El Santuario del Corredor tiene un suntuoso restaurante integrado en la misma estructura del antiguo edificio. Es un lugar idílico para poder celebrar comidas y reuniones de amigos, así como final de etapa de actividades con un buen surtido de carnes y embutidos a la brasa.
Con lo que el pasado sábado 18 de abril invitamos a nuestros amigos de montaña a realizar una corta y sencilla excursión por los alrededores del Santuario del Corredor, acabando al mediodía en el restaurante del mismo reservando una mesa especial para la comida.
La idea era bajar desde la cima del Corredor por todo el G.R. en dirección al Área del Corredor y Forn del Vidre, seguir y girar al llegar a la magnífica construcción de Can Bosc, girando de nuevo en busca de Ca l’Arenes y su escondido y curioso dolmen que lleva su nombre, para volver al Santuario por el vallecillo del Torrent del Sot del Fangar. Fácil y pocas horas para realizar la excursión; además de pasar por lugares boscosos, bellos e históricos/culturales.
Después de reunirnos todo en la puerta del Santuario y dejar los coches en su parking, lo primero era subir y tocar el pilón del eje geodésico como punto más alto de El Corredor; su cima: 657 mts. Está a 5 minutos escasos del mismo Santuario muy bien indicado. La torre de vigilancia de incendios de la cima, delata su proximidad. Fotos, risas y recuerdos en la cima. No hemos hecho más que empezar. El día es magnífico y soleado, muy acorde para una excursión por la montaña. El tiempo seguirá así durante todo el día.
Ahora toca bajar y buscar la masía o construcción de Can Bosc, por ello cogemos la senda y luego camino señalado por el G.R.-92 hacía el suroeste y abajo, por toda el bosque cimero de pino piñonero. La ancha senda y camino después no dejaran de bajar lentamente y seguir por la cima de la montaña. La marcha es amena y el esfuerzo mínimo. Pero llega un momento en que nos acercamos a la pista asfaltada que baja del mismo Santuario en las cercanías del Forn del Vidre y el Área del Solei. Pierdo el G.R. y seguimos carretera abajo hasta volver a internarnos entre los bosques y exuberante vegetación de esta montaña, volviendo a recuperar las marcas del G.R. a la izquierda de la carreterilla. Pasamos muy cerca de la “supuesta” cima del Puig Aguilar (523 mts.) metidos en un camino que sigue el G.R.-92. Aquí la vegetación y bosque son hermosos e impresionantes. Hay interesantes, altos y viejos ejemplares de pino piñonero y sureras, y observamos que el bosque está muy sano. Encontramos “bolets” que los participantes se animaron a coger y a buscar en algún determinado lugar del bosque, del camino… “¡Se nos hará tarde!”.
Al cabo de poco tiempo descubrimos a nuestra derecha y al otro lado del hueco que deja una riera, la osca y soberbia construcción de Can Bosc. Debemos pasar por aquí. Así pues dejamos el G.R. que siga su recorrido por la cima boscosa de la montaña para bajar entre sendillas y caminos en busca de la visible y magnífica construcción. Ya he tenido el gusto de pasar junto a ella en De la Serralada Litoral al Corredor por el G.r.-92 y ahora pasaría más cerca para admirar y observar mejor sus muros y perfiles. Es un lugar precioso, idílico con el toque de la enorme casa y sus muros, y una vegetación verde y frondosa, hermosa.
Cruzamos por un caminillo y puente la rierilla sin nombre que sigue paralela por toda la cima de la montaña entre suaves lomas y laberínticos perfiles que impiden que la riera desemboque montaña abajo. Desde los muros de Can Bosc cruzamos la carreterilla para seguir por un recorrido señalado en guías del parque en busca de los inmediatos Pou de Glaç de Can Bosc y la Font del Ferro. Aquí ya dejamos de alejarnos del Santuario para girar 180º y proseguir en su dirección.
El camino se vuelve a internar entre las espesuras de la montaña alejándose de la pista asfaltada y Can Bosc en dirección este. Aquí los altos y bonitos ejemplares de pino piñonero nos dicen que es otro magnífico lugar de bosque y belleza. Nos paramos para admirar aquel profundo y redondo agujero de paredes con muros de piedra creado y construido por el hombre: es el Pou de Can Bosc. Seguidamente el camino desemboca en un cruce en el fondo de una riera: es la Font del Ferro. Aquí debemos de coger el camino de la derecha que sube y dejar el camino que sigue hacía la izquierda y norte. Pronto este camino nos llevará hasta las inmediaciones de Can Miloca, pero sin pasar ni tocar esta construcción. De nuevo otro cruce con pista, camino en lo alto de esta nueva loma de la montaña, debemos seguir por el camino que surge loma abajo en dirección sureste, y debemos dejar las direcciones de norte y sur que siguen en la parte alta de la loma. Este caminillo y dirección nos llevará hasta otra conocida construcción y masía: Ca l’Arenes.
Y ya en Ca l’Arenes me vuelvo a topar con un recorrido reconocido y ya realizado: la ruta hacia el Dolmen de Ca l’Arenes. De nuevo es un recorrido marcado y recomendado del parque natural del Corredor, con lo cual está señalizado, solo hay que seguir las marcas y postes indicadores a ras del suelo para, entre sendillas y caminillos que cruzan lugares de viva, exuberante y hermosa frondosidad y naturaleza, llegar al famoso y curioso Dolmen de Ca l’Arenes. Este camino ya lo tengo nombrado y descrito en De la Serralada Litoral al Corredor por el G.r.-92 con lo que, como pasa cuando te recorres un lugar por segunda vez, parece que se hace más corto el tiempo. Y así es, en menos que canta un gallo ya estaba La Pili subida a los bloques milenarios del Dolmen de Ca l’Arenes. “¿Qué haces ahí arriba? Baja que es un monumento megalítico”.
Fotos y charlas en el lugar. Otro grupo de curiosos llega al sitio y nos pide que le hagamos fotos igual que se lo hemos pedido nosotros. Conversaciones alegres. El día sigue siendo magnífico y acompaña a la concordia y a la conversación animada y cordial entre nosotros y con quien nos topamos por estos remotos lugares.
Ya queda menos para llegar al Santuario. El hambre ya comienza a manifestarse, el agradable ejercicio y recorrido está mereciendo la pena para, como mínimo, nos entre el hambre. Ahora debemos seguir el mismo recorrido marcado (aún estamos dentro del mismo que nos llevaba de Ca l’Arenes al dolmen) y el siguiente objetivo es ya el Santuario del Corredor pasando por las extrañas Roques del Pare Jaume. Desandando el camino o senda, en un punto determinado o cruce, seguimos por otro camino que sigue paralelo y a la vez internándose en el nombrado Torrent del Sot del Fangar, para subir ya hasta las inmediaciones del Santuario.
El camino ya es más arduo y empinado. Anna se va retrasando ya en esas partes más empinadas y “nos cuesta” de nuevo coger altura; (nos cuesta entre comillas). Pero la sana, abundante y exuberante vegetación del bosque y de los lugares por esta parte del recorrido, también son dignos de mencionar. Al poco rato nos encontramos con un pino con un extraño nudo o forma en su tronco, como si lo hubieran querido retorcer pero que al final el árbol consiguió seguir recto hacia arriba. Fotos y comentarios junto a esta curiosidad de la naturaleza.
Poco más arriba el camino desemboca en otros que, hacia la derecha, suben hasta una planicie boscosa. Siempre siguiendo las marcas y postes a ras de suelo del recorrido marcado, el mismo que nos llevará hasta el Santuario. Esta planicie boscosa está plagada de unas rocas o grandes piedras graníticas como cortadas por la acción del hombre, pero que si no te dicen que ha sido así ni te percatas en la intencionalidad y origen; solo en las extrañezas de sus formas y cortes.
De aquí ya en un santiamén llegamos al prado y dominios del Santuario. Desde el anterior camino y dejando el Torrent del Sot del Fangar hemos cambiado la dirección de noreste a sureste, y subido a esta boscosa planicie llena de medianas encinas y esos extraños granitos en medio o esparcidos por ella. Salimos del bosquecillo ante ya la visión de la pradera y la torre, construcción muy cercana del Santuario del Corredor.
Ya en el Santuario nos tomamos un apremiante aperitivo, refresco, con un calor y sol del mediodía ya intenso. Y ya en nuestra mesa reservada en el restaurante acabamos la actividad montañera para comenzar la celebración y juerga de comida y bebida. Como siempre, los recorridos por el Corredor son apacibles, hermosos y nada difíciles, con la única espectacularidad de la fronda y sana, abúndate vegetación de sus escondidos y numerosos rincones. Una excursión sencilla y formidable que se puede realizar en una sola mañana; y aprovechar el restaurante de El Corredor para acabar con un excelente ágape la actividad.