No madrugamos tanto como el día anterior y poco a poco nos vamos levantando, aseando en la pequeña fuente y hiendo al baño provisional, portátil, junto a la misma. Desayunamos con tostadas, aceite y companaje traído por los compañeros de Almoradí; un desayuno de campeones.
El día despierta sin nubes pero por estar en el fondo del valle el sol no nos tocará hasta pasados unos minutos y las tiendas, desmontadas, no se podrán secar y guardar hasta que no les dé el sol.
Finalmente después de recoger y guardar todo salimos con los vehículos valle abajo en busca de Sierre, el valle del Valais y seguidamente el Mattertal en busca de la población más arriba del mismo valle: Zermatt. Hoy lo dedicaremos a alojarnos y acomodarnos en el albergue juvenil, hacer turismo y pasearnos por la población como ya tenía planeado Manolet en su planning del viaje. Es fácil ya; es un camino que ya he hecho varias veces: bajamos valle abajo en busca de la “trágica salida” de la Val d’Anniviers, por ese cañón o congosto, estrechamiento del valle para salir, entre las curvas y las pendientes empinadas del mismo, hasta el amplio valle del Valais, con Sierre en su fondo. No llegamos a Sierre, y en la redonda donde acaba la autovía, giramos hacia la derecha y este en la dirección que sigue el amplio, ancho valle del Valais, río arriba. Hasta que llegas a algún cruce o redonda donde ver el nombre de la turística población a la que queremos ir: Zermatt; y entonces después de un largo túnel, solo tenemos que seguir valle arriba (hemos vuelto a salir del valle del Valais hacia la derecha y sur) en dirección a Täsch o Zermatt. Teniendo en cuenta que pasaremos por otro cruce que nos lleva a otro valle diferente. Solo hay que estar al tanto con las direcciones y no nos perderemos.
Y después de este recorrido en un día soleado con pocas nubes, muy buen día, llegamos a Täsch. Nos pasamos unos minutos recorriéndonos la pequeña población buscando algún parking… al final después de ver precios del famoso tren que pasa por Täsch y para en Zermatt, decidimos alquilar un taxi, furgoneta donde quepamos todos, nos pueda llevar el equipaje y donde podamos dejar los vehículos. Y al final lo encontramos justo a la entrada o mejor dicho antes de llegar a la entrada a Täsch, a la izquierda, negociamos y contratamos. Hay que recordar que a Zermatt no se puede llegar en coche, está cerrado a los coches con motor de explosión, solo hay coches de caballos, eléctricos, bicicletas… No recuerdo lo que hicimos hace 14 años; y ahora que escribo estas líneas, descubro que alquilamos también un coche.
Pero antes de subir a la furgoneta para llegar al cercano Zermatt, paramos a comer a la orilla de la carretera entre edificios con jardines privados. Y de esta manera no hará falta buscar lugar donde comer en estas horas del mediodía en el bullicioso y caro Zermatt: ensalada de pasta, patatas fritas La Pilarica de Benejúzar… todo un lujo.
Zermatt está muy cerca de Täsch; enseguida que salimos de Täsch llegamos a Zermatt, antes hemos comprobado por el camino y también pegados a la carretera, como siguen las obras y mejoras en los accesos, ¿o son para la continua construcción de edificios y viviendas en Zermatt…?
La furgoneta nos deja nada más entrar en Zermatt. Debemos seguir caminando hasta el albergue juvenil, que, sin conocer su ubicación en un principio, lo encontramos arriba del pueblo, en la otra punta del pueblo, al otro lado del río que cruza el pueblo… por suerte, parece que Zermatt no es muy grande, aunque vamos cargados con el mochilón para la montaña y la bolsa con la ropa para estar en Zermatt.
Caminamos calle arriba y enseguida llegamos a la plaza donde están las estaciones del tren y tren cremallera que sube a Gornergrat, estaba al lado del parking o lugar donde se quedan las furgonetas y coches con permiso de motor de explosión. Seguimos esta calle (casi principal) calle arriba, hasta la puerta de la iglesia. Una vez llegados a la Iglesia giramos a la izquierda buscando cruzar el río, y una vez cruzado el río, la siguiente calle la seguimos girando a la derecha, calle arriba, paralela al cauce del río… y a final de una escalera (que casi nos costó subirla) llegamos al caserón del Albergue juvenil de Zermatt.
Mientras caminamos, las vistas del sorprendente y espectacular Cervino sobresalió de entre las calles del pueblo, sobre todo desde el puente que cruza el rio. Fotos, recuerdos… algunos de los compañeros de Almoradí no habían visto tan impresionante paisaje, y la primera vez que lo descubres, impacta.
Ya en el albergue nos dieron las habitaciones de la tercera planta. Las vistas desde la escalera de incendios eran espectaculares también: al estar el edificio en la parte alta del pueblo y a la vez en la tercera planta, teníamos la imagen del increíble Cervino delante nuestro en todo su esplendor… no daban al patio de luces sin vistas como decía Vicente.
Nos duchamos, nos cambiamos, llamamos a casa para comunicar lo que habíamos hecho, lo que íbamos a hacer y que estábamos bien… y salimos a hacer turismo y a cenar “comida típica suiza” en algún restaurante. Les dije de visitar el viejo cementerio junto a la iglesia. Nuestra “interprete” Leti con su “perfecto inglés” se informó en la oficina de turismo de los restaurantes de comida típica suiza. Al final acabamos en un restaurante en la calle principal entre la plaza de las estaciones de tren y la iglesia; en su interior, en la parte de arriba olía mucho a queso fundido, pero en la parte de abajo ya era el comedor del restaurante con un menú. Casi cada uno se pidió un plato diferente con nombre en alemán; yo pedí uno creyendo que era una cosa, pero me trajeron, lo que en mi tierra es (y yo llamé), “companaje” … me trajeron un plato de companaje.
Lo pasamos bien, pero ya era hora de dormir. Mañana teníamos que coger el tren cremallera a Gornergrat para acercarnos al glaciar del mismo nombre y al Refugio del Monte Rosa. No hubo tiempo para más… ya a la bajada y de regreso, ya tomaríamos alguna copa para celebrar el seguro éxito del viaje.