Inocente de mí. Quería comenzar el nuevo año haciendo una actividad emocionante cerca de casa, cuando mi amigo Pep me dijo que le organizara algo por el Montseny para el sábado 9 de enero. Entonces no lo dudé. Repetiría aquella subida casi en solitario (acompañado por Marc de Terrassa que también iba solo) a Les Agudes por Els Castellets. La zona o lugar más abrupto y escarpado de todo el macizo del Montseny, creo yo. La lástima fue que en la anterior vez la niebla y el mal tiempo otoñal me impidieron disfrutar de las vistas increíbles que hay a medida que subes por la cresta; ahora aprovecharía el buen tiempo de este extraño invierno para poder asombrarme con lo que no pude ver la última vez.
La idea era regresar a casa para la hora de comer, así que la actividad debía de durar solo la mañana. La última vez estuve parte de la tarde también al realizar una circular pasando por los hayedos bajo Les Agudes y cerca de Santa Fe. En esta ocasión haremos la subida normal igual que hice en Les Agudes por Els Castellets, saliendo incluso del mismo punto, pero en la bajada iríamos en busca del G.R. que viene de Sant Marçal para enlazar con algún camino o senda que nos lleve de nuevo al lugar donde dejamos el coche aparcado: Plá d’en Mon. Esta bajada la encontraríamos justo al oeste del Coll de Les Agudes, para seguir hacía el norte, paralelo a la cresta, y llegar al mencionado parking.
Todo estaba preparado y organizado. Después de que Pep y Margalida me recogieran en mi nuevo pueblo, seguimos en busca del Montseny y Santa Fe en coche, para seguir la carreterilla en dirección Sant Marçal, Viladrau… y parar en el Pla d’en Mon, igual que en Les Agudes por Els Castellets. Una vez allí haríamos exactamente igual que hice en la pasada y citada actividad; no quería dejarme ni un montecillo ni escarpe de estos Castellets de roca natural por hacer o subir. Pero al final el día tampoco era el mejor: algo encapotado y triste con la cima de Les Agudes cubierta; al menos la cresta estaba limpia de nubes y clara para disfrutarla y recorrérnosla.
Una vez llega el amigo de Eva salimos los 5 en busca de la cima de Les Agudes por la cresta de Els Castellets. Recuerdo el pasar por un punto del recorrido de roca de esta ascensión en el que resbalé y casi me parto la rodilla. Los dolores por los golpes en la rodilla son muy fuertes. La roca seguía resbaladiza, pero yo ya estaba como gato escaldado. No volvió a pasar. Fotos en la subida, fotos del grupo de amigos con las vistas de Els Castellets como si se trataran de gigantes de roca erguidos e inmóviles. Al fin y al cabo el que la cima de Els Castellets y de Les Agudes esté cubierta también le daba un toque magnífico, soberbio, de gran montaña incluso.
Por la subida ya descrita en Les Agudes por Els Castellets nos encontramos algún grupo despistado que descendía por la cresta. No sé si porque no quería seguir el camino hacia arriba al ponerse más vertical o porque estaban descendiendo, desandando el camino. Pero era la segunda vez en mi segunda visita a esta cresta que veía gente descender… También otra pareja que iba delante, llegamos a adelantarlos y a compartir parte de la ascensión y del objetivo de mi cámara. A aparte de esto la ascensión fue muy bien, fría y divertida, con foto en cada parada y cada sitio merecedor (o sea, en casi toda roca de la cresta).
Ya en la parte más alta, para llegar a la cima y punto culminante de Les Agudes, las nubes nos abordan e invaden; pero enseguida llegamos a la delgada cruz de hierro de la cima de Les Agudes (1.706 mts.). Me ha parecida más corta esta ascensión que la anterior y primera que hice… debe de ser por estar más entretenido con la compañía o porque ya conocía el camino de subida y casi con lo que me iba a encontrar… ¡Quién sabe! Es algo que ocurre a menudo.
Fotos alegres en la cima y almuerzo merecido. Nos sentamos bajo la cruz mirando hacía l’Aveteda y Santa Fe allá abajo (cuando las nubes nos dejan verla) entre los raquíticos y despojados hayedos del Montseny en pleno invierno. Pep reconoce a algún amigo que hace tiempo no veía en la cima. Reencuentro de montañeros y amigos de la montaña en la misma montaña. Hay más gente. Les Agudes como el Matagalls o Turó de l’Home son cimas muy visitadas. De vez en cuando esperamos a que las nubes nos dejen observar y admirar el paisaje… pocas veces, y allá abajo, entre el fabuloso bosque de hayas, castaños, encinares, quercus… aparece Arbùcies, y todos los valles ondulados y fabulosamente frondosos que bajan del Montseny hasta sus proximidades. Fotos y más fotos. De repente el cielo se despeja. Las nubes marchan pero el viento persiste. Antes de bajar del pico admiramos Santa Fe y su pantano en medio del marronoso y triste pero exuberante hayedo, el Turó de l’Home, e incluso al fondo el Montnegre.
Para bajar descendemos fácilmente hasta el Coll de Les Agudes al sur. Camino que se sigue para visitar también el resto de cimas de esta parte de la montaña hasta llegar al grupo del Turó de l’Home. Queda a muy pocos minutos. Y a partir de aquí en lugar de descender hacía la izquierda o seguir recto, bajamos por la derecha en busca de las marcas y senda del G.R.-5. Es a partir de aquí cuando comienza un camino nuevo para mí: hay que descender por el G.R.-5 y llegados a un punto más horizontal, desviarnos por un camino hacia la derecha y norte, sin perder demasiada altura, que nos lleve hasta el mismo Pla d’en Mon o a la próxima senda de subida o bajada de Els Castellets. No hay problema. El G.R. está muy bien marcado y la senda, aunque algo vertical, muy transitable… con muchos zigzags. Bajamos altura enseguida y nos internamos en un hayedo; es el Hayedo del Serrat Llarg.
Los caminos y sendas por un hayedo siempre son especiales y auténticos. Hay gente que sube por esta senda, pocos pero algunos suben por mitad del hayedo. Después ya no encontraremos a nadie hasta llegar al aparcamiento. El G.R. deja la seda y desemboca en un camino de herradura; o la senda se convierte en dicho camino, que parece viene por nuestra derecha. Es aquí donde debemos seguir dicho camino hacia la derecha y norte y dejar las marcas del G.R. Vamos en busca, sin saberlo, de la Barraca d’en Codony. Realmente la idea era no seguir el G.R. ya que baja mucha altura, y seguir un camino que ya nos vaya acercando al lugar donde tenemos el coche, el Pla d’en Mon. Íbamos un poco a ciegas pero según el mapa parece que acertamos.
El camino que luego se convirtió en senda estaba muy poco transitado pero era ancho. Cruzaba una parte especial y frondosa del hayedo donde las hojas caídas en algunas partes del camino, hacia que te hundieras hasta la cintura. Risas y fotos. Es un lugar solitario pero excepcional. La dirección es la correcta y la marcha también. Ya hemos dejado de ver entre las ventanas de vegetación y de las alturas las magníficas vistas hacía el macizo del Matagalls: con su manto en diversas y diferenciadas laderas y lomas de hayedos, árboles grises, marrones, blancos, que contrastan con el verdor oscuro a más baja altura de los encinares y quercus. Es realmente fotogénico visto desde aquí. Pero ahora estamos absortos con los rincones de este desconocido hayedo. Hermoso y a la vez macabro bosque de vida y letargo inerte.
Llegamos a un barranco especialmente poblado por grandes hayas, y lleno de hojas secas el suelo, pero por suerte vemos la senda y camino al otro lado del barranco, en la otra ladera, que nos guiará hasta la Barraca d’en Codony. Hemos cruzado el Sot de La Font del Calvari, que desemboca en la Riera de Sant Marçal. La barraca es una pequeña casita o refugio de nueva construcción o al menos la que hubiera existente, se ha reformado. Es pequeñita pero acogedora y con buena planta. Se encuentra en un lugar casi escondido en el límite de este fabuloso hayedo y cerca del nombrado barranco.
Desde aquí a la senda que baja o sube a Els Castellets desde el Pla d’en Mon son pocos metros. Seguimos el camino que llega a la casita y deriva en una especie de desmonte con árboles arrancados o talados y cruce de caminos. La visión es fea en esta parte. Decidimos seguir hacía el norte por una senda que nos sale al paso; a veces perdida pero que al final nos dejará en la senda por la que ya habíamos pisado y seguido para subir a Els Castellets. Un poco mareante y liante esta última parte hasta la senda de Els Castellets, pero se llega enseguida y el trayecto es corto para enganchar el camino de la barraca con la senda. Antes hemos vuelto a cruzar un trozo del hayedo: de nuevo fantástico con sus increíbles ejemplares y rincones. Fotos y más fotos… Recordad que hay que coger dirección norte y casi en subida hasta llegar a la senda de Els Castellets.
Una vez en la senda de Els Castellets la seguimos hacia la izquierda y abajo, en dirección al punto de partida, la carreterilla y el Pla d’en Mon. Al final nos hemos entretenido más de la cuenta y son cerca del mediodía cuando llegamos al coche… ¡¡Que llegaremos tarde a la sorpresa!!.. Ufff ¡Se me ha escapado! Hemos descubierto otro trocito de esta magnífica montaña, de este espectacular macizo, con sus bosques y rincones… excepcional. Y si a la vez podemos darle algo de emoción con la simpática subida por Els Castellets… Perfecto.