La idea original de esta actividad era llegar hasta el corazón de La Calma, en el tercer y más bajo macizo del Montseny desde el famoso y visitado Collformic. Pero subiendo a los turós, cimas, picos que nos quedan en el camino entre Collformic y la misma Calma. La marcha es sencilla y nada dificultosa, el desnivel es leve y las distancias no excesivas… o sea, un paseo por la montaña para aquellos que no quieran excesivo esfuerzo… o con niños incluso.
Poca gente nos acercaremos a hacer esta salida programada para el domingo 10 de abril: Anna, Lourdes y yo seremos los paseantes. Anna sale de un periodo de inactividad y Lourdes de otro, habrá que acercarse a su paso y necesidades. Llegamos a Collformic intentando llegar temprano para poder tener sitio donde dejar el coche. Ya sabemos que este lugar se abarrota de gente, curiosos, visitantes, excursionistas, domingueros… y que los coches pronto llenan los pocos lugares donde dejar el coche. Además hay una guarda que nos dice donde podemos dejar el coche y donde no.
Lourdes nos espera al pie de la misma carretera y sin demorarnos más emprendemos la marcha por estos lares del Montseny. Para comenzar subiremos al inhiesto Turó de Collformic y para ello haremos un recorrido circular subiendo dicho pico por un lado y bajándolo por otro, pero que la bajada nos deje en la dirección al Pla de La Calma. Entonces cogemos el fácil camino que nadie toma desde aquí, el que desde Collformic sale justo hacía el oeste. Es un camino que al comenzar a penas sube y es más bien llano, y lo reconoceréis por que en su comienzo aparecen carteles de zona ganadera y finca particular. También por que atraviesa la zona de la Fageda “negra” según el mapa Alpina.
El camino es fácil de seguir. Atrás dejamos el bullicio y los coches aparcados, poco a poco el ancho y casi aburrido camino se va adentrando en el hayedo siguiendo el perfil de la ladera de la montaña. Esta vez no estamos en el macizo o parte que sube al Matagalls, si no en el macizo de enfrente a éste al otro lado de Collformic… lo recuerdo por si acaso. Entre charlas y fácil progresión debemos llegar al que llaman Collet de Les Bigues. Se reconoce por que el camino sale del fabuloso hayedo y parece que sube a la cima de la loma despejada y sin arbolado para seguir la misma dirección hacia abajo y oeste, pero nosotros buscaremos aquí una senda a la izquierda que se sube por la misma loma haciendo un giro de 180º para ya coger la subida hacia la parte más alta de esta montaña.
La senda no está muy marcada pero es fácil de seguir. A veces da la impresión de desaparecer, pero no hay que dejar nunca la parte alta de la loma cimera. Atravesamos zonas con encinares y zonas más despejadas con vistas al desnivel, al barranco a la izquierda. Ahora llevamos dirección sureste y arriba en busca de la parte más alta de este turó. Y al cabo de pocos minutos llegamos a la cima del Turó de Collformic de 1.285 mts. de altitud.
El día es algo fresco pero soleado. Solo unas pocas nubes altas pero la visibilidad es aceptable hacia el interior, vemos hasta la nieve del Pirineo; hacia la costa, el mar, la neblina y el sol de cara nos impide admirar el Vallès. Fotos de cumbre. No ha costado nada subir pero al menos se despiertan las piernas de aquellos que las tienen dormidas de actividad. Excelente mirador hacia el puerto de Collformic abajo hacia el norte, y de toda la mole de montaña que forma el Matagalls justo arriba de esta y seguida. Podemos ver casi todo el camino excavado, pisado y arreglado en ciertos lugares de subida a dicho pico.
Ahora buscamos la bajada hacia la pista que desde Collformic se dirige a La Calma y lo haremos por una senda, que según el Alpina, pasa por el llamada Faig de La Bandera: es fácil, solo hay que seguir la misma sendilla que baja del Turó de Collformic hacia el sur siguiendo también la parte más alta de la montaña y bajando con ella a medida que desciende hacia el sur. De todas formas la bajada es por otra sendilla que no recuerdo bien si está marcada, pero si es verdad que hay que llevar cuidado de no perderla en ciertos momentos. De todas formas es bajar por la cima de la loma mientras desciende… por si os perdéis.
Llega un momento que en la misma bajada y mientras entramos y salimos del bosque, de la vegetación, observamos las altas ramas y troncos secos de un enorme árbol a la derecha. Creo que es el Faig de La Bandera, es el ejemplar más alto que hay en el lugar y a la vez está indicado en el lugar exacto donde viene en el mapa Alpina. Fotos. Al poco tiempo la senda acaba en pradillos fuera de la vegetación arbórea y arbustiva (hemos bajado combinando ambas), llegamos al lugar que llaman Pla de l’Ase Mort, donde parece hay sitio para dejar el coche y donde la pista Collformic-Pla de La Calma coge la parte más alta de la extraña meseta. Llegamos aquí.
Antes hemos ido observando y fotografiando el próximo objetivo: la formación del Serrat del Puigventós: una alargada montaña muy boscosa en su parte izquierda y bicéfala que cae vertiginosa hacía el este, hacia la Riera de Collformic allá abajo. El Turó del Faig de La Mola y El Cucurull son las dos cimas de este Serrat de Puigventós. Pero realmente son nombres de dos pequeños puntos en el mismo cordal, no son representativos de lo que podrían ser picos. Son las partes más altas y casi indiferenciadas de esta loma, el Serrat de Puigventós.
El desnivel desde la pista hasta la primera de la cima del Serrat de Puigventós es muy poco apreciable. Justo al llegar al nombrado aparcamiento donde hay algunos coches, debemos seguir al otro lado de la misma por un desgastado y casi inapreciable camino o senda en busca de una construcción, una especie de cuadra que queda a la izquierda de la pista y adentrándote unos metros en esta suave, verde y herbosa ladera. Es el Corral de Puigventós o de La Cortada. Entonces dejamos la pista a nuestra espalda y a la derecha y proseguimos por la ladera en diagonal subiendo muy poco en busca de dicha construcción.
Una vez aquí giramos hacia el este por toda la ancha loma de esta ladera subiendo hacía la parte más alta de la montaña que pisamos, ya estamos en el Serrat de Puigventós subiendo a la primera de sus cimas: el Turó del Faig de La Mola. A nuestra espalda vamos dejando el corral y casi la cima del Plá de La Calma. La subida es rápida y suave, un paseo, pero al llegar a la primera cima no viene señalada como tal en el terreno, sencillamente es una elevación de esta loma. Pero encontramos una curiosidad: un matorral en forma de diablo, con sus cuernos, boca y todo. Esto es lo más cerca que está de la cima del Turó del Faig de La Mola (1.244 mts.). Anna y Lourdes pasan por su cima sin detenerse. No se dan cuenta. Pero es que la cima no tiene ningún indicador de ser la parte más alta del Serrat de Puigventós y del Turó del Faig de La Mola. Yo me paro dos minutos y prosigo, las chicas se me escapan.
Ahora la loma cimera que era un prado se convierte poco a poco en un bosque, los árboles no nos dejaran observar el camino ni el paisaje. La llegada a El Cucurull es más interesante, la supuesta senda pasa por intrínsecos pasos de vegetación y encinar que a veces intentan obstaculizar el paso. Pero al final llegamos al final de la loma donde un gran hito de piedras nos dice que ya estamos en la cima del Cucurull (1.241 mts.). Nos paramos aquí, hay una pequeña ventana de espacio de vegetación para poder admirar el paisaje, por ello nos paramos a almorzar y tomar algo. Las vistas hacía el resto de macizos del Montseny son magníficas y directas, hacia el norte y noreste los tenemos los dos: el Matagalls y el Turó de l’Home-Les Agudes… pero también mirando hacia el sur tenemos las alturas del Plá de La Calma y uno de sus cimas más altas, el Puig Drau, con su típica antena en su cima.
Volvemos. Desandamos el camino por toda la cima del Serrat de Puigventós hasta el mismo Corral de Puigventós o de La Cortada. Pasando por la figura del diablo las chicas ya se dan más cuenta de la interesante figura del matorral, como un seto recortado adrede. Al otro lado vemos la imagen y perfil de la altura que hemos hecho hace pocos minutos, el Turó de Collformic entre nosotros y las laderas de la mole del Matagalls. Las nubes bajas aparecen por el lado este del macizo pero no llegan a tocarnos, solo nos impiden observar el fondo del valle de la comarca del Vallès. El vientecillo de levante refresca el ambiente a esta altura e impide que pasemos calor. Pero el sol sigue allá arriba picando e intentando calentar, iluminar el día.
Una vez en el Corral de Puigventós o de La Cortada decidimos seguir con la misma dirección que llevábamos desde la loma del Serrat de Puigventós, oeste, suroeste, en busca de la pista que va de Collformic al centro del Plá de La Calma. Pasamos ahora por una especie de prado con matorrales altos pero sin casi árboles. Un extraño y deshecho camino encontramos para que nos lleve hasta dicha pista. Y una vez en la pista que toca bajar, seguimos hacia la izquierda en busca del corazón del Pla de La Calma (al que no llegaremos).
Andamos tranquilamente por la pista hasta la zona del Pla del Bassau, sitio el cual nos damos la vuelta ya de regreso al coche. Por la Pujada de La Mel en la misma pista pero en dirección contraria y hacia el noreste y norte y sin salir de ella, llegamos al cabo de un tiempo hasta el mismo Collformic. A la derecha hemos dejado el Serrat de Puigventós y al otro lado del Pla de l’Ase Mort, después de la subidita, a la izquierda vemos las laderas del Turó de Collformic. Fotografío el valle que forma la Riera de Collformic hacia el este justo cuando la pista ya está llegando al nombrado puerto, tiene un perfil como de valle de gran cordillera. Y así tranquilamente llegamos a Collformic repleto de coches después de una tranquila y fácil marcha por alturas y llanos entre el mismo puerto y el Plá de La Calma.