Otra de las visitas a mi tierra, había que subir alguna de mis queridas montañas. Mis viejos compañeros de montaña y amistad de Alicante vendrían con sus niños a acompañarnos esa mañana. Con lo que… si solo tenía una mañana para realizar la escapada, la actividad y se vendrían niños para hacerla, lo mejor es que fuera fácil, corta pero que a la vez sea excepcional.
Entonces pensé en el pico más alto de la Serra del Frare al norte del Maigmó y sobre el Xorret del Catí. Ya que la subida a su alto pico desde el Coll del Portell (la cual está encima de éste) es fácil, corta y de una singularidad extraordinaria. Poco más de 160 metros de desnivel separa el puerto de la cima del Despeñador.
Con lo que el pasado sábado 26 de septiembre con un día soleado y casi caluroso (como casi siempre en las montañas de Alicante) nos acercamos hasta Castalla para coger el camino asfaltado o carreterilla que se dirige desde esta población al Xorret del Catí, para dejar los coches en el punto más alto de la misma, el Coll del Portell a 1.097 mts. Lugar que separa las sierras del Maigmó al sur y la del Frare con las vertientes escarpadas y verticales del Despeñador, al norte.
Jesús, Eva, Infi, Quique, Antonio, María José con sus respectiva descendencia, Anna y yo nos vimos a mitad de mañana en el mismo collado. La subida se realiza por detrás de una caseta de obra para infraestructura de electricidad, supongo para el Hotel del Xorret del Catí abajo en el vallecillo. Un poste indicador te lo deja muy claro. Está muy marcada la senda y sube con tramos planos hacía una especie de collado al oeste del pico Despeñador.
Algunos pasos en roca solo para dar un toque entretenido, para jugar con los niños a subir montañas, y enseguida llegamos a dicho colladito, entre algunos pinos, bosquecillos y tierra arcillosa; después de una senda pedregosa, polvorienta y desgastada en algunos tramos, de arenilla resbaladiza.
Sorprende la visión en esta primera parte de la corta y fácil subida del mismo pico, con sus paredes cortadas, cuadradas, casi como un muro que protege la cima. Supongo que el nombre de Despeñador debe de tener una razón la cual tendrá algo que ver esas paredes cortadas que bajan verticales desde la misma cima del pico.
Una vez en el colladito ya estamos en la cima de la sierra: hacía la izquierda nos recorremos la cima y cresta de la sierra, hacía el Pico del Fraile (Frare), hacía el viejo y extinto Pantá… recorrido que describiré en otro relato… Pero nosotros tomamos la dirección de la derecha, por sendas, roca, piedrecillas sin equivocación alguna hasta la parte más alta y plana de la montaña. Un pilón o eje geodésico nos advierte que estamos ya a 1.261 mts. de altitud en la cima del Despeñador.
El día con su claridad y la montaña con su altura y estratégico emplazamiento nos ofrecen unas vistas extraordinarias, lejanas y casi todas reconocidas… ¡¡Tanto tiempo visitando y pateando estas montañas!! Delante hacia el sur el Alt del Carrascalet en la estupenda y hermosa Sierra del Maigmó, con el mismo pico al final, más al sur con su extraordinario e inconfundible perfil alpino; hacia el oeste el seguimiento de la Serra del Frare y la curiosa forma de la Sierra del Cid como si fuera una silla de montar a caballo, en los que en sus dos extremos se alzan como suaves pero inclinadas, cuando más te acerca a sus cimas, sus dos picos más altos: el Cid y la Silla del Cid. Éste último pico con sus característicos perfiles de barrancos, paredes y abruptas laderas, de hecho toda la sierra la enmarca una especie de barrera, de muro de roca con más o menos inclinación que va desde un extremo al otro ¡Impresionante! Y si miramos hacia el este la Hoya de Castalla, la Penya Migjorn sobre Tibi y al fondo las puntiagudas cumbres del sur de Aitana reconocibles desde cualquier punto en que se vislumbren: Puig Campana, Ponoch, Caval… la gran Sierra Aitana con sus radares en la cima al norte de éstos y el Cabeçó d’Or al sur, delante… toda una amalgama de sierras, montañas y lugares extraordinarios que nos esconde, protege y guarda esta montañosa provincia de Alicante ¡¡Que delicia poder volver a contemplarlas aunque no sea más que por unos minutos!!
¡No hay que acercarse al barranco! Hay que alertar y coger a los niños ya que el precipicio, la pared del barranco y cimera del Despeñador está a poquísimos metros del pilón de hormigón. Por cierto, almorzar con los pies colgando sobre estos barrancos es otra delicia. Almorzamos, hacemos fotos, hablamos, conversamos… la montaña siempre nos une. Compañeros incondicionales.
Pero después de un ratito tomando el sol y maravillándonos con las vistas (no se ha descrito ni la mitad de lo que se llega a ver) decidimos bajar al coche. Es más fácil aún que subir: solo hay que desandar el camino sin más historias y en pocos minutos vuelves a estar en el coche, en el Coll del Portell. Aunque si vas con niños irás más entretenido. Es una buena iniciación para niños pequeños: poco esfuerzo, corto y se sube a una montaña de las más altas y hermosas, con unas vistas increíbles y céntricas sobre el resto de montañas alicantinas.
Quedo a la espera de poder volver y que me dé tiempo a subir otra montaña alicantina… ¿Cuál elegiré la próxima vez? ¿Cual me traerá recuerdos eternos e imperturbables de mis añoradas visitas a sus cimas, a sus laderas, a sus bosques…?