Esta vez queríamos hacer algún buen pico de más tres mil metros en el Pirineo. Quería subir mi tres mil número 40, y quería que fuera alguno de los picos de más de tres mil metros más representativos, enérgicos e interesantes que me faltaba… como el Pico Maldito, el Tempestades… y de eso hablaba con Pau para que el fin de semana que tocaba pudiéramos realizar dicha actividad.
Pero justamente el fin de semana escogido, el 3 y 4 de junio, se anunciaban tormentas y tiempo inestable en el Pirineo, y para realizar la ascensión a estas montañas, sobre todo el Pico Maldito por su cara y pared norte, hace falta que la roca y las condiciones sean las más idóneas posibles.
Con lo que después de descartar el viaje de tres días, había que quitarse un poco el mono de ir y subir algún pico de los Pirineos; Pau y yo decidimos subir el sábado 3 de junio a Vallter 2.000 para asolir el Bastiments, y lo que se ponga a tiro, durante ese sábado antes de que las tormentas con su granizo, lluvia, viento y nubes nos echaran de las montañas.
Ya conocíamos el camino a Vallter 2.000 y esta vez aparcamos el coche en el aparcamiento más alto junto a la estación de esquí para realizar la actividad. Justo a las 08,00 horas del día, salimos camino del Coll de La Marrana y del mismo pico de Bastiments. De momento el día por la mañana era bueno, no hacía frio pero tampoco calor. Desde la misma estación, ahora irreconocible al no haber nieve, cogemos un camino hacia el oeste que sale de la misma (a la izquierda) y parece que nos quiere llevar, subir, hasta el Coll de La Marrana. El recorrido no es muy bonito, ya que estamos pisando terreno labrado, roturado y adaptado a las necesidades del hombre; entre caminos y pistas de esquí desprovistas de nieve. No es una ruta muy bonita que digamos… solo te queda la esperanza e ilusión de ver enfrente al cordal que une el Gra de Fajol con el Bastiments y que forma el Coll de La Marrana, la visión del Bastiments siempre enfrente, hongo y altivo, y de tanto en tanto el enorme bulto con su corona de roquitas en la cima, con su forma especial y reconocible que es el mismo Gra de Fajol, cuando girábamos la cabeza a la izquierda y sur. También y a medida que cogíamos altura, comenzó a verse, como más detrás del Gra de Fajol y casi a nuestra espalda, el extraordinario perfil del Gra de Fajol Petit con su rosario de canales que son corredores en invierno, en su cara norte rocosa y desnuda… y esa forma medio piramidal o triangular que le da un toque a lo Weisshorn espectacular y reconocible.
La nieve sigue apareciendo como parte del paisaje de altura en este Pirineo del Viento. Hay neveros por aquí y allá, sobre todo en las faldas de estas montañas descritas y en las inmediaciones del Coll de La Marrana que parece tienen los días contados por el verano y sus calurosos días que se avecinan. Pero aún lo da un toque precioso y alpino a estas moles de roca y viento.
Seguimos el camino que con sus curvas y atajos que cogemos nosotros entre pista y pista, parece se dirige a la parte más alta de la estación de esquí en lo que llaman el Circ de Ulldeter, que se encuentra entre el Coll de La Marrana y el Coll de La Geganta, justo bajo en las laderas y faldas suroeste de la impresionante mole que queríamos asolir: el Bastiments. No debe de haber pérdida. Solo es seguir según vuestra orientación por el camino y lugares que te vayan subiendo altura y dejando en los lugares descritos… eso sí, al final veremos como el Coll de La Marrana se queda lejos de nosotros, más al sur, más inalcanzable por este lado, y que es mejor subir al cordal y planicie que desde el mismo Coll de La Marrana te sube al Bastiments.
Llegados a un punto el camino gira hacía el norte en busca de una construcción cercana; parece ser, es la que está a más altura de toda la estación de esquí. Enfrente, a la izquierda, tenemos la barrera rocosa que va del Coll de La Marrana al Bastiments. Decidimos dirigirnos a la parte más alta de la barrera rocosa monte a través, la barrera está muy cerca. Entre rocas y escarpes terrosos subimos rápidamente por la casi vertical pendiente hasta la planicie con cierta inclinación hacia el Bastiments, hacia la derecha y norte. El Coll de La Marrana queda más abajo en la misma falsa planicie, a la izquierda, sur y algo alejada. El punto en el que estamos es justo el comienzo de la subida por el cordal derecho o sureste al Bastiments. Ya estamos en su base, con la cima a tiro de piedra.
El viento viene frío. Las nubes comienzan a invadir el cielo y la visión hacia el resto de cimas. Nos ponemos los cortavientos y comenzamos la corta subida hasta la cima este del Bastiments. No tiene pérdida. Desde esta subida observas como otros montañeros suben por la ruta habitual a la montaña desde el Coll de La Marrana, abrigados, corriendo… son montañas pirenaicas muy cercanas a las urbes del centro de Cataluña y al llegar hasta los 2.150 mts. de la estación de esquí en coche, el lugar es ideal para entrenamientos o para llegar rápidamente a alguna alta cima pirenaica.
Ya hemos llegado a la cima este del Bastiments, 2.883; aunque la cruz está algo más abajo que el pilón o eje geodésico, todo el mundo se hace la foto junto a la cruz. Las vistas hacia el Gra de Fajol Gran y Petit son espectaculares, con los pocos neveros, la verdecilla hierba que intenta abrirse paso entre las frías pendientes, y esas nubes amenazadoras que hacen el paisaje temible pero precioso.
Sube más gente. Algunos en pantalón corto corriendo… pues no hace calor en estas alturas y con este viento, siempre el viento. Después de las fotos de rigor y cima, nos acercamos a la otra cima del Bastiments, la que se encuentra hacia el oeste por el mismo cordal cimero. En pocos minutos llegamos.
Aquí llega también más gente. Algunos suben desde el Bacivers, el lado francés. De hecho la vertiente norte del Bastiments es francesa; el Bacivers queda justo al norte del Bastiments, unidos por un fácil cordal. Solo 2 metros diferencian la altura de las dos cimas o puntas de esta mole de roca que es el Bastiments; siendo la más alta la cima este. Aquí, en la cima oeste hay un par de esquís a modo de monumento, recordatorio de la cima y de aquel/llos que han fallecido y vivido en la montaña.
En un principio queríamos visitar el Pic de Bacivers, pero no sabíamos si el tiempo nos iba a respetar, ya que la vuelta podría ser algo más larga. Así que decidimos seguir el cordal cimero del Bastiments hacia el este, en busca del Coll de La Geganta y subir seguidamente el Pic de La Dona, montaña que yo no había pisado aún. Y así hicimos.
Volvemos a la cima este desandando nuestros pasos, y ya en la cima este más alta, bajar por el cordal en dirección este en busca del Coll de La Geganta abajo, como en el relato Bastiments. El Pirineo del viento. Fácil y sin ninguna complicación. Una vez en el Coll de La Geganta (2.611 mts.) no bajamos a Vallter 2.000, si no que seguimos fácilmente el mismo cordal y senda que ahora comienza a subir en busca de otra cima, otra montaña cuya cumbre es como una meseta con varios piquitos o promontorios, lo que llaman el Pla d’Ombriaga… el de más a la derecha, al sur y primera que nos encontramos al subir por este mismo cordal, es el Pic de La Dona.
Y con esta facilidad que es contarlo, igual de fácil es llegar al Pic de La Dona desde el Bastiments, y en poco tiempo llegamos a su cima, a 2.704 mts., sobre las 11’30 de la mañana. Hay una parejita en un vivac y otro chico solitaria llega a la cima y se pone a hablar con Pau. Yo hago fotos, nos hacen fotos de cumbre. Ciertamente no es una cumbre o cima picuda, parece una alta meseta que se extiende hacia el norte, hacia la parte francesa, con otros nombres, otros promontorios repartidos por la misma meseta, pero al fin y al cabo la misma montaña.
El tiempo nos sigue respetando. Al final tendremos suerte, aunque decían que las tormentas aparecerían al mediodía y por la tarde. Me acerco a la parte más al este de la montaña donde ya comienza a bajar y precipitarse dejando las alturas. Es un bonito mirador para fotografiar lo que queda del Pirineo Oriental hasta el macizo del Canigó; con la vegetación y bosques de la parte francesa, en la que la montaña baja a los valles y localidades con preciosos rincones.
Mirando hacía el seguimiento de la misma montaña que baja hasta los collados de la Portella de Mentet y la de Morenç, aparece otra meseta, otro amplio espacio sin escarpes ni dificultades orográficas, con algunas alturas diferenciadas a malas penas como el Puig de La Llosa. Las vistas hacia Vallter 2.000 y su zona oeste también son curiosas, algo “manchadas” por los caminos y roturaciones de la estación de esquí, pero presenta una bonita estampa y postal sobre la alta zona de Ulldeter: los Gra de Fajol Petit y Gran, el Coll de La Marrana, Bastiments… muy bien diferenciados.
Emprendemos la bajada. Solo tenemos que seguir la senda que aparece de bajada hacía el sureste, siguiendo la loma cimera, para bajar a esas zonas llanas que son seguidas hacia el este de la montaña, y que es donde se encuentra la Portella de Mentet, un collado que comunica ambas vertientes del Pirineo, la parte francesa al norte, noreste con Ulldeter, Vallter al suroeste.
Antes de llegar a la nombrada Portella de Mentet, pasa alguna corredora de estas que hacen carreras de montaña. Es un lugar ideal para entrenarse en esta modalidad. En mitad de la bajada Pau y yo nos paramos junto a unas rocas para tomar algo… creo que no hemos comido nada en toda la actividad y la barriga ya nos pide un asentamiento y echarle algo para alimentarse.
Después del descanso y almuerzo resguardados del viento y el sol, reemprendemos la bajada con la Portella de Mentet ya muy cerca. Pau va más rápido y se adelanta, mientras yo admiro y reconozco el nuevo territorio que estoy pisando. No hay árboles y apenas matorrales. Es alta montaña y la senda es muy clara en esta sencilla bajada. En poco tiempo ya estamos en la Portella de Mentet a 2.409 mts. aquí ya hay viejas o nuevas marcas, señales del G.R.-11, solo tenemos que seguirlas girando hacia la derecha y abajo, hacia el suroeste, por un valle que se abre mirando a los Gra de Fajol, a Vallter 2.000, que justo queda abajo con sus pistas y construcción (aunque me parece que el G.R.-11 pasa por el otro collado, el de Morenç, y las marcas verdaderas de G.R. no nos las encontraremos hasta llegar algo más abajo).
Y ya sobre las 12’50 llegamos de nuevo al coche aparcado cerca del edificio de la estación de esquí de Vallter 2.000. La senda o recorrido al final, mientras va bajando, desemboca justo detrás de este edificio. Hemos tenido las fantásticas vistas de los Gra de Fajol que iban desapareciendo a medida que bajábamos altura. También nos hemos encontrado con otros corredores de montañas que seguían sus entrenamientos por estas fáciles sendas y montañas.
He descubierto una zona nueva del circo de Ulldeter subiendo al Pic de La Dona. Otra zona nueva ya nombrada y visitada por otros compañeros tantas veces que ya era hora de visitarla yo. Las vistas hacia los Gra de Fajol y Bastiments son preciosas, su cima un llano ondulado y sus accesos fáciles y rápidos. Lugar muy visitado y escogido por esos “corredores de montañas” para sus entrenamientos… al final ni la tormenta ni la lluvia nos cogieron.