Después de la primera visita a la zona de los tresmiles más orientales de Sierra Nevada con base en el encantador y acogedor Refugio Postero Alto, hace un año, los siguientes años casi que comenzaríamos a visitar esta zona con mucha más asiduidad. Pero sobre todo para subir su pico más representativo, que no el más alto, el Picón de Jerez.
En la subida al Picón de Jerez por el valle del río Alhorí, hay que pasar, en la ruta principal o más habitual, por el interior del circo del Alhorí: un precioso circo con su forma semicircular que se forma entre las inmediaciones del mismo Picón de Jerez y el Punta del Juntillas, pero tirando hacia el este, no tocando la vertical justa entre ambos picos. Si recordamos la descripción realizada en los tresmiles más orientales de Sierra Nevada comprobaremos que el mismo Picón de Jerez es el brazo norte de la cruz, el Puntal de Juntillas el centro de la cruz, y La Piedra de los Ladrones el brazo este de la cruz; pues el circo del Alhorí queda justamente entre estos tres puntos.
En muchas ocasiones aprovechamos la subida y visita a la cima del Picón de Jerez, para visitar la cima más alta de la zona que es Cerro Pelao, que como en el relato de mi primera visita a esta parte de Sierra Nevada quedaría en el brazo sur de la cruz que forman los picos y cordales de la zona. Aunque no siempre que se sube al Picón, se visita el Cerro Pelao. En este relato describo dos ocasiones en las que sí hicimos esta opción de hacer las dos cimas… curiosamente entre las dos cimas y casi obligatoriamente, hay que pasar por la cima del Puntal de Juntillas, cima ya olvidada y nada atractiva, de hecho parece una sencilla elevación del terreno sin prominencia, la cual ya no tenemos en cuenta ni la apreciamos como tal… pero curiosamente fue mi primera cima en esta zona.
En enero del 2.002 vuelvo al Refugio Postero Alto con los compañeros del Centro Excursionista Almoradí, y con alguna nueva reincorporación. Yo no había subido nunca el Picón de Jerez y a la vez íbamos a “iniciar” en esta nueva aventura de la Alta Montaña a Patri. Nuestro guía iba a ser Miguel Ángel, pero también venían Tomás y Pepe Díaz, además de Sara y Zaida también se habían apuntado a la actividad. El viernes por la noche nos hospedamos en la habitación Lobos, la más cercana a la puerta según entras al pasillo exterior del refugio, quedando a la izquierda, que es a la vez la más grande de todas. Y esa noche la pasamos allí para a la mañana siguiente salir en busca del Picón de Jerez… curiosamente, desde entonces, cada vez que reservábamos en el refugio, como solíamos ser un grupo numeroso, nos daban esta habitación. La mejor. Que risas y buenos recuerdos.
Al día siguiente salimos a trancas y barrancas, Tomás y yo por delante y el resto del grupo minutos más tarde, pero queriendo ir todos juntos y a la vez. El día muy bueno, excelente, soleado y con un frio relativo aquí abajo. No está siendo un invierno de nieves y sí de viento en altura. La nieve, la poca que hay en esta zona, ya está muy alta y en ventisqueros, no llena toda la superficie de la sierra.
Tomás y yo seguimos el camino hacia la Loma de Enmedio por el centro de este cortafuegos que pasa por el refugio y se adentra montaña arriba. Realizaremos el mismo recorrido que en la subida al Puntal de Juntillas, siempre por la Loma de Enmedio que es la que nos sube hasta las alturas de la sierra, hasta La Piedra de Los Ladrones; solo que, al llegar a un punto concreto, nos desviaremos a la derecha y norte, en busca del valle y circo del Río Alhorí.
Llegados al cruce donde acaba el bosque y el camino sigue hacia la derecha, el cual parece no sube si no que bordea la pendiente (ya iremos por ese camino en otra ocasión), otro camino menos principal sigue ladera arriba, es por el que seguiremos; esperamos al resto del grupo. A partir de aquí la pendiente ya es más inclinada, desaparece el cortafuegos de la misma forma que desaparece el bosque. Y poco más arriba, el camino también desaparece para convertirse en senda. A veces seguimos la senda y otras monte a través, pero como el recorrido es tan evidente, no habrá problema. Todo ladera, loma, arriba.
Llegados a un punto en que a la derecha de la Loma de Enmedio aparecen unas rocas, escarpes, y parece que el terreno comienza a ponerse más serio, a la vez también aparece un barranquito, un riachuelo a que a veces lleva agua y otras no. Este no es el río Alhorí, el valle del Alhorí queda más a la derecha, invisible prácticamente desde donde estamos… pues justo en este punto no tenemos que fijar, o bien por hitos o bien por las propias marcas, trazas, senderos de la montaña, que aparece una senda que, a la vez que sube va girando a la derecha como queriendo cruzar este barranquito justo por debajo de los escarpes, y dejar atrás, a la espalda la subida por la Loma de Enmedio. Este es el desvío que nos llevará hasta el valle del Alhorí.
Estamos alrededor de los 2.400 metros de altura, hasta la Piedra de Los Ladrones que la dejamos allá arriba aún invisible, faltan 500 metros de desnivel, y no pasaremos por ella en esta subida. Esta senda de la derecha cruza pendientes inclinadas en perpendicular que si están nevadas, hacen las delicias de los montañeros y sus crampones. Cruza el nombrado barranquito, cuyo nacimiento está justo arriba de nuestras cabezas, y sigue hasta una especie de colladito. Se aprecia muy bien porque es como si en la bajada o cresta de un espolón de la montaña, se diferenciara un trozo de roca, sobresaliendo del resto del cordal. La senda pasa entre la cresta a la izquierda y la nombrada roca a la derecha, lugar a partir del cual las condiciones de la montaña ya se ponen interesante… nada aburridas como la monótona subida a La Piedra de Los Ladrones por la eterna Loma de Enmedio.
Llegados al nombrado colladito, volcamos al otro lado dentro ya del valle del río Alhorí. Ahora la senda vuelve a girar para buscar el lecho del rio adherida a las paredes de la montaña que quedan a nuestra izquierda, cuando el lecho del río queda a la derecha, allá abajo. Esta parte del recorrido es la más emocionante ya que en condiciones invernales la nieve, tanto tiempo en sombra, se congela convirtiéndose en hielo, en una pendiente lo suficientemente inclinada como para resbalar y caer montaña, ladera helada abajo, por un traspiés con los crampones. Emocionante. Al final de este paso, el recorrido llega al lecho del río Alhorí y ya el terreno es más factible, horizontal… pero entretenido.
Si ha habido alguna vez un accidente en esta ascensión al Picón de Jerez, lo más probable es que hubiera sido aquí. De hecho en una de las salidas, un invierno, un montañero buscando a su compañero por esta zona, poco más arriba, entre las rocas, de este paso, cayó rompiéndose los huesos de la pierna y el crampón en dos. Manolet que lo vio y casi que le cayó muy cerca, llamó al helicóptero de rescate… nosotros estábamos o llegando o en la cima del Picón de Jerez, y no vimos ni escuchamos ni al helicóptero aquella vez… pero hoy no habrá ningún accidente.
En ocasiones cuando la nieve se ha derretido, se ha transformado pero aún estamos en el crudo y frio invierno, la nieve se convierte en hielo, hielo puro y duro, justo en estos terrenos del lecho del Río Alhorí. El hielo hace las gracias y alegrías de Tomás y los compañeros, que atravesamos la extensa y dura placa de hielo con la punta de los crampones sin miedo a resbalar. Incluso me piden hacer fotos, ya que el espectáculo es bonito y emocionante. Y de aquí hacia arriba, valle, río arriba, nos internamos en el alto valle del Alhorí que acaba en un casi perfecto circo con las pendientes del Picón de Jerez al oeste y las paredes, corredores y escarpes del mismo circo hacia el sur; al norte quedaría el espolón o cordal que baja también de la cima del Picón de Jerez sin ser una tórrida loma como la de Enmedio, si no con escarpes, rocas de por medio… fácil pero entretenida, divertida.
Al acercarnos al centro del circo del Alhorí cruzamos también un pasaje precioso de alta montaña, entre terracitas de roca formada por el mismo río y esos escondites entre las rocas y formas de la montaña… pero esta vez no iremos por allí, a pesar de ser ruta habitual. Miguel Ángel que parece ya ha estado por aquí en más de una ocasión, decide variar la ruta de subida a la cima del Picón de Jerez subiéndose al cordal norte que nos queda al otro lado del valle, y girando una vez en su lomo cimero, hacia el oeste en busca de su parte más alta, que es la cima del Picón de Jerez.
Con lo que dejamos el lecho helado, congelado del Alhorí para subir en un principio por pendientes inclinadas y entre rocas, para coger la loma cimera y, también entre rocas, escarpes y alguna puesta de manos para mantener el equilibrio mientras driblamos dichos roquedos, llegar a una amplia ladera lisa, no exactamente plana, algo inclinada, que siguiendo por ella y buscando su parte más alta, llegamos a la cima del Picón de Jerez donde hay un pilón o eje geodésico. Es la loma o cordal donde se encuentra la Piedra de La Cima. A nuestra izquierda y abajo, el circo del Alhorí; enfrente tendremos sus paredes y corredores que quedan en la pared sur del circo y justo bajo las inmediaciones de La Piedra de Los Ladrones, con lo que los corredores y pared miran al norte.
Miguel Ángel ha estado guiando a Patri hasta la cima, cogiendo su ritmo ésta para no perder la marcha. Arriba la nieve casi está desaparecida, pero el frio no. Entre el viento y el calorcillo del incesante sol en una extensa loma, llanura, casi toda a la misma altura, o al menos dando esa impresión, ha hecho desaparecer la nieve, ofreciendo un aspecto desértico de nieve, muy ventado, con pocos y escasos rastros de neveros, al menos en lo que se refiere a la cima o parte más alta, alrededores del Picón de Jerez. Algo habitual por su altura y propensión a ser azotado por muchos vientos que llegan al lugar, gracias a su orientación y perfil.
Pues ya estamos en la cima del Picón de Jerez, a 3.088 mts.; más conocido por El Picón. Las vistas son fabulosas ya que el día acompaña, aunque aquí arriba nos tenemos que abrigar y sentir que aún estamos en mitad del invierno. Mientras subíamos hemos podido contempla un paisaje que se iba agrandando, ampliando a la vez que cogíamos altura y avanzábamos por la loma de la Piedra de La Cima: abajo dejamos el Refugio Postero Alto en el centro de una loma, estratégicamente colocado, en medio de esos cortafuegos gigantescos, y más debajo de los bosques y laderas de la sierra, el pequeño pueblo de Jerez del Marquesado entrada a esta salvaje y preciosa Sierra Nevada. Detrás una gran extensión plana, llana, un magnífico altiplano, es el Marquesado de Zenete, que se pierde hacia el este por la provincia de Almería y hacia el oeste, mientras se deprecia su altura, hasta las inmediaciones de Guadix y su hoya. Al otro lado la impresionante y resultona barrera, muralla, de la Sierra de Baza, Sierra de Gor, que aún no llegue a los 2.300 metros en su pico más alto, se distingue perfectamente su perfil altivo de magnífica y alargada sierra, perdiéndose también hacia el este en la provincia de Almería, paralela a esta Sierra Nevada, pero poco más al noreste… Precioso.
Las vistas desde el Picón hacia el resto de Sierra Nevada no son tan espectaculares como las que se ven desde el Puntal de Juntillas o como desde el alto Cerro Pelao, pero nos ofrecen el frente norte o parte de este frente norte, justo bajo la cima de Los Cervatillos, Los Tajos Negros de Covatillas… aunque ya van despuntado las más altas cimas de la sierra por la lejanía y al otro lado de Los Cervatillos, Puntal de Los Cuartos y el mismo perfil de la montaña…
Después de las fotos de cima y grupo, toca seguir la marcha. Ahora nos dirigimos por toda la cima de la sierra, hacia el sur directamente, siguiendo la inmensa loma y cumbre del Picón, hasta pasar a ser el Puntal de Juntillas. A la vez vamos cogiendo altura por la inmensa loma, llano, cima de la sierra, y a la vez las vistas hacia el resto de la sierra van mejorando, se van agrandando, ya no tenemos la obstrucción de la altura del seguimiento de la misma sierra, ni la orientación del pico más alejada de las mejores vistas.
El camino es fácil y muy intuitivo, eso sí, sin marcas o trazas que valgan, todo por el inmenso llano de la cima de la sierra. Iremos del brazo norte de “la cruz”, al otro extremo, al brazo sur. Pasamos o bordeamos el Puntal de Juntillas, la verdad es que, como ya he dicho antes, se ha convertido en un pico o cima que ya no tiene ni sentido hacer ni nos percatamos de ella, por su fisionomía y características, y seguimos caminando hacia el sur en busca de una loma suave que comienza a elevarse en busca de otra cima. Ya vemos La Piedra de Los Ladrones si giramos la vista hacia el este, justo antes de bajar al colladito entre el Puntal de Juntillas y Cerro Pelao; y a partir de entonces la subida a este pico, siempre siguiendo hacia el sur y arriba, parece que lo tenemos ahí al lado, pero llegar a esos 3.182 mts. no será tarea de cuatro pasos…
Un rebaño de cabras montesas merodea por las laderas del Cerro Pelao mirando al valle de Trevélez y a las Lagunas Juntillas, mientras subimos corren de acá para allá sin temernos demasiado pero sin acercarse. Una vez estamos en la fugaz cima del Cerro Pelao a 3.182 mts. lo más impresionante son sus vistas hacia la parte más alta de la sierra, al oeste: este pico, al quedar como algo fuera, desplazado hacia el sur, de la columna vertebral de la sierra y gracias a su altura, el más alto desde el mismo Alcazaba, nos proporciona unas vistas impresionantes, de libro, fantásticas… viéndose desde las lomas del Mulhacén y Alcazaba que baja hacia el sur, hasta la picuda cima del Veleta y su pared noreste, formidable y genial, contando todas las cimas, crestas y piquitos que quedan entre todos ellos; incluyendo los tresmiles más cercanos desde el Pico del Cuervo hasta Los Cervatillos. Y si subimos en pleno invierno con todo nevado, el espectáculo está servido, es uno de los mejores miradores hacia la propia o resto de Sierra Nevada. Fotos y fotos hacia esta parte de la sierra. Obviamos el resto de paisaje, todo el centro de atención lo tiene el Mulhacén, Alcazaba, Puntal de Vacares, Puntal de La Caldera, Crestones de Rio Seco, Cerro de Los Machos pegado al Veleta… precioso.
No estamos mucho tiempo en el Cerro Pelao, de hecho el grueso del grupo no ha querido hacer esta cima, con lo que han decidido bajar al Refugio Postero Alto una vez ya veíamos La Piedra de Los Ladrones al descender del “inapreciable” Puntal de Juntillas… por ello en esta actividad no tenemos foto de grupo, solo hice fotos a las increíbles vistas.
Rápidamente, en lugar de bajar al collado entre el mismo Cerro Pelao y el Puntal de Juntillas, decido bajar por la amplia y suave pala que pasa por la hoya entre la Piedra de Los Ladrones y el mismo Cerro Pelao, una vez la loma norte de la cima me permite girar hacia el oeste en busca de este lugar y “piedra”. Y una vez en esta zona, alrededores y cercanías de la misma Piedra de Los Ladrones, seguimos la ruta y recorrido habitual ya descrito en mi primera subida al Puntal de Juntillas, en la que seguimos la larga, ancha y eterna Loma de Enmedio que la seguimos ahora para bajar hasta el Refugio Postero Alto.
A mitad de tarde en el refugio, ya estamos descansando, aparecen otros compañeros como Manolet, que se han acercado este sábado para realizar la ascensión al Picón o a esta zona de alta montaña de Sierra Nevada. Risas y amistad… el Picón y su zona de alta montaña, junto con el Refugio Postero Alto, se han convertido en un objetivo habitual para los compañeros y socios del Centro Excursionista Almoradí.
En el puente de Reyes del año 2.005, cuando aún podíamos salir los puentes de días de fiesta a la montaña sin dar explicaciones ni compromisos con nadie, que no sea la misma montaña… salimos mis viejos y auténticos amigos compañeros de montaña Quique Segura, Jesús Santana y yo con los mochilones con la idea de pasar el puente acampados en el valle o circo del Alhorí bajo el Picón de Jerez.
Me parece que en una de las visitas anteriores descubrí que algún montañero había montado una tienda en el colladito que nos pasa de la zona de la Loma de Enmedio al frio y sombrío valle del Alhorí… justo aquella zona ya descrita en la actividad anterior en la que nos desviamos de la subida normal por la Loma de Enmedio, entre el barranco que nacía allí y el propio valle del Alhorí. Realmente un lugar idóneo y privilegiado, como alejado de las paredes, pendientes y rocas de la montaña, al ser una especie de protuberancia como apartada de los escarpes y riesgos de la inclinada y escarpada ladera. Curiosamente hay un llanito especial para plantar una tienda o dos, y un balcón cómodo con vistas al resto este de la sierra con el Refugio Postero Alto allá abajo y toda la llanura del Marquesado de Zenete delante. Privilegiado.
No hay excesiva nieve en la sierra. Los inviernos con viento, sol y poca precipitación son letales para las condiciones de abundancia de nieves. Llegamos bien hasta el parking enfrente del Refugio Postero Alto en coche. Y desde aquí nos preparamos los mochilones y subimos por el recorrido habitual de La Loma de Enmedio en busca de las alturas de la sierra. Está atardeciendo y el sol ya se ha puesto detrás de las montañas cuyas laderas estamos ascendiendo, al otro lado de la sierra, el sol aún tiñe de naranja las nieves y rocas del San Juan y Chullo más al fondo, hacia el este de la sierra.
Llegamos al lugar y montamos la tienda. Realmente un lugar y sitio increíble para pasar las noches en la fría Sierra Nevada invernal, ni demasiado alto ni demasiado bajo, a unos 2.400 metros de altura. Ideal. Preparamos la cena. Nos hemos subido los hornillitos… no sé si fue esta noche o la siguiente que hicimos una “sopa de letras”, y al hacer frio fuera de la tienda, cocinamos dentro. En un traspiés se desparramó parte de la sopa hirviendo por el suelo de la tienda, con las letras también esparcidas por sus rincones ¡Que desastre! Y que divertido y bien que lo pasamos… momentos únicos, emocionantes, de amistad y compañerismo viviendo la aventura, que no se olvidarán por mucho que el Mundo cambie o el Tiempo pase. Para siempre.
Al otro día dejamos la tienda para ascender al primero de los picos que queríamos hacer en este día: el Picón de Jerez. El día, como ayer cuando llegamos, excelente, muy soleado, pero frio, el frío normal del invierno en Sierra Nevada, y más aquí, en esta vertiente noreste resguardados del sol y de su calor. Partimos siguiendo el recorrido ya relatado en los anteriores párrafos para subir el nombrado pico; pero una vez llegados al lecho del Río Alhorí, también helado, congelado, con esas placas gruesas de hielo, nosotros decidimos no seguir por la subida de la loma o cordal contrario a la que habíamos salido, la de La Piedra de La Cima, y proseguir la ruta normal, habitual, acostumbrada para ascender este Picón de Jerez: seguir entre las rocas y rincones del cauce del Alhorí valle arriba, por su fondo, hasta la semiplanicie del centro del circo de roca, del circo del Alhorí, hasta que la forma de valle desaparece para convertirse en ese nombrado circo, con las paredes, escarpes y corredores desafiantes y atrayentes a la derecha, y el resto de las pendientes más suaves, inclinadas, fáciles pero largas, extensas hacia el oeste y noroeste. A la cima del Picón de Jerez se llega saliendo del circo del Alhorí en dirección oeste, noroeste.
Aunque parezca que está ahí mismo, desde el centro o fondo del circo del Alhorí hasta la cima de la sierra, hasta la cumbre del Picón, hay un desnivel y distancia apreciable. Comenzamos a subir, a caminar pendiente arriba de tierrecilla, piedras y roca madre desde los límites de la misma ladera en el circo, pasando un tiempo considerable con algunos descansos de por medio, hasta llegar a la cima. Pero no tiene pérdida. Es seguir hasta lo más alto de la montaña en esa dirección, y llegar hasta un gran pilón o eje geodésico en mitad de esa semiplana cima, ondulada del Picón de Jerez. No llega a haber una senda estable, continua, es casi todo monte a través, pero no hace falta, la marcha y dirección es tan evidente que la pérdida es improbable y casi imposible. El fondo y centro del circo del Alhorí está a unos 2.700 metros, y la cima a 3.088 metros. Son unos 400 metros de desnivel incesantes, continuos pero fáciles.
Las imágenes que vamos dejando atrás son preciosas: abajo, mientras nos acercamos a la cima del Picón, observamos y descubrimos las formas y perfiles de las paredes y escarpes de la parte más vertical y desafiante del circo del Alhorí… precioso y espectacular. Quedan allá abajo, y parece menos difícil o enorme en tamaño desde aquí arriba de lo que realmente es en la realidad. Justo sobre ellos y en forma de roca aislada en una especie de promontorio suave y ondulado de la sierra, queda la Piedra de Los Ladrones… algún día subiremos por sus corredores y escarpes verticales…
Y ya por fin llegamos a la pelada, de nuevo, cima del Picón de Jerez a sus 3.088 metros de altitud… el viento y la insolación en esta cima son incansables para no dejar nieve latente. Fotos de cima, descanso y comer algo. Nos abrigamos. El viento en esta cima derrite la nieve pero también nos hiela la piel en cuanto nos paramos.
Al cabo de poco tiempo reiniciamos la marcha por la cima de Sierra Nevada en busca del resto de picos que queremos visitar. Ya estamos altos, con lo que solo es caminar casi a la misma altura subiendo levemente según el perfil de la loma cimera. Nuestra dirección es sur, pero en cuanto la cima se amplía hacia el oeste, como queriendo unirse en un cordal muy largo, con las cimas más altas, lo seguimos, girando hacia la misma dirección, buscando otro apéndice: el pico Los Cervatillos.
Casi ya llegando a la cima del Puntal de Juntillas que queda justo al sur del Picón, y sin llegar a su cima, giramos a la derecha siguiendo la misma a la misma altura para subir el pico del “brazo de la cruz” que nos faltaba por visitar: el brazo oeste opuesto al brazo de La Piedra de Los Ladrones; y que es el nombrado Los Cervatillos de 3.113 mts… al final y a pesar de estar en el centro de la nombrada “cruz” no subimos el Puntal de Juntillas, más bien lo rodeamos por su oeste para acercarnos a la cima de Los Cervatillos y seguidamente seguir hacia el sur en busca del Cerro Pelao, circundando a la misma altura el nombrado Puntal de Juntillas.
Con lo que después de visitar la sencilla pero oportuna y sobresaliente cima de Los Cervatillos, volvemos a salir hacia el sureste en busca de las laderas del Puntal de Juntillas que lo rodean sin subir a su cima ni bajar altura, hasta llegar al collado que separan, al sur del Puntal de Juntillas, éste y Cerro Pelao. Y una vez en este collado solo tenemos que subir a la cima por el mismo camino descrito en los párrafos anteriores, cuando del Picón de Jerez fuimos al Cerro Pelao.
Y de nuevo las magníficas y preciosas vistas del resto de Sierra Nevada desde esta cima de 3.182 mts. de Cerro Pelao, hacia el oeste, ya descritas anteriormente, hacia las cumbres más altas y espectaculares… Nos hacemos fotos para inmortalizar el momento, inmortalizar estas experiencias, esta amistad, estos momentos únicos en nuestra vida… en la que la fuerza del espíritu, el cuerpo y la mente, junto con la amistad, cariño y compañerismo, crean, ante tan insolente bello paisaje de la alta montaña de Sierra Nevada, un complejo entramado de emociones, compenetraciones y perfección ante la Vida, La Naturaleza y el Universo. Momentos únicos, momentos inolvidables que tienen que ser inmortalizados con una vulgar pero imprescindible foto para no ser olvidados, con detalle, nunca…
Después de estos momentos de reencontrarnos con la perfección de la Naturaleza, Montaña y Universo, ya decidimos volver al campamento… pero no lo haremos bajando por la Loma de Enmedio como en la anterior descripción, si no que seguiremos la cima de la sierra hacia el norte, como si volviéramos al Picón pasando, esta vez sí necesaria y casi obligadamente, por la cima del Puntal de Juntillas… ya que dar un rodeo por el oeste como si volviéramos a Los Cervatillos podría ser que hiciéramos un recorrido más largo y a la vez dejáramos una cima por subir; y rodearla por la parte este donde la inclinación de la ladera es mayor que subir a la cima, también podría haber sido un retraso en lugar de un progreso en la marcha.
Así que desandamos el camino hacia el colladito entre el Cerro Pelao y el Puntal de Juntillas para subir este último, solamente seguir la parte más alta de la sierra hacia el norte. Y sin pararnos casi para decir “hemos hecho la cima del Puntal de Juntillas de 3.140 mts.” seguimos por el otro lado, la parte norte, como su fuéramos en busca del Picón de nuevo… pero no llegamos a la cima del Picón.
Llega un momento que en cuanto el terreno nos deja y lo vemos factible, bajamos por la ladera que cada vez está más empinada e inclinada a medida que descendemos, en busca de nuevo, del circo del Alhorí, hacia la derecha perdiendo altura poco a poco. No tiene pérdida. Poco a poco mientras bajamos y giramos hacia el este, debemos de ir apreciando como las paredes y vertientes sur del circo se irán quedando a nuestra derecha, hasta que casi nos pongamos al mismo nivel, altura que ellas y entremos de nuevo al circo del Alhorí por su lado oeste.
El tiempo nos ha respetado y ha estado impecablemente frio y estable durante toda la jornada. El sol y el frio, junto con el viento en ocasiones, principales actores de la alta Sierra Nevada de esta zona. Ni una nube, ni un atisbo de niebla y una visibilidad envidiable.
Una vez en el centro del circo del Alhorí, solo tenemos que desandar lo caminado antes para subir el Picón desde el campamento, para llegar al mismo. No hay pérdida. No recuerdo de habernos encontrado a mucha gente por estos lares, aunque alguna foto en Cerro Pelao puede ser que nos la hiciera otro montañero; la montaña con sus picos y belleza la teníamos solo para nosotros. La hemos disfrutado como niños y nos hemos sentido fuertes y animados. Pero aún queda pasar otra noche, otro día más en este paraíso de soledad, alturas y Dioses. El atardecer vendrá con otra bonita estampa de colores pastel en un paisaje perfecto del sureste ibérico, entre las laderas, bosques y escondites de esta encantadora Sierra Nevada.
Al otro día, nos vuelve a hacer un tiempo igual o mejor que el de ayer, si cabe. Recogemos la tienda, el campamento, nos hacemos los mochilones para bajar en retirada deshaciendo el camino del primer día, hasta llegar al parking del Refugio Postero Alto donde habíamos dejado el coche. Mientras bajamos tendremos un paisaje claro y espléndido, dominado por la población de Jerez del Marquesado allá abajo, al final del bosque, al final de las laderas de Sierra Nevada; y nos sorprenderá la buena visibilidad existente porque descubriremos a La Sagra al fondo del paisaje, entre las sierras de Taibilla, Castril, Cazorla, Del Pozo… más allá que la misma Sierra de Baza que tenemos enfrente y al otro lado de este altiplano que es el Marquesado de Zenete. Altiva, ondulada, reconocible y singular montaña, faro de las cordilleras subbéticas y de esa encrucijada de montañas, sierras y macizos entre las comunidades de Murcia, Andalucía y Castilla-La Mancha.
Una vez en las inmediaciones del Refugio Postero Alto, otra mirada atrás a las altas cimas de Sierra Nevada, y otra foto más, igual al resto, igualita, pero diferente, única como los momentos y paisajes en cada día, hora, minuto o segundo en esta sierra, en este pequeño rincón del Mundo, y como en cualquier otro lugar del mismo. Allá arriba se ha quedado el solitario y escondido circo del Alhorí, igual que la pirámide de lomas y pendientes que forman la cima o pico del Picón de Jerez; medio nevada, medio descarnada por esas rocas y piedras de pizarra metamórfica marrón, rojiza y naranja oscuro, con tonos amarillentos en ocasiones… Cautivador.