En febrero de hace dos años, se organizó una actividad para ya subir esta montaña del Pirineo de Andorra. Pero entre una cosa y otra, a pesar de ser un día magnífico y estupendo para hacer alta montaña, solamente pudimos llegar a l’Estanyó. Nombre que se le da al ibón de alta montaña ubicado justo en el centro del circo de la llamada Serra de l’Estanyó, que no es más que el cordal cimero en forma de arco que forma este pico.
Por lo tanto esta vez, con menos gente y mejor organizados, salimos en dirección a Andorra para acercarnos a esta Vall de Sorteny para realizar dicha actividad. Recordamos que la Vall de Sorteny está ubicada al norte del país, casi haciendo frontera con Francia. La población andorrana más cercana a este valle es El Serrat; por la carretera justo arriba de este pueblo, encontramos un cruce con una pista asfaltada que sube, por la derecha, al parking de la Vall de Sorteny.
La idea era dejar el coche en el parking y subir hasta el Refugio de Sorteny donde pasaríamos la noche. Pero todo este recorrido ya está muy bien descrito en el anterior intento de subida a l’Estanyó y Vall de Sorteny, ya que la idea de esta anterior actividad era subir el pico objetivo de ahora. Con la pequeña excepción de que ahora llegaríamos hasta el Refugio de Sorteny para pasar la noche, en lugar de desviarnos a la derecha, cruzando por una pasarela el riachuelo, en busca de l’Estanyó. No tiene perdida, es prácticamente el mismo recorrido de subida, las mismas marcas y señalizaciones… realmente es coger la ladera al otro lado del refugio, del riachuelo, para subir en busca de las alturas más arriba del bosque.
El día de nuevo esta vez sigue siendo muy bueno, excelente para hacer alta montaña. Sol, pocas nubes y temperaturas adecuadas, ni demasiado frío ni nada de calor. Antes de llegar al parking, la nieve ya abundaba en todas las laderas de la montaña; este año puede ser un buen año de nieves, al menos en altura. Y una vez llegados al refugio, después de pasar por el camino y senda que ataja las curvas del mismo, descansamos, cenamos y dormimos en él.
El Refugio de Sorteny se encuentra a 1.965 mts. en el centro del apacible y de suaves lomas, valle de Sorteny. Ideal para subir algunos de los picos más altos al norte de Andorra, como este Pic de l’Estanyó (a un tiro de piedra) al oeste, el Pic de La Serrera, al norte, e incluso el espectacular pero algo alejado Pic de Font Blanca al este, noreste y en otro valle paralelo al de Sorteny. Todos sobrepasan a malas penas los 2.900 metros, siendo el Pic de l’Estanyó con 2.915 mts. el más alto de todos. Ya nos tendríamos que ir a la zona del Comapedrosa para encontrar, no solo montañas más altas que el Pic de l’Estanyó, si no la más alta de Andorra: el Pic de Comapedrosa. Y ya fuera de las fronteras andorranas, los primeros tres miles aparecen justo al oeste de este macizo, en las montañas de la Pica d’Estats, en la frontera franco-catalana.
El refugio está muy bien. Lo regenta unas mujeres, que dicen son madre e hija, o al menos la fama de este refugio es eso, que lo regentan y cuidan solo mujeres. Que no siempre está abierto, y que muchas veces aprovechan y hacen conciertos aquí en alguna fiesta o conmemoración. El comedor está en la parte de arriba, una vez entras y dejas las cosas en el pequeño vestíbulo. Las habitaciones, tienes que bajar unas escaleras y pasar por un largo pasillo para llegar a cada una. A nosotros nos han asignado la habitación que está más al fondo, con sus literas y colchones, camastros, individuales… no hace falta saco de alta montaña. Hay bastante gente, sobre todo franceses que esquían en invierno y se recorren el Pirineo (en invierno, éstos son los que más disfrutan de la cordillera). La charla en la cena es animada, Pep, Antoni, Luis y yo, hacemos un buen equipo.
Al otro día nos levantamos temprano para salir, casi a la vez que el grupo de franceses esquiadores. El día amanece muy bueno y frío, como debe de ser en invierno; sin la pinta de que deba cambiar o perjudicarnos. Nos hacemos la foto de grupo y emprendemos el comienzo de la aventura, de la actividad, saliendo del mismo refugio para bajar, directamente desde su puerta, al riachuelo y cruzarlo. Un cartel señalizador nos muestra el camino o dirección a seguir; y como suele pasar a estas horas del invierno, hay huella en la nieve que marca el camino o pisadas a seguir.
Es fácil. Igual que en Vall de Sorteny y l’Estanyó, debemos subir por la loma al otro lado del refugio, por en medio de su bosque, para llegar hasta los falsos llanos de arriba, más arriba del bosque, y aproximarnos al lago de alta montaña, l’Estanyó. Dejamos el fondo del riachuelo o Ríu de l’Estanyó a la izquierda; aunque poco más arriba nos acercaremos a él para avanzar y llegar a la parte baja del hueco del mismo Estanyó. Justo cuando dejamos los árboles a nuestra espalda.
A nuestra izquierda vemos una pala ancha y empinada, la cual observamos nos sube hasta la parte más alta del cordal que se quedaba a nuestra izquierda y bajaba desde la parte más alta de la montaña, desde la misma cima del Pic de l’Estanyó… el cordal alto de nuestra izquierda es el Serrat del Roc del Rellotge. Justo delante nuestro, antes de girar para afrontar la nombrada ancha y empinada pala, tenemos todo el circo de roca alto y alargado que es la Serra de l’Estanyó, con el pico más alto en el lado izquierdo del mismo, el Pic de l’Estanyó.
La nieve ya es abundante en esta zona, justo antes de comenzar a subir la enorme pala, nieve acumulado en según qué ventisqueros y a la vez y por suerte, algo dura haciendo buen uso de los crampones. Por suerte también el tiempo aguanta; aparecen nubes altas y pocas más bajas que invadirán las cumbres más altas de las montañas que vemos y abarca nuestra vista en el horizonte de ese blanco y agreste Pirineo.
La pala a veces en zigzag y a veces directa, se sube poco a poco hasta su parte más alta, donde está la loma cimera del Serrat del Roc del Rellotge. A partir de aquí, de este pequeño o especie de colladito, giramos a la derecha montaña arriba siguiendo toda la parte alta del cordal que, del Serrat del Roc del Rellotge, pasa al cordal con forma de circo de la Serra de l’Estanyó. No tiene perdida, es subir poco a poco por esta loma cimera en ascensión hacia el este, y que en ocasiones se convierte en una pequeña cresta con curiosos e interesantes pasos estrechos pero nada peligrosos… más emocionante.
El paisaje se amplía mientras subimos por este cordal que deja de ser cresta o cordal cimero para convertirse en una ancha ladera nevada que sube con menos inclinación en busca de la cima del Pic de l’Estanyó. Podemos observar todo el Pirineo mirando hacia el oeste sobre todo, con valles como el de Tristaina nevado y las altas montañas cercanas como el Pic de Font Freda con su característico y agreste perfil; más al suroeste observo un grupo de picos algunos agrestes pero bien diferenciados, es el grupo junto al Pic de Comapedrosa, el más alto de Andorra, y junto a este la Roca Entravessada, Pic de Medacorba…; al fondo, detrás del inconfundible circo de Tristaina, aparece una alta montaña lejana y casi irreconocible, pero por su ubicación la identifico como la Pica d’Estats, que desde esta distancia no se aprecia su altivez, su altura y magnitud, siendo la montaña más alta del Pirineo Catalán… y eso sí, todo, todo nevado, precioso, la cordillera entera blanca y preciosa, entelada por algunas nubes altas que evitan que el sol caliente en demasía, de hecho a esta altura el frío y viento se agudizan y no podemos perder el paso.
La cumbre del Pic de l’Estanyó no es más que un monolito de piedras en medio de una especie o casi plano alto que es la cima de la Serra de l’Estanyó. Lo observamos y nos topamos con él, giramos y lo subimos por la izquierda, como mirando hacia el Pic de La Serrera, mejor dicho, dejando a nuestra espalda justo el Pic de La Serrera. Y después de una subidita por nieve dura, casi congelada por el viento y frio, llegamos a la redondeada cumbre del Pic de l’Estanyó a 2.915 mts. de altitud, donde hay un pilón o eje geodésico.
Hablando del Pic de La Serrera, observamos desde aquí como el grupo o uno de los grupos que había en el Refugio de Sorteny con nosotros, están subiendo en fila por una larga y parece que empinada pala que los lleva hasta la cima. Parece que van con esquís. Es curioso ver la filita de hormiguitas en medio de un espacio tan gigante y enorme como es la alta montaña, trepidante.
Y ya en la cumbre de nuestro objetivo, fotos, videos y celebración por la cima conseguida. Nos abrigamos de nuevo, aquí el frio también es intenso, aunque no tanto por el viento… Estamos en una cima del Pirineo en invierno, tiene que hacer frio. Intento reconocer otras montañas desde aquí, ya que podemos ver la parte este al otro lado del pico, pero no hay manera; del grupo de picos del Comapedrosa, Tristaina, Pica d’Estats, Pic de Font Blanca… no salgo. Luis con su GoPro y yo con mi cámara, somos los que más fotos hacemos… creo que somos unos frikis de la fotografía en nuestros viajes.
Ya es hora de bajar. No pasamos demasiado tiempo en la cima ya que el frío se acrecienta. La bajada será igual o más sencilla que la subida, ya que es desandar lo realizado, seguir el mismo camino pero de bajada, pisando sobre nuestras propias huellas en la nieve. Parece que ahora el sol nos quiere acompañar más, y su calorcillo y quemazón nos acompañaran a partir de la bajada del Serrat del Roc del Rellotge.
Se hacen fotos magníficas ahora también en la bajada, con la gente mirando hacia el horizonte y admirando este paisaje alpino, pirenaico nevado… pero ¿Qué sería de un paisaje si no reconociéramos al menos parte de las montañas y valles que vemos? Luis como yo nos ponemos las botas con las fotos.
Bajo la pala que sube al Serrat del Roc del Rellotge y ya de vuelta por la planicie bajo el circo y a poca más baja altura de l’Estanyó (el laguito de alta montaña que da nombre a la sierra y pico), la nieve se ha ablandado a causa de sol y el calorcillo del mediodía, y en una parada donde nos reagrupamos, nos ponemos las raquetas para así no hundirnos en la abundante nieve de esta parte de la montaña. Curiosamente con las raquetas voy más rápido que el resto, y encabezo la bajada.
Y ya a partir de aquí bajamos con las raquetas por la fácil falsa llanura dejando a nuestra derecha (esta vez) el hueco del Ríu de l’Estanyó. Seguimos bajando y la inclinación de la ladera se agudiza al internarnos en el bosque. Aquí ya es la bajada al Refugio de Sorteny, pero no queremos ir al nombrado refugio, tenemos que salir a la pista que viene de él y se dirige al parking donde hemos dejado el coche; así que intento encontrar y seguir alguna huella en la nieve que me lleve a salir más a la izquierda del refugio sin necesidad de llegar hasta sus paredes.
Con la sensación de estar perdidos en el bosquecillo, seguimos unas huellas hacia la izquierda y en diagonal, horizontal, pero que no parecía ser el recorrido verdadero de ningún sendero, ya que, hacía eses entre los troncos de los árboles, pinos, que parecían se ponían en medio de dicho recorrido.
Pero por fin encontramos la huella que gira a la derecha, sale del bosquecillo en busca del fondo del barranco, del riachuelo, y pasa por la pasarela, puentecillo ya visto en la subida al refugio el día anterior y también nombrado en Vall de Sorteny y l’Estanyó. No hay perdida ya. Hemos salido al camino (al otro lado de la pasarela) que lleva al refugio. No hay nadie por aquí, no nos hemos topado con nadie en todo el recorrido del día; solamente hemos visto en la lejanía a aquel grupo que llegaba a la cima del Pic de La Serrera. La alta montaña en completa solitud es especial y magnífica, una experiencia inolvidable.
Y ya en el camino giramos a la izquierda dejando a nuestra espalda la montaña, el final del valle y el Refugio de Sorteny. Camino abajo solo queda llegar al parking donde está el coche… esta vez y ya de bajada, creo que podemos no coger las sendas que atajan las curvas y desniveles del camino, sino que podemos seguir camino abajo sin desviarnos… en seguida llegamos al coche.
Eso sí, el salir de Andorra y el llegar a casa se convirtió en otra odisea que duró horas. Coincidiendo con uno de los fines de semana en la que más gente ha aprovechado el buen tiempo para visitar este pequeño país de los Pirineos. Finalizamos así otra actividad inconclusa hace dos años con la llegada a la cima de este espléndido y poco agraciado (como pico) Pic de l’Estanyó, ya que su cima y cumbre eran una aburrida planicie o casi planicie; eso sí, las vistas del Pirineo son excepcionales, con las únicas montañas que se vislumbran en la lejanía y que superan su altitud, el Pic de Comapedrosa y la Pica d’Estats, como lejanos faros que no hacen sombra a este alto punto del Pirineo andorrano. Una actividad prometedora en un entorno excepcional de alta montaña y soledad, con la mejor compañía.