Sobre la ciudad de Orihuela, detrás del Cabezo de San Miguel, se yergue una gran cruz de hierro justo en la cima de La Muela, un pico cuya vertiente sur forma unas excepcionales paredes y precipicios verticales, que le han dotado de este nombre, como otras muchas montañas, ya que desde la lejanía tiene justamente la forma de una gigantesca muela… al menos la imaginación de aquellos que pusieron nombre a las montañas, así lo verían.
La Muela está en la parte este de la alargada Sierra de Orihuela, y es la tercera cima en importancia de esta sierra y creo que la más famosa y visitada de todas. Bajo la cima de La Muela entre sus precipicios y escarpes, encontramos la Pared Negra, un extraordinario lugar para realizar la escalada clásica o deportiva, según sectores; famosa por los escaladores por sus vías de varios largos con equipación y uso desde hace muchos años. De hecho la Sierra de Orihuela como la de Callosa, son extraordinarios puntos en el sur de Alicante y casi en el sureste peninsular para realizar escalada, con numerosas escuelas de escalada y vías de clásico. Si comparamos las numerosas zonas de escalada en proporción con la magnitud o tamaño de estas sierras, el resultado es extraordinaria… aunque puede que en Alicante, no sea la zona o la montaña con más vías de escalada por metro cuadrado… tenemos que recordar que la provincia de Alicante está considerada como la primera provincia española en cantidad de vías y escuelas de escalada.
A pesar de su modesta altitud, igual que les pasa a muchas montañas cercanas a la costa o en terrenos de muy baja altitud con respecto al nivel del mar, su desnivel es considerable, y les confiere un aspecto gigantesco, desafiante con verticales vertientes, laderas rocosas con importantes pendientes y recorridos dignos de cualquier otra montaña que le doble la altitud. Por ello la Sierra de Orihuela o de Callosa presentan un sinfín de emocionantes recorridos que se enganchan o recortan la mayor cantidad de perfiles posibles de estas sierras… parece que cuanto más pequeña y escarpada es la montaña, más sendas y recorridos se crean, como un desafío ante tanta dificultad o más bien un agradable disfrute de cada escarpe o rincón en el que tenemos que ayudarnos con las manos para progresar o para mantener el equilibrio… además del paisaje que confiere una sierra con este aspecto tan agreste o de tal desnivel con respecto al terreno llano que la rodea… Tenemos que saber que Orihuela se encuentra a tan solo 23 mts. de altitud con respecto al nivel del mar, y la urbanización de Montepinar (parte norte de La Muela) a una media de unos 75 metros.
Para subir a esta extraordinaria montaña, si la miramos desde las inmediaciones de Orihuela, la encontramos muy escarpada y abrupta, aunque sí que existe algunas sendas que nos pueden llevar desde la carretera nacional en busca del Paso del Gato y de la cima de La Muela entre las paredes y escarpes de la parte sur de la montaña. Pero existe un camino que desde hace muchos años desde la parte norte y más suave de la montaña, se sube tranquilamente por sus laderas norte y este. Dicen que este camino lo construyeron los frailes, monjes o gente que para ellos, poder subir la cruz hasta la cima de la montaña, de La Muela… pero no sabría decir… el caso es que es un camino ancho con muritos de piedra en algunas partes que lo sostienen, que lo mantienen en pie, pero no es como una pista o camino excavado por máquinas, si no parece más bien construido a mano, y no para que quepan coches ni camiones, si no que cabrían como mucho algún grupo reunido llevando una gran cruz a cuestas…
Este último es el camino utilizado por la gran mayoría de la gente que quiere subir a La Cruz de La Muela. De hecho es un camino y subida famosa, muy visitada. La Cruz de La Muela es un faro muy difícil de evitar ver, observar o descubrir, si desde las cercanías te acercas o estas en Orihuela… y de ahí a querer llegar hasta los pies de esta cruz, hay poco “trecho”. Casualmente es un camino larguito pero fácil y con una ascensión paulatina, progresiva, casi nada vertical… con sus pequeños tramos algo más empinados claro.
Damos la vuelta a la sierra, a la montaña, y de Orihuela que está al sur, nos pasamos a la urbanización de Montepinar que está al norte, casi en las faldas de la sierra, en lo que antiguamente, seguramente eran campos y bancales de naranjos, limoneros… ahora es un bosque de hormigón y asfalto. Debemos de coger solo dos calles: la principal recta hacia la sierra, y casi arriba, otra larga calle a la izquierda, como queriendo ir a las afueras de la urbanización con la sierra o el terreno sin construir y sin cultivar, paralela al perfil de la sierra. En el cruce de calles podemos encontrar símbolos, marcas o cartelitos de los recorridos o P.R. existentes, ya que seguiremos parte del P.R.-CV 59. Una vez al final de la calle, dejamos el coche y ya podemos comenzar a caminar siguiendo las nombradas marcas del P.R.
Al principio bajaremos a una ramblita que viene de la sierra, seguiremos bordeando una loma de la sierra en dirección este, y nos internaremos en la sierra cuando lleguemos al lecho o cauce de la siguiente ramblita, el que llaman Barranco de Los Baladres, girando hacia el sur. Ya estamos dentro de la sierra y comenzamos a ascender y a seguir la senda que se convertirá en un pseudocamino construido para llegar a la cima de La Cruz de La Muela. A los pocos pasos giramos a la izquierda y este de nuevo, hasta llegar a un cruce con otras sendas y a otro giro del camino, mientras sube, hacia el sur y arriba. Ahora mismo nos recorremos las laderas este de la sierra y tenemos unas magníficas vistas de la Sierra de Callosa, con Redován bajo esas magníficas paredes bajo la misma y nombrada sierra.
El aspecto de la sierra en esta parte es un conjunto de vieja roca madre, con algo de amarillenta tierra, tierrecilla calcárea, con pinos por aquí y allá que en algunos lugares forman un bosquecillo sano y fabuloso. No es el aspecto árido del sur del sur del Agudo o de algunos alrededores del Zulum; aquí, no sé si por la roca (una de las más antiguas de Alicante), le da al paisaje o al entorno, un aspecto menos árido, más mediterráneo, más verde u oscuro, que no recuerda al desierto ni a esos bad-lands, paisajes lunares, de tierra clara y descarnada… aquí la gruesa, dura y antigua roca tiene un color diferente y le da a la sierra un aspecto diferente… eso sí, el calor y fatiga producido por el mismo, no se lo quita.
Seguimos este camino, esta ancha senda, sin girar ni cambiar de recorrido en ningún momento. A la derecha y de abajo, nos ha salido otra senda, la cual parece que viene de los límites de la sierra, junto a la carretera que va de Orihuela a Benferri. No le hacemos caso. Seguimos subiendo y marchando hacia el sur, con algo de tranquilo zigzag; hasta que llegados a una loma rocosa, de roca descarnada, la circundamos, rodeamos, para girar, subirnos a ella, y seguir ascendiendo en dirección oeste.
Esta dirección oeste ya no la dejaremos hasta haber sobrepasado la ubicación de la cima de La Cruz de La Muela. Seguimos ascendiendo haciendo alguna curva en el recorrido, pero casi siempre volvemos a la dirección oeste; la misma dirección que la sierra. Llegamos a un punto que los pinos se hacen más numerosos y forman un precioso y húmedo bosquecillo de pino carrasco. Justo antes de internarnos en él, ya hemos visto los brazos férreos de la cruz arriba del mismo bosquecillo. Estamos cerca.
La senda atraviesa el bosquecillo de este a oeste, dejando la cima de La Cruz de La Muela a la izquierda y arriba. No atacamos la cima de golpe desde aquí, si no que pasamos al otro lado del bosquecillo, dejando la cima como atrás a nuestra espalda, y llegados a un punto donde ya podemos observar la otra vertiente de la montaña, de la sierra, la que da al sur, a Orihuela y a la huerta entre la nombrada ciudad y Murcia, nos paramos para girar casi 180º para subir, ahora sí, a la cima de La Cruz de La Muela que queda solo a pocos pasos. Estos últimos pasos en dirección sureste.
Admiramos la alta Cruz de La Muela a 463 mts. de altura, sobre un pedestal de hormigón que le da estabilidad y firmeza. Mucha gente en la cima, como casi siempre, años atrás la gente no era tan suficientemente limpia como ahora, y la cima y entornos a la cruz, aparecía con suciedad y basuras; hoy día parece que la gente es más consciente de que la montaña no es un basurero… aunque aún nos queda mucho que aprender y entender… Aparte de la cruz, nos asombrarán sobre todo sus vistas y perfiles hacia el sur: si nos acercamos un poco al borde de la cima, bajamos de la mesa de roca de la cima y caminamos un poco hasta el borde de los precipicios, podremos comprobar cómo comienzan a cortarse y escarparse sobre las paredes, gigantescas paredes de “la muela”, vertiginoso y excepcional a la vez, asombroso y desafiante, unas vistas increíbles hacia el sur, hacia montañas y lugares que están por debajo de nuestra altura, hasta casi el infinito (con excepciones si miramos al suroeste y oeste, por algunas cercanas sierras murcianas, pero ya tenemos que girar la vista…) Y una de las cosas que más nos asombra o atrae, es la visión de Orihuela cercada y alrededor del Cabezo de San Miguel, y cruzada por el cauce del Río Segura… el cual antes de que lo tocasen tenía un aspecto natural y curioso como de culebra, serpiente con esos magníficos meandros, que recorren la huerta de Orihuela… era precioso. Ahora las infraestructuras, las obras y modificación del medio, de la huerta, confieren un paisaje algo diferente (sobre todo para los que lo conocimos antes de los años 90), más destrozado, desastroso, feo… no hace falta que avance el desierto como en algunos lugares de Murcia, aquí tenemos los colores claros y amarillentos, grises, de otros terrenos, del cemento y el hormigón.
Si miramos hacia el oeste, al seguimiento de la sierra, descubriremos un paisaje montañés magnífico, sorprendente, soberbio: barrancos, paredes, escarpes, puntiagudas cimas, cabezos romos de roca madre… es la continuación de la Sierra de Orihuela con su roca “especial” y su aspecto casi escarpado, esbelto y característico, que no deja un rincón al aburrimiento ni al descanso de pasos y escondrijos entre las rocas y sus verticales vertientes. Una alta cima nos llama la atención, más que una, dos o tres, la más alta es la mayor altura de la sierra: la Leja de Mi llamón o Peña de Orihuela; a la que yo llamaré Leja de Millamón. Impresionante y sorprendente paisaje de montañas escarpadas de magnífica roca caliza.
Después de almorzar y recrearnos con las vistas sin demasiada soledad de la cima, ya debemos de pensar en bajar, regresar al coche. La verdad es que años anteriores el camino de subida era el mismo de bajada sin pensar en otros caminos o recorridos… de un tiempo para acá la Sierra de Orihuela se ha llenado de sendas y recorridos que, seguramente ya estaban, pero que solo eran conocidos por los oriundos y personal que más visitaba la montaña. Ahora con una perfecta red de caminos y sendas señalizadas, puedes recorrerte la sierra de este a oeste y bajar por muchas de sus faldas y bajadas. Con lo que para volver al coche podemos hacer un recorrido circular.
Volvemos al punto donde descubrimos la vertiente sur de la sierra, al próximo cruce de sendas y recorridos desandando los pocos pasos de llegada a la cima. Y aquí si giramos a la derecha, volveremos por donde hemos subido, y si seguimos a la izquierda, haremos otro recorrido circular similar al que hicimos en la excursión con el Ayuntamiento de Almoradí el pasado mes de junio del 2.008: seguimos la senda en dirección oeste pasando al otro lado de Cuerdas Largas, justo al otro lado de las mismas y en una especie de colladito, hay un cruce de sendas. El PR-CV 59 sigue por la derecha y otra senda que llaman Del Burro, sigue por la izquierda bajo unos peñascos y escarpes calizos mirando hacia la vertiente sur; iremos por la Senda del Burro.
Un paisaje de roca algo más escarpada y de vegetación que lucha por adherirse a ella bajo el implacable sol del mediterráneo, descubrimos mientras nos recorremos esta parte de la sierra. Al otro lado de la senda, llegamos a un cruce de recorridos, de sendas, topándonos con una parte del PR-CV 59 que viene de abajo, del sur, nosotros la seguiremos hacia la derecha y arriba pocos pasos hasta encontrarnos con otra senda, que no es PR-CV 59, que sigue a la derecha como queriendo volcar a la vertiente norte de la sierra… el PR-CV 59 ahora quería seguir por la vertiente sur hacia el oeste, pensando que estamos casi en la cima de la sierra.
A otros pocos pasos más, estamos casi en la vertiente norte pero en la cima de la sierra, en dirección noreste, nos encontramos de nuevo con el tramo del PR-CV 59 que sigue por aquí. Andaremos en un tramo hacia el este hasta encontrar un cruce de la misma senda o recorrido PR-CV 59: giramos a la izquierda, como si fuéramos hacia abajo y en dirección noroeste y después oeste. En dirección a la Ermita del Pilar… esta es la senda variante 7 del PR-CV 59 que ya por este camino nos bajará y sacará de la Sierra de Orihuela hacia el norte.
En un principio la senda o recorrido no baja, pasando entre algunos pinos y terreno de matorral, por la parte alta de la ladera norte de esta sierra, hasta llegar al comienzo de un barranco o valle; justo aquí la senda gira hacia la derecha y norte, encarando la tremenda bajada en zigzag por este valle. En un principio con bastante pendiente y más abajo con el terreno más relajado.
Al final del valle, ya hemos salido de la sierra, la senda se topa con una enorme balsa de agua. Llegados a los límites de la misma, giramos a la derecha siguiendo el mismo borde, en busca de la pequeña Ermita de la Virgen del Pilar, que queda justo al otro lado de la balsa. Fácil de llegar y de ver. Desde aquí bajaremos al camino o calle que queda justo bajo la ermita, al este, y pasa como si se dirigiera al interior de la sierra. La seguiremos en dirección a la sierra, al sur, y en el primer cruce a la izquierda camino del interior de la urbanización de Montepinar, giramos a la izquierda. Recta, recta a las casas de la urbanización. Una vez dentro de la urbanización llegaremos al final de dicha calle, que acaba en lo que parece la calle principal, perpendicular a la que veníamos, que puede nos suene, ya que es la calle por la que hemos venido en coche. Cruzamos esta calle y seguimos en la misma dirección por la calle de abajo, también en paralelo a la línea de la sierra, que sale un poco más a la izquierda, y llegamos hasta el punto donde hemos dejado el coche… los carteles del PR-CV 59 nos indicarán por si nos perdemos en el zigzag de la calle principal por la que llegamos en coche…
Y así acaba una de las visitas obligadas y recomendadas a esta montaña de la Sierra de Orihuela y de la Vega Baja. Habremos comprobado que esta roca, como la de la Sierra de Callosa, parecen hechas de “otra pasta”. Descubrimos un paisaje nuevo pero rodeado de huertas y bancales de cultivos, naranjos, cuadriculados, llanos, horizontales, haciendo un fuerte contraste con las paredes y laderas verticales, inclinadas, de roca viva de esta Sierra de Orihuela y de su hermana pequeña la de Callosa. Hay rincones escarpados, escondidos de paredes y zonas de escalada, y otros abiertos al descubierto, al alcance de todas las miradas, y a la gran luz del sol mediterráneo. Roca escarpada, esculpida como pocas y diferenciada, con mucha personalidad… seguiremos visitando los rincones rocosos, vertiginosos, de la Sierra de Orihuela, no cabe duda.