Una salida relámpago programada de un día para otro. En un principio quería subir uno de los picos más representativos de la barrera, cadena Cadí-Moixeró-Puigllançada, que cierran el amplio valle de La Cerdaña por el sur: la Tosa d’Alp.
Pero mis amigos y viejos compañeros del Centro Excursionista Almoradí que viven en Alp, Javi y Zaida, al ver dicha actividad, me propusieron el salir con ellos ya que ese mismo día Zaida iba a subir el Puigpedrós con unos amigos de la zona. Con lo que sin pensármelo mucho acepté el cambiar la actividad para subir una de las cimas más altas de La Cerdaña; 2 metros más alta que el Puigmal.
Entonces el pasado domingo 24 crucé el túnel del Cadí para reunirme con mi buena amiga y compañera de montañas Zaida, después pasar por Puigcerdà, recoger unos amigos y compañeros de ella, y ya poner rumbo al pueblecito de Meranges; queda al final de un vallecito girando hacia el norte entre Puigcerdà y Bellver de Cerdanya.
Una carreterilla de montaña nos acerca hasta la pequeña y cuca población, y desde ella misma sale una pista que sube por la montaña en busca del famoso Refugio de Malniu. Famoso por las veces que he oído hablar de él cuando se realizaban actividades por esta parte del Pirineo, y a veces en el espacio de meteorología El Temps de TV3. El camino parece que no tiene fin. Como todo camino de alta montaña (me acuerdo del que llegaba hasta Fontalba en las faldas del Puigmal), parece eterno y mal cuidado, más apto para todoterrenos que para turismos. Al final encontramos un cruce y giramos hacia la derecha en busca de dicho refugio. Hay una barrera pero está abierta; igual la cierran en invierno. El camino que dejamos sigue subiendo en busca del Pla de La Feixa, donde hay un refugio en el que dicen se come muy bien.
El caminillo acaba en las puertas del mismo Refugio de Malniu, a unos 2.130 mts. de altitud. Hay una especie de parking que supongo es del mismo refugio, a la izquierda del mismo unos baños, y a la derecha el mismo refugio. Enseguida nos sale al encuentro una joven del refugio: “son 3 € por aparcar”, que acaba pagando Berta. Son ya pasadas las 10 de la mañana, según Zaida entre 2’30 y 3 horas se puede subir el pico. Y al poco rato salimos del parking en dirección oeste, al otro lado del parking y dejando el refugio a la derecha y algo arriba, para emprender la marcha hacia el alto Puigpedrós. Hay más coches en el parking, parece que tendremos sobrada compañía. Según Zaida no es un Pirineo, una zona muy visitada por la gente y montañeros de fuera de La Cerdaña, pero en esta ocasión, al ser fiesta mañana por La Mercè de Barcelona, hay más visitantes de allá y la cima hoy no estará sola.
La ruta es sencilla: seguir el G.R.-11 hacia el oeste, por las faldas de la montaña y algo en subida, hasta que a los pocos pasos nos desviamos ladera arriba hacia el norte en busca de las alturas de estas montañas. Antes hemos pasado por un bonito rincón enmarcado por la pequeña lagunita del Estany Sec casi pegada al refugio. Hay postes indicadores de por donde seguir el recorrido, con lo que no hay mucha pérdida. Y digo no hay mucha pérdida porque igual el desvío de dejar la senda del G.R. y girar a la derecha ladera arriba, puede ser algo perdedora si no conoces el camino o te llevan como a mí en esta ocasión. Pero más o menos es seguir el caucecillo, el huequecillo de una bajada de agua (en este momento seca) recta hacia arriba. Es el tramo más empinado de la ruta y donde se coge más altura.
Las vistas poco a poco comienzan a agrandarse, justo a nuestra espalda, al sur, abajo va quedando el vallecillo de Meranges o del Río Durán, después le sigue el casi escondido (desde esta altura) amplísimo valle de La Cerdaña y seguidamente las montañas que lo cierran por el sur, que por orden de protagonismo y mayor visualización iré nombrando: Tosa d’Alp (la más enérgica y cercana), Les Penyes Altes de Moixeró, Sierra del Cadí… A la subida y bajada disfrutaremos siempre de este paisaje que será el más fotografiado de esta ascensión.
La empinada subida junto o cerca de este caucecillo seco de agua, acaba en una especie de falso llano lleno de rocas y con ya las vistas de nuestro objetivo medio oculto por las laderas previas casi a la derecha, al fondo. Aparece como un pequeño promontorio, casi como si fuera un “montón de rocas” desordenadas, al fondo de una ligera pendiente, de la amplia y suave ladera. También se nos va abriendo ante nosotros más al norte y enfrente (la visión del Puigpedrós y su ladera cimera queda enfrente a la derecha) el circo y sus escarpes de Engorgs: un lugar digno de visitar al oeste del Puigpedrós, con sus laguitos y pasos, pero que en esta ascensión no tocaremos.
La senda ahora gira algo a la derecha y parece seguir oblicua o en diagonal por la ladera que queda también a la derecha. Dicha ladera es la que sube a las Molleres de Puigpedrós y a las inmediaciones del piquito Pic de Les Molleres de Puigpedrós, pero en lugar de subirla de frente, lo haremos en diagonal hacia el norte entre rocas y otros pequeños escarpes. La senda aparece clara o no, según la parte por la caminemos, pero al final, la idea es subir arriba de esta loma.
Y ya arriba de la loma observamos cómo se allana el terreno en una especie de falso plano muy extenso quedando la cima del pico, esas rocas mal amontonadas al norte, izquierda. Seguimos sin pérdida hacia su cima. Más montañeros, corredores y curiosos se han acercado también a esta montaña y sus proximidades, y al final somos un buen grupo de gente que va y viene con el objetivo del nombrado pico o sus cercanías.
Atravesamos ahora una zona de terreno acolchado con unas plantas como de pantano entre las cuales hay espacio para que se quede y acumule algo de agua: son las Molleres de Puigpedrós. Molleres supongo que vendrá de “mullarse” (mojarse), por lo del agua… digo yo. Un rebaño de caballos pasta tranquilamente entre los Molleres y el terreno casi llano de esta fácil ladera. Nos acercamos a ellos y hasta casi les acariciamos el morro. Desde aquí el camino es bien fácil e imperdible: solo seguir ladera arriba en busca de ese “montón de rocas”.
Parece que está algo lejos, pero no, en cuanto te descuidas y pasado un tiempo ya estamos en las vertientes y en la base de este “montón de rocas”, que es la base de la cima del Puigpedrós. Unos pocos pasos entre estas rocas, siguiendo hitos o perfiles fáciles ya pisados entre dichas rocas, y en nada, estamos en la cima del Puigpedrós, 2.913 mts. Las vistas mientras caminábamos por esta ladera que nos llevaba hasta la cima, estaban escondidas por la forma y amplitud del mismo falso llano, pero una vez en la cima del Puigpedrós se abrían ante nuestros ojos ese paisaje y montañas como si se tratara de un formidable mirador. Cabe destacar las ya admiradas vistas hacia el sur (que son las que siempre hemos tenido en la subida a nuestra espalda) del amplio valle de La Cerdaña enmarcada por las montañas Tosa d’Alp, Serra de Moixeró… El Puigmal aparece algo alejado presidiendo su macizo al sureste; al este en línea casi directa recta, entre las montañas que se observan, al macizo y cima del Pic Carlit (tantas veces recomendado) con una singular silueta trapezoidal, enmarcada por vertientes abruptas, escarpadas y casi agrestes… ahora puedo observar con el zum de la cámara esa pequeña trepada por la crestecilla cimera hasta la cumbre del Carlit. Curioso e interesante. Hacia el oeste nos encontramos con el resto de las montañas que acogen esta cadena que viene desde las inmediaciones de la Seu d’Urgell y la frontera con Andorra: entre la Serra de L’Esquella y la de Comadeboc, justo al otro lado del vallecillo o circo de Engorgs, aparece al fondo y casi sin reconocer, otra de las alturas de La Cerdaña: la Tossa Plana de Lles.
Zaida y yo somos los primeros en llegar a la cima. Hay más gente que almuerza y se recrea en este día tan magnífico de sol y casi de calor… ni una nube aparece. Mis pantalones cortos no sobran. Nos hacemos fotos. Hacía mucho tiempo que esta querida, estimada socia, compañera y montañera del Centro Excursionista Almoradí y yo no nos veíamos. Al ratillo llega el resto del grupo. Foto de cima. Video explicando lo que veo (ahora me ha dado por el video, queda muy bien en la web)… una pareja de mediana edad que ha comenzado su afición por las montañas no hace mucho, ha preguntado a unos chicos que subían casi corriendo, como si se estuvieran entrenando para alguna carrera de montaña, que eran algunas de las montañas que se veían altas al fondo: “Aneto y Monte Perdido”… para nada, “la que le han dicho que era Monte Perdido es el macizo de los Montes Malditos (le hago una descripción de los piquitos, perfiles de lo poco y alejado que se ve) y el otro macizo o bien es la Pica d’Estats o el Comapedrosa…” (este último no me quedó claro, quizás la próxima vez ya lo pueda comparar mejor y describirlo, o me ponga las gafas que no las llevaba puestas…).
El día sigue muy bueno. Hemos encontrado algunos residuos de nieve de la pasada nevada que cayó en mitad de septiembre en la que bajó la temperatura y nevó en todo el Pirineo… pero no ha durado mucho, enseguida suben las temperaturas y el calorcillo vuelve a ser la nota predominante en este inusual otoño.
No se está mal en la cima, pero debemos de pensar ya en bajarnos. La bajada no tiene historias: es seguir el mismo camino de subida, ahora de bajada, desandando lo pisado en la subida. No hay pérdida. Ahora de nuevo las vistas en la bajada con el paisaje de frente, sigue siendo el vallecillo de Meranges, el casi escondido amplio valle de La Cerdaña al otro lado y salida del vallecillo de Meranges, y las montañas al otro lado del valle de La Cerdaña, con el singular y sobresaliente Tosa d’Alp (montaña que dejaré para otro día).
Fotos de aquí y allá. Son casi las mismas que a la subida. Charlas y ponerme al día de los cotilleos y vida de los viejos compañeros del Centro Excursionista Almoradí, Zaida está muy en contacto con ellos. Yo no tanto… Después de aquella bajada con tanta pendiente en la que las rodillas ya nos gritan y se resienten por el esfuerzo, giramos a la izquierda para dirigirnos al Estany Sec y al inhiesto Refugio de Malniu.
Justo en las orillas del Estany Sec una tienda de campaña (aquí se puede acampar libremente, pero pagando esos 3 € del parking y baños del Refugio de Malniu), y una familia de “pissapins” en la que la madre o señora que pululaba por las orillas con sus hijos con vestimenta de ciudad o de calle, nos pregunta: “¿hay algo interesante por allá de donde venís? Es que veo a mucha gente que viene de por allí” … risas por dentro. Hacía mucho tiempo que en la montaña no nos encontrábamos a alguien que nos preguntase, en la misma montaña, si había “algo interesante” en la montaña. Zaida intenta ser amable y le dice que venimos de una cima, de una montaña, del Puigpedrós “¿y está muy lejos?” Vemos los pantalones vaqueros, zapatillas… mejor dejamos que hagan lo que estimen sin más consejos.
Una cerveza o Coca-Cola en el Refugio de Malniu para celebrar la actividad del día con todo el grupo. Ha sido un descubrimiento interesante. Una parte del Pirineo que no conocía: las alturas de La Cerdaña; pero las alturas de la parte norte, de las montañas y cimas que hacen frontera con Andorra y Francia… en inviernos tiene que ser precioso todo esto tan nevado, además de que no es difícil y es rápida la subida sin dificultades ni pérdidas. Habrá que ir haciendo hueco en la agenda montañera para ir descubriendo más montañas y lugares como estos en los magníficos Pirineos y alturas de La Cerdaña.