En una ocasión mi primo Miguel Ángel González decidió que ya estaba bien de subir siempre al mismo punto de La Pila, de la gran Sierra de La Pila, su cima más alta y el aledaño Los Cenajos; que había más sierra y quería visitar la otra parte, el otro macizo de la Sierra de La Pila.
Si miramos un mapa la Sierra de La Pila podemos diferenciar dos partes, dos macizos, claramente separados por el Barranco del Mulo, que cruza o corta de norte a sur, las dos partes de la Sierra de La Pila: al oeste queda el macizo menos alto pero amplio, extenso, casi un altiplano, con curiosas formaciones rocosas en paredes o en forma de mesas… es la del pico Caramucel; que aunque es el pico más famoso o predominante del macizo, no es el punto más alto, es una cimita a pocos pasos del mismo, al que llaman Alto de Las Manojeras. Aunque el eje geodésico, el pilón, está “plantado” en el mismo Caramucel, de 33 metros más bajo que dicho apéndice más alto.
Del Caramucel hacia el norte, hay todo un enorme manto de pinos carrasco, todos o muchos de ellos replantados hace años; el macizo tiene forma como de L acostada con la parte cerrada hacia el norte abrigando dicho bosque. La visión desde Los Cenajos o La Pila hacia esta parte de la sierra es como si fuera un extenso y enorme altiplano boscoso, con sus calvas y laderas semidesnudas de vegetación intercaladas en según qué vertientes de la montaña, con un piquito alto y roquedo, rodeado de un asombroso bosque, ya que según las zonas el bosque, el pinar, es más denso, frondoso y precioso.
Al lado este del Barranco del Mulo quedaba el otro macizo, el más conocido o al menos el más visitado por nosotros: el que alberga esas dos altas cimas que a veces y desde la lejanía, parecen dos cuernos o una corona con dos solitarios ornamentos. Hacia el norte también tienen su manto boscoso, en dirección a Fuente La Higuera… pero de esta parte de la sierra y de un poco más de la misma, ya lo habréis leído en el relato sobre la Sierra de La Pila, con sus recorridos y ascensiones a su cima más alta.
Aunque esta vez nuestro destino es explorar la cima más alta del macizo oeste de la Sierra de La Pila, el que nosotros conocíamos como Caramucel. Para ello salimos de la Vega Baja cogiendo el camino habitual hacia Abanilla, Fortuna… con el paso de los años, comenzamos a utilizar la autovía Alicante-Murcia, con la que, a pesar de que igual hacemos más kilómetros, los enlaces, tiempo y comodidad del recorrido, es más recomendable… una vez en Fortuna nos desviábamos hacia el norte en busca de La Garapacha; pues esta vez no. Seguimos la carretera que va en dirección a Archena, a Fenazar. Casi antes o a las puertas del pueblecillo de Fenazar, una carreterilla comarcal sale a la derecha y norte, que se dirige a La Hurona y El Rellano, seguiremos por aquí. Y ya vemos como nos acercamos a la Sierra de La Pila pero más a su macizo oeste, nuestro objetivo; a la derecha y noreste queda el otro macizo, más alejado, con sus dos altas cimas casi gemelas, que nos señalan lo más alto de toda la extensión de la sierra.
Una vez pasamos El Rellano, donde existe un punto de información ecoturística del parque regional de la Sierra de La Pila; la carretera hace algunas curvas como metida en pequeños montecillos, y justo cuando sale al otro lado, se abre una amplia llanura, horizontal, plana, que se extiende desde casi las lejanas orillas del Río Segura al sur, cercada por pequeños montecillos, hasta las faldas de las primeras laderas y montecillos del macizo oeste de la Sierra de La Pila, del Caramucel. Curiosamente el terreno de secano ha pasado al cultivo de regadío con decenas de balsas repartidas por toda la llanura, incluso con invernaderos a la vera de las faldas de la sierra, de sus límites. La carreterilla cruza por en medio de ellos, quedando la sierra y el Caramucel a la derecha y norte.
En un punto de la carretera cercano después de salir de las curvas en cuanto se convierte en la recta larga, aparece una salida por un camino principal a la derecha, en dirección por fin a la sierra. También pasa cerca de la que llaman la Casa de Serrano, por aquí entramos aún en coche en busca de los límites de la sierra… actualmente podemos llegar a este punto de la carreterilla por la salida de la autovía Murcia-Albacete, saliendo en la Estación de Blanca en dirección Fortuna… llegarás al mismo punto pero desde la otra dirección de la carretera, sin tener que dar la vuelta por Fortuna, El Rellano…
No sé exactamente donde dejamos el coche. Más o menos fue cuando la pista se fue convirtiendo en camino, comenzaba a hacer curvas y se ceñía a las faldas de los primeros montecillos, a la vez que se introducía en el cauce de un barranco, de una rambla: el Barranco de Los Arcos, Cabezo de Los Yesares… Dejamos atrás los bancales y campos de labranza convertidos en invernaderos o regadío (inaudito en un lugar con gran escasez de agua), y nos vamos introduciendo en el verdadero terreno o clima de esta parte de la península, un mediterráneo subárido.
Y solo tenemos que seguir este camino principal en busca de la aldea o grupo de casas de Sanjoy. De hecho a este camino lo llaman de Sanjoy. El terreno en estos primeros pasos es subárido, pero con toques o zonas que intentan salir de esa aridez. La Sierra de La Pila es otro de los lugares que luchan en contra de la desertización de la tierra, como el Zulum, tan cerca del campo de Abanilla o del valle del Río CHicamo.
El camino después de unas curvas sube un pequeño collado donde hay muy cerca una cantera, y pasa del vallecillo del Barranco de Los Arcos al Barranco de Matalaura, justo entre el Cabezo del Santo, donde se encuentra la cantera de yeso, una yesería, y el Cabezo de Los Gañanes. Será peculiar esta zona ya que un conjunto de “cabezos” o montes empinados independientes, se dispersan entre las faldas del Caramucel y el llano de los invernaderos y campos de secano convertidos en regadío. Con lo que el paisaje cambia, y la magia y maravilla del lugar comienzan a hacerse latente con cada paso por el camino o con cada avance, hacia el corazón de este lugar. Poco a poco el paisaje también cambia, y los grupitos de pinos, pinadas, se mezclan con las vertientes y terrenos desnudos de vegetación, áridos, secos… el clima cambia, de la aridez de los primeros terrenos al introducirnos en las faldas de la sierra, a un clima ya más mediterráneo, con pinceladas de aridez en pequeñas partes.
A medida que subimos por el camino, los originales campos de almendros se combinan, en bancales casi abandonados o que parecen abandonados, con los perfiles del terreno abrupto y a veces rocoso en los puntos más altos de estos “cabezos” esparcidos por este lado de la sierra: Cabezo de Los Gañanes, Sierra del Viar, Almorchón, Sierra del Águila con sus piquitos diferenciados… una vez estamos rodeando el Cabezo de Los Gañanes, después del colladito con la yesera, ya tenemos ante nosotros, arriba de una ladera o loma de la sierra, la aldea de Sanjoy al norte, y detrás las alturas del Caramucel y Alto de Las Manojeras. Destaca el terreno despejado de arboleda hasta la aldea, pero con el bosque ya bien plantado y sano en los alrededores de las alturas detrás de la aldea, en la cima de la sierra, arriba de Sanjoy. Pero antes de Sanjoy hay otras casas alrededor por las que irá discurriendo el camino o se acercará: Casa de Los Mancos, Casa del Cura, Casa de Carrillo… pero Sanjoy es el grupo de casas más numeroso, pared con pared, de este pequeño rincón de la Sierra de La Pila al sur del Caramucel.
Verdaderamente aunque las paredes de muchas de esas casas de Sanjoy estuvieran de pie, daba la sensación de que estaban abandonadas, deshabitadas, con una extraña congoja o pavor cuando pasas por lugares, construcciones abandonadas a la suerte de la naturaleza o de entes poco benignos. Detrás de las casas, al norte, la montaña también coge formas extrañas que nos pueden recordar a ciertos lugares de la Ciudad Encantada de Cuenca pero no tan exagerado: las cimas rocosas tienen formas de mesas, largas mesas y paredes, paredes desplomadas con toques de torreones de rocas, pináculos sobresalientes… realmente es un lugar curioso por los escarpes rocosos de sus montañas, montes y rincones, cosa que lo hace precioso y auténtico a pesar de la aridez y sequedad de algunas partes.
Una vez tenemos la Sierra de Viar a la derecha, llegamos otra especie de colladito, donde el camino se reparte en un cruce con otras dos partes, caminos, y al otro lado del mismo aparece otro barranco, el famoso Barranco del Mulo, el que separa los macizos de la Sierra de la Pila. Entre la Casa de Carrillo y la Casa de Los Mancos, queda el colladito y cruce de caminos. Nuestra dirección es norte, noroeste, que es donde se encuentra la máxima altura del lugar; en línea recta, en medio queda Sanjoy. A la derecha y este queda el Almorchón y la espectacular Sierra del Águila con sus piquitos, al este, por donde sigue nuestro camino, las casas de la aldea de Sanjoy. Curiosamente tiempo después se crearía una ruta por un camino paralelo a este, el cual se acerca mucho al nuestro y rodea el Almorchón, pasando al otro lado de la Sierra de Viar, recorriendo el fondo del Barranco del Mulo.
Nosotros seguimos el camino de Sanjoy hacia el oeste cuando ya comienza a hacer curvas en ascenso como buscando la aldea y sus casas de arriba. Después de dos curvas cerradas en ascenso, en la tercera, aparece un caminillo que se acerca a las casas de Sanjoy que quedan a nuestra izquierda y casi a la misma altura. Hemos ascendido por el camino lo suficiente como para ponernos a la altura de las casas de Sanjoy. Y en este punto tengo la duda de si seguimos la pista, camino, que ahora se llama de La Fuente del Lobo, o seguimos el caminillo en dirección al grupo de casas, justo al llegar a la Casa del Cura, nos sale otra senda o camino de herradura (al principio) a la derecha y ladera arriba, que se comunicaba con otras casas más arriba de la ladera, por encima de las casas principales de Sanjoy. Si seguimos la pista, aburrida y larga, llega un momento que nos sale otra pista forestal a la izquierda como queriendo pasar por debajo de las cara sur de los picos más altos de esta parte de la sierra, ya que la que llevamos se aleja en dirección norte circundando las laderas este del macizo del Caramucel y dejando a la derecha el fondo del valle del Barranco del Mulo, hay que aproximarse a las laderas y cara sur justo debajo de los picos más altos de esta parte de la sierra. Justo con la dirección de la nueva pista, tenemos arriba y enfrente las alturas del Alto de Las Manojeras, lo más alto del lugar, seguido más al oeste, el Caramucel que aún no se vislumbra. Pasada la Fuente del Lobo, el camino se corta con una cadena, y es justo aquí por donde sale a la izquierda la senda-camino de herradura que subía desde la Casa del Cura en Sanjoy.
Yo preferiría subir por la senda-camino de herradura que sale desde la Casa del Cura en Sanjoy, cuyo recorrido pasa subiendo ladera arriba toda la pendiente, dejando justo a nuestra espalda las casas y pasando entre bancales abandonados de secano y las cercanías de las ruinas de otras casas abandonadas hace más tiempo aún. De una manera u otra es cierto que a la bajada, si que intentamos atravesar para no hacer tanta pista, y acercarnos al Camino de Sanjoy.
Una vez llegados al punto donde la senda que sube de Sanjoy y la pista forestal se une, solo tenemos que seguir esta última hacia el oeste pasando por las curiosas formas coloradas de las paredes y escarpes que caen de la cima de la sierra, del Alto de Las Manojeras y seguido el Caramucel. Mientras caminamos por la pista y ya observando que dejamos el Alto de Las Manojeras justo arriba de nosotros y nos lo estamos pasando de lado, casi quedando a nuestra espalda, observamos que la montaña coge una forma como de pequeño circo. La pista sigue hacia el oeste más allá de las cimas más altas de la sierra, justo en el límite oeste de dicho cirquito, una ladera medio rocosa, medio transitable sale al otro lado del mismo, hace como si fuera el contrafuerte oeste del Caramucel que ya lo vemos arriba de nosotros, al norte, arriba de unas extraordinarias paredes. Podemos seguir monte a través por aquí, ya que no hay senda ni recorrido que nos suba al Caramucel. Buscando la parte más factible y menos peligrosa para cabalgarnos en la parte más alta de la sierra, en la cuerda cimera, que, siguiéndola, una vez arriba de ella, a la derecha y este, nos deja en la cima del Caramucel a 1.025 mts. de altura. Sabremos que hemos llegado por que hay un pilón o eje geodésico… pero aunque es la cima más famosa, no es la más alta del sitio. Después de las fotos y celebración de haber llegado, podemos seguir la cuerda hacia lo más alto, hacia el este, dejando los precipicios y paredes a la derecha y el resto de la inmensa masa boscosa a la izquierda, hasta el punto más alto del lugar, del macizo oeste de la Sierra de La Pila, el Alto de Las Manojeras, 1.058 mts., y ya habremos llegado al punto más alto.
Las vistas son inmensas, podemos ver más hacia el oeste, la Vega Media y Vega Alta del Río Segura en la Región de Murcia: al otro lado de las extensas laderas de la Sierra de La Pila, los llanos antes de llegar a las orillas o cercanías del Río Segura, arriba del mismo las destacadas Sierra de Ricote, Sierra del Oro, Alto del Almorchón (otro), La Atalaya, Sierra del Molino, estos tres últimos más pequeñitos y cerca de Cieza. Detrás las boscosas y grandes sierras, pero más alejadas e invisibles, de la “cordillera” que desde Sierra Espuña se acercan a Caravaca y Revocadores: la misma Sierra Espuña, Sierra de Lavia, Cambrón, Burete… e incluso en días claros de invierno nevosos, podemos ver el magnífico punto blanco piramidal de La Sagra que se asoma justo por encima de la redondeada Sierra del Oro ¡Magnífico!… a decir verdad, no recuerdo haber llegado a las cimas nombradas, pero conociendo a mi primo Miguel Ángel, si no llegamos lo intentamos. Solo hay que abandonar la pista para subir al lomo cimero de la sierra arriba a la derecha, y seguir dicha loma cimera, a la vez que ascendemos por ella, hasta las altitudes nombradas… siempre por los puntos más fáciles y factibles para hacerlo.
Para bajar no se nos ocurre otro recorrido que no sea el utilizado para subir, o sea, desandar lo caminado. A veces lo que se quedaba a la espalda en un recorrido no lo ves a menos que vuelvas por el mismo camino… Eso sí, en lugar de hacer toda la pista y camino, si es que lo hicimos subiendo, ahora en la bajada, sí atravesamos la ladera para bajar a la parte del camino allá abajo, a la altura de Sanjoy… o bajar por la senda hasta la Casa del Cura.
Y esta fue la primera y única vez que visitamos el Caramucel. Por algún motivo no era un pico, un lugar, apetecible de recorrer a pesar de ser un sitio alejado del mundo, de los cultivos masivos y explotación de la tierra, un lugar abandonado a la suerte de la Naturaleza que le comenzaba a dar un aspecto mezclado entre sano, vigoroso, como renacido, y muerto, árido, seco, sin vida; con esos excepcionales y escarpados “cabezos”. Igual demasiados caminos y pocas rutas transitables por sendas… aunque sí que merece al menos una escapada en la vida.
En otra ocasión con Paco Sánchez me parece que intentamos acercarnos al Caramucel por la parte de atrás, norte, del macizo oeste de la Sierra de La Pila. Aunque no tengo fotos del momento. Todo por caminos y pistas sin oportunidad de coger una senda. Solo al final de la pista y en medio de todo aquel mar de pinos, nos obliga a subir por una maltrecha sendilla hacia el este, fácil, desde el Collado de Pardines, que parece sigue las huellas de un cortafuegos, hasta las pegadas cimas del Alto de Las Manojeras y Caramucel, éste último un poco más al oeste. Pero subiendo la senda a la loma cimera oeste, y de aquí girar al sur por la misma loma cimera hasta dichas alturas.
Si os interesa este aburrido y fácil recorrido solo tenéis que salir de la aldea de El Boquerón ubicada en la carretera comarcal RM-A10, y desde aquí sale una pista que los primeros metros tiene dirección este pero enseguida gira hacia el sur, hacia la boscosa Sierra de La Pila. Aquí hay que seguir toda el camino, la pista principal, sin desviarte por ningún otro camino que salga a la derecha o izquierda, siempre en busca de las boscosas laderas de la Sierra de La Pila. Después de pasar los bancales (aquí sí) de secano, aparece un cruce y otro camino que sale a la derecha, no le hacemos caso. Ya más adelante e internados en el centro de la masa boscosa de la sierra, aparece un cruce en forma de y griega, nosotros seguimos por el mismo camino que nos encontramos enfrente, hacia el sur. Y ya en el siguiente cruce, que curiosamente también tiene forma de Y griega pero al revés que el anterior, sí que nos tendremos que desviar por el que aparece a la derecha, el cual comienza a subir algo más la pendiente de la sierra. Al poco tiempo de seguir este nuevo camino, aparece otro cruce y una especie de caseta. El camino o pista que sale de aquí debería de estar cortada el paso a coches con una cadena, si hemos ido en coche, aquí debemos de dejarlo, y este camino es el señalado anteriormente que acaba en una senda poco más delante del Collado de Pardines
Curiosamente antes de mudarme a Barcelona, el pasado 21 de noviembre del 2.010, se organizó una travesía por el centro de la Sierra de La Pila, queriendo hacer un recorrido que separa los dos macizo de la Sierra de La Pila, gran parte por el cauce del Barranco del Mulo. La idea era salir de El Boquerón y llegar a La Garapacha, ya sabéis, al tener autobús que nos deja y recoge, se puede hacer un perfecto recorrido lineal.
Y aunque no tengo fotos porque yo ya no pude asistir, la idea era atravesar la sierra sin subir ninguna de las alturas, en una fácil y larguilla caminata por las pistas y caminos de la misma, por el lugar explicado anteriormente. La ruta era fácil: salimos de El Boquerón siguiendo los pasos anteriormente descritos pero caminando, claro, una vez llegados al penúltimo cruce indicado anteriormente para subir al Caramucel y Alto de Las Manojeras, el de la construcción y cadena no, el anterior, en lugar de seguir por el camino de la derecha (que sería para subir a las cimas, ya relatado), seguimos por el camino de la izquierda, el cual se convierte en pista más adelante justo cuando pasa por las ruinas de la Casa del Boticario.
Seguir esta pista fácil que ya no sube altura, al contrario, parece que se mantiene a la misma altura mientras hace unas curvas según el perfil de la montaña, hasta que deja la dirección noreste para cambiar a sureste, y bajar a un punto, un cruce en medio de los dos macizos, y en los que podríamos decir que nace el Barranco del Mulo. Es el Mojón de Las Cuatro Caras. Un cruce al que llegan o salen cinco caminos diferentes. Según llegamos al cruce nosotros seguiremos por el segundo camino si cuentas desde la derecha y el camino que llevabas es el cero. Es el camino que baja por todo el Barranco del Mulo en dirección a La Garapacha.
Realmente el Mojón de Las Cuatro Caras es el punto más alto que separa los dos macizos de la sierra. Es como una especie de collado o puerto. Una vez seguimos este camino hacia el sur y sureste siguiendo los perfiles del terreno, de la sierra. A la izquierda nos quedaran las laderas y vertientes del pico y Mirador de Los Cenajos, y nos damos cuenta que la pista parece que va bordeando dicha montaña al ir girando a medida que el perfil de la misma así lo requiere, de forma que la pista abandona el cauce o vallecillo del Barranco del Mulo, para girar al este, en otra especie de colladito desde el que salen otros caminos a la derecha secundarios que no les hacemos caso; en busca de La Garapacha. Justo aquí se unen la nombrada anteriormente Sierra del Águila, cuya imagen y la del Almorchón la hemos tenido enfrente mientras caminábamos por la pista desde el último cruce, con el resto de la Sierra de La Pila, por el lado de las vertientes suroeste de Los Cenajos.
Por este lado ya comienzan a parecer bancales de secano como aterrazados y cuidados, o sea, que no están abandonados, y una serie de caminitos que forman una red que los une, para que la maquinaria pueda llegar hasta ellos. De nuevo y acercándonos a la vertiente de solana, al sur de la sierra, se aprecia el contraste entre las laderas secas, áridas, sin vegetación, los bancales de tierra amarilla o blanca, como estéril, y las laderas con pocos pinos, poca vegetación rastrera que a medida que descendemos de norte a sur y vamos introduciéndonos más enteramente en la vertiente de solana, sur, de la sierra, van desapareciendo, son más escasos… un contraste sin duda con la parte norte de la sierra por la que comenzamos la marcha desde El Boquerón… más boscosa, verde, el lado de umbría, en el que incluso hasta los bancales parecían cambiar de color a otro más propicio a pensar en la humedad y vida de su tierra.
Llegando ya a La Garapacha alzamos la vista hacia el norte y contemplamos las cimas más altas de la Sierra de La Pila, impresionantes, con esa antena, esa bola blanca como un radar o estación meteorológica en la misma punta más alta de La Pila, sobresaliendo, y toda la ladera sur de la montaña bajando hasta las cercanías de La Garapacha y Fuente Blanca, donde el paisaje cambia de tal manera que parece se acerca más a un lugar del norte de África en el Atlas que a un clima Mediterráneo.
Y en La Garapacha acaba este recorrido de la excursión con el Ayuntamiento de Almoradí, en las que más de ciento diez personas descubrieron, se empaparon de las vistas y personalidad de la Sierra de La Pila, esa Guarida de Bandoleros. Espero que la sepan disfrutar y respetar como nosotros lo hemos hecho estos largos años, recorriendo y descubriendo solitarios escondites, tórridos lugares apartados del mundo y vegetación, bosques, vida que lucha por no desaparecer, por sobrevivir y ampliar más sus dominios por estas desconocidas laderas y sitios de la Sierra de La Pila.