Suena el despertador del móvil. Una canción de Rammstein otra vez. El mismo ritual casi calcado que la primera vez que salimos del Campo 1 hacia el Campo 2. El resto del grupo comienza a deambular por el Campo 1 en dirección a la yurta comedor donde desayunaremos. No se levanta ninguno más del resto de grupos; de este campamento parece que seremos el único grupo que saldremos. Estamos como más preparados, más listos… será porque ya hemos pasado por esto y hemos cogido algo de costumbre.
Ya estamos preparados cuando al acercarnos a la yurta comedor vemos aparecer, saliendo de su tienda en plena oscuridad, a alguno de nuestros guías que nos subirá a lo largo de los campamentos y a la cima. El desayuno es importante: hay lonchas de queso, algo de pan, Nutella, mortadela, te (que no falte) … y huevos duros. “Descubro” los huevos duros. Recuerdo alguno de los compañeros de montaña que hablaba de las propiedades del huevo duro. No solía comer pero descubro como me gustan ahora o por alguna razón al probarlos el cuerpo me pide más, creo que me comí unos 3 que me vinieron muy bien, y fue una lástima no hacer caso a ese vago pensamiento de llevarme algunos cuantos para los campamentos de altura… ¿habría sido una tontería? Ahora creo que no lo hubiera sido… como a veces pasa, no hago caso a esa intuición que a veces me susurra al consciente ¡habla algo más fuerte!
En mitad de la oscuridad nos volvemos a reunir en la puerta de la yurta comedor, cocina… esta vez Stephen ya ha dado su material al guía y no vuelve a cometer el error, y no retrasamos la salida hacia las laderas heladas de la montaña. Son cerca de las 04,30 de la madrugada. Con los frontales encendidos, el frio en el cuerpo y la oscuridad de la madrugada, volvemos a salir, a recorrer el mismo camino de bajada hacia el glaciar y hacia el punto donde nos deberemos encordar.
Tardamos 45 minutos en llegar al punto donde paramos y donde el glaciar comienza a empinarse, a elevarse de forma exagerada. Hemos hecho casi el mismo recorrido que la otra noche, no ha pérdida. La claridad comienza a despuntar por un lejano punto del paisaje, ya falta menos para que amanezca. Mientras nos volvemos a equipar con los crampones y buscamos el hacer las cordadas para emprender esta impresionante travesía por el Glaciar del Pico Lenin. Esta vez Stephen no está en nuestra cordada; no sé si al final subió con las chicas o solo con nuestro guía de la primera subida al Campo 2, el caso es que esta vez nuestra cordada la formaremos Luis, Javi y yo, y nuestro guía esta vez será el joven guía de la sudadera de “batman”. Me parece que Dimitri sube con Dima y no recuerdo si con alguno de los compañeros más… hay que recordar que ni Hans ni Ray suben con nosotros, con lo que las cordadas pueden ser de menos personas.
Amanece y el día se ilumina en este blanco, tranquilo pero traicionero Glaciar del Lenin. Son poco antes de las 06,00 de la mañana cuando ya estamos delante de la empinada rampa de hielo que nos dejaré en la famosa y estremecedora grieta de la escalera. Es día es muy bueno, ni una nube, nada de frio (para el lugar donde estamos), es un día de cumbre, de cima, excelente y precioso.
Javi comenta la marcha, aconseja, te dice como ir, que hacer en cada paso o momento de la marcha, como cruzar la escalera en la temerosa y terrorífica grieta… “¡Parecéis un matrimonio!” nos dice Luis, al escuchar y ver las “discusiones” de los dos entre los pasos y saltos de las grietas, curvas del recorrido, saltos… “recoge”, “asegura”… parece que Javi está bastante obsesionado por el riesgo de esta travesía glaciar, o por llevar las normas de la cordada al extremo de la seguridad… pero no le falta razón ya que una mala cordada o gestión de la cordada en la travesía glaciar puede ser peligroso. Tanto es así que descubrimos, en este recorrido por el glaciar, que nuevas grietas habían aparecido, nuevos pasos, algunos que podrían dejarte sin aliento, había que cruzar, algo diferente a la primera subida o a la bajada “¿tanto puede cambiar un glaciar en tan poco tiempo?, pues sí, y más” a la bajada descubriremos que tuvieron que instalar otra escalera en otra grieta (habría que cruzar dos grietas con escalera) y había cambiado sensiblemente el recorrido del glaciar para evitar el peligro de las nuevas grietas que habían salido… ¡Espeluznante!
Pasamos la grieta de la escalera con algo de frio, pero bien. Ya es la tercera vez que la cruzamos y es más cómoda cruzarla de subida que de bajada. Pero el susto y la terrorífica visión del fondo sin fondo de la grieta, no te la quita nadie. Seguida a la gran grieta y antes de llegar a las lomas menos empinadas bajo los restos de aludes, el terreno helado, glaciar, cambia con pasos, como he descrito, más peligrosos que en la primera subida o en la bajada… veremos cómo lo haremos o como estará el recorrido a la bajada dentro de 3 días…
Más arriba cogemos a Dimitri y a Ilan, que tienen a Dima de guía (al final Ilan se añadió a la cordada de Dimitri y Dima). Están descansando. Han salido muy rápidos o más rápido que nosotros. Están bien, estamos bien, buen ritmo, no nos afecta la altura, pero no queremos correr ni tentar al cansancio. El sol ya está alto y el día es espléndido, perfecto también, hemos tenido mucha suerte con estos días tan buenos… aunque el tiempo comenzará a girarse a días no tan buenos en poco tiempo.
Más arriba quiero hacer más fotos ya que el día es muy bueno a esta altura, pero comienza a aparecer nubes, algo de nubosidad en el fondo del paisaje, que seguramente al mediodía llenará, por debajo de nuestra altura, los paisajes impresionantes de estas montañas. Fotos al equipo, a la cordada, los 3 catalanes de raíces de fuera de Cataluña, en la misma cordada, los únicos españoles de esta extraña Expedición Mixta (Internacional).
A las 09,00 de la mañana ya hemos dejado atrás los puntos más peligrosos de este glaciar y ya estamos recorriéndonos las lomas engañosas del falso, falsísimo llano, bajo las grandísimas, enormes vertientes bajo la cresta, las cimas del Pico Lenin y de los aludes caídos por esta vertiente. Y a las 09,30 de la mañana ya estamos bajando de dichas lomas, de esos falsos llanos, en busca del Campo 2 que ya lo vemos, lo descubrimos al fondo, a pesar de que aún queda mucho que caminar, ya tenemos hecha la actividad de hoy prácticamente. El campo de gigantescas grietas que hay que pasar, dejándolas a la derecha, entre este punto y el Campo 2, es terroríficamente precioso, estremecedor pero grandioso a la vez… son las montañas, los glaciares de las cordilleras y las montañas más altas del Mundo. Exagerado.
Entre una hora y 45 minutos llegamos al reconocible Campo 2 del Pico Lenin a 5.300 mts. Hemos tardado entre 5,30 y 6 horas en llegar. Nada que ver con esas 9 horas de la primera subida con el cansado y valiente Stephen y el tocado guía Didi. Este sí era un horario normal, dentro de lo habitual, contando sus paradas y tiempo para recrearse (lo justo). Dima, Dimitri e Ilan ya habían llegado, y las chicas con Tom y Stephen tardaron un poco más. Stephen no tardó tanto como en la primera subida, se está aclimatando poco a poco.
El sol quema las tiendas en un tiempo de calma chicha aquí en la “sartén” del Pico Lenin, el Campo 2, y algunos se quedan en camiseta o sin ella, mientras el sol caliente este rincón sin viento ni sombras… eso sí, en cuanto sopla la brisa o una nube tapa el sol, la temperatura baja increíblemente, no hay que fiarse de este sol y sombra del Campo 2.
Estamos en las mismas tiendas. Esas azules para 3 pero en las que estamos 2. Buscamos la comida, hornillos y cargas de gas que dejamos en una de ellas. Resulta que no están. Le preguntan a Dima y dice que las han dejado en una de las pequeñas tiendas naranjas que sirve como de almacén. Que desorganización. Por suerte lo teníamos metido en una bolsa y parece que reconocemos nuestro material dejado aquí en la actividad de aclimatación.
Y el resto del día lo pasamos tranquilamente sin esforzarnos demasiado, hidratándonos y comiendo lo que podíamos. El agua tenemos que buscarla más arriba, alguien ha metido un objeto de color rojo en el agujero en el hielo y ha “contaminado” el sitio, nos dicen los guías. Los caminitos entre las tiendas se están volviendo muy resbaladizas y peligrosas, tanto pasar y caminar hemos arrastrado las piedras y la tierra hacia abajo, dejado al descubierto el hielo vivo. Javi sube a por agua y la comida y vuelve quejándose que un “guiri” parece le estaba recriminando el tema de la basura, o de ensuciar el lugar, no sé… Javi le ha hecho caso omiso y le ha mandado a pasear… pero es cierto que hay mucha basura, algo de basura; la mayoría es recogida en grandes bolsas por los guías y monitores de las empresas de guías.
Comemos y descansamos. Hablamos con otro alpinista español que no es su primera vez que viene a esta montaña. Se le ve fuerte y tranquilo, y está el solo. No recuerdo si era de Madrid o de Ávila, o sea, del centro de la península. Llegará a hacer cima sin problemas, como si subiera a la Sierra de Callosa. Sorprendente… igual ya venía aclimatado de algún otro sitio, al menos ya parecía que estuviera aclimatado.
Los huecos de las tiendas azules se hacen más hondos, el hielo se derrite, la nieve desaparece alrededor de las tiendas, y éstas aparecen como cabalgando sobre montículos de hielo tapado y protegido por el suelo de éstas. Me asomo por la parte de atrás desde dentro de la tienda, la grieta se ha hecho más grande, estamos a pocos centímetros de que caiga el avance de atrás grieta adentro… pero no es una grieta pequeña, al ir derritiéndose la nieve que la cubría, descubrimos una grieta profunda y tremenda. Bueno. Llevaremos cuidado. Al menos nos sirve como urinario, jugando con el chorrito del pipí mientras derrite la nieve helada, dejando al descubierto más trozo de grieta. Hasta incluso uno de los compañeros ha hecho un video de la grieta como diciendo, “mirad lo que teníamos pegado a las tiendas” … tremendo.
Al mediodía tenemos que poner los sacos de dormir encima de la tienda para que el sol no caliente en exceso la tienda, con ese tejido plástico que multiplica el calor en su interior. Ahora ya se puede estar dentro fresquito, sin frio y sin exceso de calor. Eso sí, en cuanto se pone el sol o lo tapa una nube, hay que abrigarse.
Ya nos vamos a dormir y a descansar. Mañana subimos al Campo 3. No estoy mal. No tengo mal de altura. La marcha hasta el Campo 2 ha ido bien. Pero no quiero pensar en cómo me irá en la subida al Campo 3 y en la subida a la cima del Pico Lenin. Al menos intentaré que no me pase lo mismo que en la anterior subida al Campo 3 y no pecar de soberbia, si me encuentro bien en el inicio a su subida… Hay nubes de viento y frio en la cima. Lo observamos desde los extraños calores del Campo 2 ¿aguantará el buen tiempo? ¿no nos sorprenderá el mal tiempo allá arriba?… cuantas preguntas ahora, cuantas dudas e incógnitas.