrumban las paredes!” les grito a mis compañeros que siguen por abajo.
Arriba del mismo barranco, la sendilla sigue por la derecha dejando la masa rocosa del Patufet a la izquierda. Detrás nuestro queda una desafiante y desplomada roca gigantesca y honga; es una sorprendente imagen y casi alucinante, es la Roca Plana dels Llamps, y justo detrás una suave loma rocosa donde de vez en cuando aparece algún montañero que se para admirando el paisaje u observando el lugar donde se encuentran: Montgrós.
Mientras estas estupendas vistas quedaban atrás nuestro la senda cogía altura y subía incesantemente hasta llegar a un punto que casi parecía una cima, o más bien un collado entre cimas: a la izquierda quedaba la parte más alta de la cima rocosa del Patufet, y a la derecha un pequeño paso para subir a una esbelta, fina y estrecha cima conglomerada con unas vistas impresionantes verdaderamente. Como subo y llego el primero, me subo a la supuesta cima sin nombre de la derecha; y como he dicho antes, las vistas son increíbles e impresionantes: hacía el noreste, abajo, quedaba el Portell de Migdia con la aguja con cima roma de La Talaia, arriba, las agujas, paredes, y verticalidades cercanas a, y el mismo Sant Jeroni. Con el zoom de la cámara fotografío la gente que está en la cima del Sant Jeroni… ¡Está abarrotado! Hacía el norte aparecen las impresionantes y verticales cimas de Los Ecos: tienen formas curiosas, parecen torreones estilizados, delgados y muy altos unidos por canales igualmente delgados y verticales con algo de vegetación, las cimas son las mismas agujas con sus cimas romas escalonadas según sus alturas… es como una catedral natural ¡Impresionante!
Los compañeros comienzan a llegar y se encaraman al peñón rocoso. La cima es alargada y estrecha, es de poco más de un metro de ancha. Hago fotos hacía el vacío hacía el sur, sureste, la escarpada, esbelta y cercana La Salamandra… y al fondo el grupo de la Gorra Frigia, Les Tisores, La Magdalena… y entre todas estas agujas y terminaciones, la vegetación hace una combinación entre los abundantes túmulos rocosos, fascinante y muy original. Es increíble esta espectacular y fascinante montaña. Más espectacularidad y asombro si cabe si miraba al lado contrario, hacía el oeste: un laberinto de decenas de agujas con puntas romas separadas por espesa vegetación, Els Frares Encantats, Les Agulles… parece que no hay otro paisaje, no hay nada igual a lo que ves en los alrededores, hasta donde alcanza la vista, parece una montaña, una sierra, un lugar que no tiene nada que ver con el resto de la tierra, del terreno cercano, increíble y magnífico. Es una montaña que siempre nos sorprenderá por mucho que la visitemos, que nos la recorramos… el día es fabuloso, casi caluroso y con una visibilidad encomiable.
Ya es casi mediodía y decidimos comer en el colladito conquistado bajo las sombras de los árboles que hay en el mismo. Pero al acabar decido subir a la otra parte, a la izquierda del collado; es la parte más alta del Patufet, a 1.189 mts. Realmente El Patufet es una aguja que queda más hacía el sur en la misma roca cimera, y es algo más bajo. Realmente la cima donde nos encontramos no tiene nombre; pero las vistas, antes nombradas, son más sorprendentes si cabe, espectaculares… algunos de los compañeros me acompañan con la pequeña trepada de pocos metros que hay que hacer hasta esta cima, pero el conglomerado nos deja buenas presas y puntos de agarre para poder superarlo sin problemas, y sin mirar al vacío hacía el norte. Me paso un tiempo recorriéndome la alargada y estrecha cima (característica muy común a estas cimas de Montserrat); casi llego al Patufet, me recreo, el lugar y las vistas son soberbias. Xavi me llama, debemos seguir, hemos estado mucho tiempo por aquí y aún queda recorrido “entretenido” de vuelta.
Al final me quedo mirando las montañas de Los Ecos y decido de no subirlos esta vez. La subida es por una canal muy empinada con algo de vegetación, casi trepando y entretenida. Hemos perdido tiempo entre unas cosas y otras (como el intento de la directa desde el Portell de Migdia) y no nos daría tiempo de llegar al coche a la hora prevista. Por ello bajamos del colladito por el lado contrario al que hemos subido, como si bajáramos a la base de Los Ecos. Por una senda muy empinada pero factible. Ahora toca salir de la sierra; lo haremos haciendo una circular buscando el Coll del Miracle o el de Porc, pero por toda la senda o recorrido marcado en el Alpina que pasa por casi las cimas o al menos rodea sus cimas, desde Los Ecos hasta dichos collados… hay una “negra” en medio del recorrido, veremos como la pasamos…
Como dos extraordinarias efigies, altas, esbeltas, inexpugnables, separadas por una canal de vegetación también muy vertical, dejamos a Los Ecos atrás, una vez que llegamos al otro colladito donde sale la subida a los mismos, y giramos por un deshecho y abrupto barranquito hacía la izquierda y oeste, hacía abajo, por en medio del mismo. Poco más abajo hay que darse cuenta y seguir unos hitos hacía la derecha por una ladera rocosa; es el desvío y recorrido que debemos seguir para acercarnos por las cimas y lugares de los Aurons. Al principio parece un poco perdedor, pero no debemos de perder la dirección e indicaciones hacía las rocas y promontorios que nos encontraremos mirando hacía el noroeste: los Aurons. Esta parte es algo entretenida: primero la senda sube algo y sigue justo por la base de una lisa pared vertical. Después deberemos seguir en dirección a un pequeño y casi imperceptible colladito que parece quede en alto en medio del barranco; para llegar pasaremos pasos de roca con inclinación “algo interesantes”, y recorridos un poco perdidos donde deberemos seguir unas marcas de pintura en la roca. Haremos uso de la palabra “adherencia”, ya que los nombrados pasos de roca requieren de atención y casi acciones de trepada y destrepada de pocos metros… ¡Emocionante!
Al tiempo de estar “perdidos” intentando encontrar el camino correcto hacía el norte, noroeste, entre inclinadas laderas rocosas conglomeradas y partes de espesa y leñosa vegetación, llegamos a la parte cimera de los Aurons viendo las dos vertientes de la montaña a la vez. Después de una subida por la ladera rocosa y redondeada, dejamos a nuestra espalda las Roques del Salt de La Nina (girando a la izquierda y oeste) y delante un pequeño collado y los magníficos promontorios y altas rocas de Miranda dels Aurons. Seguimos el, ahora fácil, recorrido y bordeamos y nos recorremos las rocas de los Aurons. Seguimos los hitos y fáciles y reconocibles marcas para avanzar por el recorrido en busca de los collados antes nombrados. El recorrido justo al sur de la plataforma bajo la roca de Miranda dels Aurons, el recorrido o la senda, hace un giro casi de 180º (se puede observar en el mapa Alpina) la cual baja por otra vertiente que no veíamos (la tapaban las montañas y rocas de los Aurons). El lugar también es fantástico, espectacular, las vistas son impresionantes, con Les Agulles y Els Frares Encantats ahora en frente en todo su esplendor ¡Magnífico y grandioso! Es una montaña de cuento, singular, única… Ahora seguiremos en dirección oeste, noroeste, por la misma columna vertebral de la montaña, con lo cual tendremos a estas espectaculares rocas, agujas y montañas, a esta fantástica visión frente a nuestros ojos en toda la bajada hasta los collados del Miracle y de Porc.
Saliendo de la base llana (plataforma) bajo Miranda dels Aurons, nos metemos en un barranquito de roca, y luego giramos hacía la derecha, siempre bajando, y dicha senda aparece entre la exuberante vegetación a la izquierda y la impresionante pared conglomerada bajo las rocas de la Miranda dels Aurons, hacía su oeste, pegada a nosotros a la derecha. Increíble. Me paro a acariciar la pared, la roca, con sus bultos, el conglomerado es fascinante. Arriba dejamos los verticales, desplomados y desafiantes rocas y cimas de los Aurons, como Miranda dels Aurons. Parecen que en cualquier momento se van a caer.
La senda deja de seguir pegada a la roca, gira a la izquierda y comienza a descender entre roca, bosque, vegetación y rincones en zigzag esquivando obstáculos… pero según el mapa nos falta por pasar otra “negra”. Cruzamos de nuevo pasos de adherencia entre las frecuentes paredes rocosas. Las marcas y los hitos nos guían, parece que no puede haber pérdida. Y de repente llegamos a otro paso de roca algo inclinada, casi vertical, y con más pasos de lo habitual. Xavi y yo nos miramos, “aquí está la “negra”: la senda sale de entre la vegetación y gira a la izquierda, sigue recta entre la roca que poco a poco se inclina con una caída de tobogán vertical visualmente peligrosa. Seguimos con pocos agarres y con más adherencia que presas, llegando un momento en que hay que dar dos o tres pasos hacía abajo y seguir recto en la parte más delicada del paso. Todos lo pasan poco a poco, la primera es Pili que grita de nerviosismo ante las indicaciones de Xavi que la distraen de su concentración. Me toca pasar a mí; el resto (menos Xavi) no sabían que era el paso de la “negra” (la última del día) y la han pasado despacio y sin dificultad, pero yo me atasco. Detrás tengo a Jordi que me explica e indica para seguir adelante, pero tranquilo y pacientemente me he quedado casi paralizado… pero le hecho valor y al final cruzo el desesperado paso. Adherencia es el truco, adherencia y fe.
A partir de aquí la bajada y descenso es notable. Enseguida y después de algún otro paso fácil de destrepe en la roca conglomerada, desembocamos en otra senda más marcada y pisada, con marcas blancas y amarillas. Estamos de nuevo en el P.R.C-78 que dejamos al desviarnos para subir al Patufet, acercarnos a Los Ecos. Mientras bajábamos, el paisaje de Els Frares Encantats encabezados por el vertiginoso Frare Gros y otros perfiles, paredes y formas espectaculares, ocupaban nuestra vista, aunque se van ocultando a medida que descendemos y nos acercamos a la senda marcada.
Una vez en la cómoda y fácil senda marcada (pareció ser un alivio al dejar atrás tantas trepadas y destrepadas, y sendas escarpadas y deshechas) giramos hacía la derecha para pronto llegar hasta el límite de la montaña donde ésta volvía a caer por una ladera no tan vertical y sí más asequible, mirando a su cara norte: es el Coll del Miracle. Pero según el mapa es más cómodo y mejor seguir hasta el continuo Coll de Porc y bajar por él hacía la vertiente norte en dirección al G.R. seguido en el inicio de la actividad. Por ello dejamos atrás, sin bajar, el Coll del Miracle y seguimos la senda marcada con el P.R. hacía el oeste, casi noroeste, hasta unos pocos metros más, bordeando una “bauma”, un nicho bajo otra pared y roca de conglomerado, para llegar enseguida al nombrado Coll de Porc (974 mts.).
A partir de aquí ya conozco de nuevo el terreno para volver al coche. Ya recorrí la bajada del Coll de Porc en Montserrat. Perdidos entre Agulles y Frares (Agulles y Frares Encantats), es fácil: solo hay que seguir la ancha y marcada senda hacía abajo e izquierda por debajo de las paredes de los Frares Encantats hacía el oeste con una leve y sucesiva bajada. Pero es imposible no pararse a contemplar las impresionantes y gigantescas lisas paredes de los Frares Encantats que quedan justo arriba nuestro ¡Increíble, magnífico! Y mientras caminamos por la senda aparecen también las Agulles, siguientes a los Frares Encantats mientras caminamos hacía el oeste. Llegamos a un cruce en el que giramos hacía la derecha y abajo por una senda que zigzaguea mientras baja rápidamente hasta le senda principal del G.R. (por la que hemos llegado al salir). Una vez aquí giramos a la izquierda para pasar de nuevo bajo la gigantesca y desplomada roca de La Cadireta. Hay escaladores practicando bajo su techo, es increíble. Fotos y más fotos ¡¿Cómo puede estar ahí colgados?! Nos impresiona.
Desde aquí seguimos el G.R.-172 hacía el Coll de Can Maçana, hacía el oeste, saliendo poco a poco y dejando atrás lo que veíamos a primera hora de esta mañana mientras nos internábamos en la montaña, los impresionantes muros y murallas de las altas y fantásticas alturas de las Agulles. Llegamos al coche y son las cuatro y media de la tarde; al final llegaremos a tiempo para ver al Barça que es a las 6 de la tarde. Nos hemos divertido y lo hemos pasado muy bien de nuevo entre los magníficos y recónditos escondites de Montserrat, entre sus imposibles perfiles, paredes, montañas, agujas de puntas romas, y sus bosques, vegetación exuberante y verdes rincones; trepando y destrepando, subiendo y bajando… y encantándonos con su magia, exotismo y originalidad. Una sierra única, una montaña espectacular.