Después de por fin visitar la ansiada cima del Pic de l’Infern y echar un vistazo a su alrededor, observo o descubro una serie de montañas o cordal que desde su misma cima o mole, se dirigen al norte internándose en tierra francesa. Son las cimas o Pics de Coma Mitjana. Supongo que Mitjana sería porque es un cordal con 3 o 4 piquitos, dos de ellos los más representativos y sobresalientes, que están en medio, entre dos valles anchos que se van profundizando a medida que se internan también en tierra francesa, hacia el norte, como queriendo salir del Pirineo; o por que el valle de la derecha es el de Coma Mitjana.
El cordal que en ocasiones forma una fácil crestecilla de roca sin escarpes ni dificultad, y otras una suave loma cimera, de onduladas y suaves laderas, vertientes, separa sobresalientemente el valle que queda entre el Pic de l’Infern, Bastiments y Pic de Bacivers, al este, y el famoso valle de Carançá con sus laguitos y profundos escondites, rincones de hermosura pirenaica, al oeste.
A parte las cimas de este cordal, de esta “carena”, de esta Coma, serían un magnífico mirador de las cimas más altas que las rodean entre el Pic de Bacivers a un lado y el Noufonts al otro. Y más atractivo si son picos, piquitos, alejados de las cimas más altas y famosas, y de los recorridos más habituales en estas montañas… con todo esto, había que venir, había que visitarlos.
Y en un principio la idea era hacer los dos Pics de Coma Mitjana, y la intención era esta… pero al llegar al primero de los dos, me despisté creyendo que estaba en el segundo (después de cruzar una cimita en forma de cresta), pero resulta que era el primero de los dos y más cercano al Pic de l’Infern. Con lo que al final faltó la subida al segundo de los dos picos más prominentes que comparten este cordal o carena de Coma Mitjana, Serra Mitjana.
Con lo que el pasado sábado 8 de junio quedo con una nueva amiga, montañera, Jenny, para compartir con ella este nuevo recorrido, esta nueva actividad y montañas en los alrededores del circo de Ulldeter… aunque la montaña ya estaba en el lado francés, vertiente francesa, al norte del Pic de l’Infern, la salida la hacíamos desde Ulldeter. Por el camino de siempre por que el pasamos por el mismo Refugio de Ulldeter. El tiempo será bueno pero con ese toque de nubecillas que le da una imagen de alta montaña, por la tarde, pero sin llegar a precipitar. Magnífico. Tampoco hará demasiado calorcillo, teniéndonos que abrigarnos en ocasiones para aguantar el frio y fuertecillo viento en según qué lugares.
Después de un café y charla mañanera en el pueblecillo de Sant Pau de Seguries, en el que hemos quedado otras veces en otras salidas a Ulldeter, subimos hasta las inmediaciones de la estación de esquí de Vallter 2000, dejando el coche en algún parking a la orilla de la carretera. La idea y recorrido primero era subir hasta la cima del Bastiments; porque en el recorrido planeado también subíamos dos altas montañas del lugar, casi las más altas que rodean o se acercan al circo de Ulldeter y Vallter 2000: el Bastiments y el Pic de l’Infern. El día es soleado a estas horas de la mañana. No salimos muy temprano, pero estamos fuertes y el recorrido ya conocido lo haremos en un santiamén. Con lo que salimos en busca del Refugio de Ulldeter, Coll de La Marrana y cima del Bastiments. Uno de los recorridos más transitados de esta parte del Pirineo. Podremos ver su descripción en Bastiments. El Pirineo del Viento.
Hay bastante gente por estos lares, sobre todo llegando al Coll de La Marrana y en las inmediaciones del Refugio de Ulldeter. Los neveros ya comienzan a aparecer al ir acercándonos al Coll de La Marrana y al circo de Ulldeter. De hecho, el curioso e inagotable nevero que se forma justo debajo de la cornisa el Coll de La Marrana nos ofrece una experiencia de superarlo extraordinaria, como es habitual en él. Con esos pocos “pasitos” de roca y nieve. Ya en el Coll de La Marrana el día se sigue aguantando. La gente aquí se dispersa: unos van al Bastiments (la mayoría), otros al Gra de Fajol, otros siguen el G.R. en busca del valle del Freser, de La Vaca, otros en busca de sus picos más altos justo al oeste, más allá del Pic de l’Infern… nosotros, después de las fotos de rigor, nos unimos con aquellos que querían subir el Bastiments y fuimos al encuentro de su cima. Descubro que a Jenny le encanta hacer fotos en la montaña, muchas fotos como a mí. Perfecto. Las compartiremos después.
Como es la primera vez que nos encontramos Jenny me cuenta su vida montañera, tan interesante, acelerada como corta, y yo la mía. Auténticos amantes de la montaña. La cima del Bastiments aún conserva su nieve o sus neveros fríos e inmaculados. Hay quien se hace fotos subiéndose a los brazos de su cruz; gente que vienen de correr por estas sendas de alta montaña como cabras de dos patas o corredores de maratones, de mallas y camisetas de manga corta, pero todoterreno… un día pasará algo gordo… Estamos a 2.883 mts., siendo el primer pico de los planeados en esta actividad. El hecho de subirlo, a pesar de que ahora teníamos que girar y bajar por la vertiente oeste, cuando la podíamos haber circundado desde el Coll de La Marrana hasta la Collada de Coma Mitjana, como ya hice en la subida a los picos de Freser y de l’Infern; era porque Txell me dijo que era menos complicado subir hasta la cima y después bajarla que rodear la montaña… y así probé… al menos, eso sí, te llevas una cima al bolsillo.
Pasamos de la cima este a la cima oeste, donde se encuentra el piolet de aluminio clavado y justo comienza la bajada hasta la Collada de Coma Mitjana al oeste o la bajada por el cordal cimero hacia el Pic de Bacivers al norte. Es solo 1 metro más bajo que el pico principal, la cima este; estamos a 2.882 mts. de altitud. De nuevo y como ya disfrutamos en la cima este, el paisaje del Pirineo Oriental ya descrito anteriormente en otros relatos. Pero ahora tenía debajo de mi un nuevo camino, unas nuevas pisadas: la senda de bajada del Bastiments a la Collada del Coma Mitjana. No hay perdida, es coger la senda que nos sale mirando al oeste y debajo de nosotros, justo por el filo del cordal cimero bien diferenciado que viene del nombrado collado hasta la cima de la montaña. No hay que despistarse ni salirse del fácil pero entretenido recorrido. En algún punto mirando hacia el lado derecho o vertiente norte, los precipicios y vacíos de la montaña nos hacen recular o pararnos para admirar el precioso paisaje que se vislumbra desde ellos. Podemos ya apreciar la Serra Mitjana, cordal que sale de la cara norte del Pic de l’Infern, el cual tenemos casi enfrente y detrás del Pic de Freser, y sigue hacia el norte distinguiéndose entre los perfiles y valle que queda abajo, por cierto, con el mismo nombre. Distingo una cima si recorro la nombrada cresta, loma cimera, con la mirada desde el Pic de l’Infern en dirección norte, después de pasar por una zona de rocas sobresalientes en el filo de la misma, llego a una especie de picuda pero redondeada cima casi con forma de triángulo: es el Pic de Dalt de Coma Mitjana (el que yo creía era el segundo pico que queda más al norte en el mismo cordal, más alejado).
Ya hemos llegado los dos a la Collada de Coma Mitjana, a 2.705 mts. Si miramos la norte, al valle de Coma Mitjana, tendremos a la izquierda la subida al Pic de Freser y a la derecha el cordal por el que hemos bajado del Bastiments. Mirando al noroeste tendremos el cordal de Serra Mitjana, con el Pic de Dalt de Coma Mitjana casi al final del mismo, al menos en la parte que vemos desde aquí. Allá tenemos que ir.
La idea ahora es coger toda la cresta o cordal que sale de la base de la misma montaña del Pic de l’Infern, en su norte, y seguirla hasta llegar a los picos de Coma Mitjana. Para ello y lo mejor, es cruzar por en medio en diagonal, o sea, seguir casi en línea recta desde la misma Collada de Coma Mitjana hacia el colladito que queda al norte del Pic de l’Infern y que es justo el comienzo de esta Serra Mitjana o cordal de los picos de Coma Mitjana. En un principio busco los lugares por donde bajar o cruzar en diagonal por el terreno, que sean más cómodos para caminar. Hay neveros más amplios y con más nieve, estamos en la parte norte del Pirineo, en la parte francesa ya, y los neveros en la sombra, al resguardo del sol, les cuesta más derretirse.
Cruzando este terreno monte a través, sin senda ni marcas ni señales, descubro una huella en la nieve que va justo en la misma dirección en la que vamos nosotros… parece que más gente ha seguido nuestra misma ruta, por lo tanto, no es un recorrido extraño o desconocido, otra cosa es que estuviera marcado o señalado. Debajo de los escarpes del Pic de Freser la pendiente se acentúa, y por debajo de los escarpes o inmediaciones de la base del Pic de l’Infern, las pisadas se profundizan en la nieve, hay más nieve, cuesta más caminar por esta zona nevada, bajo rocas más escarpadas y sobresalientes sobre tu cabeza. Ya aquí observo las pendientes y perfiles noreste del Pic de l’Infern… por aquí tendremos que subir a la vuelta, parece interesante y emocionante…
Llegamos entonces al cabo de un tiempo al colladito entre el Pic de l’Infern al sur, del resto del cordal cimero de los picos de Coma Mitjana al norte. No ha sido tan rápido como se podía pensar en un principio al verlo desde la Collada de Coma Mitjana, supongo que la última parte de nieve blanda y profunda, y la parte de en medio bajo las paredes del Pic de Freser, de nieve más dura con más pendiente, han retrasado la marcha o la han ralentizado. Jenny me sigue por detrás a poca distancia, no se pierde ni un paso de los míos. Pero en cada parada tengo que ponerme el chaleco Salewa para abrigarme, no sé si por el frio real o el sudor, la cuestión es que noto como pierdo calor y paso frio.
Desde este punto solo tenemos que seguir la cresta o loma cimera (según el punto o zona por la que crucemos) hasta el primero de los picos de Coma Mitjana. Es fácil y entretenido, aunque también cruzamos zonas de suave ladera casi horizontal y poca caída, otras zonas eran de rocas puntiagudas en una ancha cresta. En un principio parece que subes como si estuvieras en un piquito, y después bajas de nuevo mientras tienes delante el triángulo del Pic de Dalt de Coma Mitjana, y aquí es donde cometí el error, pensé, un pensamiento o razonamiento fugaz y no contrastado con el Alpina, por ejemplo, que la crestecilla de rocas era el primer piquito y el que tenía delante era el último y más al norte de los dos Pics de Coma Mitjana, y por tanto el lugar más al norte de nuestro recorrido y planning. Pero no; lo que habíamos recorrido no era nada, no tenía nombre, y el que tenía delante era el primero de los dos picos de Coma Mitjana, el Pic de Coma Mitjana de Dalt.
Bajamos pues a otro colladito y enseguida las suaves lomas en pendiente que, sin bajar del cordal cimero de esta carena, de esta Serra Mitjana, llegamos a la fácil cima del Pic de Dalt de Coma Mitjana a 2.752 mts. Fotos, enhorabuenas y filmación desde la cima. Un pequeño descanso para comer algo y disfrutar de las vistas que, como en otros picos de los contornos, fuera del circo de Ulldeter o de la columna vertebral del Pirineo, ofrece unas imágenes y un paisaje hacia el resto del Pirineo y sus picos, precioso y sorprendente. Espectacular. Podemos observar al sur la escarpada y vertiginosa vertiente norte del Pic de l’Infern, más al este el alto Bastiments con sus cordales que bajan de la cima oeste y se unen con el Pic de Bacivers, más al este (al norte del Bastiments) o al Pic de Freser al sur (al oeste del Bastiments). Observando hacia el oeste, abajo queda el espectacular y recóndito valle de Carançá con su circo y muchas lagunitas a diferentes alturas; amplio, nevado y precioso. Arriba del mismo las montañas más al oeste que forman parte de ese gran circo de la Olla de Nuria, sobre todo destaca el Noufonts con ese perfil como de cabeza de toro o de buey, alto y sobresaliente… a pesar de estar en un piquito no demasiado alto y circundado por cimas más altas, las vista desde el mismo son excelentes, preciosas y espectaculares. Vale la pena acercarse a este punto lejano y poco visitado del Pirineo.
También miro al norte y veo como el cordal cimero o Serra Mitjana hace un giro a la izquierda, al oeste, para cerrar más el valle de Carançá bajo de ella, con lo que a partir de este pico el cordal cimero deja de tener dirección noreste-suroeste, para tenerlo noroeste-sureste. Y al final del mismo veo otro alto piquito… ¿Cuál debe de ser aquel? Está algo lejos, parece… sin saber que era el siguiente pico de Coma Mitjana, el Pic de Coma Mitjana, uno de los dos picos propuesto para subirlos en el planning establecido.
Emprendemos la marcha de vuelta. Es fácil: tenemos que desandar lo recorrido por la cima de esta loma, cresta cimera, hasta aquel colladito bajo los perfiles del Pic de l’Infern. Las vistas que tendremos ahora serán estupendas con el perfecto cono de la montaña del mismo Pic de l’Infern delante, el valle o circo de Carançá a la derecha y el valle de Coma Mitjana y alto Bastiments a la izquierda. El día sigue aguantando; sin nada de calor y con algunas nubecillas típicas de las tardes del Pirineo. A medida que nos acercamos al Pic de l’Infern, intento observar o descubrir su famosa cara norte, más bien noroeste, donde una telaraña de corredores y canales surcan su faz escarpada y vertical… pero no discierno mucho… menos por uno de los corredores que se acerca a la vertiente noreste y que casi llega a la cima: de vez en cuando me acercaré al borde de la crestecilla de subida para, a la derecha, intentar descubrir su forma y peligrosidad… quizás algún día suba por él…
Llegamos al colladito que une el Pic de l’Infern con el cordal de la Serra Mitjana, en la misma base del Pic de l’Infern. Según llegamos observo la huella dejada en la nieve a la izquierda, por donde hemos venido, ahora debemos afrontar al frente y sur la subida poco o nada marcada, al Pic de l’Infern.
Realmente no busco ni sendas ni hitos, miro la roca y la cresta y comienzo a subir por la parte más accesible de lo que veo delante, intentando cabalgarme sobre una especie de espolón rocoso que casi baja de la misma cima y divide la vertiente noroeste, con sus escarpes, verticalidad y corredores, de la cara noreste, este, también vertical pero sin roca ni escarpes, una muy empinada ladera que sube hasta la cima, e incluso hasta las inmediaciones de la cima del Pic dels Gorgs, al sur de la cima del Pic de l’Infern. Esta subida será más entretenida e interesante, la más vertical y “peligrosa” del recorrido. Voy delante. Observo a Jenny que me sigue sin problemas. Es como si fuera una subida directa a la cima del Pic de l’Infern por su lado norte, noreste. Pasada la cresta o espolón rocoso, lo dejo a la derecha y comienzo a subir más a la izquierda, por la mentada ladera de escalones tan empinada. Tan empinada que extiendo el brazo y toco la hierba y piedras con la mano… y así busco una salida hasta la pequeña crestecilla al sur de la cima del pico, que en dos pasos nos lleva hasta la cumbre. Me ha gustado esta subida. En invierno con dos piolets tiene que ser magnífica.
Jenny me sigue los pasos y juntos llegamos a la cima del tercer y último pico de la jornada: el Pic de l’Infern, 2.869 mts. Un pequeño descanso. Admiramos el paisaje. Hacemos fotos de cima, a las vistas. El día acompaña con sus inofensivas nubes como un rebaño de ovejitas en el cielo. Por fin encontramos a más gente… desde la Collada de Coma Mitjana que no veíamos a nadie, y es que este cordal o picos de Coma Mitjana está fuera de los recorridos habituales de los excursionistas y montañeros que se recorren las montañas de los alrededores de Ulldeter, valle del Freser… Estamos contentos por todo lo recorrido y realizado, y también por la sorpresa de encontrar esta magnífica subida, emocionante y directa, al Pic de l’Infern ¡Hay que repetirla!
A partir de ahora ya es el recorrido de vuelta al coche, al parking de Ulldeter y Vallter 2000. Y lo que haremos es seguir las indicaciones de la anterior actividad con subida al Pic de Freser y Pic de l’Infern: salir del Pic de l’Infern siguiendo su cordal cimero hacia el oeste, hasta El Portell, desde donde bajamos pasando cerca de la cabañita de piedra (Barraca de Tirapits) y seguir todo el valle al sur del Pic de l’Infern, Pic de Freser hacia el este, por la senda o recorrido del G.R., en busca del Coll de La Marrana. Una vez en el Coll de La Marrana, seguir el camino habitual que pasa por delante del Refugio de Ulldeter y llega hasta la carreterilla y parking cerca de Vallter 2000 donde tenemos aparcado el coche.
Justo en las amplias y divertidas laderas cerca de la Barraca de Tirapits, nos encontramos con una parejita joven, la cual, la chica se ha hecho daño en el pie, en el tobillo y apenas puede caminar, de hecho para estar en la alta montaña, no podía caminar. Y ya se estaba haciendo tarde. La marcha o ritmo que llevaba era para no llegar al Refugio de Ulldeter con luz del día. La indumentaria y equipación era para recriminarles y sancionarles: lo primero el calzado, llevaban una especie de “zapatilla” La Sportiva que más bien parecían “zapatillas de estar por casa”, que en mi opinión, no se deberían usar ni sirven para hacer alta montaña; pantalón corto o mallas cortas con las piernas de poco más arriba de las rodillas para abajo al descubierto, mochila pequeña sin nada de equipación para el frio o la noche, sin linterna frontal, sin ropa de abrigo, sin bastones… “parecían que iban a la playa en verano más que a la montaña”… el tobillo se le había hinchado con esas “zapatillitas” y apenas podía proseguir, le había dejado un bastón otro montañero desconocido que pasaba por allí… ¡Un verdadero desastre! Encima cuando le preguntabas… “¿tenéis linterna? Porque se os hará de noche”, “No, tengo la linterna del móvil” (absurdo)… y cosas así… después en las Noticias sale “Montañeros rescatados…” ¡Domingueros! diría yo… y es cierto que actualmente mucha gente sale a la montaña, a la alta montaña sin asesorarse, sin Iniciarse, sin informarse, por su cuenta… como el que va a “pasear a la playa”. Después vienen los accidentes, hipotermias y hasta a veces puede llegar la muerte.
Que daño ha hecho el Kilian Jornet con estas nuevas juventudes que piensan que todo es correr y florecillas por la montaña, sin peligro y sin sentido de supervivencia en un medio que pudiera ser hostil en un momento determinado. Sin la preparación clásica enseñada de los viejos montañeros.
Y después de dejar a esta pareja, la cual espero que la próxima vez vengan mejor asesorados, mejor preparados e informados de lo que es la alta montaña… al menos con botas en los pies… seguimos valle abajo hacia el este en busca de las fuentes del Freser y del Coll de La Marrana. No es demasiado tarde cuando llegamos al coche, después del nuevo recorrido realizado con estas tres cimas, pero es verdad que algo en mi interior me decía que “no estaba completo” … ¿era porque no había subido al Pic de Coma Mitjana? Pero una vez hecho el recorrido se me habría nuevas posibilidades, nuevas metas y objetivos, las vistas al resto del Pirineo fueron preciosas y reveladoras, con lo que ya estaba pensando en volver para subir a otras cimas olvidadas de este Pirineo Oriental. Estupendo. Y mi nueva compañera Jenny, muy en forma y buena compañía. Magnífico día y actividad… con el punto negro de esta chica con el tobillo como una pelota en el camino de bajada…