En el invierno del 2.002 nos acercamos a la Sierra de Callosa para realizar otro de sus emocionantes y estupendos recorridos ascendiendo y visitando su cima más alta, el Pico del Águila, y el escarpado San Bernardo.
Como el recorrido realizado en este relato ya está descrito en las anteriores descripciones ya publicadas, para no reiterarme, os lo iré contando, mencionando dichas publicaciones en las que podréis verificar los detalles y condiciones a cada paso de la ruta; y de esta manera no extenderme demasiado con cada relato.
La idea sería subir o visitar las cimas del Pico del Águila y el San Bernardo siguiendo partes de las rutas o recorridos descritos en el resto de relatos como ya he comentado, de forma que hacemos una combinación de sendas y trazas. Para comenzar haremos el mismo recorrido que en Sierra de Callosa. La joya de la Vega baja. La subida la realizaremos desde la Ermita de La Pilarica por el barranco o rambla que sube a La Plana. El día, como muchos en esta parte del planeta, es magnífico y soleado, suerte de estar en invierno con algo de fresco para no pasar un calor excesivo en la actividad. Como siempre, emocionante y simpática la subida por esas paredes del fondo del barranco que sube a La Plana. Una delicia para cualquier iniciado en la montaña.
Siguiendo el mismo recorrido del relato mencionado y una vez hemos llegado a la cima del San Bernardo, a 454 mts., escalando por su emocionante y algo vertiginosa pared de la famosa V, decidimos desandar el camino y no bajar a Callosa de Segura aún, como en el nombrado relato. De esta forma hacemos de nuevo toda la cresta o brazo que une La Cruz de Enmedio con el espectacular San Bernardo, destrepando o pasando de nuevo por la V y su pared, pero esta vez en bajada, más emocionante si cabe. Ahora seguimos los pasos relatados en San Bernardo en la Sierra de Callosa, cuando después de subir (o intentarlo) la escarpada cima del San Bernardo, volvemos a la cima más alta de la sierra, al Pico del Águila.
Una vez llegados al punto donde habíamos subido al lomo del cordal entre el San Bernardo y La Cruz de Enmedio, seguiremos de nuevo las marcas del P.R. pero esta vez en subida, hacia la cima de la cercana Cruz de Enmedio, 554 mts. De forma que subimos hasta la nombrada cima, y seguimos la medio planicie, pasando por el nuevo Refugio vivac construido en la misma cumbre, hasta la cima o pico más alto de la sierra, el Pico del Águila a 572 mts. de altura.
El sol nos cae incesante en esta mañana de invierno en la Vega Baja del Segura, pero no nos llega a quemar. Buen clima y ambiente en el numeroso grupo de amigos y montañeros que nos hemos reunido aquí para realizar esta actividad. Ahora toca almorzar y disfrutar de las anécdotas y charlas que contamos, así como de ese paisaje dominado por los bancales y huertas de la Vega Baja que rodean la sierra como si ya no tuviera escapatoria, y de esa bruma, calima que generan los climas subáridos por el calor, el polvo o la meteorología, que hace invisible gran parte del mismo paisaje… Después ya solo queda bajar hasta el coche y tomarnos alguna cerveza en un bar de Callosa.
La bajada la haremos siguiendo las directrices de Sierra de Callosa. Nuestro desafío particular utilizando la Senda de Abuelo o del yayo para acabar de nuevo en el punto de partida, en la Ermita de La Pilarica. Ya sabéis, justo cuando la loma que baja de La Cruz de Enmedio pierde su inclinación y hay un pequeño espacio llano antes de comenzar o llegar al paso de la roca o del salto, nos desviamos a la izquierda, muy bien indicado, bajando por una auténtica y emocionante senda, la Senda del Abuelo o del yayo, ya descrita en relato nombrado. No tiene perdida. No hay otra en estos verticales y agrestes pasajes de la sierra.
Se podría decir que esta es como la subida al San Bernardo descrita en el relato publicado, pero con alguna variante; como la bajada por esta emocionante y directa Senda del Abuelo o del yayo, o el no pasar a la ida por la cima de La Cruz de Enmedio siguiendo las marcas del P.R… pero siempre emocionante y fascinante por esta escarpada, rocosa y singular Sierra de Callosa. Vale la pena rehacer los caminos y recorridos, aunque los perfiles de la montaña no cambien, para descubrir mil y un escondite entre sus crestas, rocas y estrechos, vertiginosos pasos. Un privilegia entre huertas, es lo que tenemos los montañeros de la Vega Baja.