Después de subir al fabuloso y emocionante Peña Ubiña el día anterior, ahora tocaba realizar alguna marcha por los valles y rincones de Asturias, de Somiedo. La idea es hacer un recorrido más factible para todo el mundo y visitar esos preciosos rincones, aunque nada solitarios y sí bastante pisados por la gente del lugar y curiosos, que pasa por los famosos Lagos de Somiedo en el Valle de Saliencia y Valle del Lago, casi el corazón de Somiedo, si quitamos la alta montaña.
Más abajo tendréis el relato que se escribió y describió en su momento en la Revista Centro Verde, pero ahora os relataré algo mejor, geográfica y gráficamente, el recorrido que se hizo en el día 16 de abril. Contando que las fotos que se exponen son de los dos días: el día 14 y 15, ya que en el día 14 se llegó hasta los Lagos de Saliencia y se volvió al punto de partida, y al día siguiente, día 15, se hizo la misma ruta, pero al llegar al último lago (La Mina), se seguió caminando en busca del Valle del Lago y el Lago del Valle.
Se sale de casi la última población del valle de San Emiliano: Torrestio, pero en lugar de seguir la carretera, seguimos por un camino o pista muy bien definida que parte hacia el Collado de La Farrapona la cual quiere comunicar Torrestio con la misma población de Saliencia ya en Asturias. No confundir con otro camino que sale un poco más al norte casi en la misma dirección por el que pasa un G.R., hay que seguir el que justo va paralelo al arroyo o barranco del Río Taspando. No hay pérdida.
Este camino o ancha pista nos dejará en su punto más alto que es Collado de La Farrapona, 1.708 mts. En cuyo collado se ha construido ahora un enorme parking que parece no existía en 1995. Desde Saliencia llega la carretera asfaltada y acaba aquí, desde Torrestio parece que aún es camino de tierra ancho y muy bien cuidado.
Actualmente desde el parking del Collado de la Farrapona ya nos indica para ir a los Lagos de Saliencia por otro ancho camino sin asfaltar que sale a la izquierda según llegamos al puerto. Parece que hoy día está todo muy señalizado y transitado. Dicho camino se interna o se encajona por un paso entre paredes de roca o montaña vertical a un lado; seguramente construido para dar acceso a las minas que al otro lado y cerca de los lagos, existían. Justo al otro lado de este paso encajonado de roca, aparece un ancho espacio abierto y protagonizado por el primero de los lagos: Lago La Cueva. Antes y desde el Collado de La Farrapona hemos tenido unas espléndidas y fabulosas vistas al precioso Valle de Saliencia, que queda abajo y a nuestra derecha. Al otro lado de los muros de roca, ya no tendremos las vistas del valle.
Tiempo para descansar y tumbarse a pasar la resaca en una zona a cierta altura del Lago La Cueva a modo de mirador, por la fiesta de la noche anterior, el día 14. Un lugar precioso y tranquilo, como son los alrededores de estos lagos de alta montaña.
Seguimos la marcha y enseguida, siguiendo el camino y subiendo algo más de altura casi al otro lado del hueco del Lago La Cueva, nos topamos con otro laguito, el que parece puede ser el más pequeño de todos: el Lago La Mina. Al otro lado del Lago La Mina un cordal o loma, rodeando al Lago La Mina, nos lleva, justo al otro lado por el que hemos descubierto el lago, a un mirador en altura donde descubriremos otro espectacular lago: el Lago Negro o Calabazosa. Dicho lago es algo más grande estos Lagos de Saliencia y a parece encajonado entre los perfiles agrestes de las montañas y entorno de alrededor. Se aprecia su forma imperfecta algo circular, pero de porte ancho y majestuoso. No bajamos hasta las orillas de ninguno de los lagos, al menos nosotros en nuestro recorrido… pero poderse hacer, seguro que está indicado actualmente.
Volvemos marcha atrás hasta las inmediaciones del Lago La Mina de nuevo, pero en lugar de volvernos hacia el Lago La Cueva, giramos en dirección contraria hacia el oeste, noroeste, como si dejáramos los nombrados lagos a nuestra espalda y detrás. Y justo a los pocos pasos viramos la mirada a la izquierda y vemos otro de los Lagos de Saliencia: el Lago Cerveiriz. Espectacular y alpino ya que los Picos Albos caen casi justo hasta las orillas de este lago, verticales y soberbios. Las orillas del Lago Cerveiriz con plácidas y muy verdes, sin desnivel, como playas de hierba que invitan a la tranquilidad, sosiego y disfrute del lugar.
Pero debemos seguir. Seguramente en la actualidad podréis realizar otras visitas a miradores y recorridos en este lugar, ya más habilitado al turista, excursionista y curioso, que en 1995… como por ejemplo la visita de otro laguito por el que no llegamos a pasar; la Laguna de Cebolleu. Más alejada y metida en el paisaje escondido de estas suaves laderas rodeadas de infranqueables montañas, paredes y torres de roca… Aquí ya dejamos las rutas por los Lagos de Saliencia y la idea es acercarnos a Valle del Lago, valle que comienza en Pola de Somiedo (o acaba) y acaba en un estupendo circo enmarcado o protagonizado por un enorme lago apresado: Lago del Valle… ciertamente en los nombre no se estrujaron mucho la cabeza… para ello pasaremos por el centro de unas enormes depresiones entre laderas rocosas e incluso paredes de picos y escarpados, agrestes pero de perfil hermoso y espectacular: son la Vega Freisnéu, el Sumidoiro… lugares, sitios que separan el Valle de Saliencia al este del Valle del Lago al oeste, aunque ambos valles invisibles a nuestros ojos desde aquí. Seguimos dirección noroeste por el centro de estos extensos y agradables pastizales, tranquilidad, sosiego y amplios horizontes, enmarcados por torres, agujas y paredes de roca granítica. Precioso.
Más arriba al final de estos anchos valles de suaves laderas, aparece un camino el cual seguimos y será el que nos lleve por una especie de hueco en la orografía del lugar, girando a la izquierda y oeste a la vez que comienza a bajar. Pronto nos detenemos en un mirado en el que aparece todo el alto Valle del Lago con el Lago del Valle a la izquierda y sur, desde el que sale el profundo y verde Valle del Lago que sigue hacia el noroeste. Una imagen preciosa: enfrente de nosotros aparece como torres de roca en una especie de cresta rocosa, como centinelas del lugar, del valle, ya que caen hacia él. Detrás otra mole rocosa y monstruosa: la Sierra de CHagüenzos con Peña Chana la parte más alta. Tocada por esos pequeños neveros que le dan un toque altivo y precioso en sus escarpadas laderas. Ciertamente el paisaje es espectacular y especial… a veces, quitando Picos de Europa, no nos damos cuenta de la espectacularidad de la alta montaña de la Cordillera Cantábrica que, salvo por la altura, nada le tiene que envidiar a Gredos o Pirineos en su altivez y formas agrestes, alpinas, desafiantes…
Después de pararnos en este magnífico mirador, seguimos el camino que quiere bajar y desembocar en las orillas o cerca de las orillas del espléndido y precioso Lago del Valle. Actualmente y para no equivocarnos, dicho recorrido está señalizado por el PR AS-15. Ciertamente desde las cercanías de los lagos también nos topamos con las señales de este PR As-15, que en el 1.995 no estaban. También se pueden seguir, llevándote por otro lugar más montañoso paralelo al realizado por Vega Freisnéu, el Sumidoiro, o sea que, en lugar de ir por el centro del ancho y casi plano valle, el nombrado recorrido va por la parte izquierda internándose por lugares más montañosos y supongo que más emocionantes.
Ya estamos en el único lago que visitaremos que no pertenece a los Lagos de Saliencia: Lago del Valle. El recorrido señalizado sale justo a uno de los lados de la presa que tiene este lago. Una simpática isla corona el centro de esta gran porción de agua, y el entorno es precioso, alpino, muy montañoso y espectacular: forma un perfecto circo rodeado a torres y moles de roca, dibujadas con algunos neveros de la poca nieve caída este cálido invierno, aún así le da un aspecto precioso y a la vez alpino. Una de esas cimas rocosas con neveros pintados, es la Peña Orniz, la cima más alta del Macizo de Somiedo y que queda al sur, sureste del mismo Lago del Valle, otros son los ya vistos Picos Albos, que quedan entre las inmediaciones de este lago y el Lago Cerveiriz.
Una vez llegados a las orillas del Lago del Valle, otro descanso en su verde césped contemplando sus aguas tranquilas en este paisaje de alta montaña y belleza. Eso sí, no estamos mucho tiempo por que aún queda bajar todo el valle de Valle del Lago hasta Pola de Somiedo que es donde nos espera el autobús. Comparando con lo que hemos hecho, lo que nos queda, nos parecerá interminable, aburrido a partir de cierto tiempo y fatigoso.
Salimos de Lago del Valle por la pista o camino que aún es de tierra y que baja casi hasta el mismo cauce del río que sale del lago y sigue todo el fondo del valle: Río del Valle. Y a partir de aquí solo hay que seguir valle abajo sin desviarnos y siguiendo por el fondo del mismo, caminos, pista o carretera, hasta salir del valle a otro con orientación diferente (Valle del Lago tiene una orientación noroeste-sureste), norte-sur, y será el valle que baje del Puerto de Somiedo donde quisimos acampar nada más llegando al lugar.
Aquí podemos hacer dos cosas: en 1.995 seguimos la pista, el camino, sin ninguna señalización, valle abajo, primero de tierra y a partir del primer pueblo, asfalto, hasta llegar al mencionado Pola de Somiedo; o bien seguir las marcas del PR AS-15 que en 1.995 no estaban (o no las vimos) que nos podrán llevar a realizar un recorrido corto por la parte alta del valle junto al Lago del Valle, y después nos bajará paralelos al camino (que seguimos en 1.995) hasta que confluyan los dos recorridos en uno solo, en busca de la primera barriada de Valle del Lago: El Auterio.
A partir de esta primera barriada de Valle del Lago, El Auterio, el camino se convierte en asfalto, carretera, más delante hay un parking para coches por el que tenemos que pasar valle abajo, y seguidamente el resto de barriadas de Valle del Lago. Una vez pasadas la carretera se engancha a la ladera de la montaña teniendo otro tramo sin poblaciones hasta Urria. En Urria una bajada de la carretera en zigzag y más adelante por fin vemos las inmediaciones de nuestro objetivo, cuando nuestros pies ya están muy doloridos de tanto caminar por asfalto y las ampollas en talones y dedos se convierten en agujas que se clavan sin compasión con un daño cada vez mayor a medida que seguimos caminando por este feo asfalto en busca de Pola de Somiedo. Pero una vez en Pola de Somiedo se acaba nuestro periplo por estas montañas, lugares y lagos de Somiedo.
Seguramente actualmente tendrá que haber algún recorrido señalizado que deje el asfalto y se interne por el fondo del valle, por sus bosques y rincones, si lo hay tomarlo, por favor… por que el valle y el lugar, a pesar de ir por el asfalto de la carretera, era precioso, muy verde, boscoso, pintoresco… pasar junto a sus brañas ubicadas en medio de un prado increíblemente verde, bajo esas graníticas paredes de roca vertical, desafiante pero impresionante a la vez, y dejando algún curioso montículo, rincón, rodeado de agua, rio o montaña en el centro del valle, es alucinante y hermoso. Verdaderamente es un recorrido que habría que repetir y muy aconsejable… claro está, ahora hay parkings en las cercanías y nos podemos acercar más estos lugares con el coche, pero no despreciar un paseo, aunque sea largo, por uno de los rincones donde más osos pardos habitan en nuestra Península Ibérica.
Os dejo ahora con parte del relato sacado del artículo SOMIEDO, PARAISO DESCONOCIDO escrito con el mismo título en el número 9 de la desaparecida revista Centro Verde del Centro Excursionista Almoradí, en junio de 1.995, el cual habla del recorrido que se hizo por los lagos y rincones de Somiedo:
Esta Semana Santa un gran viaje se programó a Somiedo en Asturias. Somiedo es desconocido aquí; está fuera de las guías turísticas, solamente nombrado por ser la Reserva Nacional en la que más osos pardos habitan en todo el país. No nos dejaban acampar en Asturias, ya que está prohibida la acampada libre dentro del Parque Natural de Somiedo. Así pues se quiso acampar en la parte leonesa del Puerto de Somiedo.
Después de toda la noche y mañana del jueves de viaje llegamos allí cerca del mediodía pero el lugar no era como esperábamos: había zonas quemadas de monte, ya que la gente del lugar acostumbra a quemar los matojos para pasto, y además el autobús no podía dar la vuelta para llevarnos a hacer las marchas y actividades. Así que buscamos otro lugar. Después de dar vueltas por allí, al final, el alcalde de Cabrillanes, nos dejó acampar detrás del Ayuntamiento, en el propio pueblo. Estábamos en la comarca de Babia. Lugar donde pasaban sus vacaciones los reyes visigodos mientras sus plebeyos y sirvientes hacían de las suyas en palacio diciendo “…no se enterarán, están en Babia”.
Al otro día, viernes, se hizo la primera actividad: la subida al Peña Ubiña. El pico Peña Ubiña tiene 2.417 mts. sería el pico más alto de León y Asturias, si no fuera por los Picos de Europa… por la noche se montó un pequeño concierto en la única cafetería-pub del pueblo y la fiesta duró toda la noche y la madrugada.
A causa de trasnochar ese viernes, en la mañana del sábado la resaca aplazó la pequeña marcha de este día y se hizo por la tarde. El autobús nos llevó a Torrestio desde donde empezamos la marcha a los Lagos de Saliencia. Andábamos por un bonito paisaje del macizo de Somiedo y de sus verdes prados. Atrás quedaba Torrestio y más allá el macizo del Peña Ubiña. Al pasar el Collado de La Farrapona de unos 1.700 metros, ya estábamos en tierra asturiana, abajo el bonito Valle de Saliencia y al cabo de una hora de marcha llagamos al primero de los lagos: el Lago La Cueva donde paramos a comer. Más arriba los lagos de La Mina, Cerveiriz y Negro nos mostraban un paisaje espléndido entre los lagos, los verdes prados y las impresionantes, escarpadas y algo nevadas montañas, de más de 2.000 metros que rodeaban los lagos. Esta vez todo el mundo hizo la marcha. La vuelta se hizo por el mismo camino a Torrestio, llegando allí atardeciendo.
Al otro día se planeó una larga marcha que recorrería todos los Lagos de Somiedo, uno de los más bellos e importantes valles del Parque Natural de Somiedo, el valle del Valle del Lago, hasta Pola de Somiedo. En más de 30 Km. de marcha que nos llevaría 9 horas. Así pues el domingo se salió a las 11:30 de Torrestio y se hizo la misma marcha hasta los Lagos de Saliencia del día anterior. Después de cruzar dichos lagos se siguió por unos verdes y extensos pastizales, que según decían eran unos de los pastizales más grandes de la región, entre neveros y altas y escarpadas montañas. Se llegó a una especie de mirador desde el que se pudo admirar uno de los paisajes de Somiedo y de Asturias: hacia el sur el profundo y verde valle de Valle del Lago rodeado de escarpadas montañas; hacia el norte los picos más altos de Somiedo nevados y el lago más bello y grande de Asturias (más que los de Covadonga), bello tanto por su enmarcación como por su forma, ya que tenía una pequeña isla en su centro. Bajamos hasta dicho lago llamado Lago del Valle donde, en sus orillas, comimos y descansamos. Después seguimos valle abajo, admirando y observando las cabañas típicas de Asturias, las “Brañas”, y el espléndido bosque de hayas que tenía una de sus vertientes. Un paisaje muy diferente al de León, donde estábamos acampados, ya que en aquel lugar no hay bosques y no es tan verde. Llegamos a Valle del Lago y cogiendo una carretera seguimos por unas empinadas vertientes valle abajo y enfrente un grandioso y bello bosque de hayas nos acompañaría con sus tonos de verde, amarillo y marrón hasta Pola de Somiedo, en lo más profundo del valle, donde paramos la marcha a las 8:30 horas de la tarde.
Al otro día madrugamos para volver a Alicante. Regresamos con un grato recuerdo del lugar, de sus costumbres, de la sidra casera y de la amabilidad de aquellas gentes aunque hiciese por las noches un frío inhabitual en nuestra tierra. Se terminó esta “expedición Brumas” después de pasar unos días espléndidos, divertidos e inolvidables con aquellos bonitos paisajes y aquella buena gente.