Otra vez el día amanece increíble. Ni una nube. Un cielo azul limpio y brillante, y unas vistas impresionantes de todas las montañas sin nubes. Salvo el espectacular Mar de Nubes que ha invadido la parte baja de los valles franceses ¡Hermoso, impresionante!
En esta 4º etapa en lugar de hacer un subibaja continuo, será una subida y después una bajada: de 2.240 mts. del Refugio de Pinet, subir a 3.143 mts. de la Pica d’Estats y bajar al lejano y bajo Refugio de Vallferrera a 1.905 mts. De Francia de nuevo a Cataluña subiendo la montaña más alta de Cataluña y desde los Montes Malditos al Mediterráneo.
Mi ostentosa idea era subir al Montcalm (3.077 mts.) y/o el Pic de Sotllo (3.073 mts.) y dejar la Pica que ya la tenía hecha de otro viaje ¡Ya veremos!
Los franceses nos dejan el desayuno y no se levantan a despedirse. Siguen durmiendo habiendo preparado la noche anterior nuestro desayuno. Nos despertamos a las 06’00 horas, desayunamos a las 06’30 horas, y poco después de las 07’00 horas, después de rehacer las mochilas salimos en busca de las montañas de La Pica.
Salgo del refugio para admirar por ultima vez el paisaje, las vistas desde el balcón que queda tras él, y un increíble y hermoso Mar de Nubes cubría todos los valles de los Pirineos franceses que veía desde allí, y arriba una claridad y luz excepcional en el cielo, salvo por la aparición de las primeras nubes. Delante, las alturas de las montañas de La Pica ya estaban cubiertas por nubes que parecían formadas al chocar el viento con sus cimas. Era optimista. El día no podía ser demasiado malo y seguro que tendría la oportunidad de hacer algo interesante allá arriba.
La ruta de subida a la Pica desde Pinet no pasa de nuevo por el cable que pasé para llegar al refugio desde la canal. Pero hemos decidido ir todos juntos; Jordi, Adriana, Raúl, Marta y yo, en esta etapa, y como Raúl no lleva crampones decidimos ir por la ruta con neveros más asequibles. Así que los 5 salimos de Pinet en busca de la grieta y el cable de la pared que nos baja a la Valleta de Barz. La canal muy bien definida, limitada por paredes y vertientes verticales y de suave pendiente y ondulación en el fondo. Típico de la erosión glacial. Increíble.
Subimos por la canal hasta toparnos con el Estany d’Estats. Mismo nombre pero diferente lago, rocas y lugar. Está medio helado y cubierto por la nieve. Es un paisaje espectacular. Desde la bajada a la canal del refugio todo el recorrido lo hacemos sobre la nieve, salvo pocos pasos sin nieve junto a los arroyos que caen poderosos, ruidosos y con abundante agua.
Desde el Estang d’Estats (2.415 mts.), al cual hemos llegado con poco desnivel, nos desviamos hacía la izquierda y este en busca de otra canal más empinada que nos subirá hasta otras pendientes más horizontales y soleadas ya. Las nubes aún no nos tapan el recién sol naciente en este día sobre la montaña. No hace frío.
A nuestra izquierda y espalda dejamos otro lago que no tocaremos, el Estang de Montcalm. Y al subir un poco más, girando de nuevo al sur y arriba observamos las laderas y vertientes del Pic de Montcalm, uno de los 3.000 del macizo. Hay que seguir en esta dirección, mirando a esta montaña, y a la vez dejándola a la izquierda hasta llegar al Coll de La Cometa (2.905 mts.)
Llevamos muy buena marcha y subimos a buen paso, son las 09’00 horas y ya casi puedo tocar las cimas del macizo. El tiempo no acompaña: detrás nuestra las nubes se van uniendo amenazadoramente. No falta mucho para que todo se cierre y empiece a llover… o no. La verdad es que una mente cuidadosa hubiera intuido lo que se avecinaba y hubiera salido pronto hacía Vallferrera. Y es lo que hicieron las 2 parejas, de allí caminan hacía el Port de Sotllo, girando a la derecha. Pero yo decidí no pararme e intentarlo a buen ritmo antes de que la lluvia o tormenta llegara (si es que iba a llegar).
Las nubes cubren y descubren a La Pica y al Pic de Verdaguer que asoman enfrente entre paredes, rocas y nieves; arriba el cielo oscuro, invisible por las nubes. La Pica parece factible, sin dificultad, solo hay que caminar y caminar hasta su cima rocosa.
Dejo a las parejas que paran a tomar algo. Paso el Coll de La Cometa. Sigo unas huellas que me llevan a subir hasta un collado más arriba del de Riufred. El cual se queda cerca del Pic de Montcalm, el cual queda a mi espalda y a la izquierda. Desde el Coll de La Cometa se despiden mis nuevos compañeros, mientras haciendo zigzag voy llegando al collado donde hay un gran hito de piedras. Ya estoy a 3.039 mts.
Estoy solo en toda la montaña. Está todo cubierto pero las nubes vienen y van, pero poco a poco se van quedando. Miro el GPS y dejo la mochila en el cruce entre la subida y la bajada de La Pica. De esta manera, a partir de este punto dejaré de desandar el camino en la bajada y volveré a coger un recorrido nuevo hacía el Port de Sotllo. Subo rápido por el nevero hasta el collado entre La Pica y el Pic de Verdaguer, y a partir de aquí, sin nieve pero sin quitarme los crampones giro a la izquierda para llegar a la cima de la Pica d’Estats (3.143 mts.).
Tengo poco tiempo. No estoy cansado y sí muy alegre por el éxito por llegar a la cima. Como está el tiempo descarto totalmente los demás picos y subo a La Pica por segunda vez por la curiosidad de “fichar el pasaporte” de la Porta del Cel. Pero no encuentro la pinza, como la encontré en Certascán. Miro y remiro. Entre las banderas, correas, obsequios, reliquias, agradecimientos, memorias… que los alpinistas dejan como símbolo, agradecimiento, petición, promesas… como si fuera un Santuario milagroso religioso. Curioso.
Me hago las fotos de cima. Al menos una prueba palpable. Y justo cuando decido desistir de buscar la pinza para clickar el “pasaporte” empiezan a caer lentamente bolitas de hielo ¡Nieve o granizo! Me doy mucha prisa y bajo corriendo del pico desandando el camino hasta la mochila mientras la granizada/nevada aumenta. Después agua-nieve. Con la mochila y el cortaviento puesto giro hacía el norte hasta acercarse al Coll de La Cometa y justo a pocos metros de llegar me vuelvo en un enorme nevero girando a la izquierda y oeste en busca del Port de Sotllo.
Comienzo a escuchar los primeros truenos. Lejanos de momento. Cae agua-nieve, agua abundante pero no agobiante. Graniza algo. La senda, sin nieve, es clara; baja y gira la oeste. Y en los neveros sigo las huellas que han dejado mis compañeros. No tiene pérdida.
De repente un resplandor casi lo cubre todo delante de mis ojos. Como un flash gigantesco que en milésimas de segundo te ciega sin ver el paisaje. Acto seguido un gigantesco y ensordecedor estruendo ¡Parece que se derrumba la montaña! Un rayo ha caído tras mía y muy cerca. Casi que diría en las rocas entre las ladera de La Pica y el Pic de Verdaguer. Me asusto. Estoy solo en la montaña y la tormenta la tengo justo encima. Salgo lo más rápido posible y que me deja la inclinación del nevero hasta las cercanías del Port de Sotllo.
Curiosamente las nubes se han elevado hacía la nube de tormenta, y bajo ella se despejan todos los 3.000 y picos del macizo. Increíble.
Cerca del Port de Sotllo el nevero que sigo acaba en un cortado del mismo nevero y acaba en una ladera rocosa algo vertical. Las huellas acaban aquí. El GPS sigue al otro lado del cortado, por la nieve que queda abajo del mismo. Bajar a él sería retroceder. Intento subir por el roquedo el cual parece tener una especie de sendilla entre las rocas y las piedras. Subo por aquí. Me asomo al abismo a la derecha, viendo enfrente el espectacular y escarpado Port de Sotllo. Verdaderamente es una imagen alpina. Pero no me fío, ni encuentro el camino. Me despisto y vuelvo al nevero. En ese momento cae una granizada tremenda que llena toda la roca de peligroso y resbaladizo granizo. Hielo. ¿Qué hago? Tardo un tiempo precioso en reaccionar y al final recuerdo aquella vez que subí la Pica con Jesús, Eva, Quique… y que al llegar al Port de Sotllo aún tuvimos que subir algo mas trepando y casi destrepando por la pared que dá al Pic de Verdaguer. Entonces con mucho cuidado, pisando roca mojada y granizo resbaladizo subo por la roca y piedras como si quisiera cabalgar sobre la cresta que sube al Pic de Verdaguer. Ya no graniza, ni llueve. El tiempo se calma. Y es entonces cuando subo por esta parte y cruzo a la otra vertiente, la sur, más empinada y escarpada. Por fin abajo, entre nubes, veo el Estany d’Estats (éste el de Cataluña). Hermosa imagen y precioso paisaje. Desde lo alto de la cresta giro y debo bajar, por el lado español, al Port de Sotllo que queda a la derecha. Un pequeño “salto” o destrepe intrépido y emocionante y ya estoy en el Port de Sotllo (2.874 mts.). Delante la bajada al Estany d’Estats y el Pirineo español.
Ahora la bajada es fácil mientras chispea y parece que se despeja el tiempo. Un gran nevero hay desde el Port de Sotllo y el Estany d’Estats, y una fácil huella en el mismo que baja y que hay que seguir. Sin crampones ni problemas. El Estany d’Estats aparece allá abajo grande, en medio de un hermoso paisaje entre roca y neveros abundantes; es hermoso. Llego abajo hasta las orillas del lago. Aguas tranquilas, serenas y abundantes rodeadas de altas montañas. En sus aguas intenta reflejarse las altas cimas de la Pica. Precioso.
Bordeo solitario el Estany d’Estats por la derecha según bajo. La senda con nieve e hitos es reconocible, y si me pierdo o despisto, en lugar de mirar el mapa, miro el GPS ¡A ver si lo pillo de una vez!
Bajo junto al río que sale del Estany d’Estats. A partir del lago (2.465 mts.) ya va desapareciendo la nieve y los neveros que quedan espaciados por las laderas de las montañas. Bajo por senda y algún extraño paso de destrepe, hasta que ya se hace visible, girando el valle levemente, el Estany de Sotllo, donde justo en sus orillas norte junto a una descuidada y sucia cabaña, me paro para comer que ya tengo hambre. Ya son las 14’00 horas. Antes he admirado como el río se hundía en un curioso cañón, y como dejaba una palanca rota e inservible.
Abajo he espantado a unos sarrios que pastaban tranquilamente en las orillas del lago pensando que después de las tormentas no habría nadie ya en la montaña… salvo algún loco. Les hago fotos. He perdido la noción del tiempo, hasta ahora no quería pensar en él y solo caminar y subir montañas, sin tiempo.
Después de comer vuelvo a la senda, ya que la cabaña queda algo a la izquierda de la misma y rodeo el Estany de Sotllo (2.350 mts.) también por la orilla derecha. Torrentes, riachuelos con mucha agua debo cruzar, y es inevitable mojarse las botas. No habrá manera de que se sequen las botas desde ayer.
Bajando por la fácil y ancha senda y dejando el Estany de Sotllo detrás, el río que baja de ellos forma enormes, espectaculares y hermosas cascadas. Y también recorre planicies en el valle formando esas ramificaciones de brazos del mismo como los famosos de Aigüestortes entre sus verdes y húmedas orillas. Precioso. Son los Plans de Sotllo y el Pla de La Socauba. Después de las cascadas y los “gorgs” del Barranc de Sotllo, la senda cruza el río por una palanca y sigue sin perder altura mientras éste baja precipitadamente encajándose entre vertientes verticales. Los pinos negros hace tiempo que han aparecido, a medida que la tierra se hace más factible para el bosque, a la vez que perdemos altura.
La senda parece que se encarama a la montaña mientras gira al sur al sureste y este en busca del Refugio de Vallferrera. De repente a la derecha el fondo del valle, a la vez que se cubre enfrente el hermoso, boscoso y encantador Vallferrera: es un paraíso de bosques, laderas, verdes prados con el Pla de Boet, Pla d’Arcalis… en el fondo valle arriba, y bajo las alpinas y espectaculares, escarpadas y picudas crestas y picos como el Monteixo, salpicadas aún con neveros y pasado de los 2.900 mts. ¡Espectacular! ¡Increíblemente hermoso! No me canso de mirarlo, fotografiarlo, admirarlo y embelesarme con sus colores, frondosidades y formas ¡Fantástico valle!
La senda ha pasado por escarpados pasos, pero llevo buen ritmo y disfruto haciendo fotos, viendo como mejora el tiempo con la sola y única compañía del paisaje, de la montaña, de los mismos Pirineos ¡Grandioso! Es fácil seguirla. Y más cuando ya es la 3º vez que la piso. Pero es larga y casi eterna para llegar hasta el refugio. Verdaderamente el recorrido de la Pica a Vallferrera es muy largo.
Carteles indicativos. Recorridos para subir a La Pica, por Canalbona, Areste… y después de un cruce sobre un cordal en la montaña, la bajada en zigzag, implacable, vertical y por dentro de un espeso bosque, escuchando las cascadas del Barranc d’Areste, giro a la derecha y sur para llegar al Refugio de Vallferrera (1.905 mts.). Creo que es el único refugio que solo lo ves cuando llegas a él, escondido en la ladera sur boscosa e inclinada del Serrat d’Areste.
Felicitaciones y enhorabuenas de mis compañeros, nuevos compañeros, que están en la puerta del refugio haciendo tiempo. “No he encontrado el sello en la cima de La Pica” les digo. Pero tengo la foto de cumbre. Justo son las 16:00 horas. El guarda del refugio no nos esperaba. Pensaba que después del mal tiempo y lluvia de ayer, que desistiríamos de seguir las etapas de la Porta del Cel. Es un gran tío y le estoy muy agradecido. Me dejó el teléfono de emergencias para llamar a Anna ya que esta vez no había ni Wifi ni teléfono, ni cobertura… Y nos preparó una de las mejores cenas de todos los refugios.
Recuerdo el refugio antes de la ampliación, cuando estuvimos en el 2.004 o 2.005. Una pequeña y “maca” casa, casi una cabaña. Ahora, la ampliación visible para que se vea la diferencia entre la de antes y la de ahora, ha triplicado su capacidad a 60 plazas. Siendo el refugio con más plazas de todos.
Intentamos dejar las cosas mojadas al sol. Al poco sol que sale entre los rincones del valle. Hoy no están tan mojadas como ayer, pero las botas mías no se secarán. Estamos solos en el refugio por la tarde, pero el guarda nos dice que esta noche se llenará. Pero al final no estuvimos tan agobiados ni está tan abarrotado como para molestarnos el sueño.
La cena también fantástica; con butifarra y pisto sabroso en uno de sus platos.
No he estirado y la etapa de hoy ha tenido una dureza razonable. Mala cosa para mis músculos, ya que la etapa, última etapa, de mañana, en la que volvemos a Tavascán (punto de origen de la travesía) será la más larga en kilómetros y la que mayor desnivel bajemos seguido: desde la Roca Cigalera (2.668 mts.) hasta el mismo Tavascán a unos 1.135 mts., 1.500 metros de desnivel ¡Exagerado! Ya tengo las piernas, pies, músculos machacados, cargados… ¿Cómo irá mañana?