Después de 2 años de la última y primera travesía por los espacios, volcanes y lugares de la estupenda y verde comarca de La Garrotxa, ya tenía ganas de volver y realizar otra, con destino Santa Pau y el singular Hostal de Can Menció, y cenar en Can Rafelic.
Pero la idea era realizar una travesía de 2 días sin tocar direcciones de la anterior travesía, entonces mirando poblaciones, lugares y recorridos vi que desde el pueblo de Sant Aniol de Finestres se podía hacer perfectamente hacia Santa Pau cruzando la Sierra de Les Finestres. Además tocaremos lugares, sendas y recorridos de dicha sierra que ya me recorrí en el relato Serra de Les Finestres, con lo que parte del camino era conocido.
Al final solo Anna y yo somos los aventureros que nos atrevemos a realizar esta marcha Anna con su mochilita en miniatura, casi de juguete, y yo con el mochilón de travesía. Esta primera parte no debía de ser demasiado larga y estar antes de las 4 de la tarde en Santa Pau ya que sobre esa hora comenzaba el Barça-Madrid y había que verlo. Pero tampoco salimos temprano de Sant Aniol de Finestres, al contrario, salimos más tarde que en la anterior travesía. Por ello descarté el acercarnos al pico más alto de la Sierra de Finestres, el Puig Sallança y dar una pequeña vuelta por su cima para admirar y recrear nuestra vista con el estupendo hayedo, con los magníficos ejemplares de hayas que allá nos encontramos en Serra de Les Finestres.
El tiempo no iba a ser tan bueno como en la pasada travesía, pero tampoco llegaría a hacer tanto frío como hace dos años. Este primer día nos encontramos un día soleado, templado, incluso para remangarse la manga larga en la sudada subida en la Sierra de Les Finestres; pero el domingo, al día siguiente podía caer alguna llovizna, el día iba a estar más nublado… ya veremos.
La idea es salir a las 10 en punto de la mañana de Sant Aniol de Finestres, enclavado casi al final del Valle de Llèmena, al norte del mismo, y al sur de las boscosas y verdes laderas de la Sierra de Les Finestres. O sea, quedaba al sur de Santa Pau que se encuentra al otro lado de la nombrada sierra con lo que primero que íbamos a encontrarnos es con las laderas sur o cara sur de la Sierra de Les Finestres. Para iniciar el recorrido señalado muy bien en el mapa Alpina (esta vez todos los recorridos estarán señalados con G.R. o P.R. para que no haya confusiones y no nos encontremos con alguna puerta o valla que nos cierre el paso) no hay que entrar en el mismo pueblo justo después de cruzar el puente sobre la Torrent de Conques y unos enormes árboles y vegetación, a derecha e izquierda nos quedaran sendos caseríos, el de la derecha es un restaurante que dicen que no puedes pedir carta, que comes lo que el dueño ha decidido cocinar ese día… es Can Tura. Reconocible por la cantidad de animalillos con alas que tienen sueltos por los alrededores de la casa.
Justo desde aquí sale un camino asfaltado recto hacia el norte que atraviesa campos de labranza o pasto, y va en dirección a una frondosa y tupida sierra; esta es la Sierra de Les Finestres. Justo al comenzar esta pista asfaltada o carreterilla, unos carteles indicadores que nos hablan de la comarca, de recorridos y demás, nos dan la señal de que por aquí es por donde hay que seguir. Marcas de P.R. blancas y amarillas aparecen por sitios pegados al camino asfaltado. Sant Aniol de Finestres queda a la izquierda, siguiendo la carretera medio kilómetro más; en alto, en la ladera de una boscosa colina. La iglesia y sobre todo su campanar resalta sobre el resto de las pocas y grandes casas. Nosotros dejamos el coche nada más comenzar la subida bajo el pueblo, para luego ir andando esos pocos metros hasta el comienzo del caminillo asfaltado al otro lado de los carteles, y dejando a la derecha las casas y animalillos de Can Tura.
Enfrente nuestro y bajo un cielo radiante, azul claro y un día soleado no demasiado frío, aparece la Sierra de Les Finestres con su impresionante bosque, frondoso, exótico, y sus recovecos, sus paredes, “cingles” y perfiles que le dan una forma y figura peculiar una mole sobre dos filas de paredes que aparecen por encima y en medio del verde bosque, forma la parte más alta de la sierra, la cima del Puig Sallança. A la derecha una boscosa crestecilla con 3 piquitos redondeados, uno de ellos, el más alto, con una mole de roca en la parte más alta que le dá forma, pero no tan grande como en la mole del Puig Sallança… es el Castell de Finestres. Bajo estos promontorios del Castell de Finestres y algo más a la izquierda en la cima de una boscosa ladera de la sierra que sube hasta dicho lugar, aparece una construcción llamativa y sobresaliente pero no demasiado abultada en la inmensidad del bosque de la Sierra de Les Finestres es Santa María de Finestres. Por estos dos últimos lugares tengo intención de pasar y visitar (casi por obligación por qué pillan de camino hacia Santa Pau desde aquí, al menos Santa María de Finestres). Y ambos lugares ya visitados en el nombrado relato Serra de Les Finestres.
Así pues nos ponemos en marcha cruzando esos campos labrados en busca de los bosques de la Sierra de Les Finestres caminando primeramente por el caminillo asfaltado. Al otro lado del mismo, éste acaba o se bifurca en otros dos, o acaba en otro que le es perpendicular y paralelo a la ladera de la sierra que ya empieza a empinarse. Un cartel indicador de recorridos nos muestra e informa de los diferentes lugares a los que podemos llegar; justo al otro lado del puente que cruza la Riera de Llèmena, río que cruza todo el valle hacia el sur, sureste y nace en esta célebre sierra. El bosque aquí ya comienza a cubrirnos. Giramos a la izquierda siguiendo este camino ya sin asfaltar y a pocos pasos (hay que ir atentos para no pasarnos) descubrimos otro cartelito con indicaciones a la izquierda y un paso como de subida al otro lado del camino, en el lado derecho del mismo, casi invisible, pero que es el inicio del sendero marcado como P.R. que nos subirá, por toda la boscosa ladera sur de la Sierra de Les Finestres hasta la nombrada Santa María de Finestres.
“Santa Pau (por Santa María de Finestres) 3 h. 20 m.” nos dice el cartelito “¡¡No está muy lejos!!”, se asombra Anna… ¡A ver lo que tardamos! Hemos salido sobre las 10’20 de la mañana y antes de las 4 de la tarde hay que estar en Santa Pau; según el cartelito y aún con la subida (que no lo cuenta el cartelito) al Castell de Finestres, nos debe de dar tiempo e incluso recrearnos. Y por una hendidura a la derecha en el camino que le han puesto algunos troncos en forma de escalones, nos adentramos en la fantástica Sierra de Les Finestres.
La soledad y unos pocos tiros lejanos de cazadores serán nuestros acompañantes hasta toparnos con una “familia” de vacas y la construcción de Santa María de Finestres. La subida al ser P.R. está muy bien marcada y es paulatina, con pocos o ninguno desniveles fuertes para superar la altura del fondo del Valle de Llèmena y la ubicación de Santa María de Finestres. Además discurre por verdes y frondosos pasajes del tupido bosque de la sierra por su cara sur; sobre todo encinas y algunos robles, quercus en general, invaden toda la ladera sin dar ocasión a despejar la montaña… en muy pocas partes de la subida se despeja para ver el sol, el cielo o el escondido paisaje en la subida.
Poco hay que decir de la subida por la senda marcada. Es fácil y parece larga si vas a un ritmo más lento del que toca. No hay muchos cruces y yo de vez en cuando miro el Alpina que dibuja exacto el recorrido de la senda que llevamos, pero hay que seguir siempre las marcas del P.R. No hay pérdida. Al cabo de un tiempo nos topamos con una pista cementada que sube haciendo zigzag con curvas pronunciadas en busca de las alturas de la montaña. Aquí decidimos parar a desayunar, almorzar, ya que veo que la construcción de Santa María de Finestres aún queda relativamente lejillos como para esperar y seguir subiendo con el estómago vacío y Anna sin parar de decir que tiene hambre y quiere parar a comer. Otro solitario ciclista aparece con todo su esfuerzo y valentía subiendo por la pista cementada, mientras nosotros nos ocultamos bajo las encinas y pinos a la vera de los límites del camino.
Al cabo de unos minutos decidimos seguir la senda. Unas vacas con sus terneritos nos cierran tiernamente el camino a seguir. Al poco de caminar por la marcada senda ya vemos entre las copas de las encinas la construcción medio fortificada de Santa María de Finestres; con esa torre medio circular como sacada de un castillo medieval y esa ubicación tan estratégica como paso obligado si quieres cruzar al otro lado. Poco después la senda marcada nos saca de nuevo a una pista, la misma pista de antes que esta vez no quiere subir más y seguir camino de Mieres. Nosotros la seguimos en pocos metros hasta que las marcas del P.R. nos indican que nos desviemos por otro caminito más intransitable hacia la izquierda y arriba en busca de unas casas medio abandonadas. La construcción de Santa María de Finestres la tenemos aquí arriba a menos de veinte minutos. Estamos en Raspats.
Desde aquí poco tiempo para la contemplación, seguimos las marcas del P.R. que ahora se convierten en seda que quiere subir por la ladera de la loma cimera de este cordal, por un estupendo y fabuloso bosque de encinas y robles, Quercus. Pero la subida no será muy larga aunque sí avanzamos y superamos desnivel, hasta que la visión de la magnífica y férrea construcción nos deje pararnos para hacernos unas fotos con el fondo de Santa María de Finestres. Ya por la roca desnuda rodeada del magnífico bosque cayendo por sus laderas, seguimos el cordal hasta los muros de este santuario, hospital, castillo, refugio… una mezcla antigua de todas estas construcciones y utilidades.
Ya estamos en la Santa María de Finestres, se oyen otras voces, hay alguno más curioseando por aquí. Un pasillo que atraviesa el muro como un pasadizo secreto al aire libre nos lleva a la parte de atrás donde está el refugio y la puerta principal de las construcciones, algunas de ellas en ruinas; nos hacemos una idea de la importancia de este recinto en el Medievo.
Ya había estado aquí en Serra de Les Finestres, y seguiremos a partir de ahora y hasta llegar a la misma población de Santa Pau el mismo recorrido que en dicho relato, desde que bajamos del Castell de Finestres. Pero desde aquí hay que subir a dicho castillo, y siguiendo el mismo recorrido que en el relato descrito, nos internaremos por entre los enormes y hermosos ejemplares de encinas que hay detrás de las construcciones entre unas extrañas mesas de granito que forma la roca viva en esta parte del sitio; no sabemos si esculpidas por el hombre o por la misma naturaleza, el caso es que nos internamos entre estos gigantes escalones para dejar a nuestra espalda justo el santuario y seguir otra estupenda senda entre un cuidado y exuberante bosque de encinas en dirección al Castell de Finestres.
En la subida seguimos por el frondoso y vivo encinar y justo en la parte alta de la montaña, de la peña, admiramos por fin al otro lado, la cara norte de la sierra, de la montaña, el exuberante y esperado hayedo, desapareciendo aquí el bosque de encinas y robles.
Y justo después de la pequeña subida por la antigua escalera con escalones de piedra de una sola pieza, llegamos a la parte de arriba del promontorio donde un cartel nos indica que estamos en lo que fue el Castell de Finestres a 960 mts. de altura. Vemos bajar a unos tipos con un niño y un detector de metales ¿cazadores de tesoros, pero me dicen que no han encontrado nada. Realmente no sabes que en esta ubicación hubo un castillo a no ser que te lo digan y te quedes observando las piedras y derrubios justo en la misma cima. Como en aquel año de Serra de Les Finestres, los belenes y nacimientos siguen en el mismo lugar de la cima, en ese mirador hacia el norte donde puedes admirar el blanco Pirineo, abajo en medio del verdor y los bosques aún más verdes la población de Santa Pau (a donde debemos ir) y el seguimiento de la misma sierra hacia el oeste con la alta cima del Puig Sallança que no llegaremos a tocar en esta ocasión… todo esto entre otras más puntos geográficos distinguidos.
Foto de cima solos Anna y yo, y enseguida de vuelta desandando el camino para bajar de nuevo a la construcción medieval de Santa María de Finestres. Las vistas al mismo santuario y construcción desde este alto mirador son extraordinarias como se incrusta en la roca, en la ladera, en el bosque las paredes y muros de sus edificios quedando una imagen estupenda, antigua, ancestral perfecta. Y en poco tiempo desandando el camino llegamos al nombrado santuario, al mismo lugar por el que hemos salido de él en busca de la cima del Castell de Finestres. Pero ahora para seguir, y siguiendo la ruta ya nombrada de Serra de Les Finestres, sin entrar casi en el conjunto medieval, giramos por una ancha y marcada senda hacia la izquierda y norte, noroeste en busca de un collado entre las dos vertientes de la sierra y como si fuéramos en busca de la cima del pico más alto de la misma, el Puig Sallança, que nos queda a la izquierda como un enorme promontorio, meseta surcada por varias paredes que le hacen tener un aspecto casi cuadriculado, y por el infinito bosque verde e insaciable.
De nuevo a nuestra espalda dejamos el Santuario de Finestres, Santa María de Finestres, pero por la ancha senda que nos lleva hacia el nombrado collado; la senda que sube al Castell de Finestres queda justo arriba de la ésta y gira hacia el este… Enseguida llegamos al colladito que no tiene nombre pero sí el mismo “oratorio” a Sant Antoni. Desde aquí ya comienza la bajada a Santa Pau, y como he dicho es justo el mismo trayecto realizado en Serra de Les Finestres de bajada a Santa Pau desde el Santuari de Finestres; el mismo sín pérdida.
Con lo que atravesaremos los fantásticos y preciosos lugares del impresionante hayedo de la Serra de Les Finestres, donde ya el otoño ha hecho caer todas las hojas de los altos y numerosos magníficos ejemplares que pueblan toda la suave o inclinada ladera de la sierra. Sobre todo en el llamado Sot de La Salgueda que parece forman una especie de circo de suaves pero empinadas laderas, donde el bosque, el hayedo aparece con su máxima representación y belleza. Los colores otoñales son el objetivo de mi Canon en esta bajada junto con los verdes, marrones, amarillos rincones. Hermoso.
Más abajo las hayas y otros árboles caducifolios aún no han perdido sus hojas, y las mantienen con colores pastel amarillos, anaranjados sobre sus numerosas y altivas ramas. Precioso. No encontramos a nadie por aquí, solo unas voces que parecen son cazadores los cuales nos encontraremos al salir del camino que viene de la sierra hasta La Coma; aquella casa que parecía medio abandonada y aún hoy día tiene el cartel de “se vende”. Antes de llegar a La Coma hemos cambiado del bosque caducifolio, espeso, y genial de las hayas, con ejemplares de más de 10 metros de alto; al bosque de encinas, frondoso, cerrado, verde y leñoso que nos baja por el camino hasta La Coma. La verdad no hay pérdida.
Y como en Serra de Les Finestres, una vez llegados a La Coma podemos seguir el P.R. (por qué no hemos dejado de seguir las marcas del P.R.) que bajan como por en medio de los muros de las viejas construcciones, o seguir la pista, camino que aparece enfrente de lo que sería la puerta (que no hay) de la primera construcción con la que nos topamos de La Coma… creo que es la cuadra. Pero este camino no será el que nos llevé hasta Santa Pau, hay que ir al tanto de las marcas muy bien trazadas del P.R. qué será el que nos guíe por entre las masías y estribaciones de la Serra de Les Finestres; dejando un camino y siguiendo otro que sigue el mismo bordeo que la loma que baja de la misma sierra.
Una vez llegados por el camino que toca al Coll de Can Gordi (517 mts.) casi pegado a unas casas o construcciones que albergan decenas de perros que se ponen a aullar y ladrar en cuanto te acercas, ya bajamos siguiendo el camino sin pérdida al vallecillo en el que se encuentra Santa Pau. Justo al sur del Turó de Can Conill (que seguro es un volcán por su forma y perfil en el terreno y en el Alpina), pasamos por otro lugar especial de vegetación colorida y abundante, espesa y altiva. Más fotos. Y al llegar a las inmediaciones de la casa (que parece ocupada) de Malitrau, ya vemos el alto campanar o torre del castillo, iglesia, fortificación de Santa Pau y el resto del pueblo bajo ella y como en un cerrito en alto. Ya estamos muy cerca de Santa Pau y a tiempo para ver el Barça-Madrid.
Justo entramos en Santa Pau por el mismo lugar que en Serra de Les Finestres, y por la calle entramos a la plaza del centro del pueblo donde está la iglesia, el castillo y Can Menció. Son las 15,45 horas; no hemos andado más de 5,30 horas y el partido comienza a las 16,15 horas. No tendré cabreo de Anna por llegar tarde, pero tampoco nos ha dado tiempo a subir a la extraordinaria cima del Puig Sallança con sus vistas y estupendo, precioso hayedo. De todas formas es una travesía fabulosa y preciosa. Hemos tenido sol todo el día y no ha hecho excesivo frio para la época del año… mañana veremos que nos depara la marcha, ya que atravesaremos en su mayoría terreno desconocido por mí; pero seguro que es como mínimo igual o más fabuloso que lo realizado en el día de hoy. Descanso en la habitación, cena en Can Rafelic y de nuevo una agradable jornada con buena comida y buena compañía.