Bajada por el Turó del Mig y Coll d’Ordials:
Realmente este día quería acercarme al Pirineo para hacer algo de alta montaña, pero entre indecisiones y condiciones no demasiado elegantes o cómodas en la actividad… hizo que desistiera y que pensara en planear una buena actividad por las recientes nieves que habían caído en el Montseny.
Pero a la vez quería hacer una actividad que resultara casi sustitutiva de la programada actividad de alta montaña, o sea, que sea larga, con desnivel y esforzada; y pensando en varios comentarios o recorridos vistos de otra gente o grupos, se me ocurrió hacer la magnífica ruta de ascensión al Matagalls desde la misma población de Viladrau. El recorrido casi que ya lo conocía enteramente por haberlo hecho en partes o en trozos separados en diferentes recorridos ya hechos. El primero sería el recorrido relatado en Santos y Bandoleros en el Montseny desde Viladrau, en el que desde el mismo Viladrau salía en busca de la espectacular y magnífica construcción de Sant Segimon, y de su pequeña ermitilla sobre ella, que es la Ermita de Sant Miquel de Barretons.
Con lo que después de anunciarlo pocos días antes de realizarla en Montañas de La Luna y no apuntarse nadie, salgo en solitario el pasado sábado 27 de enero en busca de la nevada cima del Matagalls. En Viladrau ya veo que aún queda algo de nieve escondida entre las zonas de umbría y entre los espacios de arbustos. Como siempre el espectáculo e imágenes que hace la nieve con el terreno, con el paisaje, es encantador, simpático, encandilador. El tiempo no será soleado enteramente pero tampoco será malo; nubes, sol y algo de viento serán los protagonistas. Parece un tiempo invernal, casi de alta montaña, interesante.
Y sin tardar más salgo de Viladrau pasando junto al local de la asociación de montaña de la localidad y enfilando la pequeña riera girando hacia la derecha, en busca de los límites de esa gran fábrica de bebidas vegetales que parece una fea pincelada en este paisaje, espacio bucólico y precioso del norte del Montseny. La nieve en el paisaje dibuja frías pero encantadoras postales de un bosque nórdico, mágico, fantástico y solitario, pero vivo y magnífico.
El recorrido me llevará subiendo por la senda del l’Erola en busca de Sant Segimon y poco a poco la nieve es más abundante a medida que subo en solitario por estos paisajes bucólicos. Pasado el Oratori y justo antes de llegar al hayedo de Sant Segimon, la abundante nieve sobre las ramas y matorrales de carrascas, encinas y otros árboles, arbustos, hace que éstas se doblen entorpeciendo el avance por la senda justo en este tramo. La blancura de esta nieve junto con la blancura, gris de las nubes que quieren amenazar con más precipitaciones, con más nieve o lluvia, hace que parezca una verdadera ruta invernal, propio en estas fechas de las altas cordilleras peninsulares.
Y justo al llegar al magnífico hayedo bajo Sant Segimon el espectáculo es precioso, encantador, impresionante: la blanca y gris niebla sube por entre los troncos de estas hayas, cubiertas de nieve entre sus ramas y troncos, con un concierto de la misma caída de la misma nieve al suelo desde dichas ramas a causa de su desestabilización y la gravedad, con el resultado de unos momentos de soledad y sonido de la naturaleza impresionantes, únicos, da la sensación de estar metidos en una especie de película épica, medieval, mítica, donde el paisaje y estos momentos crean un escenario idílico, sobrecogedor, casi misterioso, místico… hago un video. No puedo perderme el momento, lo disfruto e intento dejarlo en mi Canon para la posteridad, para la eternidad, momentos de solo unos minutos, unas pocas horas… precioso.
Subo al camino y giro en él a la izquierda para llegar y visitar el magnífico conjunto de Sant Segimon. Llevo unas dos horas y ya tengo hambre. Me paro en la puerta de la “actual” posada de Sant Segimon para almorzar y descansar un poco. El día sigue nublado. Es el típico frío día de invierno, entre nieves y nubes, nieblas, blancas, grises claro. Hay una linda niña que se divierte tirándose con un trineo por la rampa nevada del camino que se interna entre los edificios. Aparece un grupo de excursionistas con los que ya me había topado y adelantado en la ermita y refugio de l’Erola. Han cogido otro camino, directo hacia los muros de la construcción, que les hará girar a la derecha hasta poder llegar a un punto en el que puedan subir al camino.
El paisaje es impresionante y encantador, como un cuento de frío, hielo y nieve. Intento hacerme fotos con el temporizador, pero sale el “mesonero” de la posada y es él el que me hace las fotos al final. Al poco tiempo debo de seguir el recorrido en busca de la cima del Matagalls, y lo hago sin dejar de seguir el recorrido Santos y Bandoleros en el Montseny desde Viladrau subiendo hasta Sant Miquel de Barretons.
Fotos y vistas desde la pequeña y delicada ermita de Sant Miquel de Barretons. A partir de aquí la nieve es mucho más abundante. Dejo aquí el recorrido de Santos y Bandoleros en el Montseny desde Viladrau y ahora seguiré la fácil loma cimera que acaba aquí, en Sant Miquel de Barretons y sigue subiendo poco a poco, por Coll Saprunera, en busca de las amplias planicies de la cima del Matagalls. El recorrido relatado que seguiré será El Montseny. Subida al Matagalls y vuelta por Sant Segimon, pero al revés de lo relatado, en lugar de bajar del Matagalls a Sant Segimon, subiré al pico desde la entrañable construcción.
Comienzo a divisar un Montseny casi alpino con sus nieves abundantes en todos sus rincones, laderas, lomas, alturas… observo al fondo y aún lejos la ondulada cima del Matagalls con su cruz en lo más alto, pequeña y distante desde aquí. A partir del Coll Saprunera (1.393 mts.) comienzan a verse unas huellas, pisadas, de los montañeros que han subido desde la pista a la derecha, hasta este collado, para seguir la ascensión hacia el Matagalls; antes no había huella, entre Sant Miquel de Barretons y Coll Saprunera, abriéndola yo nueva. Decido pisar por la misma huella para subir por el Pla dels Ginebres y así no hundirme ni cansarme abriendo nueva huella sobre la abundante nieve. Observo con detenimiento el paisaje a mi izquierda: la nieve es muy abundante en el Coll d’Ordials y en la montaña que baja hasta ella, el Turó del Mig… por ahí tendré que bajar. Intento hacerme a la idea y una foto mental de cómo está la montaña en aquella parte.
Más arriba y siguiendo la huella, el tiempo y el cielo está más despejado, y las vistas y paisaje nevado de la cima del Montseny son extraordinarios. Llego al Collet de La Font por si a la izquierda quiero girar en busca de la Font del Matagalls al final del hayedo, pero decido no entretenerme demasiado y seguir recto hacia la cima. Llegados a un punto en la alta planicie cimera y ondulada, las huellas giran hacia la izquierda y dejo de dirección sureste para seguir hacia el este. Entre este punto y la cima del Matagalls que puedo observar al final de las pisadas, hay rincones con mucha nieve acumulada por el viento, y las huellas tienen que pasar por los arbustos y altas plantas que sobresalen entre la nieve, para no hundirme en ella… aún así, a pocos metros de la pequeña subida final hasta la cruz, hay zonas con mucha nieve que hacen te esfuerces más de la cuenta en progresar por ella.
Pero al final ya llego a la cima del Matagalls, 1.696 mts. Hago videos y fotos al paisaje. Alguna selfi. Observo el bello paisaje nevado de las otras cimas del Montseny, como Les Agudes con su semblante casi alpino, escarpado. No hay mucha gente, pero alguna llega de Collformic por la ruta fácil y habitual. El recorrido que he realizado lo he hecho prácticamente en solitario, solo algunos perdidos bajaban por el Pla del Ginebres en busca de Coll Saprunera.
No estoy mucho tiempo y decido bajar. Antes de llegar a la cima he ido observando la loma a seguir para llegar al Turó del Mig y a Coll d’Ordials. Éste será terreno nuevo que pisar para mí, pero fácil y sin pérdida. Por suerte hay visibilidad y veo los perfiles de la montaña; con algo de niebla al otro lado de la montaña, en los perfiles que bajan de ella.
Desando el camino y llegado a un punto entre la subida por el Pla dels Ginebres y la misma cima del Matagalls, giro a la derecha abriendo huella por la loma que queda en medio hacia unas suaves alturas, lomas poco más altas, al final de la misma. Casualmente descubro entre las laderas nevadas, casi poco más debajo de la cima del Matagalls, el original “ninot” de la Font dels Cims. Éste queda a la derecha, bastante cerca; pues por esa misma loma, dejando esta fuente a la derecha sigo en dirección noroeste, norte, en busca del Turó del Mig y el Coll d’Ordials.
La nieve es muy abundante. Me hundo hasta la rodilla y por momentos parece difícil avanzar, pero en poco tiempo llego a la zona algo más alta que acaba en el Turó del Mig, entre ese blanco meteoro y los arbustos que sobresalen de entre éste. Sin camino ni senda, abriendo huella. Atrás queda el Matagalls que ahora una gran nube la cubre desde arriba amenazadora, hostil, oscura pero maravillosa.
Y cuando dejo un magnífico hayedo a la izquierda, el cual tendré que cruzar para bajar al Coll d’Ordials, llego con una pequeña subida, hasta la cima del Turó del Mig (1.552 mts.) característica por su tremendo cortado o perfil vertical y escarpado mirando hacia el norte. Tremendas vistas. Hago fotos. Me hago un selfi para dejar constancia de mi “conquista”, y una vez disfrutado del lugar ya me dispongo a bajar al Coll d’Ordials que justo queda al noroeste abajo de esta cima. Y para llegar a dicho collado, ya nombrado en otros relatos y recorridos realizados, hay que atravesar un precioso y fantástico hayedo, que me dejará impresionado, hipnotizado.
Bajo en solitario entre las tremendas hayas, en silencio, observando como cae con delicadeza las nieves aún atrapadas en las ramas y troncos, hasta un suelo blanco sobradamente cargado de nieve. Es un laberinto de ramas blancas y gruesos troncos, con sus elegantes y góticas formas, llenas de nieve… no puedo parar de hacer fotos y videos, me conmueve tanta magia y misticismo en este fantástico e increíble lugar, momento…
Llego al reconocible Coll d’Ordials ya solo tengo que seguir el recorrido ya relatado en Matagalls. El bosque animado hasta casi la salida del hayedo, del bosque, por que en lugar de girar a la derecha en busca de un camino y de la Font Rupitosa, bajaré sin girar hasta el primer claro a la salida del hayedo, el Pla de Malataup. Pero justo al llegar al Coll d’Ordials me despisto un poco: no hay huella y no discierno la bajada, me tiro por la vertical pendiente al otro lado del collado hasta que al final creo descubrir el recorrido enterrado bajo la nieve, entre árboles y matorrales se vislumbra el hueco que dejan para que pase la senda. El recorrido descrito es muy vertical en ocasiones, y ahora lleno de nieve bajo las pendientes del Turó del Mig y el Turó Gros, verticales y casi alpinas con esa nieve agarrada a sus piedras y rocas escarpadas, estupendas.
Llego al Pla de Malataup y es aquí entonces donde seguiré el recorrido de otro relato, pero al revés: Umbría del Matagalls hasta las cercanías del conjunto de casas, ahora convertida, en parte, en Casa Rural, del Pujol de Muntanya, pasando antes por el Corral del Pujol, muy cerca del mismo Pla de Malataup. Pero el recorrido antes nombrado no pasa por el descrito conjunto de casas del Pujol de Muntanya, esta vez, por no perderme en las cercanías o camino de la Font de Les Tres Roses (sí descrito en el relato de Umbría del Matagalls) paso entre las casas y llego hasta una muy bien identificativa pista. La idea esta vez es, por no perder demasiado tiempo si “me pierdo”, busco un recorrido directo y de vuelta a Viladrau, con lo que mirando el mapa de Alpina descubro que por la pista que llega hasta el Pujol de Muntanya me dejará más rápidamente y sin pérdida hasta las inmediaciones de Viladrau.
La pista es aburrida, pero llegando a las cercanías de la casa de l’Aremany (también descrita en Umbría del Matagalls por el cruce e indicaciones hacia la Font de Les Tres Roses), que queda a la izquierda, giro por el puentecillo hasta ésta, y sigo el camino que sale de esta casita hacia el noroeste, paralelo a la Riera del Pujol (la que luego será la Riera Major de Viladrau). La casita de l’Aremany es simpática, rústica pero encantadora y bien conservada, casi reformada como casa rural (o no), parece.
Después de las obligadas fotos sigo el camino, solitario (como en casi todo el recorrido), por entre los bosques de rivera y rincones preciosos. Hasta llegar a un puentecillo que, al cruzarlo a la derecha, nos llevará hasta El Noguer, es el Pont del Noguer. Los carteles de “propiedad privada”, “prohibido el paso” y todos estos me intimidarán algo al principio, pero más lo harán los ladridos de los pastores alemanes de la misma El Noguer. Cruzando dicho puente sigo por el camino que sube en busca de El Noguer y de las cercanías de Viladrau. El Noguer es otro conjunto de casas o construcciones que parecen de la “antigua nobleza o aristocracia” por su porte, forma y conjunto, con un gran estanque en uno de los lados. Sendos perros molestos y con cara de pocos amigos, los pastores alemanes, me ladrarán durante todo el camino pegados a la vaya de la casa (aunque uno de los dos es más asustadizo cuando le hago frente dando un salto o paso hacia ellos), a pesar de ello la casa es digna de fotografiar y de observar, pero si no te gustan que dos perros maleducados te ladren sin parar, mejor coge otro camino para llegar a Viladrau.
El camino que pasa junto al Noguer sube hasta un cruce muy cerca ya de las primeras casas de Viladrau. En lugar de internarme ya en la población, giro a la izquierda en busca de Resquelles (sin pasar por dicha casa al final). El camino sigue subiendo poco pasando por una zona de altos y abundantes picos, muy juntos, a la izquierda, hasta otro cruce singularizado por una gran encina, preciosa, sana y enorme.
Aquí giraremos a la derecha para salir por el mismo camino por el que salimos de Viladrau, justo por el puentecillo junto a la casa del local de la asociación de montaña de Viladrau. La casa de Resquelledes la veremos a la izquierda cerca del cruce donde habita esa enorme encina, alejada del camino que sigo. Y bajando por el camino que ha subido y bajado siguiendo o apareciendo marcas de recorridos naturalistas, ecológicas, por los alrededores de Viladrau, llegamos hasta el mismo sitio de la encantadora y barroca población de Viladrau, por donde salimos. Acabando aquí un recorrido sorprendente, casi solitario, pero impresionante, fascinante… la subida al Matagalls desde Viladrau, bajando por el Turó del Mig, Coll d’Ordials…
Bajada por la Font de Mosquits:
Pocas semanas después, con mis buenos compañeros de trabajo David y Mikel decidimos hacer una buena excursión, salida a la montaña; algo que no sea un paseo, y a la vez con recorridos por lugares preciosos de bosques y paisajes de las cercanías… a mi no se me ocurrió otro recorrido que de nuevo el Matagalls desde Viladrau.
Entonces el pasado sábado 17 de febrero quedamos a las 9 de la mañana en el mismo punto de siempre de Viladrau, junto al local de la asociación de montaña, y aquí, los 3 comenzamos exactamente la misma ruta antes referida el pasado 27 hasta la cima del Matagalls.
El tiempo no es el idóneo, nublado y frio, pero más ambiente dará a la actividad, les digo a mis compañeros. Mientras subimos éstos alucinan con el paisaje, con el bosque, hayedo, castañar… antes de llegar a Sant Segimon, donde paramos a almorzar, ya aparece la nieve; no hay tanta como en la pasada aventura ni aguantan en las ramas y troncos como en la ésta última; pero sigue siendo precioso.
Las nieblas y nubes comienzan a invadir la cima del Matagalls mientras llegamos a ella por el Pla dels Ginebres. La nieve, a pesar de estar pisada, está blanda y sigue muy abundante por estos lares. Hay que abrir huella y esto hace que sea más esforzada la marcha, entre viento, frio y poca visibilidad… menos mal que el recorrido está pisado, trazado (mal pisado, sin seguir un carril de huellas) y más o menos reconozco el terreno por el que nos movemos.
Poco antes de llegar a la famosa Cruz del Matagalls, no llegamos a verla por culpa de estas nubes cimeras que la cubren, y al llegar a ella parece que resoplamos salvados en la cumbre, después de quedar invisible con la incertidumbre de cuando llegábamos a ella o dónde estaba.
Fotos y felicitaciones. Pero no podemos admirar demasiado el paisaje por culpa de las abundantes nubes. Sube gente por el lado de Sant Marçal, desde Coll Pregón, equipados y abrigados… realmente estamos en un clima de fría montaña. Y viendo que las nubes y nieblas cubren la montaña, me decido a no bajar por el lado paralelo a la bajada que hice hace unas semanas, por la loma que acaba en el Turó Gros del Pujol, para luego bajar por la Font Rupitosa hacia la Font de Llops… y seguir algún otro recorrido realizado hasta enlazarlo con la bajada a Viladrau… con mis compañeros no sería buena idea perder el camino o perder tiempo buscando el recorrido o hacer huella en la nieve virgen… por ello me decido por otro recorrido más transitado y ya realizado, descrito en otros relatos… tampoco quería volver a hacer la bajada de hace unas semanas, quería pasar y visitar otros lugares del Montseny bellos y preciosos que hace tiempo no visito.
Con lo que después de poco tiempo en la fría cima del Matagalls, emprendemos la bajada por donde subía la gente, hacia el sureste en busca de Coll Pregón, realizando la misma ruta descrita en el relato Matagalls. El bosque animado pero al revés, en lugar de subir al Matagalls, bajando del Matagalls.
Después de recorrer algo la cima bajando del Matagalls entre las pisadas y la senda escondida en la nieve hacia el sureste, nos internamos en el estupendo hayedo, lleno de abundante nieve que habita este lugar. Es fantástico y precioso también: entre la blanca y vaporosa niebla, la blanca y esponjosa nieve, los altos, espléndidos y casi amenazadores troncos y ramas limpias de hojas… frondoso, mágico, impresionante… bajamos corriendo, riendo entre la nieve y la suave pero contundente pendiente entre el hayedo; hasta un claro de pendiente más suave: Coll Pregón (1.532 mts.)… reconozco la piedra, el menhir, del centro de lo que sería el collado, el prado.
En el nublado y muy nevado Coll Pregón giramos hacia la izquierda y abajo, en busca de la Font de Mosquits, por una senda o huella marcada en la abundante nieve y en la vertical vertiente entre otro enorme y magnífico hayedo… es la umbría del Matagalls..
Llegados a la Font de Mosquits, pensando, sin mirar el mapa Alpina, que es la Font de Llops, cogemos el camino (medio enterrado en la nieve) que sale a la derecha de la misma fuente, y se dirige hacia la salida de la montaña, en busca de su cordal que viene del Coll Bordoriol y los Colls de Sabènia. Al tiempo, el camino desemboca en otro más marcado y en unas señalizaciones. Ahora veo el recorrido que hemos hecho y el lugar en el que nos encontramos: Coll de Sabènia (1.275 mts.), poco más abajo siguiendo el nuevo camino, pista, hacia la izquierda y abajo.
No dejamos de realizar la ruta Matagalls. El bosque animado pero al revés, de bajada en lugar de subida, del Matagalls a Coll Pregón, de bajada. Aunque al llegar a la cerrada curva del Coll Sabènia de Baix, decido intentar el recorrido por la senda que acorta el camino sin hacer el zigzag del mismo. Mis compañeros no están muy convencidos pero me siguen. Al cabo de un tiempo pierdo el recorrido pisado en la nieve y debemos volver por otro camino que cruza de izquierda a derecha, para volver, a la derecha, al camino que baja a Coll Bordoriol y que hemos dejado antes por no hacer su zigzag. Mucha nieve sin huella, caminando torpemente casi monte a través… mejor dejar “experimentos” y volver al camino. Mis compañeros lo agradecen; y en las horas y momento del recorrido, sobra este tipo de “aventura”.
Antes de llegar a Coll Bordoriol y una vez pasado Coll de Joan, al otro lado de una casa que queda a la izquierda del camino (Corral de La Vila) y otro Turó Gros (el montecillo detrás de la casa), dejamos el camino, la pista hacia el mismo Coll Bordoriol en una curva muy cerrada, para seguir otro camino a la izquierda que baja intentando internarse en otra parte del estupendo hayedo y encinar de este lado de la montaña. Las altas cimas y laderas del Matagalls ya las hemos dejado atrás, bajando por en medio del vallecillo que baja de Coll Pregón hacia Viladrau… ahora seguimos o intentaremos seguir el recorrido relatado en Umbría del Matagalls en busca del famoso Castanyer de Les Nou Branques, camino de Viladrau, quería presentárselo, enseñárselo, a mis compañeros.
Pero no es fácil acordarse de los caminos que seguimos en el relato antes indicado. Solo que hay que bajar algo en dirección oeste, hasta llegar a una curva o cruce de caminos, entonces seguir por el camino hacia la derecha y norte, noroeste, que sigue por toda la amplia falda de esta montaña, mientras baja poco a poco.
El mapa Alpina lo intenta explicar bien. En uno de los cruces entre que sigo mi intuición y el mismo mapa, seguimos por la derecha hacia abajo. Pero este camino nos llevó hasta las inmediaciones de una fuente y el mencionado cruce que nos debe de hacer girar y cambiar de dirección. Creía que era la Font de l’Aclántida, pero al bajar a ella y leer el texto en una piedra junto a un banco de madera y un espacio llano delante de la misma fuente, compruebo que es la Font de Felip Grauges… me he pasado. No pasa nada, seguimos el camino que pasa por arriba del mismo con el giro y dirección requerida ya referida.
Nos paramos unos momentos junto a la fuente, bebemos agua, la saboreamos, leemos el poema, el texto en la piedra, y seguimos camino abajo. El tiempo sigue nublado, ya es tarde y no hemos parado a comer; pero por miedo a que nos llueva, decidimos buscar “refugio” en Viladrau e intentar llegar lo antes posible a la encantadora población.
Este recorrido me suena: un camino que sigue casi aburrido y eterno (a estas horas del recorrido) en busca del fondo del valle (sin prisas) y de salir de las verticales vertientes boscosas de la montaña, del Montseny. Nos encontramos cruces y otros caminos, siempre debemos de seguir el principal, sin desviarnos a subir o bajar por otros caminos menos principales, o seguir por otro más principal si éste desemboca en él… la dirección será siempre al principio noroeste, pero una vez girada la curva del valle por el que seguimos, giramos a noreste, norte…
Y esta aburrida pista (ahora), desemboca en otra más principal en la que ya encontramos postes indicadores de recorridos… más concretamente el que hace el recorrido circular entre Viladrau y el Castanyer de Les Nou Branques. Ya reconozco el lugar. Giramos a la izquierda, como si quisiéramos volver a la montaña, pero en pocos metros y mirando a la derecha desde la pista, ya comenzamos a ver los grandes castañares y senditas que se meten entre ellos para llegar al gran Castanyer de Les Nou Branques. Así pues nos metemos por aquí y bajamos entre otros castaños hasta la misma vallita que rodea y protege al gran Castanyer de Les Nou Branques. Mis compañeros admiran y observan el lugar, el magnífico ejemplar… pero parece que tiene menos ramas…
Son entre las 3 y 3,30 de la tarde y el hambre ya se hace notable. Mikel dice de comer algo y sacamos los bocadillos y comida que hemos dejado para la comida del mediodía. El día sigue nublado pero no parece que quiera amenazar lluvia. La nieve y las nieblas las hemos dejado ya muy atrás, casi en las inmediaciones de la desconocida Font de Felip Grauges, y ahora estamos más tranquilos. Un poco de descanso, fotos y ya dejamos el rincón del Castanyer de Les Nou Branques para acercarnos al cercano Viladrau, y ahora dejaremos el recorrido relatado en Umbría del Matagalls para tocar nuevos caminos y terreno sin pisar, sin conocer, aunque corto para llegar a Viladrau: del Castanyer de Les Nou Branques a Viladrau.
Pero en lugar de coger la aburrida y dura pista, seguimos un caminito marcado que sale justo hacia el norte desde el mismo castaño, girando a la derecha desde donde hemos llegado al mismo. Este caminito hace una curva y sube una loma de repente. Arriba de la loma la pista que se asfalta o cementa, ya muy cerca de las primeras casas de Viladrau… La Vila, arriba de esta loma, enfrente según nos topamos con la pista. Seguimos a la izquierda por la pista, que al poco deja los verdes prados y gira hacia el norte metiéndose entre esas primeras casas de Viladrau. Antes hemos hecho las últimas fotos hacia la montaña, el Montseny y su altivo Matagalls, aun cubierto y precioso desde aquí… un paisaje decididamente hermoso de verdor, montaña y agua, lluvia, vida…
Entramos entre las primeras casas y construcciones de Viladrau. No hacemos caso a la calle que sale a la izquierda y que según el Alpina nos lleva al lugar del Pla de Montfalcó, para seguir hacia el norte, más adentro de la población, para después girar por otra calle, entre subibajas, a la izquierda en busca de nuestra redonda, cerca de donde hemos dejado el coche, parking para caravanas y casa de la asociación de montaña, pasando por la zona de casas que llaman Can Busquets.
Acabamos así esta segunda ascensión al Matagalls desde Viladrau, por un paseo por algunos rincones y casas de la población que, hay que decirlo, me ha sorprendido y encantado; diferentes, originales y encantadoras casas de estilo señorial, burgués, como de cuento, “gótico contemporáneo”, modernista y a la vez simpáticas, cercanas… como si pudiera ser tu misma casa; con árboles, vegetación, altos abetos, estupendas encinas… salpicadas casi sin orden o no alineadas de forma que cada casa tiene su terreno, su perfil, sus formas, sus colores, sus tejados, puertas y ventanas, su personalidad… más humildes o más ostentosas, pero bonitas y distinguidas casi todas… como siempre el Montseny, montaña de magias, misticismo, bosques de escondidos y preciosos rincones, y Viladrau tan bonita como encantadora y original población en sus faldas entre verdes prados, hayedos y castaños centenarios… Impresionantes excursiones y recorridos… siempre para repetir.
Bajada por el Turó Gros del Pujol y La Goitadora.
“Com que no coneixes el nom d’aquesta pujada?” me decía un señor mayor que llegaba a la cima del Matagalls cuando yo emprendía la bajada en solitario desde la misma cima. “La Goitadora. Hi ha una roca que fa de mirador al mig del recorregut, que le diuen La Goitadora” … esto ocurrió en la pasada nevada del Montseny el 11 de febrero del 2.023… Algún tiempo atrás ya había decidido buscar una bajada diferente, solitaria y más emocionante, para las veces que subía al Matagalls desde Viladrau, y ya había hecho esta ruta de bajada… pero no conocía como la llamaban.
Después de la subida ya contada y recontada, con lo mucho que me enamora, al Matagalls desde Viladrau por Sant Segimon, ya había bajado por varios lugares en busca de Viladrau: por el Coll d’Ordials, por la Font dels Mosquits… pero me faltaba otra bajada.
Todo viene por que en el mapa Alpina del Montseny descubro una sendilla que baja vertiginosa y casi paralela a la bajada del Coll d’Ordials, pudiendo llegar incluso al mismo punto que baja la senda vertiginosa del Coll d’Ordials, el Pla de Malataup. O girar a la derecha y sureste en busca de la umbría del Matagalls y la Font Rupitosa. Tenía que bajar por ahí, parecía muy bien marcado en el mapa.
El comienzo es sencillo: era seguir la loma cimera que desde la misma cima del Matagalls sigue hacia el norte, siguiendo su parte más alta hasta las proximidades de una cimita que llaman Turó Gros del Pujol; loma que no hay que confundir con la que queda algo más a la izquierda y paralela, y es la que se acerca al Turó del Mig y Coll d’Ordials. Un pequeño vallecillo o barranquito los diferencia y separa con mucha evidencia. No tiene pérdida.
El pasado 19 de septiembre del 2.019 pasé, antes de llegar a las inmediaciones del Turó Gros del Pujol y justo bajando de la cima del Matagalls, bajando un poco más a la izquierda, junto al pequeño curso de agua, para visitar el monolito de la Font dels Cims, con su particular “monigote” en lo alto del mismo. Hay una tradición de visitar las fuentes del Montseny, como ya habéis podido comprobar en el relato de la Fonts del Matagalls. Y después de comprobar el estado de la fuente, sigo en busca del Turó Gros del Pujol y su colladito previo.
Llegando al colladito parece que hay un hueco o salida a la derecha, pero quiero subir a la cima del Turó Gros del Pujol, y después volver para descubrir la bajada. Las vistas desde este promontorio a 1.577 mts., también son impresionantes, teniendo como protagonistas la misma población de Viladrau allá abajo, y toda la extensa y frondosa ladera norte del Matagalls; incluyendo el recorrido vertiginoso de la bajada que tengo que hacer ahora.
Después de las fotos de rigor y cima, vuelvo al colladito y busco alguna señal, marca o hito de piedra, y lo encuentro. Justo cuando la pendiente comienza a inclinarse notablemente, casi escondida entre las sombras, descubro un hito y una especie de marca en la tierra, o sendilla que se interna en el hayedo hacia la izquierda y adentro, a la vez que baja en diagonal, siguiendo otros hitos, y marcas azules en piedras o troncos de árboles… he encontrado la bajada de La Goitadora.
Al comenzar y bajo las pendientes del Turó Gros del Pujol, la senda es algo escarpada, entre árboles, rocas y vertientes casi verticales. Y me encuentro con una cuevecilla o nicho, marcada por un murito de piedras: es La Bauma. Después de pararme para las fotos, sigo bajando, siguiendo la senda con sus marcas azules con forma de C y algún que otro pequeño hito de piedrecitas, entre una zona muy boscosa y extraordinaria, un hayedo increíble e impresionante. Solitario y casi salvaje, si no fuera por el paso el hombre con esta senda casi excavada en el terreno. Una ventana entre los árboles me deja ver y fotografiar el resto del hayedo, del bosque, un manto enorme verde y vivo, fenomenal y magnífico.
Pero esta última bajada el pasado febrero del 2.023, no subo al Turó Gros del Pujol. Bajo pisando una nieve a veces dura y a veces blanda, en la que me hundo hasta el muslo, por esta misma senda, este mismo recorrido. Lo curioso es que bajo la nieve no veo el camino: todo el terreno nevado no me deja ver el camino, la senda, y tengo que fiarme de mi instinto montañero y de unas huellas, pisadas, que parecen quieren hacer el mismo recorrido que quiero hacer yo. Me recuerda la actividad realizada en esta misma ladera, pero en la anterior bajada por el Coll d’Ordials con aquella fantástica nevada.
Sigo la senda de marca en marca, de hito en hito, con sus vueltas, sus zigzags… entre este bosque vertical, este hayedo casi intocable por su ubicación y dificultad para pasar, caminar por aquí, por su esforzada y notable ubicación. La orientación de la senda, del inclinado recorrido, parece que gira algo a la izquierda, en busca de lo llaman el Pla de Malataup; que no es tan llano, pero mucho más que las inclinadas laderas del Matagalls que lo rodean, montaña arriba.
Llega un momento en que las marcas cambian o se combinan entre la C con la que hemos comenzado el recorrido desde las laderas del Turó Gros del Pujol y una T roja que aparece poco antes de llegar al nombrado Pla de Malataup. Más abajo justo la senda desemboca en otra senda más marcada que atraviesa la ladera boscosa de la montaña de izquierda a derecha. Reconoceremos esta senda porque ya la recorrimos en la actividad del Bosque Animado, justo cuando bajamos del Coll d’Ordials sin llegar al Pla de Malataup, girando hacia la Font Rupitosa… pero nosotros en lugar de girar hacia la derecha en busca de la mencionada fuente, seguimos hacia la izquierda en busca de una enorme haya y del nombrado llano. Hay que llevar cuidado en no equivocarse y comenzar a coger altura progresivamente por la senda montaña arriba, ya que sería la senda que sube al Coll d’Ordials.
Entre la C y la T llegamos a una especie de llano compartido entre los límites del maravilloso hayedo y una zona abierta de matorrales, presidido por otro maravilloso y grandioso ejemplar de haya, ya nombrado; con ramas abiertas que salen en todas direcciones de un tronco grueso, grandioso… es el Pla de Malataup.
Desde aquí ya seguiremos otros recorridos coincidiendo con el que baja del Coll d’Ordials, realizado en la actividad del Bosque Animado; el que baja y se describe en este relato, desde el mismo Coll d’Ordials del el Turó del Mig, e incluso el descrito, pero al revés, en la otra dirección, en la Umbría de Matagalls a la ida, y bajando del Coll d’Ordials pero sin pasar por el mismo Pla de Malataup.
Este pasado febrero del 2.023 hubiera querido bajar o volver a Viladrau desde el Pla de Malataup hacia la izquierda y oeste en busca de aquel increíble barranco lleno de esos magníficos ejemplares, enormes y casi monstruosos castaños, por los que solo pasé en la Umbría del Matagalls una vez, y me gustaría volver a admirar… pero al final, como en el 2.019, giro a la derecha y este, siguiendo las huellas en la nieve, en dirección al Corral del Pujol… como en la bajada desde el Coll d’Ordials…
Curiosamente justo antes de salirme de camino en una curva para dirigirme recto a El Pujol de Muntanya, aparece un cartelito que nos dice algo así como que “el recorrido del track sigue el camino” para que no te desvíes de mismo y tengas que pasar por en medio de las construcciones de El Pujol de Muntanya. Con lo que al seguir el camino, dicho recorrido será más largo hasta bajar a la pista que pasa por la puerta de la nombrada masía, y sigue en dirección a Viladrau, pasando por l’Aremany (justo junto a l’Aremany se puede seguir el recorrido ya descrito en la bajada por el Turó del Mig y Coll d’Ordials, en el que giramos a la izquierda, pasamos por la puerta de l’Aremany, y seguimos en dirección a El Noguer y Viladrau). Es preferible mirar el mapa y buscar una sendilla o incluso monte a través, para evitar este tonto zigzag de camino, si ya no se puede pasar por el centro de las construcciones de El Pujol de Muntanya… que yo creo que sería en las inmediaciones del camino, justo cuando gira en dos curvas hacia el sur y derecha, aquí salirnos y seguir en dirección norte y abajo hasta la desembocadura o cruce del camino que seguimos, a la pista nombrada.
Curiosamente la bajada por La Goitadora con subida al Turó Gros del Pujol, no bajé ni pasé por el Pujol de Muntanya, si no que seguí la senda a la derecha que se convierte en camino y pasa por la Font Rupitosa, buscando otra bajada diferente… y la encontré: en mitad del camino que sigue mas allá de Font Rupitosa hacia Font de Llops, unas marcas y camino me hacen dejar éste que sigo hacia la mencionada fuente, para girar a la izquierda, ladera abajo, siguiendo unas marcas y pinturas de verde fosforito que casi se pierden entre los caminos y monte a través de esta selva frondosa del hayedo del Matagalls. Hasta seguir paralelo al Sot de Génema, por un camino donde habían hecho una tala del bosque, en bajada, en busca de l’Aremany. Y desde aquí seguir el recorrido hacia El Noguer ya descrito.
Lo único es que justo antes de llegar a Viladrau, y una vez ya bajo por el camino que viene de Resquelles, con la urbe de la población delante, me desvío en una sendita señalizada a la izquierda hacia una fuente famosa en la población: La Font de l’Oroneta. Para darle un toque romántico final a la actividad del día.
Y con esta descripción relatamos otra bajada interesante y fabulosa de está preciosa y espectacular cara norte boscosa, frondosa, del Montseny. Realmente las dos bajadas, la de Coll d’Ordials y la de La Goitadora, no tienen desperdicio alguno… y si al final lo puedes culminar pasando por ese barranco a la izquierda y oeste del Pla de Malataup, lleno de esos monstruosos castaños, magnífico. Una experiencia de montaña y Naturaleza excepcional.