Bonitos y entrañables recuerdos me traen esta montaña, de mis primeras salidas a las montañas alicantinas. Mi primo Miguel Ángel ya me trajo por primera vez cuando comenzaba a ser un joven adolescente, y su majestuoso y cuidado bosque de pino carrasco me impresionó por su belleza y frondosidad; tan cerca de lugares subdesérticos como son los campos cercanos a Alicante, San Juan o El Campello. Me embelesó en su momento y sigue atrayéndome cada vez que paso por la autovía Alcoy-Alicante.
También el distinguido, majestuoso, original y muy reconocible perfil de la montaña más alta de la Sierra del Maigmó, el propio Maigmó, de 1.296 mts. de altitud, cuyas escarpadas y vertiginosas formas en su cara norte, con un semblante picudo y altivo, con su lisa y desplomada pared noroeste, es símbolo y montaña de devoción de la no muy lejana ciudad de Alicante. No es por ello que es el pulmón o bosque frondoso más cercano a Alicante; y que en sus alturas alberga el visitado Balcón de Alicante, un magnífico mirador hacía la ciudad y toda la costa central de la provincia, donde, en días claros (como el de la actividad que ahora relato) se puede ver desde el Mar Menor y las montañas entre La Unión-Cartagena-Cabo de Palos (Murcia) hasta las costas de San Juan y El Campello… aunque desde la cima se llega a ver la famosa Isla de Benidorm y las costas acantiladas de Villajoyosa. Las sinuosas y onduladas costas de las bahías de Alicante y Santa Pola, coronadas por la llana Isla Tabarca o Isla Plana, sucumben ante un mar plateado, tranquilo y eterno.
Aprovechando las fiestas de Navidad, decido quedar con mis compañeros alicantinos, Jesús, Eva, Quique, Infi y sus respectivos niños para realizar una salida fácil, corta pero espectacular, y como no, visitar alguna de nuestras hermosas y nostálgicas montañas: El Maigmó. Con lo que el pasado sábado 28 de diciembre, decidimos quedar en la, tantas veces punto de encuentro “gasolinera del Maigmó” llamada Xerau en sus carteles; en el punto más alto de la carretera, autovía que pasa por la zona, junto al “cruce de caminos” entre Agost, Tibi, Castalla y San Vicente del Raspeig. Bueno y barato el desayuno, y buenas sus comidas. Que no se nos haga muy tarde, pero tanto tiempo sin vernos da para una charla y recuerdos.
Desde aquí seguiremos por la antigua carretera que se dirige a Castalla y era la que seguíamos cuando no había autovía: cruzamos la autovía por debajo de ella y en la siguiente redonda nos salimos hacía el norte y arriba, que con una curva cerrada que seguirá la carretera nombrada. Nos muchos kilómetros después y viendo el boscoso manto de la ladera norte del Maigmó y su espectacular forma que ya asoma en lo alto, encontramos un camino asfaltado a la izquierda (según vas en dirección norte, dirección Castalla) y un curioso letrero que pone “Balcón de Alicante”, giramos por aquí. Subimos por en medio de la montaña y por en medio del espectacular y espléndido bosque, y cogemos altura rápidamente. Encontramos un cruce, giramos a la izquierda de nuevo (a la derecha se dirige a lo alto de la caseta de vigilancia de incendios en la misma cuerda cimera de la sierra), lo seguimos con curvas cerradas y con pendiente, dejamos a la derecha el camino que se dirige al Coll de l’Exau (entre la cara norte del Maigmó y el Maigmonet), llegamos al parking y mirador del Balcón de Alicante después de que la carretera siguiera por su parte más horizontal del recorrido.
Aparcamos en el Balcón de Alicante. Disfrutamos de las vistas, fotos y juegos con los niños. Foto de honor y de grupo y al poco rato ya nos preparamos para subir al Maigmó. Hay muy buena visibilidad pero unas nubes comienzan a tapar y emblanquecer el cielo. El sol calienta lo justo, pero la temperatura, como a menudo en esta tierra mía, es cálida y agradable.
La subida la encontramos a la derecha (según llegamos por el camino asfaltado) y en subida por en medio de la estupenda pinada con magníficos ejemplares. Muy fotogénico en ocasiones estos pinos altos y casi maduros carrascos. La senda no tiene ninguna pérdida, y el desnivel es de risa, como casi un paseo, a pesar de que “el corto recorrido” es empinado e interesante en ocasiones. Son poco más de 300 mts. de desnivel entre el Balcón de Alicante y la cima del Maigmó, y alrededor de una hora puedes llegar hasta la base de sus rocas cimeras.
Después de la pinada, nos encontramos con las típicas rocosas y pedregosas laderas de las montañas calizas alicantinas. Más arriba llegamos a una especie de collado justo cuando el viento frío y la llovizna hacen acto de presencia. Ya veo bien la cima, queda nada. El resto del grupo, viendo como se ha puesto el tiempo y con los niños, deciden bajarse al coche, al Balcón de Alicante. Yo decido seguir solo hacía la cercana cima. Las vistas comienzan a ser impresionantes con el mar, la costa y las montañas alicantinas como protagonistas: a mi espalda queda Tibi, su antiguo pantano, bajo las laderas peladas y a la vez agrestes y verticales, más cerca de la cima, de la Penya Migjorn, en la Sierra de la Penya Roja; detrás a su derecha la alargada y a la vez abrupta, con vistas de sus paredes y piramidal cumbre, la inconfundible Sierra del Cabeçó d’Or, y más al fondo, detrás de ésta, los impresionantes, altos, magníficos, escarpados y asombrosos picos Puig Campana, que su típica nube cimera cubrirá su cumbre a medida que las nubes nos invadan, Ponoch y Caval, de derecha a izquierda. Es una vista magnífica y extraordinaria de unas montañas increíbles casi de perfiles alpinos, verticales, asombrosos.
La descarnada senda se empina más aún y se interna en un bosquecillo de carrascas (matorrales de metro y medio a dos metros de alto), descendientes y herederas de aquellos antiguos bosques de encinas. Llego hasta la base de las rocas, ya que la cima es un conjunto de rocas con lados verticales en las que casi debes de trepar los 3 o 4 metros de altura hasta la parte más alta de la misma donde se encuentra la cima. Es como la muralla que guarda un castillo, la fortaleza que cuida la cima del Maigmó. Me lío un poco en la subida. Ya no me acuerdo. Pero descubro, después de pasearme por las grietas de sus rocas, la subida normal y suave, casi como una escalera en la fácil roca, la subida a la cima del Maigmó. Solo hay que seguir la base de las rocas unos cuantos metros hasta que veamos que la sendilla llega a su parte más alta y a la vez a un acceso factible a la derecha por las rocas hasta la cima.
Ya estoy en la cima del Maigmó (1.296 mts.) El viento es fuerte pero ha dejado de lloviznar, a pesar de que siguen las nubes amenazadoras, ahora a más altura, que han cubierto la cima mientras me acercaba a ella. La temperatura también ha bajado bastante. Es una de las peculiaridades de las montañas alicantinas en invierno, sobre todo las que están cerca de la costa: la diferencia de temperaturas entre la cima y la ciudad de la costa cercana, es notable y sensible cuando hace tiempo inestable.
No hay nadie que me haga la foto de cumbre. Ya me las hago yo con el fondo de la bella y nublada Sierra del Cid. Fotos al resto de la Sierra del Maigmó hacía el norte, con todo su manto boscoso, verde, magnífico… es otra isla de vida y color en esta, a veces, árida tierra del centro de Alicante. Pero aún no he llegado a la verdadera cima: el pilón, eje geodésico, está en una plataforma rocosa a la que se accede por un pequeño y vertiginoso paso con un salto casi en el vacío… pero nada peligroso, solo puede impresionar, pero una vez hecho ya vemos que no es nada. Y ya por fín, entre un muy fuerte y frío viento, que me hace dudar si saltar o no según sus rachas que no me empujen al vacío, me recreo y disfruto de la soledad, de las magníficas vistas (estupendo mirador alicantino) y de los recuerdos de mis escapadas por estas montañas…
Esta montaña y ascensión también la describí en la revista de naturaleza y montaña Centro Verde del Centro Excursionista Almoradí. En ella relato, no solamente la fácil ascensión desde el Balcón de Alicante a esta alta cúspide del litoral alicantino, sino que se describe como llegar en coche al lugar cuando aún no se había construido la actual autovía de Alicante a Castalla, saliendo de Tibi; y a la vez una pequeña descripción de la sierra a la que pertenece la montaña y la comarca o región geográfica también la cual es límite o frontera… una curiosa y corta explicación para hacernos una idea de la importancia de esta montaña en la provincia y sobre todo en el centro y capital de la misma… Os dejo con él:
Relato sacado de un artículo SUBIENDO AL MAIGMÓ escrito con el mismo título en el número 2 de la desaparecida revista Centro Verde del Centro Excursionista Almoradí, en mayo de 1.993:
LA “FOIA” DE CASTALLA.
La hoya o “Foia” de Castalla es amplía y bien definida, podría servir de ejemplo geográfico: la cierran montañas superiores a los 1.000 metros. Figurando al norte La Teixereta (vertiente del Carrascal) y la Sierra del Reconco (Reconc): al Sur el Maigmó y l’Empenyador (Empeñador) (Despeñador); al este la Penya Migjorn y al oeste la Sierra de la Argueña (l’Arguenya). El paisaje de la hoya es principalmente de olivos, constituyendo bellos y espaciosos campos y están integrados por los pueblos de Castalla, Onil, Ibi y Tibi. Siendo la situación de los mismos así: el primero que da nombre a la hoya figura en el centro, Onil e Ibi en la parte superior, y Tibi abajo.
SIERRA DEL MAIGMÓ
La Sierra del Maigmó es la más alta de la parte sur de la provincia, de 1.296 metros. Se extiende de Norte a Sur avanzando en sentido diagonal, y se levanta su punto más alto hacia el centro el cual es vértice geodésico de primer orden. Al lado de éste, a su Oeste (norte) figura el pico del Maigmonet de 1.183 metros.
Al Norte, concretamente al NO, enlaza el Maigmó con la sierra de l’Empenyador (Despeñador) emula en altitud pues tiene 1.260 metros; al mediodía y separado por un viscoso valle la Sierra del Ventós, la sierra propia de Agost; al SO la Sierra del Cid (Petrel). La imagen del Maigmó aparece cubierta de un manto verde: el pinar se extiende por la mayor parte de sus vertientes, existiendo un contraste fuerte y maravilloso con la mole roqueña y pelada de la cumbre. Podría considerarse el Maigmó como un límite o frontera geográfico, pues tenemos que el Maigmó hacia el norte van enlazándose sierras de exuberante vegetación, mientras que al Sur, con el Ventós, el Castellar, Els Talls, Fontcalent, empieza la montaña seca de zonas albarizas y típicas.
SUBIDA AL MAIGMÓ.
Partimos desde el Balcón de Alicante y tardamos unos 45 minutos en subir.
Salimos a las ¿09:00 h.? (salida desde el Balcón de Alicante) de la mañana desde Tibi y vamos a la carretera Castalla-Alicante. A unos 3 Kms. tenemos el cruce y se busca el Km. 25 donde a unos cuantos metros del pilón indicador y a mano derecha según venimos de Castalla vemos una carretera que se adentra hacia la Sierra del Maigmó. La carretera es ancha y tiene una bifurcación al principio; nosotros cogemos el ramal que hace una subida, el cual, pasando un par de kilómetros, es todo camino asfaltado hasta el Balcón de Alicante. Este asoma a la otra vertiente, ofreciéndose a la panorámica de la capital con una buena vista marina. Una vez aquí se toma un camino que tenemos a mano derecha y va adosado a la montaña. Este sendero sube de los más empinado entre pinar y vegetación de aliagas, estepa y algo de coscoja.
Alrededor de las 9 y 5 minutos doblamos el sendero a la izquierda y la subida continúa siendo fuerte. Va desapareciendo el paisaje de pinos y se imponen las coscojas y yerbajos. Si nos volvemos de espaldas tenemos cerrándonos el horizonte la panorámica de la Penya Migjorn y vemos el Castillo de Jijona. Al pie de la Migjorn distinguimos Tibi alargado imitando una cruz. A un extremo y en la lejanía, el pueblo de Ibi.
A las 9:25 llegamos a un collado. A nuestros pies tenemos la otra vertiente del Maigmó, la que mira a la Hoya de Castalla, completamente verde. Al fondo y recto de nosotros, el pueblo de Castalla.
Aproximadamente a las 9:37 h. llegamos a un camino que va todo por las peñas peladas y grises que forman un murallón hasta la cumbre. Y a continuación se mete el sendero por un paso zorra.
Alrededor de las 9:45 h. llegamos a la cumbre del Maigmó. Es estrecha bajo la dura alfombra de la roca, y para alcanzar el pilón del vértice geodésico nos quedan 4 metros muy peligrosos de cubrir, pues a nuestros pies y por todos los lados se abren impresionantes abismos de rocas cortadas a plomo. Muchos ven la cosa y no llegan al referido pilón.