De nuevo volvemos al Montnegre. Esta vez la idea es poder pisar algunas de sus cimas y cumbres más altas. Hemos realizado varios recorridos por sus laderas, rieras y bosques pero no habíamos llegado a tocar sus cimas, al contrario que en El Corredor.
Por ello idee una ruta para poder realizar una circular bonita y nada difícil por dos de sus picos y lugares más característicos de su cima: El Turó d’en Vives y La Telefonista o Turó Gros, sus cimas más altas son las escogidas. Y a la vez seguiríamos el recorrido hasta la parte más al este de la cima, pasando por Santa María de Montnegre. Todo esto desde un punto no demasiado alejado, ya que la marcha y actividad sería muy larga si salimos de los habituales lugares de La Batlloria y otros puntos limítrofes con la sierra. Por ello había que dejar el coche en el mismo corazón de la sierra, en Sant Martí de Montnegre, para desde aquí y fácilmente realizar dicha marcha.
La pista es algo sinuosa desde la urbanización de los Bosques del Montnegre en Sant Celoni hasta llegar a Sant Martí de Montnegre, pero curiosamente es la que mejor está de todas las que llegan a este santuario y restaurante. Hay gente nueva, buena gente e incluso se nos acopla una miembro de Montañas de La Luna que no pensaba venir pero que ha perdido la hora para hacer otra actividad que había pensado; bienvenida Maite.
Ya estamos todos. Sobre las 9’30 salimos del parking de arriba del restaurante de Sant Martí de Montnegre. No pisamos ni el santuario. Justo aquí pasa la senda del G.R.-83 y un recorrido señalado en un poste. Justo ese será parte del recorrido que haremos siguiendo el P.R. SL-C 103 por toda la cima del Montnegre, y añadiendo un desvío para acercarnos al Turó d’en Vives.
Así pues, en este sábado 8 de octubre con pinta de hacer un buen día de sol y poco calor, aunque con algunas nubes que poco veremos a causa de la frondosa vegetación por la que cruzaremos, salimos por esta senda pegada a la pista y parking señalada con las marcas del G.R.-83 y hacía arriba, ladera arriba, por en medio del estupendo bosque. Sureras y helechos han sobrevivido a este seco verano, y con las primeras lluvias del otoño aparecen resplandecientes y luminosos dentro de la misma oscuridad del bosque. Al poco tiempo de coger esta ancha senda, ésta acaba en un camino y un cruce de G.R.s, ahora seguimos hacia la izquierda y arriba por un camino el G.R.-5 que es el que nos llevará hasta lo más alto de la sierra. De hecho este G.R.-5 atraviesa la sierra y baja por las laderas sur hasta la costa del Maresme. No hay pérdida: camino y marcas de G.R.
Ya comenzamos a atravesar lugares de extraordinaria frondosidad y vida en estos bosques cercanos a la cima del Montnegre. Rincones hermosos, fotos que no tienen desperdicio. Llegamos a un punto que es como un cruce de caminos y como medio llano rodeado de gigantescos, altos y gruesos árboles en su mayoría encinas, Quercus. Es el Coll de Basses. Un postecito pequeño nos lo indica a la derecha y poco antes de llegar al tronco de uno de los gigantes. Parada para admirar la naturaleza del lugar, estos formidables y enormes árboles. Increíble y precioso. Fotos. Fotos con los compañeros de actividad para comparar la envergadura de los ejemplares con nosotros; son hermosos gigantes.
Desde aquí seguimos la pista hacía arriba y norte, recto; y al poco tiempo llegamos a otra altura y cruce de caminos: hacía la izquierda sigue el P.R. que baja a la espectacular zona de La Roureda i Faigs d’en Preses y después sube hasta la cima de La Telefonista, y el camino de la derecha sube un poco siguiendo las marcas del G.R.-5. Estamos en el Vaivé de La Casanova. Llegados a este punto giramos a la derecha siguiendo el G.R., pero sabiendo que tendremos que volver a este mismo lugar para seguir el camino de la cima del Montnegre. Al otro lado del Vaivé de La Casanova, en el cual ya estamos a 727 mts. de altitud, cruzamos a la nublada pero también boscosa y verde vertiente sur de la sierra. Seguimos el camino que lleva las marcas del G.R. y que parece baja de altitud, dejando un barranco a nuestra izquierda.
Otro cruce: el G.R.-5 sigue por la pista que sale hacia la izquierda y baja apreciablemente, nosotros debemos seguir en dirección oeste en busca del Turó d’en Vives, la primera altura que visitaremos de las cimas del Montnegre, por ello seguimos por la derecha el mismo camino que no pierde altura y sigue cruzando esta ladera de la sierra. Estos rincones también son hermosos, verdes y frondosos. Parece increíble que esta sierra de clima mediterráneo tenga esta vida y preciosidad natural. Siguen habiendo nubes que vienen del mar y no vemos la costa, pero sabemos que las playas del Maresme están ahí abajo. Llegamos a otro crucecillo de caminos. Éste no viene en el mapa. Giro hacia la derecha y arriba para seguir un caminillo de herradura que de nuevo gira a la izquierda y parece que va paralelo al camino que seguíamos pero a mayor altura. Error. Hay que seguir el camino que llevábamos más principal; ya que éste llega un momento que desaparece y debemos seguir monte a través sin subir ni bajar mucho, en diagonal por la boscosa ladera, hasta toparnos de nuevo con el anterior camino que llevábamos que ha girado hacia el norte. Bajamos a él y lo seguimos hacia el norte, hacia la derecha. Estamos en lo que llaman el Montnegre de Ponent, muy cerca de lo que llaman el Freixe (pero no llegamos a visitar esta construcción o lugar).
Parece que el camino que seguimos quiere saltar de nuevo a la ladera norte de la sierra, bordeando laderas onduladas de cimas superiores a los 750 mts. Llega un punto en que aparece otro camino a la izquierda con marcas azules como diciéndonos “este es el camino que hay que seguir para llegar a la cima del Turó d’en Vives”. En el Alpina no aparece, pero está claro que mirando la orientación del camino, relieve y montaña, la dirección del mismo es llevarnos a Prat Perelló (que no tiene nada de prado, por cierto). Y así seguimos este corto camino hacia la izquierda y oeste, con un poco de bajada, hasta llegar a una zona muy boscosa y frondosa la cual hace la apreciable forma de collado. Es el Prat Perelló a 724 mts. Fotos junto a los curiosos y espectaculares árboles; parecen avellanos o “árboles de judas” (muy parecidos entre sí). Preciosos. Desde aquí debemos seguir la senda existente y marcada con esas pintadas azules, al otro lado del colladito, que nos llevarán por un enmarañado bosque frondoso de encinares cerrados y hermosos, ladera arriba y allanada después, hasta la misma cercana cima del Turó d’en Vives.
La cima del Turó d’en Vives a 766 mts. no es pico, más bien llano, y está en medio del frondoso bosque. Una placa, un cartelito, un buzón y algún belén cogidos al tronco de una encina viva, nos dice que estamos en dicha cima. “¡Un buzón! ¿Para qué un buzón para escribir en la cima?” Se pregunta alguna de las participantes. Yo le explico mis recuerdos de mis andanzas por las montañas de Alicante. Es típico y común que los clubes de montaña pongan una libretita, buzón para que cada excursionista, cada montañero escriba sus experiencias para llegar aquí. Aún recuerdo el “artículo” publicado en “Centro Verde” sobre dichos escritos encontrados en la cima del Cabeçó d’Or en Busot… ¡¡Que risa!!
Después de las fotos de cima y de almorzar (que ya había alguno que me lo pedía hace media hora), decidimos seguir el recorrido. Debemos desandar el camino para seguir con la marcha, ahora toca ir a la cima más alta del Montnegre… aunque según el Alpina tanto este Turó d’en Vives como La Telefonista (que parece ser el punto culminante de la sierra) tienen la misma altura. Deshacemos camino para llegar hasta el nombrado Vaivé de La Casanova, colladito en el que volveremos a coger el recorrido del P.R. SL-C 103 que ya no volveremos a dejar. Pero esta vez no iremos monte a través como a la ida, no dejaremos el camino principal.
No hay pérdida, aunque si no está atento el grupo se pueden desviar algunos despistados siguiendo el G.R.-5 hacia la derecha y bajando en busca de Mataró y la playa. Un silbato, una espera y nos reagrupamos. Una vez en el cruce con el G.R.-5 hay que seguir recto, sin sensación de bajar o salir, bajar de la ladera. La vegetación de este camino es especial, hermosa, fotos para inmortalizar el lugar. Y después de una subida algo empinada pero corta (que a la ida hemos bajado) llegamos al citado lugar, cruce de caminos, el Vaivé de La Casanova. Hacia abajo e izquierda volvemos a Sant Martí de Montnegre, nosotros seguimos hacia la derecha por el camino y marcas del P.R. para subir a La Telefonista o Turó Gros, no hay perdida, ni hay que salirse del camino ni nos cruzaremos con demasiados otros caminos, siempre dirección este y arriba; pasaremos por uno de los lugares y bosques más hermosos del recorrido y de la misma Serra del Montnegre: La Roureda i Faigs d’en Preses.
El camino baja un poco y después comienza a subir poco a poco pero sin molestar a los que estén cansados. Justo en la parte más baja del camino un letrerito del parque natural nos anuncia que estamos en el fabuloso lugar y bosque de La Roureda i Faigs d’en Preses. Donde unos majestuosos, vivos, altos, extraordinarios robles y alguna haya nos acompañan, dan sombra y animan a jugar con sus luces, sombras, verdor y la cámara de fotos. Verdaderamente es un lugar fabuloso, un bosque extraordinario… más de uno pensaba que jamás se iba a encontrar un bosque y lugar así en esta sierra; como si fuera La Garrotxa o los robledales del Collsacabra. Impresionantes y hermoso. Hay que resaltar la altura y estilismo de estos ejemplares: delgados pero fuertes y muy altos, que hacen las delicias de nuestras pupilas y zoom de la Canon. Justo mientras subimos por el camino siguiendo las marcas del P.R. y sin desviarnos el bosque estupendo desaparece y ante nosotros, casi en un claro junto al mismo camino, se para el grupo bajo una alta torre de vigilancia de incendios.
Miro el mapa. La única torre de vigilancia de incendios se encuentra en la cima de la sierra, en La Telefonista o Turó Gros a 766 mts. de altitud. Sin comerlo ni beberlo hemos llegado a la cima del Montnegre. Me despista el lugar: el bosque, los encinares tapan las vistas, parece que seguimos metido en las laderas boscosas de la Sierra del Montnegre… ¡No hay vistas desde la cima del Montnegre! (A menos que te subas a la torre de vigilancia de incendios). Me sorprende. No esperaba que la cima sea esto y hayamos llegado tan de sopetón. Parada para asimilarlo. Fotos de rigor, de grupo… estamos en la cima del Montnegre.
Poco tiempo permanecemos en la cima y ya estamos siguiendo el camino hacia el este, sin desviarnos. Debemos seguir las marcas del P.R. blancas y verdes, éste nos llevará por recorridos y nos devolverá a Sant Martí de Montnegre sin necesidad de ver el mapa. Verdaderamente que el camino que seguimos es un verdadero lujo con los ejemplares y bosques que cruzamos con él. Llega un momento que deja de ser camino para convertirse en ancha senda, y recorre toda la cima de la sierra en dirección este. Es tan espeso el bosque que cruzamos, que no llegamos a apreciar el cielo, si hace sol o está nublado. Un postecito: el Vaivé de Casa Vella, y seguimos las marcas del P.R. sin pérdida alguna. Pero es imposible saber si estamos en un collado o en que parte de la sierra… todo es bosque y nada de orientación geográfica.
Seguimos el caminillo que parece que tiende a bajar poco a poco. El bosque se espesa y aparecen especies y ejemplares iguales a los vistos en el colladito antes de subir al Turó d’en Vives, en Prat Perelló. Justamente me doy cuenta de que el recorrido no pasa justo por la parte más alta y cima de la sierra, si no por unos metros más abajo hacia el norte, por el espeso bosque de la ladera norte. Un cruce y una indicación en un cartelito de madera. “Santa María de Montnegre”. Otra senda aparece a la izquierda y de bajada, mientras la que seguíamos sigue recto sin bajar. Para seguir el P.R. y pasar por el templo debemos desviarnos por esta nueva sendilla y recorrido que nos hace pasar por otro precioso bosque cerrado, y con la característica de que baja sin cesar, hasta salir a una especie de claro junto a un ancho camino o pista y el templecito antes nombrado.
Rápidamente desde el último cruce de sendas, hemos llegado a Santa María de Montnegre. Una parada. Fotos al templecito, a la virgen y a su historia. Pequeñito y casi austero como las abandonadas y perdidas iglesiecillas de las montañas. Una barandilla nos separa de los restos de lo que fue un gigantesco árbol. Destruido y casi arrancado por un temporal no hace muchos años. Ahora un retoño lo precederá. En el camino unos motoristas de trial, de esos que destrozan las montañas y los caminos, cuyos horrendos sonidos, ruidos de motor y acelerones, los hemos estado oyendo desde hace horas, tal como motosierras asesinas sin control, han parado también a “admirar” el templecillo.
Abajo del templo y el camino, justo en la laderilla, una fuentecita: la Font de Santa María. Lleno la cantimplora y ya me están llamando para proseguir el camino sin más demora. Abajo de la fuentecilla aparecen grandes árboles, hermosos rincones, pero ninguna senda que seguir hacia Sant Martí de Montnegre. Con lo que el P.R. nos dice que debemos seguir el camino, la pista, de bajada, ahora en dirección oeste, noroeste, hacia la izquierda según hemos llegado a Santa María, si queremos volver a Sant Martí de Montnegre. Desde aquí todo será camino transitable, pista, hasta llegar al lugar donde hemos aparcado el coche.
Este primer camino no es del todo feo: castaños y frondosidades boscosas intentan invadir los arcenes y el espacio en el cielo. Ahora ya vemos el cielo, sigue medio nublado, medio soleado. Después de bajar todo el tiempo y de algunas curvas según se perfila el terreno con los barrancos que bajan de las alturas del Montnegre, llegamos a un cruce con otra pista. Un cartel de lugares a los que puedes ir por estos caminos, en vehículo motorizado o bicicleta es la clave del cruce. Nosotros entonces seguimos hacia la izquierda de nuevo, hacia el oeste, por lo que parece será la pista principal que nos llevará hasta las mismas puertas de Sant Martí de Montnegre sin desviarnos por ningún otro camino más. Aquí sí que no debe de haber pérdida.
Monótono y a veces hasta aburrido camino, pista. Ni subimos ni bajamos, no se aprecia desnivel y parece que cruza la ladera de la sierra de este a oeste sin moverse de una misma altura. Nos cruzamos con un coche en el cual una familia nos pregunta por unas lagunillas. “Quedan más abajo, por este camino no llegaréis a ellas” (otra idea para otro recorrido por las laderas del Montnegre). Una curva y otra curva siguiendo el perfil del terreno, de los barrancos que bajan desde las alturas de la cima del Montnegre (como en la anterior pista). Pero esta es más larga. Y como no, siempre aparece un “¿Cuándo llegaremos?” de boca de alguna que ya está harta de caminar por la afanosa pista.
En una de las curvas nos topamos con un estupendo y espléndido, así como grandioso y gigante ejemplar de encina. Es la Alzina Grossa de Can Preses. Fotos y admiración. Son increíbles estos ejemplares tan longevos y grandiosos; que como a un verdadero anciano, deben de ayudarse de “muletas, hierros y bastones” para poder seguir adelante y hacia arriba, y que no se les caigan las enormes ramas, con sus increíbles troncos. El grupo ya ha pasado el cruce de Can Preses y su original cartelito, y enseguida llegamos a las inmediaciones de Sant Martí de Montnegre, donde está el coche.
Pero antes de llegar al templo y bar donde comenzó la marcha, un vistazo a las alturas de la boscosa sierra, hacia atrás, arriba aparece el tejadillo de la torre de vigilancia de incendios de La Telefonista… parece tan cerca y a la vez tan esforzado de llegar entre esa maraña de espesa y frondosa vegetación… Es pronto. Tomamos algo en el restaurante, en su terracita, antes de irnos cada uno a comer a casa. Nuevos compañeros y nuevos descubrimientos en esta especial y hermosa sierra, tan desconocida a veces como fabulosa. Preciosas las boscosas cimas del Montnegre, verdor, magia y hermosura la envuelven, y la llenan de color y vida.