Recuerdo aquella decisión con los compañeros del Centro Excursionista Almoradí en la tienda de campaña aquel principio de primavera en la Semana Santa del 2.006: un grupo quería subir el Balaitous, y Sara y David el Gran Facha. Jesús y yo al final nos decidimos por acompañar a Sara y David para conquistar la puntiaguda cima del Gran Facha, mientras el resto del grupo se internaba en los escabrosos perfiles de la Brecha Latour y el Balaitous, en estilo invernal.
Estábamos acampados, solos, en el extraño llano muy cerca de lo que ahora es la Ermita de La Virgen de Las Nieves en las puertas del Embalse de Respomuso. Justo en el punto donde teníamos el embalse a nuestros pies. Fue extraordinaria la subida y conquista del Gran Facha, pero se nos quedó la espinita de subir al gran Balaitous por la Brecha Latour.
10 años más tarde Francesc me pide que organice un Evento en Montañas de La Luna con la subida y conquista al mismo Balaitous. Después de 10 años ¡¿Conseguiré por fin su cima?!
Era el sábado 3 de septiembre cuando emprendemos viaje hacía el Valle de Tena, hacia Sallent de Gállego. Aquí habíamos quedado con Antoni de Lleida. Comimos muy cerca del ayuntamiento donde se encuentra la enorme estatua y figura del Gigante de Sallent, Fermín Arrui (un hombre que vivió en la primera mitad del siglo XX y que llegó a medir 2’29 mts.). Después salimos por la carreterilla que pasa por encima y arriba de la población y que en pocos y maltrechos kilómetros te deja en el Embalse de La Sarra. Justo al final del mismo donde hay un chiringuito dejamos el coche en un hueco del abarrotado parking.
Entonces comenzamos la marcha valle arriba surcado por el Río de Aguas Limpias que alimenta el Embalse de La Sarra, en dirección al Refugio de Respomuso. Juany, Francesc, Rosa, Antoni y yo somos los aventureros; arriba ya están Txell y Olga que subieron ayer por la tarde. El tiempo será bueno, incluso algo caluroso para la época del año, el calor del verano nos está dando sus últimos coletazos. El camino, sendero está muy bien indicado, no hay pérdida, es el G.R.-11 y a la vez hay numerosos carteles que te indican hacía donde puedes ir. Siempre hacia Respomuso.
La característica de esta ruta es que comienzas dirección norte y giras en un momento determinado dirección este. No comienzas a ver las impresionantes montañas picudas del entorno y Circo de Piedrafita hasta que no vislumbras la presa del Embalse de Respomuso. Justo en el giro el valle se cierra caminando casi a la vera del río que hace cascaditas y ruge entre la roca madre. Esta zona es peligrosa en plena temporada invernal, ya que es muy proclive a caída de aludes. Ha habido más de un accidente y muertos. Por ello de una fecha determinada a otra, cierran el Refugio de Respomuso para que nadie se adentre por el peligroso y alúdico valle.
La senda ancha y sin pérdida atraviesa zonas boscosas de extraordinarias hayas y frondosas. Hay mucha gente la cual vemos bajar nada más comenzar la marcha valle arriba. Es otro precioso valle del Pirineo de Huesca con sus hermosos y bellos rincones de bosques, agua y roca. Ya tenía pensado que se me haría largo el camino de subida, creo que entre unas 2 horas, recordando que sí se me hizo largo aquella vez hace 10 años.
Pero pronto llegamos a las orillas y parte alta cerca de la presa del Embalse de Respomuso; aquí es donde acampé sobre la nieve hace 10 años. La vista del Pico de Llena Cantal, Gran Facha, Pico de Campoplano… es impresionante: todos picos piramidales, picudos y sobresalientes bajo un cielo despejado. Hermoso. El primero que nos sorprende es el mismo Llena Cantal, faro sin igual en este Circo de Piedrafita. Al fondo siguiendo la senda llegamos al cercano Refugio de Respomuso ya a la vista. El Embalse de Respomuso es grande pero está medio vacío por la explotación acuífera… no sé si para generar electricidad (en un pasado) o como presa, contención por algún sentido o propósito. Muy cerca está la arreglada y nueva Ermita de la Virgen de Las Nieves. No la recuerdo hace 10 años de haberla visto.
Caminando unos pocos minutos más siguiendo las marcas del G.R.-11, llegamos al reformado Refugio de Respomuso (2.208 mts.), al cual llegamos sin tener sitio, litera, donde dormir. La idea era llevar la tienda de campaña o hacer vivac. Olga y Txell había acampado en las cercanías. El refugio estaba lleno, completo pero no a rebosar. Éste refugio sufrió un derrumbe por la caída de un alud no hace muchos años, de hecho se encuentra ubicado bajo las laderas empinadas de las vertientes del Pico Cristales, que queda al noreste.
Al final Francesc nos consigue sitio en el refugio, pero no en una habitación convencional y normal, si no en la parte de abajo junto a las taquillas. En una sala que, no lo debería decir, estaba inhabilitada para ello pero que tenía sus camas y literas. No era una habitación ¡Gracias amigos de Respomuso! Aunque Rosa en su propósito de hacer noche de vivac fuera, no se queda a pasar la noche en el refugio. Yo también soy aventurero y hará una buena y nada fría noche, pero para mañana quiero estar descansado y que mejor que una cama o litera. La subida al Balaitous no es un paseo.
Pero a la cena sí se apunta. Cenamos todos menos Txell y Olga en el comedor del refugio. Llamo a Anna por la cabina de teléfonos que hay en el mismo comedor (igualita a la de Góriz) pero las llamadas son caras; la señal va por satélite. Vino de Respomuso. Curiosa etiqueta. Un poco de vino no me hará mal a pesar de la esperada deshidratación de mañana. Y a dormir al “sótano” (casi todo para nosotros solos) teniendo extraños y vívidos sueños como casi siempre que duermo en cama extraña.
Al otro día madrugamos. Las chicas que han dormido fuera del refugio vienen al comedor a desayunar con nosotros. Preparamos mochilas y listos hacia la conquista del Balaitous. Anoche vimos a Susanna que ha venido con un grupo de amigos también para hacer el pico, más arriba nos la volveremos a encontrar.
Parece que somos los últimos en salir, pero no salimos tarde. Solo unos vascos que van más rápidos salen al mismo tiempo que nosotros, pero nos adelantaran enseguida. Al principio el camino a seguir no tiene pérdida. La subida es justo por un pequeño y empinado vallecillo que queda justo detrás, en las espaldas del refugio. Es el que llaman Barranco de Respomuso. Un cartel indicador de recorridos de color amarillo en la misma senda de camino al refugio y muy cerca de él, te indica rápidamente la dirección a seguir para acercarse al Balaitous, es la misma que la del Frondellas: hacia el norte, vallecillo arriba. Al principio la sendilla que recorre pradillos muy cerca de un riachuelo no tiene pérdida. Más arriba nos tendremos que guiar por las vertientes e hitos que nos indicaran el camino a seguir entre paredones, rocas y terreno descarnado y abrupto. Es la alta montaña: rocas sin vegetación con escarpados pasos.
Parece que el día se presenta también muy bueno. No hace frío ni aparecen nubes en la mañana. Dejamos a nuestras espaldas el formidable Embalse de Respomuso que va desapareciendo poco a poco de nuestra vista, pero a la vez van apareciendo la formidable muralla de los Picos del Infierno, con su reconocible “marmolada” en medio del alto murallón. Delante de éstos las acostumbradas cimas picudas: Pico de Tebarrai, Piedrafita, Llena Cantal… es un paisaje muy alpino de montañas picudas y sobresalientes las que forma el Circo de Piedrafita sobre el Embalse de Respomuso. Hermoso y espectacular.
Pero nosotros no seguiremos el fondo del valle del Barranco de Respomuso, si no que los hitos nos llevarán a subir por la rocosa ladera y vertiente de la izquierda como queriendo buscar los pilares y contrafuertes de los Frondellas. Seguiremos una subida casi sin tregua bajo los paredones oeste de los Frondellas, hasta llegar a un punto donde hay una gigantesca roca en medio del camino y como que baja de las altas paredes de la izquierda, que no es más que un contrafuerte de la misma, y a un espacio caótico de rocas sueltas, típico de la alta montaña. Entonces aquí los hitos nos harán virar a la izquierda y veremos un hueco en la montaña que antes de llegar a este punto es imposible de ver, y en ese hueco una recta y alta brecha, y arriba de esa brecha una especie de roca que ha quedado atrapada y casi en el aire entre las dos paredes: es la Brecha Latour.
Antes hemos podido admirar enfrente nuestro una impresionante cresta que tendremos siempre a la vista, entre el Pico Cristales (a la derecha y luego detrás) y el mismo Balaitous (al norte de nosotros): unas rocas verticales, estilizadas, casi imposible de aguantarse sin caerse… me recordó a los 3 Hermanitos de Gredos, son el centro de las miradas por su espectacularidad y soberbia ¡Parece un trocito de Alpes! Es la Cresta del Diablo, y éstos son sus cuernos y tridentes. Ésta queda a nuestra derecha y este, entre la llana cima del Pico Cristales y el abrupto y encrespado Pico Soulano. Pero la cresta sigue con otro nombre camino de las alturas del Balaitous, con la Punta de la Défaite, Aguja d’Ussel, Arista de Costerillou… hasta su misma cima. Impresionante y soberbia. Precioso paisaje alpino.
Intentamos acercarnos a la brecha por la subida normal, pero la nieve dura e inestable nos hace bajar hasta lo que llaman la Nevera de la Torrecilla algo destrozada (separa en varios neveros y con barras rocosas, pedregosas por en medio) para medio trepando, medio superándolo, llegar a la altura del comienzo de la Brecha Latour. Antes han llegado los vascos y en la misma brecha, pared por donde se escala y supera esta parte de la ascensión, la vemos abarrotada de gente: el grupo de Susanna están en medio de la última escalada, otro grupo con niños y todo están comenzando la trepada por las clavijas… Por suerte nosotros somos los últimos y al llegar no habrá atasco ni embotellamiento.
Comenzamos la subida por la Brecha Latour. Rosa y yo nos quedamos los últimos ayudando a pasar y superar los pasos medio de escalada en medio de la brecha. No hay nieve en ella, solo cuando sales, abajo… hubiera venido muy bien una buena cantidad de nieve vieja y escalones en esta parte; pero no, todo es piedra suelta, rocas que se mantienen de milagro y polvo. Ayudamos a sobrepasar estos pasos en medio de la brecha, hay que tener algo de práctica y postura para algunos, pero no son difíciles.
Más arriba y en la pared derecha de la brecha nos topamos con que han clavado una serie de clavijas a media altura y en diagonal que llegados a un punto en dicha pared giran hacía arriba como queriendo solventar un paso en medio de esa pared. Y efectivamente en este giro nosotros nos apoyamos en dichas clavijas para superar dicho paso. Ya hemos dejado el fondo de la brecha y ahora trepamos, escalamos por la pared de la derecha. Quitando el paso éste nombrado y ayudado por la clavija, el hierro clavado en la misma pared, la dificultad no es tanta, IIº con la impresión de la caída en nuestras espaldas, pero pronto, nuestro grupo juntito y último que pasa por esta parte de la ascensión, llega a la parte más alta derecha de la Brecha Latour.
Arriba de la brecha un pequeño descanso para admirar el paisaje y la trepada realizada, ya tenemos vistas hacía el oeste con el piramidal y puntiagudo Arriel, y detrás inmenso y llamativo aquel “castillo de Heman” que parece inexpugnable: el Pic du Midi d’Ossau. Estas zonas llamaran parte de nuestra atención y objetivo de la cámara en esta parte de la ascensión y descenso (ya que bajaremos por el mismo sitio) Impresionantes.
Fotos y más fotos, no hay que perder ni un instante del paisaje, de nosotros, de nuestra aventura. Ahora desde aquí solo hay que seguir el ramal o cordal roquedo que hacia el norte nos acerca hasta la cima del Balaitous, ya lo tenemos muy cerca. No hay que ir por toda la cima del roquedal, ya que sería más escarpado, si no por el lateral bajo la misma más fácil transitable (unos hitos os ayudaran a proseguir) a la izquierda del mismo. Al lado derecho de este roqueda queda el vacio y las paredes que miran a la Cresta del Diablo, a la Arista de Costerillou.
A medida que progresamos y subimos a la cima iremos dejando la escarpada y asombrosa mole de Los Frondellas detrás nuestro, muy fotogénica e impresionante desde aquí, y de repente al sur, sureste, a nuestra espalda también, aparecerá una gran montaña con una forma peculiar y característica que se eleva por encima de las picudas cimas anteriores a ella: es el impresionante y precioso Vignemale. Unas vistas excepcionales de una montaña única en el Pirineo. Delante de ella a la derecha queda la puntiaguda Gran Facha, y a la izquierda el Pic de Cambalès y Pequeña Facha. Hermoso paisaje. Mi cámara no parará de hacerles fotos en diferentes perspectivas.
Los hitos nos llevan a la terrosa cima del Balaitous y ya por senderillo hasta la pirámide de mástiles de aluminio de su punto más alto. Ya estoy en la cima del Balaitous, a 3.144 mts., mis compañeros con Rosa delante irán subiendo y llegando a la cima poco a poco. Hemos tardado justo esas 4 horas, hemos salido a las 08:00 y estamos en la cima a las 12:00 aproximadamente. El tiempo sigue bueno pero aquí arriba hay que abrigarse un poco. Las vistas son impresionantes: todo lo descrito anteriormente en la subida pero de golpe (Vignemale, Frondellas, Pic du Midi d’Ossau…) con un solo giro de la cabeza. Aunque ahora también podemos ver el lado francés de la montaña, también escarpado e interesante. Alguna gente aparece por este lado, por una senda vertiginosa.
Ya estamos todos. Almuerzo, fotos de cumbre. No me he quitado ni el casco (es importante por la caída de piedras en la Brecha Latour en la subida y después para los rápeles en la bajada). Hago algún video. Gracias a Luis Segura este verano en Alpes he descubierto que puedo subir un video directo de mi cámara a You Tube o Vimeo sin editarlo… y quedan muy bien si lo haces bien…
Alrededor de media hora después ya decidimos bajar. Toda la bajada se hará deshaciendo el camino, desandando y destrepando (rapelando) lo trepado hasta Respomuso. Pensaba que las bajadas son más rápidas y más si son tan directas como ésta: sin giros extraños ni terrenos llanos… todo valle abajo sin desvíos. Pero los rápeles con tanta gente siempre nos retrasa.
Algunas nubes para hacer bonito y nieblecilla aparecen para quitar visibilidad al paisaje, pero el tiempo sigue genial. Desandamos rápidamente en la bajada hasta llegar a la parte más alta de la Brecha Latour. Los vascos son los únicos que van delante de nosotros y los únicos que bajaran rapelando, el resto de gente que ha subido parece que escogen otra vía de bajada ¿La Gran Diagonal por el Valle de Arriel? Seguramente. No sabía exactamente donde se encontraba esta vía, la Gran Diagonal, en el Balaitous, hasta que lo ví en una foto explicada en internet estos días. También interesante y espectacular ruta. Por lo que deduzco que para enlazar una ruta con la otra solamente se puede hacer si llegas a la cima… a menos que haya un escarpado enlace por las paredes y vertientes verticales entre la salida de la Brecha Latour y la Gran Diagonal bajo la misma cima… No sé.
Observo de lejos a los vascos como preparan y bajan por el primer rapel que iría casi desde la punta roqueda arriba de la brecha hasta otro punto en medio de la misma. Al cabo de unos minutos éstos ya han bajado y es entonces cuando llegamos nosotros y preparamos el primer rapel desde la primera y más alta reunión en toda la brecha, casi desde la misma puntita del roquedo. Tenemos una cuerda de 60 mts. de unos 80 ctms., hay que hacer el rapel con cuerda doble lo que nos dará un máximo de 30 mts., insuficiente para ni si quiera la mitad de la bajada por la brecha. Rosa es la encargada, profesionalmente, de preparar el rapel hasta un punto próximo en la misma pared, no llega a 30 mts. de distancia, pero claro, el desconocimiento exacto de los puntos de reunión nos hace prevenir para no quedarnos sin cuerda en la bajada del rapel.
Bajamos lentos pero seguros. La bajada en rapel con tanta gente y sin los conocimientos físicos del lugar, hace que sea lento y pausado. Después de este primer rapel seguimos destrepando, deshaciendo trepada, por una zona de la pared más segura y mucho menos peligrosa hasta llegar a un balconcito o terracita un poquito más arriba de la última clavija o hierro clavado en la pared. Aquí la pared es más lisa, vertical, el rapel se hará mucho más “limpio” que el anterior. El primer rapel al no estar la pared vertical del todo y al tener que lidiar con los perfiles abruptos de la misma, se había hecho con más molestias a la hora de bajar. En este segundo rapel filmo con mi Canon como bajan los últimos hasta que llega mi turno (el último, como siempre). Desde este rapel bajamos ya al lecho de la brecha, a su fondo en medio de las dos paredes, pero no abajo del todo de la misma… aún nos queda bajada.
Una vez todos reunidos en el lecho de la brecha, entre piedras y rocas que se mueven en medio del mismo barranco, montamos otro rapel para intentar bajar lo que queda de brecha, y así lo hacemos: en la pared de la izquierda según bajamos y en mitad del inclinado lecho de la brecha, una reunión nos indica que desde aquí podemos descolgar la cuerda para montar un rapel. Este tercer rapel quiere saldar la brecha completamente. Es menos limpio que el primero, con algunos golpes y giros en la caída mientras rapelamos, ya que pasa por en medio del inestable fondo o lecho de la brecha con todos sus escarpes, perfiles angulosos o picudos… nada liso y fácil. Como siempre yo bajo el último. Curiosamente este tercer rapel baja tanto que cuando pensamos que ya hemos salido de la brecha, giramos a la izquierda, bordeando el pilar de la pared por la que hemos escalado, para meternos bajo este… hasta que la cuerda se acaba ¡No hay más cuerda! ¡Qué peligro! No son los pasos de subida los que desandamos ahora, es como si nos hubiéramos metido en una mini brecha a la derecha de la Brecha Latour según la miras desde abajo.
Llegados a este punto en el que hemos acabado la bajada de la Brecha Latour, bajamos esta mini brecha por debajo de los pilares de la pared por la que hemos rapelado… aún nos queda un cuarto rapel. Quizás si hubiéramos desandado el camino de subida no hubiéramos encontrado este cuarto rapel, pero el recorrido de aproximación hasta la base de la brecha, en la parte de roca y casi trepada, podría llegar a ser algo delicada para bajar. Así que seguimos fácil bajo la pared fuera de la brecha hasta que nos queda una pared lisa a la izquierda y otra reunión para bajar por este lado en rapel. Realmente ya no hay pared ni roca, pero la pendiente de bajada sigue estando muy inclinada y hay que cruzar algunos neveros supervivientes de este verano. Con lo que hacemos un cuarto y fácil rapel para cruzar un nevero inclinado hasta llegar a una parte de piedras y tierra la cual cruzamos hacia el fondo del vallecillo, en busca de las huellas de otro nevero más abajo que son las que dejamos en la subida.
Después de solventar este último rapel, esta última bajada con la cuerda, la guardamos y seguimos por los neveritos de abajo hasta el lugar o punto donde giramos hacia la bajada, recorrido o vallecillo hacia Respomuso. Curiosamente a partir de este punto y en su mismo giro, ves o no ves la escondida Brecha Latour (como indico a la subida). Seguido a este punto de roca madre como si fuera un mini espolón poco inclinado que baja de la Aguja Cadier, nos encontramos con el campo de rocas sueltas. Aquí nos paramos a comer algo. Serán cerca de las 5 de la tarde cuando reemprendamos la marcha de bajada ¡Tan tarde! Los rápeles nos han entretenido demasiado…
Estupendo bocadillo con lechuga, queso, mantequilla… de los míos. Olga se queda alucinada y le hace una foto. Hay que alimentarse bien y con lo que te gusta. Vistas hacia la Cresta del Diablo; aparte de no cansarnos de verla, es que la tenemos justo enfrente a la izquierda y es imposible no admirarla. Poco a poco se descubrirá de nuevo al fondo, ahora enfrente de nosotros, justo en la bajada, los formidables y puntiagudos picos del Circo de Piedrafita sobre el Embalse de Respomuso (que aún tardaremos en verlo) ¡Espectaculares! Detrás aparece el murallón alto y singular de los Picos del Infierno, precioso. El solo hecho de subir por estos lares para contemplar el paisaje abrupto y alpino de este rincón de los Pirineos, ya merece mucho la pena la visita.
Ahora en la bajada desde el campo de rocas y viendo lo tarde que se estaba haciendo, la intento hacerla rápida. Pero no todos mis compañeros la pueden hacer al mismo paso, el cansancio hace mella en alguno de ellos. Intentamos desandar lo subido, justo hasta el Refugio de Respomuso, por los mismos senderos y siguiendo los mismos hitos. Pero no hay pérdida. La altura la debes de ir perdiendo paulatinamente sin irte al fondo del barranco que queda ahora a la izquierda, el Barranco de Respomuso. Algunos de los laguitos del barranco intentan asomarse sin mucho éxito… parece que es profundo el vallecillo.
Por suerte el tiempo nos ha respetado y el día ha sido espléndido. Menos mal porque al final estaríamos toda la jornada de actividad en la montaña. Incluso la pequeña ola de calor no nos ha afectado. Nos hemos abrigado en la cumbre del Balaitous y todo.
La bajada la hago rápida. Detrás de mi me siguen mis compañeros. Txell y Olga van más retrasadas, pero Francesc les acompaña. Me acuerdo de los rincones e hitos pasados en la subida y me adelanto. Pero espero de tanto en tanto al grueso de los compañeros; mientras hago fotos al paisaje envidiable que se vislumbra desde aquí, desde algunos puntos de la bajada: Los Infiernos son el blanco de mi objetivo y su zoom. Y yo soy el blanco de la cámara de Juany por enfilarme a un peñasco sobresaliente en forma de balcón.
En poco tiempo llego a la última ladera herbosa de bajada al refugio. Ya comienza verse el Embalse de Respomuso y al poco tiempo su refugio. Bajo rápido para no perder mucho tiempo en llegar al coche y a casa… pero me parece que no llegaremos temprano. Ya estoy en el Refugio de Respomuso. Son las 7 de la tarde. Al poco tiempo llega Juany, Antoni, Rosa… Olga, Txell y Francesc poco más tarde. Recogemos las cosas. No tengo una moneda suelta para llamar a Anna y decirle que hemos bajada tarde y que llegaremos muy tarde a casa. Espero en la terraza de entrada del refugio con mi mochila ya a punto. Hay un guiri que está cruzando los Pirineos en solitario y no tiene ni papa de español. Dice que quiere subir a la Brecha Latour, subir al Balaitous, bajar a la brecha de nuevo y antes de bajarla dirigirse al Col Noir al oeste de la cima de la montaña para pasar el Pirineo Francés. Intentamos decirle como está el tema allá arriba, que va cargado con una mochila de travesía y que los pasos pueden ser peligrosos… no hay manera; «el Alpina dice que hay paso, y hay paso” parece que nos dice en un inglés raro el guiri señalando el susodicho mapa… ¡Haaa, si supiera cómo cambia a veces el terreno comparado con los mapas!
Son las 8 de la tarde cuando comenzamos la bajada del Refugio de Respomuso al coche, aparcado en el Embalse de La Sarra. Quiero ir rápido, el tiempo apremia, pero nos coge la noche. Todos sacan sus frontales, yo no me paro ni para eso y en plena noche intento guiarme por mi poca vista y los destellos del frontal de Rosa que sigue detrás de mí. Cuando veo que me alejo y no me llega su haz de luz, me paro pocos segundos hasta que ya veo al acercarse ella. Se hace larga la bajada, solo hay que desandar el trayecto por la magnífica senda y camino que hemos hecho para subir al refugio. Una parada para reagrupar. Pocos minutos y sigo bajando con la velocidad y la prisa que me dá la vista de poder moverme a oscuras por esta senda.
Son las 10 de la noche cuando llegamos al coche. Por fin puedo llamar a Anna… ¡Que cabreo que lleva! Menos mal que ha podido llamar a las 7’30 al refugio y le han dicho que ya bajábamos. Y con esta marcha nocturna y frenética acaba una actividad increíble y fabulosa. No creía que la Brecha Latour tuviera tantos rápeles. Ha sido incluso casi más excepcional que la subida al Pic du Midi d’Ossau, por el tramo de la Brecha Latour. Verdadero faro de los tresmiles más occidentales del Pirineo, mirador casi del Pirineo atlántico hacia el oeste y del comienzo del Pirineo más alto hacia el este… ya me he quitado la espinita Jesús Santana. Y ha merecido la pena, es una montaña que hay que hacerla. No hay que perdérsela.