Después de aquella intentona invernal el pasado mes de marzo acampados junto a la Laguna Hondera en 7 Lagunas, en otoño del mismo año, exactamente en el puente del 12 de octubre, organizamos una salida con un numeroso grupo de compañeros del Centro Excursionista Almoradí al mismo lugar. 7 Lagunas y las cimas que podíamos hacer desde ella, se había convertido en objetivo montañero a Sierra Nevada aquel año, y al final realizaríamos la hazaña.
Teníamos varios días por delante así que algunos de los compañeros llegaron el día anterior a Trevélez, el comienzo de la marcha, para dormir en su camping. Yo venía con mis compañeros de alta y grandes montañas alicantinos, y a mitad de la noche cuando ya todos dormían en el camping, nos hicimos un rincón sin que los dueños del camping se enterasen, creo.
Al otro día amanecía con un tiempo excelente para realizar la travesía y ascensión a la Laguna Hondera desde el pueblo, igual que hicimos el pasado marzo cuando acampamos solos junto a la laguna y tuvimos que bajarnos pitando en aquel intento invernal en 7 Lagunas. Siempre es el mismo camino desde Trevélez para subir a 7 Lagunas.
Subimos por un terreno al principio, por el fondo del valle al salir de Trevélez, con algo de bosquecillo, cruzando acequias y un ancho camino, hasta que ya nos desviamos hacia la izquierda ladera arriba y en diagonal, por ese terreno más agostado, menos arboleda y más rocas, pedregosa senda, con esas piedras de pizarra metamórfica rojizas, anaranjadas oscuras o marrones pastel característica de la roca de Sierra Nevada. A medida que subimos vamos dejando el pueblo de Trevélez allá abajo, encajado en el fondo del valle. Quizás la imagen más curiosa y embelesadora del comienzo de la subida a 7 Lagunas.
Descanso de lo mochilones en el sitio de siempre en mitad de la subida. En aquel refugio medio deshecho de La Campiñuela. Recordad que el desnivel es de unos 1.350 mts. y llevamos comida para varios días, las tiendas, sacos de plumas, material impermeable y de abrigo… menos los “hierros” que utilizamos en invierno, casi de todo…
Reemprendemos la marcha. El mismo recorrido de subida a 7 Lagunas sin salirnos de la senda, de la ruta. Aparecen las típicas nubes bajas que se forman en Las Alpujarras, para que el sol no nos queme tanto y para ponerle más emoción al recorrido. Más arriba en el vertical Río Culo de Perro descubrimos una presita desde la que sale o salía una de las numerosas acequias que recorren estas altas laderas de Sierra Nevada. El aprovechamiento de la abundante agua, si la comparamos con el resto de lugares del sureste peninsular, es importante en estas comarcas de la sierra; con infraestructuras enseñadas y construidas por los musulmanes cuando habitaron el lugar, el agua no para de recorrer a diferentes niveles y alturas, las laderas de los valles de Las Alpujarras.
Y arriba del Río Culo de Perro las Chorreras Negras y esas caídas de sus aguas, esas cascaditas, venidas desde la Laguna Hondera y del valle, cañada de 7 Lagunas, colgada allá arriba de la pared por la bajan las aguas, a modo de balcón o de morrena glaciar. Cruzamos al otro lado del río para subir la pared en zigzag dejando las caídas y cascaditas de agua a la izquierda. Y ya por fin, después de horas de subida desde Trevélez, llegamos a la planicie, la hondonada u hoya dominada por la misma Laguna Hondera, comienzo o final de la Cañada de 7 Lagunas.
Hay pocos y pequeños neveritos en las laderas que bajan de la cima del Mulhacén a la izquierda, mientras que en el fondo del valle y en la parte de la montaña del Alcazaba, Loma Culo de Perro, Peñón del Globo… no hay nieve, solo la rojiza, marrón anaranjada roca pelada de estas pizarras que se calientan tanto con los rayos del sol. Acampamos en las orillas de la laguna. El lugar es idílico, encantador, sobre un esponjoso suelo mullido de hierba agostada en laderas suaves poco o nada inclinadas que van dejando algún sitio llano para montar la tienda, el iglú. Especial.
7 Lagunas no es que sea Ordesa o Gavarnie de precioso, hermoso y espectacular, pero tiene un clima, ambiente de tranquilidad y sosiego que no se encuentran en muchos lugares en el sur peninsular, y con las aguas plácidas de la Laguna Hondera le confieren un rincón especial, casi místico, inigualable, a casi 2.900 metros de altitud.
Después de montar las tiendas, deambulamos por el lugar, sociabilizamos y charlamos entre las tiendas y las orillas de la laguna. Hay otros grupos, gentes o tiendas montadas, el lugar es suficientemente grande como para plantar las tiendas a una distancia considerable si lo quieres. Y como no, una foto en honor al atardecer en este rincón de la sierra, mientras los últimos rayos de sol tocan el Peñón del Globo y el Puntal de La Cornisa, y las aguas de la laguna se oscurecen mientras se sucede una batalla de destellos plateados y verdes oscuros entre sus pequeñas olitas. Precioso. No hay prisa. Al otro día lo planeado era subir a uno de los picos más altos o principales del cual, aún nos falta por ollar su cumbre: el Alcazaba.
Era una montaña que no nos era indiferente… ya desde aquel mi primer viaje a esta sierra con la subida al Refugio Elorrieta, del cual ya habían pasado casi 10 año; la visión desde la autovía de esas tres caras norte de las montañas más altas de Sierra Nevada impresionaba… Alcazaba, Mulhacén y Veleta. Incluso el Alcazaba tenía una o varias vías en su cara norte, entre sus extensos escarpes y verticalidades que miran al norte, que no tenían nada que envidiar a la cara norte del Mulhacén, es más, incluso más desafiantes, largas y técnicas que las del mismo Mulhacén. Sin embargo, al igual que el Mulhacén, su ascensión por su lado más fácil es un paseo, largo, pero paseo, sin ningún impedimento o contratiempo técnico, menos el mismo tiempo, para poder ascender a su facilísima y casi altiplana cima desde su lado sur, desde 7 Lagunas. La única dificultad es la distancia y al cansancio que produce. Pero ya era hora de visitar su cima y otear el horizonte, el resto de la sierra, con el hermano Mulhacén muy cerca. No podemos subir a los picos más altos e importantes de Sierra Nevada sin subir a este Alcazaba.
Seguramente el nombre de esta montaña que viene del árabe resulta de verla, descubrirla por su lado, vertiente y cara norte, ya que las paredes y muros que la rodean, con ese torreón, aguja que forma su cima puntiaguda desde el norte, le confieren una forma como de elegante pero inexpugnable fortaleza, castillo, alcázar. Incluso si revisas sus perfiles en fotos, en un mapa o recorriéndolos, compruebas que realmente es un verdadero castillo, fortaleza, rodeado de verticales paredes y torreones en sus murallas, menos por un lado, el lado sureste: pared y muralla de la cara norte, oeste, pared y picos del Peñón del Globo y Puntal de La Cornisa al suroeste, el Puntal y Tajos del Goterón con sus paredes, en el lado norte, noreste y este… el único paso es justo el que se abre al sureste, entre la Loma Culo de Perro justo mirando al sur, que acaba en el Peñón del Globo, y la Loma del Alcazaba, que acaba en las paredes del Goterón, al sureste, este, también. Curioso y fascinante a la vez… había que subirla. Por su lado más fácil, olvidando su cara norte, sería desde 7 Lagunas, o bien llegando desde el Refugio Poqueira o bien desde Trevélez durmiendo, o no, en Laguna Hondera de 7 Lagunas. Otras rutas o recorridos, que los puede haber, podrían ser más largos o tediosos, de forma que 7 Lagunas se convertía en la base de la ascensión al pico… aunque el desnivel a realizar contando la distancia y terreno, es ya muy poco y fácil. De Trevélez a Laguna Hondera son unos 1.350 mts., pero de Laguna Hondera hasta la cima del Alcazaba son poco más de 450 metros.
Al día siguiente después de una noche fresca pero cómoda, buena, hacemos un desayuno largo, cuesta despertarnos o más bien cuesta ponerse en marcha tanta gente, pero al final decidimos salir en busca de la cima de la Alcazaba, y alguna otra que se ponga de camino. El día es radiante, luminoso, con un sol que intenta calentar con su luz y rayos sin que ninguna nube o neblina se interponga en su camino.
El recorrido no tiene pérdida, además hay una especie de senda, de ruta ya trazo para llegar a su cima… si no está cubierta por la nieve como es el caso en este viaje. Nos dirigimos hacia el noreste sin comenzar a subir mucha altura desde la Laguna Hondera buscando la parte más baja de la Loma Culo de Perro dejando a nuestra espalda el campamento y la misma laguna. Ya subidos a lomos de la Loma Culo de Perro, giramos siguiendo su parte más alta hacia el norte, empinándose cada vez más a medida que vamos cogiendo altura… es como si nos estuviéramos recorriendo lo alto de la muralla de roca del lado derecho que delimita el valle o la cañada de 7 Lagunas. Como si fuéramos en dirección a la cima del Peñón del Globo.
Pero no pasamos por la cima del Peñón del Globo, llega un momento que el recorrido se desvía un poco más a la derecha, como buscando el centro o fondo del valle entre las dos fáciles lomas, la del Alcazaba a la derecha y Culo de Perro a la izquierda, para seguir hacia arriba en busca de las alturas de esta montaña… pero más cerca de las inmediaciones del Peñón del Globo que del centro entre las dos lomas.
Más arriba, cuando dejamos casi a nuestra espalda la fácil cima (desde aquí) del Peñón del Globo, el recorrido hace un pequeño giro a la derecha y norte, noreste, para directamente subir a la cima del Alcazaba, que, sin apreciarlo o sin darnos cuenta, la hemos tenido siempre allá arriba si miramos al norte, pero no es un lugar que se diferencie del resto de sitios de la montaña desde esta vertiente, quiero decir que si no es porque ya no hay más rocas o piedras que subir, no sabes que estas en la cima del Alcazaba diferenciada del resto de la pendiente… en definitiva es una suave ladera llena de gigantescas, grandes y medianas rocas metamórficas, como si fueran primas hermanas de esas grandes rocas graníticas de las alturas del Pirineo.
Y ya estamos todo el grupo en la cima del Alcazaba a 3.364 mts. de altura. Por el camino, igual que en las laderas del Mulhacén, quedaban algunos pequeños neveros de las primeras nevadas del otoño-invierno que se cernía. La cima no es nada del otro mundo, a menos que observes, admires el paisaje y los perfiles de la montaña, sobre todo mirando hacia su cara norte, noroeste, sus cortes y escarpes, y la magnífica ventana que es hacia las vistas del hermano Mulhacén y del más alejado Veleta… si desde el Veleta, las vistas del Mulhacén y Alcazaba eran inseparables, ahora le estábamos dando la vuelta “a la foto” para ver la misma imagen pero desde el lado contrario, el Mulhacén y el Veleta desde el Alcazaba. Precioso y emotivo. Increíble. Unas imágenes bastante alpinas, atractivas y desafiantes; con sobre todo, la larga cara norte del Mulhacén delante nuestro, escarpada y vertical, solamente tapada por las alturas inhiestas a la propia cima del Alcazaba, pero se podía ver hasta la perfecta Laguna de La Mosca, allá abajo, en la base de la cara norte del Mulhacén, la cual por cierto, parecía más larga y desafiante si cabe. También la cara noreste del Veleta, esa proa de galeón que resurge partiendo un mar imaginario, al norte su pared más vertical entre las sombras, al sur también otra pared pero soleada y más asequible. Fantástico. Y entre el Mulhacén y el Veleta, todos los Crestones de Rio Seco que desde esta perspectiva se convertían en una cresta temeraria, desafiante y atrayente, contando la cara norte cortada y vertical del Puntal de La Caldera como parte de dicha cresta… Increíble y extraordinaria vista. Fantástica.
Somos casi 20 compañeros y compañeras que pasamos un buen rato almorzando y disfrutando de la cima del Alcazaba y del fantástico día. No hay prisa. Sin apenas peso, hemos tardado casi una tercera parte como mucho de lo realizado ayer para subir a Laguna Hondera. Casi que nos da para una pequeña siesta. El tiempo sigue bueno y sin una nube, y el frio no es excesivo, con lo que la estancia en este alto pico de Sierra Nevada se hace bastante llevadera, incluso nos llega a calentar el sol.
Ya emprendemos la bajada, es fácil, solo tenemos que desandar el camino, con la fulminante y preciosa vista del Mulhacén y su cara norte delante. Pero al llegar a las cercanías del Peñón del Globo, habiendo dejado de lado el Puntal de La Cornisa al estar algo más apartado de nuestro recorrido, comentamos de subirlo y así hacer otra cima de más de tres mil metros de Sierra Nevada. Aunque desde donde lo subimos solo haya unos pocos metros de desnivel entre la senda o traza que va al Alcazaba y la propia cima del Peñón del Globo. Pero aún sería un “desconsideración” por nuestra parte no subirlo teniéndolo tan a mano.
Con lo que una vez que giramos para buscar la Loma Culo de Perro y vemos la cima picuda del Peñón del Globo, cogemos a la derecha otra sendita que se acerca a su base, colladito y cima. Son pocos minutos y metros. Y así hacemos la cima del Peñón del Globo, de 3.288 mts. con unas vistas fantásticas y muy completas de todo lo que es la Cañada de 7 Lagunas, descubriendo y contando las 7 lagunas que se ven enteras desde esta cima… quizás la Laguna Altera no tanto… Allá abajo quedan como pequeños charquitos de aguas plateadas, brillantes y sobresalientes comparadas con el resto del paisaje de roca y desolación de estas pizarras metamórficas.
Las lagunas se presentan como en dos bandas de escorrentías, separas por el centro del mismo valle, una a cada lado pegada a las bases de las murallas de las montañas del Mulhacén y Alcazaba. Comunicadas entre ellas, ubicadas a diferentes alturas o cubetas glaciares, por esos torrentes de agua clara, que a su vez tiñen de marrón o amarillo agostado, sus rincones y orillas por los que pasan, dando un color diferente y más llamativo al lugar. En verano seguramente es de un verde vivo e intenso, pero con la llegada del frio y las primeras nieves, la poca vegetación se agosta y cambia a un color de muerte amarillo o marrón pastel. Pero aún así el paisaje de la cañada de 7 Lagunas es precioso y curioso… abajo del todo de este valle colgado tenemos la laguna más grande y a más baja altura con forma como de habichuela, riñón… es la magnífica Laguna Hondera, junto a la cual hemos montado nuestro campamento. Debemos llegar hasta allí, después de los pocos minutos de disfrutar y ollar la cima de este Peñón del Globo.
Contrariamente al lado este, el lado oeste del Peñón del Globo que cae sobre el valle, cañada de 7 Lagunas, es una pared escarpada, casi vertical y con un desnivel considerable, de la cual no piensas que existe un camino. Pero antes de llegar a la cima del mismo, nos hemos percatado que sí existe una bajada desde esta cima o sus inmediaciones, que baja directamente al fondo del valle de 7 Lagunas sin necesidad de desandar la fácil y aburrida Loma Culo de Perro. Con lo que deshacemos algo el camino de subida y nos desviamos precipitándonos por el lado oeste de la loma cimera, en busca del fondo de la cañada de 7 Lagunas.
No recuerdo desde que lado del Peñón del Globo salía o se emprendía dicha bajada… para que mí que era cerca de las inmediaciones del nombrado pico, pero entre éste y el Puntal de La Cornisa… el caso es que, por este lado o el otro, bajamos de forma directa en pendiente y a veces en zigzag evitando las zonas más escarpadas y verticales, hasta las cercanías de alguna de las 7 Lagunas, y desde aquí, ya por terreno más horizontal, girar hacia el sur en busca de nuestra bonita Laguna Hondera casi por el fondo del valle. No tiene pérdida.
Una vez hemos llegado a nuestro campamento en la Laguna Hondera y nos hemos desequipado y guardado la mochila, salimos a las orillas de la misma laguna, alguno incluso a refrescarse los pies en sus frías y cristalinas aguas. Y así pasamos el resto de la tarde o del día, descansando, disfrutando de la tranquilidad, del sosiego y la buena compañía de un numeroso grupo de amigos, montañeros, que han subido hasta las alturas de Sierra Nevada para conquistar una de sus cimas que nos faltaba por visitar.
Al otro día, como si estuviera programado o contratado, el mal tiempo hace acto de presencia. Una gigantesca nube se posa sobre las cimas de las montañas del Mulhacén y Alcazaba para cubrirlas y recordarnos que estamos en otoño, y que la lluvia y el frío nos pueden acompañar en cualquier momento. Con lo que desmontamos el campamento para emprender el camino de regreso al coche en Trevélez, desandando el camino ya habitual entre 7 Lagunas, la Laguna Hondera y la población.
De esta manera concluye la actividad de subir a la alta cima del Alcazaba, olvidada y espetada por la sombra y fama del alto Mulhacén, e incluso del Veleta en la lejanía, pero ahora integrada y apuntada en nuestra lista de cimas y picos visitados, conocidos y disfrutados. Como siempre esta Sierra Nevada nos ofrece una aventura y actividad de fuerza y resistencia, propio de grandes cordilleras, con paisajes y alturas que roza entre lo árido (por la desnudez de la roca de alta montaña) y lo paradisiaco (por sus torrentes y lagunas de abundante agua en un clima tan cambiante). Una magnífica salida, en la que lo que más primó es el gran grupo y compañeros que formamos; lazos de pasión y vida entre buenos amigos y familia montañera.
Relato dedicado a la Memoria de Dani el Peque, en esta una de sus primeras salidas con ascensión a un tresmil con el Centro Excursionista Almoradí, y que ya no se encuentra entre nosotros para poder seguir disfrutando de nuestras montañas. Allá donde estés, esperamos que puedas ser igual de feliz que como lo eras subiendo montañas con nosotros.