Después de haber visitado y recorrido en varias ocasiones las cimas y rincones de estas montañas, ya iba siendo hora de hacer una Integral. Como aquellas integrales realizadas en aquellas nostálgicas montañas de Alicante… la subida a todas las cimas más altas de una sierra.
Por ello mi compañero y amigo Mikel y yo el pasado sábado 21 de abril nos acercamos al famoso Coll d’Estenalles, punto más alto de la carretera que va de Matadepera a Mura, lugar de encuentro de otros recorridos y actividades por estas encantadoras montañas, para dirigirnos al más cercano de todas las cimas: el Montcau.
El día es súper soleado y casi caluroso para aún ser el mes de abril. Mikel llega tarde. Le espero mientras veo como los ciclistas suben y bajan por esta carretera. Y una vez ya reunidos, salimos por la pista asfaltada que sale de entre las casas de información del parque y baños públicos hacia el este, hacia la derecha, en busca de las laderas del Montcau.
Seguiremos entonces el recorrido descrito en Marcha Nocturna a La Mola, pero una vez llegados a un punto de la pista asfaltada, dejamos dicho camino alquitranado para girar a la derecha por un camino, senda ancha, que cruza por lo más alto del cordal cimero, despejado de arboleda, hacia la montaña que tenemos justo enfrente con forma de pagoda, de sombrero campero chino… o algo así, una forma curiosa, singular, muy reconocible… el Montcau. La senda o camino está delimitado por 2 cuerdas en el suelo indicando que no puedes salirte de éstas… el terreno de alrededor está muy erosionado a causa de las visitas, de los cientos de visitantes que pasan por estos lares de la montaña. Una forma curiosa de respetar el entorno y preservar la personalidad de la montaña.
Las cuevas frente a nosotros, en las paredes rocosas de conglomerados, esos campos de patatas verticales (en este caso no tan verticales), me recuerda aquella información que leí sobre los habitantes de estas: los murciélagos. La senda poco a poco se acercaba a la roca llena de piedras “pegadas” entre sí, y llegado un momento dicha senda gira hacia la derecha como bordeando la base de la roca más vertical, para buscar el paso o recorrido que viene desde el Coll d’Eres. La senda entonces deja de rodear la roca de la montaña y comienza a subir por ella en busca de su cima, de la parte más alta… como ya lo había hecho otras veces, en otras visitas. Y de aquí con algunos pasos donde los menos acostumbrados a la montaña, tienen que poner las manos en la roca para superarla, llegamos enseguida a la cima característica del Montcau, a 1.056 mts.
Después de recrearnos con esta primera cumbre de Sant Llorenç del Munt, bajamos por el mismo sitio por donde habíamos llegado a la cima, pero una vez llegados al punto donde acaba la roca, en lugar de girar a la derecha, que era por donde habíamos llegado al lugar, seguimos recto y abajo con las vistas frente a nosotros del estupendo tapiz boscoso de la montaña, hacia el sur, en busca del Coll d’Eres entre esas grandiosas encinas, estupendas… entonces desde aquí volveremos a seguir el recorrido de Marcha Nocturna a La Mola, por toda la senda que sigue la columna vertebral de esta montaña, hasta el pico más alto del parque natural, de las montañas de Sant Llorenç del Munt i l’Obac: La Mola. Con su característico templo, monasterio (ahora también restaurante) en su cima.
Encontramos más gente en el camino, sobre todo en las últimas partes de subida al nombrado pico. Familias, grupos, curiosos y domingueros llenan la cima, estancias y rincones de La Mola y su monasterio a 1.107 mts.
Paramos a tomar algo. Hace un buen día, soleado, casi caluroso. Nos quedamos en la esplanada delante de la puerta principal del templo. Pero al poco tiempo tenemos que seguir. El siguiente objetivo sería la cima más alta de la Serra de l’Obac: el Castellsapera. Para ello solo tenemos que seguir el recorrido realizado en Sant LLorenç del Munt. La Mola, pero en la parte de bajada de La Mola hasta la zona de La Barata lugar por donde cruza la carretera que sube al Coll d’Estenalles desde Matadepera.
Para ello también hay que desandar el camino realizado desde el Montcau hasta llegar al rincón y colladito del Pi Tort, aquel grande y único pino en medio del encinar. De aquí giramos a la izquierda y abajo en busca del nombrado rincón en la carretera junto a las cercanas construcciones de La Barata. En esta bajada sí que no encontraremos a nadie; una solitaria y cálida bajada.
Una vez llegados a los campos de pasto donde un rebaño de ovejas pace tranquilamente entre los verdes girones de hierba, dejamos atrás las vertientes y perfiles verticales de la montaña de Sant Llorenç del Munt, y delante tenemos la otra vertiente de estas montañas: la Serra de l’Obac. Estamos en el vallecillo que separa ambas montañas y que recorre la carretera Matadepera-Mura, y que se unen en el Coll d’Estenalles. Antes de llegar a la carretera dudas en que camino a escoger… pero al final acierto al poco tiempo.
Estamos en el pequeño parking de coches junto a la carretera. Al otro lado de la misma las construcciones de La Barata y la Torre Salvans. El sol sigue radiando y protagonizando este día, casi caluroso o cálido. Desde aquí seguiremos el recorrido de subida al Castellsapera ya realizado en Castellsapera y La Roca del Corb, siguiendo pocos metros la carretera en dirección norte, para después girar a la izquierda metiéndonos por una senda, un recorrido marcado en busca de esa fortaleza, ese muro de roca recta y cortada, ese castillo inexpugnable sobre una loma de roca y verde… el Castellsapera.
Llegamos bajo los muros del Castellsapera con las sorprendentes vistas a Montserrat a la izquierda. Creo recordar que al poco tiempo de internarnos en el espeso y casi frondoso encinar, enseguida giramos a la derecha ladera arriba, muy empinada, en busca de un hueco en medio de la muralla de roca madre del Castellsapera… pero en esta ocasión, no sé por qué, pero no la llegué a encontrar y pasamos de largo. Lo malo que al rato de caminar por la preciosa senda al oeste del Castellsapera, me doy cuenta de que no he descubierto el cruce con esta subida, con esta rampa en medio del bosque, y se lo comento al Mikel.
Ya es tarde. No tengo ganas de dar la vuelta para buscar la subida al Castellsapera y seguimos la senda en busca del Coll de Tres Creus. Este recorrido y senda es nueva, ya que en Castellsapera y La Roca del Corb llegamos al Coll de Tres Creus por otra senda al otro lado del murallón del Castellsapera. La senda y el espeso encinar por el que cruzamos es sensacional, espléndido.
Una vez llegamos al nombrado Coll de Tres Creus, no dejamos de seguir ahora un camino que sigue hacia el norte, dejando justo a nuestra espalda la magnífica mole del Castellsapera. Estamos justo bajo la cima del Turó de La Pola o del Coll de Tres Creus, una nueva cima, altura, que haremos dentro de esta Serra de l’Obac. Estamos en una nueva zona de la sierra que no he recorrido anteriormente, descubriendo lugares y rincones nuevos. La pista gira como rodeando el Turó de La Pola mientras sube, para girar sobre el mismo pico y volver a él llegando a su cima por el lado contrario al que llegamos a su base. En poco tiempo, ya que la altura está justo arriba del Coll de Tres Creus.
Estamos a 929 metros. Las vistas sobre el Castellsapera al sur y tan cercano, son espectaculares. Foto de nuevo pico, foto de cima, bajo un sol y calor en este magnífico día. Miramos hacía la otra parte de la sierra, hacia el noreste al otro lado del vallecillo que cruza la carretera por la que hemos venido y hemos cruzado antes: es el peculiar y reconocible Montcau; delante el edificio de La Mata se perfila magnífico y robusto.
Tenemos que seguir el recorrido. Seguimos por terreno desconocido hasta que enlacemos con el recorrido que se dirigía al Hospital de La Sang. Por pista, camino o senda pero siempre intentando ir por la parte más alta de la montaña en dirección norte en busca de l’Alzina del Vent, esa gigantesca encina que visitamos en el recorrido hacia el Hospital de La Sang, sin salirnos de las indicaciones del G.R.-5.
La verdad es que no me doy cuenta cuando entramos en el recorrido del Hospital de La Sang, entre esos bosquecillos de encinas y matorrales, pero en unos minutos llegamos hasta el lugar donde se encuentra l’Alzina del Vent. Una parada para maravillarnos con sus enormes ramas, tronco y enormidad. Largas ramas que intentan llegar más allá que el tronco puede aguantar, y las deben de sujetar con postes y casi con puntales. Precioso y magnífico.
Desde aquí y siguiendo el mismo recorrido de vuelta que el nombrado Hospital de La Sang, volvemos sin pérdida hasta el Coll d’Estenalles pasando por las inmediaciones de la casa de La Mata. Sin dejar de maravillarnos también por esos excepcionales ejemplares de encinas pegadas al limite del camino, y subiendo hasta la pequeña y singular ermita de Sant Jaume justo arriba de La Mata (la construcción de la masía queda al otro lado, debajo de ésta). Un vistazo desde aquí al recorrido realizado con las cimas subidas: fotos al fotogénico Montcau, ya más próximo, con su singular forma de sombrero chino en pagoda, pero también fotos y reconocimiento del Castellsapera (girando casi 180º las vistas desde la observación del Montcau) y esa otra cimita que desde aquí se diferencia y aprecia bien, del resto, el Turó de La Pola o del Coll de Tres Creus, como otro casi puntiagudo punto libre de vegetación muy cerca de la murallita (visto desde aquí) del Castellsapera.
Y ya nos quedan pocos metros hasta acabar el gran círculo por las cimas más altas de este P. N. de Sant Llorenç del Munt i l’Obac, hasta el Coll d’Estenalles y el aparcamiento donde tenemos los coches. Ha sido un bonito y cuidado recorrido en el que hemos enlazado otros recorridos para llegar hasta las cimas más altas de ambos macizos, e incluso con la subida a una de esas cimitas que antes no habíamos pisado… solo queda que la próxima vez podamos encontrar el camino de subida al Castellsapera y se complete el objetivo.