Nos levantamos y todo nuestro campamento está nevado, aunque si sale el sol, la nieve se va rápido, pero no el frío. Tiempo con intervalos nubosos, casi nublado. Pero de vez en cuando sale el sol para decirnos que no es tan malo el tiempo.
Ayer parece que tenía algo de diarrea ¿por la altura? ¿por el agua? ¿por la comida? Será algo común a cada compañero en distintos momentos de la expedición en altura. Pero se pasa al tiempo sin más alarma que el susto. Aunque a Adur le ha dado fuerte.
Después de desayunar preguntamos a Dima cual es la montaña que tenemos que subir. Es aquella nublada, arriba detrás de una gran morrena. Es el pico Iukhina (Yukhin Peak) que aparece con algo de nieve en sus laderas, por las que hay que subir, y más en la cima. No hace falta ni botas (de expedición), ni crampones.
Salimos todos del campamento siguiendo el camino de llegada de ayer por la llanura del glaciar, pero en lugar de coger exactamente el mismo sendero, nos desviamos algo a la izquierda como intentando ir al resto de campamentos. Creo que el desvío se hace desde la misma subida de nuestro campamento. Son las 10 de la mañana cuando salimos.
Seguimos por el glaciar con sus formas de cortos subibajas. Pasamos dejando a la izquierda los baños de otro campamento, y más adelante y algo más lejos, el campamento que queda (hay 3 campamentos, 1 por empresas diferentes, parece), para acercarnos al comienzo de la terrosa, empinada y ondulada morrena que nos va quedando siempre enfrente.
Tiene que ser una subida, una actividad muy común aunque de aclimatación, ya que hay un sendero y recorrido perfectamente señalado para seguirlo. Después me entero que este es uno de Los 3 Picos, actividad que consiste en subir a 3 cimas alrededor del Pico Lenin: el Pietros… (Petrowsky) (desde el Campo Base), éste, el Iukhina (desde el Campo 1) y el alto Razdelnaya pegado al Campo 3 (desde el Campo 2).
La subida hasta la cima de la morrena no es muy fuerte, aunque a esta altura es costosa, siendo una simple loma algo empinada. La mole de la montaña la encontraremos a la derecha mientras subimos. Ahora parece que hace sol, se despeja algo el cielo.
Antes de llegar a la cima de la morrena y justo cuando se allana algo la senda, nos desviamos a la derecha recto en busca de la terminación de una especie de espolón (no es un espolón) o brazo terroso y empinado de la misma montaña que queremos subir y que baja de su misma cima o punto más alto, hasta la parte de atrás de la morrena.
El ruso ha cogido velocidad, como subiendo al Campo 1, no haciendo caso al riesgo de la altura y como puede reaccionar su cuerpo a tal esfuerzo. Stephen, el taiwanés sube lento. Aquí ya observamos que le cuesta mucho esfuerzo subir o caminar en altura; la respiración o paso es muy forzado. Circunstancia que nos dará una sensación de duda en cuanto a la preparación del hombre para esta montaña.
Magníficas y estupendas vistas del muro de glaciares y hielos desde la subida a esta montaña, incluso desde la morrena ya que dicho muro de hielo queda al otro lado del valle glaciar que nos estamos recorriendo, y es donde están ubicados los Campamentos 1. Es muy recomendable subir a esta montaña también por las vistas.
Después de una ancha parte nevada entre la morrena y la montaña, llegamos al punto de subida por este espolón terroso que baja de la misma cima. La subida debe de ser lenta, muy lenta, aparte de que el espolón está muy empinado, también porque nos estamos aclimatando. El ruso sigue subiendo el primero y Stephen el último o de los últimos. Cuando comenzamos la ascensión nos topamos con los españoles de Naturtrek que bajan, unas mujeres de Palencia muy fuertes, el canario alto de pelo largo… y su guía español Mikel. Resulta que el guía es el famoso Mikel Zabalza que no hemos reconocido en el aeropuerto de Biskek y que muy humildemente el mismo omitió su apellido para no darse importancia (supongo). No lo reconocimos. Solo Luis nos dijo quién era días después.
Y por fin llegamos a la media seta helada de este pico Iukhina de 5.100 mts. Me empieza a doler la cabeza. La altura junto al esfuerzo. Parece que a mi cabeza le costará aclimatarse a la altura, en cada actividad, cada ascensión, me dará un aviso de malestar.
Estamos contentos, Luis y Javi están bien. Casi todos o todos los llegados a la cima están bien. El único que no ha llegado a la cima es el ruso que de ir tan rápido, le ha dado un “buen golpe” la altura y se ha parado en mitad de la subida, bajándose enseguida al Campo 1 ¡el muy bruto! A quien se le ocurre.
Es la una y cuarto del mediodía, hemos tardado unas 3 horas en subir. Estamos a poco menos de 5.100 metros según los altímetros de Javi y Luis. Las vistas aunque medio tapadas por las nubes, son excepcionales, impresionantes, liderados por los perfiles helados, verticales, blancos, fabulosos de las estribaciones del macizo del Pico Lenin hacia nosotros: una perfecta pirámide de hielo blanca, altiva y extraordinaria nos llama la atención. Es un paisaje casi himaláyico, del Pamir, grandioso y helado. Precioso y frío. Vemos perfectamente los valles glaciares recorridos por esos mismos glaciares que se unen en el Glaciar Lenin, en una especie de gigantesco plateau de nieve, tierra y hielo; y como las gigantescas cascadas de hielo con sus seracs milagrosamente enclavados casi en el aire, a punto de precipitarse en cualquier momento, que bajan de todas las montañas enfrente nuestro, de esa barrera, muro de hielos y glaciares… ¡Impresionante!
Reímos, hacemos fotos. Dimitri es un cachondo y hace bromas y gracias sin parar. Es un tío divertido, abierto, curioso. “Go pro toma una foto”… el cachondeo de las fotos de Luis, y al poco tiempo ya es hora de bajar.
Desandamos el camino de subida. Es fácil. Pero el terreno es tan resbaladizo por la tierrecilla y lo empinado del mismo, hace lleves precaución. Y decido ayudar a Stephen a bajar las primeras rampas. Las chicas, Teresa e Iveta, el australiano (Ray)… van más lentos en su bajada, Javi, Luis, Elan, Hans y yo ya estamos abajo. Comienza a nevar un poco. No hace excesivo mal tiempo, no está cerrado del todo, pero la montaña, la alta montaña es así.
Al final nos reunimos todos debajo de la morrena, después de esperar a los últimos, y emprendemos el camino de vuelta desandando lo recorrido. Son pasadas las 15’30 de la tarde cuando llegamos y nos preparan la comida.
Por la tarde descanso y hablar con España por wasap. Mientras afuera a eso de las 20 horas comienza a nevar y a dejar el campamento bien blanco. El mal tiempo o relativo mal tiempo nos acompaña en estos días, por suerte a partir de mañana una ventana de muy buen tiempo con un sol implacable, nos acompañará en la aclimatación de altura. En los campos de altura.
En la cena Javi y yo sacamos uno de los quesos y uno de los lomos para repartirlos entre los compañeros del grupo, y así hacer de la cena algo diferente y más rica. Dimitri no come carne, es judío y solo le ataca al queso. Tom es también un tipo genial, abierto y alegre. Nos pide consejo y opinión sobre la montaña y otros temas relacionados, pero enseguida tocamos otros temas de los países visitados… muy buen tío. Tiene alergia al pescado o a los alimentos del mar. Curioso.
En la cena nos encontramos con el ruso. No come. No quiere nada. La altura le ha dado un buen golpe, y con lo fuerte que parece, decide al día siguiente bajarse al Campo Base. No lo volveremos a ver.
Mañana toca descanso (menos mal) y acostumbrarnos a esta altura algo más, y hacer dos horas de prácticas en el glaciar pegados al campamento. Con lo que no madrugaremos mucho tampoco.
He pasado por el médico que hay aquí. Un hombre de pocas palabras pero de sonrisa fácil. Es como una curiosidad continua el saber cómo reacciona nuestro cuerpo a la altura y como se va aclimatando con la saturación de oxígeno, tensión, pulso… interesante. Hay un hombre mayor en la camilla, uno de los días, con un suero puesto en vena. La montaña puede jugar una mala pasada al que no está preparado, y muchas veces al que sí lo está.
Conversaciones y risas en la cena con Adur y Dani, mujeres, política, montaña… pero siempre con las risas y carcajadas en la boca. Nos lo pasamos muy bien. Hay otro vasco Ander, con el que ya había hablado Adur (los cuales hablaban entre si con el dialecto dentro del Euskera). El caso de Ander es curioso según nos cuanta Adur: contacto con nuestra misma empresa MundoExplora la expedición mixta, pero pocos días antes le dijeron que no había gente y que se anulaba… “yo ya he pagado…” Así que al final se vino solo y le asignaron un guía para el solo. Curioso, Ya había aclimatado y esperaba los días para atacar a la cima. Mañana, cuando nosotros estuviéramos haciendo las prácticas, él y su guía ya comenzarán a subir al Campo 2. Un chico curioso. El año pasado subió al Huascarán, y le han dicho que este año también lo estaban subiendo… “¡Ves Javi! ¡Hoy era el año del Huascarán!” le digo en broma, ya que yo quería subirlo este año. Es fumador y tose por las noches, pero es un vasco de Tolosa, solitario, que no le hace asco la aventura ni la altura.
Nos vamos a dormir al cabo de un rato. Mañana, como he dicho, descanso y prácticas. Esta montaña es gigantesca y ahora estoy viendo que estamos haciendo una aclimatación exprés. Bueno, el tiempo y la montaña dirán.