Otro paseo por los hayedos que rodean el lugar de Santa Fe en el Montseny. Paseo por qué no representa dificultad alguna ni esfuerzo el hacer esta actividad. Igual que la pasada actividad Santa Fe y Turó Morou, hicimos el mismo recorrido pero con alguna nueva variante, algún añadido que ahora indico.
El pasado domingo 10 de septiembre Anna y yo decidimos despertar las piernas para comenzar la temporada de montaña y actividades. “Lleno” por la increíble y completa hazaña en los Alpes de este verano, no me había entrado aún el mono de montaña. Pero comenzamos por algo flojito para no asustar a Anna con estos recorridos aventureros.
La ruta comienza igual que en Santa Fe y Turó Morou, saliendo por detrás del restaurante l’Avet Blau en dirección al Turó Morou. Justo ante las paredes de la “casa partida” giramos a la derecha para adentrarnos en el estupendo hayedo, siguiendo siempre el recorrido del relato ya nombrado.
Pero llegados a un punto decido variar dicho recorrido para descubrir alguna otra zona nueva del bosque, del hayedo… aunque tampoco nos desviaremos mucho. Seguimos los carteles o postes indicadores que nos indican el camino al Turó de Morou y al Coll de La Mosquera. No hay pérdida. Con poca gente nos topamos a estas horas; alguna pareja con su perro… llegados a un lindo punto del camino en medio de un excelente hayedo paramos a almorzar entre unas rocas, algo alejado del mismo camino.
Acto seguido volvemos al camino marcado para seguir en dirección noreste o este en busca de nombrado Turó Morou. Llega un momento en que el camino, que no es senda, se despeja a la vez que comienza a subir con 2 curvas como un zigzag. Justo en las inmediaciones del punto que indica una altura, con el nombre de La Cornera, que no llegué a distinguir entre la vegetación y vertientes de la montaña. Antes, hay que dejar de lado el desvío hacia el Coll de La Mosquera y girar algo al este, sureste en busca de las alturas del bosque y de esta escondida cima del Turó Morou.
Este camino acaba de nuevo en medio del hayedo; se convierte en senda y va subiendo poco a poco colladitos y pendientes no excesivamente inclinadas. En uno de esos colladitos dejamos a nuestra izquierda y después espalda, lo que llaman Esguet de Morou, que no es más que unas rocas sobresalientes desde cuya parte alta se vislumbra un paisaje libre y despejado hacia el norte, las vertientes de Arbùcies, Castell de Montsoriu… Subo a las rocas. Anna se queda abajo al pie de las mismas. Extraño el encaramarme entre rocas para trepar, y aprovecho este pequeño paso. Hago fotos.
El día es bueno, con algunas nubecillas que no provocarán más que sombra sobre un bosque ya sombrío, sobre todo cuando se acerca el mediodía. Justo al sur de las nombradas rocas del Esquei de Morou, subimos un poco más para llegar a la parte más alta donde se ubica el Turó de Morou. No hay un cartel o hito que te indica que este lugar, estas rocas son la cima o punto más alto del Turó Morou, además como se encuentra entre la espesura del hayedo, tampoco dá la sensación de ser una cima, un pico… pero llegados a la parte izquierda del mismo (se quedan las rocas cimeras a la derecha), reconozco el lugar y salimos de la sendilla (que no pasa por la cima si no que se aleja por su parte este) y en pocos pasos llegamos a este montículo de rocas graníticas que es la cima del Turó Morou (1.308 mts.).
No hay nadie por aquí. El bosque, el hayedo es precioso en esta parte y sobre todo lo que es la misma cima del Turó Morou hacia el sur. Hago fotos. Anna no se fía, “no hay senda aquí”, pero no hay pérdida, solo hay que andar por la especie de explanada sombría que queda al sur del promontorio de rocas de la cima, y enseguida nos topamos con la senda o camino que, girando hacia la izquierda, nos sacará del lugar a la vez que bajará poco a poco de altura. Eso sí, el hayedo, al paisaje en este lugar es precioso, bellísimo y muy fotogénico. De la cima del Turó Morou hacia abajo volvemos a seguir el recorrido de Santa Fe y Turó Morou hasta las orillas del Pantà de Santa Fe. Pasando por Els Empedrats, y esos tiernos y encantadores rincones del hayedo del Montseny, con esos preciosos y altivos ejemplares… también algún castaño se acerca a saludarnos en nuestra marcha. Precioso. De nuevo.
El camino que ha dejado de bajar ha girado hacia la derecha como intentando volver a Santa Fe, llega justo hasta la presa del Pantà de Santa Fe. Ya hemos visto a más gente, familias, turistas, domingueros… (casi ningún o ningún montañero) que se han acercado en el día de hoy a los hayedos del Montseny. A partir de aquí encontraremos más… es un poco, bastante agobiante encontrar tanto ruido, tanta gente en lo que debía de ser una marcha, un paseo tranquilo.
El embalse tiene muy poca agua. Ha pasado el verano con poca lluvia, pero de momento el otoño y lo que queda de verano no augura demasiada lluvia. Aquí nos hacemos la pregunta: ¿cruzamos la presa y seguimos por el otro lado de las orillas del embalse (como hicimos en Santa Fe y Turó Morou) o seguimos por esta misma orilla del embalse hasta el parking, el coche? No recordaba entonces haber ido anteriormente por este lado del embalse, pensando en la actividad de hace años. Pero es cierto que con unos amigos, en otro paseo dominguero, pasamos por este lado del embalse, sin cruzar por la presa.
Y al final así hicimos. Sin cruzar la presa seguimos por el camino, senda, que sigue por la orilla derecha del Pantà de Santa Fe. Hay rincones bonitos con el arroyo haciendo sus saltos y “gorgs” entre toboganes de roca en su lecho. Pero el agobio de la gente no deja indiferente. Casi al final aparece una pasarela de madera que cruza el riachuelo, el arroyo, ya en dirección a las gigantescas secuoyas de Santa Fe. Es un lugar idílico, precioso… para sacar una romántica y encantadora foto… si no aparece gente por el fondo, claro.
Y así, girando en esta nueva pasarela de madera hacia la izquierda, volvemos al conjunto de Santa Fe, donde acabamos la excursión, la marcha. Es un hayedo fenomenal. Siempre es precioso recorrerse un bosque como este tan bien conservado y de ejemplares tan longevos. Corto, fácil pero encantador recorrido.