Al día siguiente de hacer la travesía por Sierra Mariola, subiendo por primera vez al Montcabrer en aquel viaje con el Instituto Antonio Sequeros de Almoradí, tocaba visitar el único bosque o lugar de la provincia de Alicante gestionado y cuidado con ejemplares centenarios y condiciones excepcionales. Un bosque casi primigenio de la época anterior a cuando los bosques fueran talados, explotados y arrasados. Da la casualidad de que la actividad de “explotación” de este bosque conllevaba el cuidado y protección del mismo, su conservación; por ello actualmente el Carrascal de la Font Roja o Carrascal de Alcoy es uno de los bosques mejor conservado del sureste peninsular.
También da la casualidad de que se construyó uno de los santuarios o lugar de culto más seguido, fervorizado y famoso de la próxima ciudad de Alcoy: el Santuario de la Font Roja; con lo que de esta manera se protegía el lugar tanto por motivos casi medioambientales, tanto como por motivos devotos. Una simbiosis que ha funcionado y ha persistido hasta nuestros días, y que hoy día sigue siendo un ejemplo de conservación, belleza y cariño, tanto por el lugar como por lo que les puede representar a unos y a otros, religiosos o amantes de la Naturaleza, de la montaña…
En Alicante sale mucho la palabra carrasca. La carrasca es el nombre que le dan a la planta rastrera, casi arbustiva y otras (en pocos sitios de la provincia) arbórea. Es un Quercus, una encina que por las condiciones climatológicas no se ha desarrollado como árbol; viento, calor, poca humedad, sequedad… y sobre todo comenzaría a salir o a reconocerse una vez talado los antiguos encinares de las montañas de la provincia de Alicante… menos el Carrascal de La Font Roja, de Alcoy… por ello el nombre de Carrasqueta, carrascal, carrasca… realmente son encinas o de la familia de las encinas o un tipo de encina. Por ello lo que más abunda de forma extraordinaria y alegre, es la encina en el Carrascal de La Font Roja, grandes y sanos ejemplares de encinas como si estuvieran sacados de los bosques del norte peninsular. También alguna que otra sorpresa, ejemplares y tipos de árboles que solo se encuentran aquí (al menos de forma notable) en La Font Roja, como son los Galers: robles cuya existencia es más bien de fuera del litoral Mediterráneo, más frecuentes en el interior y norte peninsular ¡Extraordinarios!… de ahí la gran importancia de este espacio histórico, medioambiental, religioso, socioeconómico, social… una gran símbolo de Alcoy, de la comarca y de toda la provincia (e incluso del País Valenciano) a proteger, cuidar y querer.
El autobús nos subió por la carreterilla que desde Alcoy, desde el Polideportivo Francisco Laporta, sube a la Font Roja. Una carreterilla algo larga que parece a duras penas cabe un autobús pero está muy bien señalizada. Y ya llegamos a la Font Roja donde hay un aparcamiento para muchos coches y autobuses. Es un lugar muy visitado y de ahí el gran aparcamiento que tiene delante del Santuario a pesar de estar emplazado en medio de la sierra, rozando los 1.100 metros de altura.
Pero el Santuario de La Font Roja junto con el entorno y otras construcciones también son peculiares y dignas de visitar. Historia, religión y cultura se unen en este edificio parecido a un convento, en el que se respira un ambiente tranquilo, fresco y apacible. Si vamos entre semana y no hay mucha gente, podemos disfrutar mejor del lugar sin las aglomeraciones habituales. Y comenzar algunas rutas y recorridos desde el mismo, como hicimos nosotros aquel entonces.
Los organizadores, Elías, nos llevaron a hacer un recorrido y mostrarnos la vegetación y perfiles de la Sierra del Menetjador, el Carrascal de Alcoy. Parte de la cara norte del Menetjador gracias a su altitud, vertiente y ubicación disfruta de un clima diferente al de restos de muchas sierras y lugares alicantinos, y también la conservación de dicho paisaje gracias a la nombrada actividad humana sobre el mismo. Cosa que nos fueron quedando claras en charlas y discursos a lo largo del recorrido… con mi primo Miguel Ángel no sé si llegué a venir aquí algún día antes o después de este viaje con el instituto, me suena pero no tengo constancia en mi memoria ni en los álbumes de fotos… que si hubiéramos venido hubiera sido para subir la cima más alta, El Menetjador, de 1.356 mts. de altura… igual sí que vine antes del viaje por que por alguna razón me conocía la subida a la cima desde uno de los puntos del recorrido que hicimos…
La marcha fue sencilla y amena, nada dificultosa y sí agradable. Solamente teníamos que seguir el ancho camino que desde la Font Roja te lleva hasta la Masía de Tetuán, y observar a un lado y otro todo el magnífico bosque, carrascal, encinas que paisaje que nos salía a nuestro paso. El camino parece ser la continuación de la carreterilla que sube a la Font Roja. No hay pérdida, justo en la parte de arriba del santuario y siguiendo hacia el oeste, seguimos el ancho camino parándonos en los diferentes puntos del recorrido, con la lenta marcha habitual de este tipo de actividad, para escuchar o dar alguna charla sobre el lugar, su protección o historia… muchas veces cuando eres un adolescente este tipo de charlas, por una oreja te entra y por la otra te sale, pero cuando te vas haciendo mayor, te das cuenta que algo de aquello ha quedado grabado en tu subconsciente, algo se te ha grabado en la mente, sobre todo si te conviertes en un montañero, amante de la Montaña y la Naturaleza. Quizás esto lo diga por que muchas veces este tipo de charlas o enseñanzas da la sensación de que no vale la pena darla a los adolescentes porque es como si no prestaran atención (ellos siempre pensando en cosas diferentes a estudiar o cosas del instituto) … pero yo creo que no hay que insistir y hay que hacerles partícipes de cada información, anécdota o charla de cada rincón a cuidar o preservar; ya que no se respeta lo que no se conoce.
Siguiendo el camino va pasando por los nombrados puntos y miradores: Pla de La Mina, Roure de La Corva, Pla de Galers, Mirador de Pilat… así hasta llegar al Mas de Tetuán donde hay un enorme tejo. No nos desviamos por ningún camino ni sendero, hemos seguido el ancho y señalizado camino sin desviarnos.
Llegados al Mas de Tetuán y después de la charla, Elías nos quería llevar a ver o conocer lo que era un Pozo de Nieve, una Cava, como la que vimos al bajar del Montcabrer en la excursión de ayer a Sierra Mariola. Entonces cogimos un camino que se sale de aquí mismo hacia la derecha, este y arriba, enfrente de la masía, dejando dicha construcción a nuestra espalda. Esta es la subida a una olvidada cima del Menetjador: la Teixereta. Y justo entre sus dos cimitas; el Alt de Pilat y la misma Teixereta, más o menos, se encuentra la ubicación de un Pozo de Nieve, la Cava de Coloma. Por aquellos entonces no sabíamos por donde caminábamos, solo sabíamos que era la sierra del Carrascal de Alcoy, de La Font Roja, pero no sabría decir si el nombre de Menetjador ya lo tenía presente… me parce que sí, por que en el camino, llegando a la Cava de Coloma, en ella misma o antes de llegar, la gente comenzó a cansarse, a estar harta de seguir adelante… o algo así, el caso es que yo vislumbré, mirando hacia el este y como siguiendo la cima de la sierra que teníamos enfrente según subíamos, la cima más alta del Menetjador.
Elías decidió bajarse entonces, no recuerdo si siguiendo la pista o camino hasta el Collado dels Porcs, 1.303 mts. (entre la Teixereta y la cima del Menetjador), o deshaciendo el camino realizado hasta el Mas de Tetuán, y de aquí todo el camino de antes hasta la Font Roja. Pero en eso que me quedo mirando la cercana cima del Menetjador y le comento a un amigo del instituto y de Los Montesinos, “Dani, si sube conmigo a la cima de la sierra, que se van a dejar de visitar el pico más alto de la sierra”. Lo convenzo y alegremente los dos dejamos el grupo que siguen su retirada, para subir por una sendilla que nos queda justo a la derecha y enfrente del mismo cruce de caminos del Collado dels Porcs, para subir en poco tiempo y metros a la cima del Menetjador, 1.356 mts.
Desde el nombrado collado hasta la cima solo hay unos 50 metros de desnivel, y en cuanto a sus condiciones, es un sendero muy bien señalizado actualmente. Llegamos a la cima del Menetjador, donde está el final del camino que salía hacia el sur desde el Collado dels Porcs. Hay una caseta y antena. Nosotros caminamos pocos metros más hacia el este por la cima, dejando a nuestra espalda dichas construcciones artificiales, hasta llegar al alargado y alto pedestal de hormigón que aguantaba el famoso eje geodésico que nos indica cual es la parte más alta de la sierra, del lugar. Seguramente por culpa de la vegetación arbórea-rastrera de alrededor que no dejaba ver el pilón desde algunos puntos, tuvieron que elevarlo más de la cuenta… como si fuera una torre. Unas barras de hierro incrustadas en el hormigón a modo de escalera nos acercan hasta el mismo pilón redondeado en lo alto como el típico cilindro. Dani me saca alguna foto de cima. Para él la cima no es importante, no necesita foto. Como ya estoy un tiempo saliendo con mi primo Miguel Ángel a las cimas de las montañas, pues parece que si no llego hasta su cima, igual que hice en el Montcabrer, pues que parece falte algo… una parte o gran parte de la actividad, como que se queda incompleta…
Hago fotos a un lado y otro, vemos como nuestro grupo u otro grupo coge el camino que pasa por debajo de la Teixereta y se marcha. Bajo nuestros pies queda todo el tremendo y espléndido bosque de encinas y otras especies del Carrascal de La Font Roja, todo muy verde y frondoso, y poco más abajo, como en un balcón, el edificio del Santuario de La Font Roja; justo recto si miramos hacia abajo de la cima.
Después de ensimismarnos con la cima y el paisaje, decidimos bajar ya, no sea que el grupo llegue antes que nosotros al autobús y nos tengan que esperar. Mientras bajamos por la senda al camino, al crece de caminos del Collado dels Porcs, oímos como el fuerte pitido de un autobús… “¡Ya han llegado! ¡A ver si se va a ir sin nosotros!” y comenzamos a correr.
Desde el cruce seguimos el camino que se dirige hacia el este, y a los pocos pasos una senda nos sale a la izquierda mirando al norte, justo abajo queda el Santuario de La Font Roja. Casi que cae directa. Ahora está señalizado; en aquellos entonces la bajada fue corriendo, Dani y yo, intentando bajar en el menor tiempo posible para que no se nos escapase el autobús, ya que el recorrido hasta donde estábamos acampados era más largo por la carreterilla. La senda no tiene bifurcaciones y está muy bien marcada; incluso como sendero P.R. Eso sí, atraviesa una zona de bosque, de encinar y otras especies, fabulosa y frondosa, aunque no da tiempo a disfrutar del lugar, por la rapidez de nuestras piernas al bajar y querer llegar al lugar de la Font Roja. La senda acaba en el Camino de Mas Tetuán. A la derecha y a pocos pasos queda La Font Roja.
Finalmente llegamos y efectivamente el que pitaba era nuestro autobús. Parece que el grupo tenía ganas de volver rápido por que se perdían el “rancho” de la comida o de la cena de ese día.
Fue como una especie de toma de contacto con esta montaña, con esta sierra, con este verde y cuidado paraje, con estos bosques ancestrales y esos ejemplares no vistos en casi ninguna otra sierra del sureste subárido mediterráneo peninsular. Fantástico y mágico. Sin duda volveremos a visitarlos con las personas escogidas que nos explicaran mejor y con más atención su increíble valor y maravilla.