Es un invierno con muchas nevadas al Montseny, incluso ahora que escribo este relato de la subida al Turó de l’Home desde el Coll de Santa Helena, miro por la ventana, hoy 12 de abril, y admiro que ha vuelto a nevar con ganas en la nombrada montaña, y a partir de 1.000 metros. Increíble. Toda blanca como si fuera pleno invierno.
Por ello en una de tantas, de las nevadas de este año, me propuse subir a su pico más alto, pero por otro punto y recorrido desconocido para mí: desde el Coll de Santa Helena. Sabiendo que la zona de Santa Fe estaría saturada, abarrotada de gente, curiosos y domingueros, y que además no podría aparcar con comodidad. Además me brindaba la posibilidad de hacer otras 2 cimas inhiestas al Turó de l’Home: el Puig Sesolles de 1.666 metros, y el Turó Gros o d’en Paletreques, de 1.643 metros; cimas anteriores al Turó de l’Home o de paso en el recorrido, si vienes desde el Coll de Santa Helena.
Es por eso que el pasado sábado 24 de febrero fui a la localidad de Montseny y subí por la carreterilla que se dirige hacia la misma cima, da a la otra carreterilla que desde Sant Celoni pasa por Santa Fe, y que pasa por Fontmartina. En ese mismo lugar, Fontmartina, un invisible cartel o señal de tráfico y una cadena desaparecida, se supone que cortaba el paso a los coches que subían más arriba por la nombrada carreterilla o pista asfaltada. A la bajada ya me pararían los forestales para advertirme con una nota y posible multa de los Mossos.
Llegados al punto más alto de la carreterilla justo cuando hace una curva y cambia de vertiente de la sur a la norte, y donde aparece una gran antena y algunas casetas seguramente centrales de esta antena, está el Coll de Santa Helena, a unos 1.219 metros. Antes de llegar ya me he topado con algo de nieve por la pista asfalta, cruzada sin problemas, con el típico sonido de cuando el coche pisa nieve dura y te pone en alerta todos los sentidos por unos segundos para que el coche no se salga de su recorrido. Aquí la nieve es más abundante, sobre todo loma arriba, y en el mismo lugar que hace a la vez de parking y como de mirador, en este Coll de Santa Helena. El día se presenta soleado pero frío, fresco; estamos teniendo un invierno especialmente nevoso y frío, y hay que aprovechar cada momento de nieve y hueco de buen tiempo para disfrutarlo.
Solo otro coche, sin saberlo como yo, se ha saltado la prohibición y ya estaba aquí disfrutando sus tripulantes, del día. Miro el mapa y me coloco la equipación, botas, chaqueta, para comenzar la marcha: cogeré loma arriba dejando el Coll de Santa Helena abajo casi a mi espalda siguiendo una supuesta senda bajo la nieve que, llegado a los pocos segundos, gira a la derecha en busca de una cabañita con muros de piedra y del bosque cercano. Sigo unas huellas, una intuición de recorrido, que llegados a un punto en mitad del nevado bosquecillo, se perderán.
Pero mientras intento seguir por entre el bosquecillo ese senderillo perdido con huellas dispares, y esquivo ramas y matorrales, descubro a la izquierda y arriba, al cabo de no mucho tiempo, el camino que me indica el Alpina. Aliviado por el encuentro, sigo el camino a la derecha cruzando la umbría del magnífico hayedo muy nevado y precioso. Al cabo de un tiempo el camino llega a una bifurcación, yo sigo a la izquierda como intentando volver a encontrar la loma cimera de la montaña. A la vuelta, si todo va bien, apareceré en esta misma bifurcación viniendo por la que ahora es mi derecha… en pocos minutos el camino acaba en una cadena y al otro lado, a loma cimera de la montaña y la pista asfalta que nos sube a la cima del Puig Sesolles y Turó de l’Home. Antes de llegar al Coll de Santa Helena ya he visto el cruce para ir por esta misma carretera hacia la cima de la montaña en coche; cerrada por cadenas antes de llegar y con un parking al final ahora impracticable por la nieve.
Y a partir de aquí solo tengo que seguir la nevada y solitaria carreterilla que sube a la cima de la montaña, montaña arriba, a la derecha. No es tan bonito como ir por senderos metidos en el nevado hayedo, pero el que no puedan pasar vehículos lo hacen un recorrido solitario y especial. Solitario porque no me he encontrado con nadie en todo el recorrido… luego al final, en las faldas del Puig Sesolles descubriré a un grupito de excursionistas que se dirigían también al Turó de l’Home por esta vertiente y lugares.
Tengo que seguir la carreterilla hasta llegar a un punto en que la montaña a la derecha hace una especie de collado y seguidamente se levantan las laderas del primer pico importante que quiero subir en este recorrido: el Turó Gros o d’en Paletreques. Estoy en el Coll del Vent a 1.464 metros. Miro el Alpina e intento reconocer el lugar para ya dirigirme a la cima de esta la primera cima. Salen algunos caminos y senderos, pero con la nieve no distingo nada y decido seguir monte a través, monte arriba, en busca de la parte más alta de la montaña. No hay pérdida. Y en mi solitario ascenso las vistas, eso sí, excepcionales hacia el sur libres de vegetación arbórea, ya que los hayedos se quedan en la ladera norte de umbría, observo y admiro con bastante nitidez el valle que separa las laderas del Montseny de las sierras y montañas de la Cordillera Litoral (Montnegre, Corredor…), es la verde comarca del Vallés Oriental, frontera con El Maresme (al otro lado del Corredor y Montnegre) y de La Selva ya en Girona más al norte, tapada por la ladera y perfiles de la misma montaña. Vistas increíbles donde se pueden reconocer pueblos, ciudades e incluso la enorme antena de Collserola al fondo al sur, en días muy claros…
Después de caminar y ya por fin subir por la ladera rocosa, terrosa pero bastante nevada del Montseny, llego al punto más alto donde hay un palo de madera a modo de “eje geodésico” o pilón señalizador de la cima del Turó Gros o d’en Paletreques, a 1.643 mts. Admiro el frio paisaje de blanca nieve y azul cielo despejado pero helado; allá, siguiendo la cima de la montaña, el cordal cimero, se llega a la cumbre del Puig Sesolles y detrás el Turó de l’Home. El Puig Sesolles que alberga esa antena característica y enorme de la cima del Montseny que se vislumbra desde lejos, parece un pico que han cortado su cima o la han aplanado dejándola muy poco natural, muy poco atractiva. Detrás, más alta, la cima del Turó de l’Home, coronada y reconocida por esa casita que sirvió de refugio antaño. Todo nevado y frio. Me hago las fotos de cima. Hago fotos a la siempre bella montaña y hayedo nevado del Montseny, sobre todo en las cercanías de Santa Fe (que no se aprecia desde aquí a menos que te asomes) y más al fondo de las laderas de Les Agudes. Precioso paisaje.
Para seguir la ruta solo tengo que intentar recorrer la parte más alta de la montaña hacia las cimas que me quedan por subir y he nombrado antes. La primera sería el Puig Sesolles. Ya no hace falta que baje al camino, ahora solo es seguir la loma cimera, a veces entre rocas, nieve y vertientes no muy transitadas, sin embargo parece que sí existe un sendero o traza que sigue en la dirección por la que quiero ir.
Llego a un colladito bajando por unas rocas, es la Collada Fonda. Otro grupo de montañeros o curiosos sigue por el camino que había quedado a la izquierda más abajo para después subir hacia el Puig Sesolles. Pero yo sigo la senda bajo la nieve o traza que cruza por la parte más alta de la montaña. Después de la Collada Fonda a 1.612 mts., la senda tiende a ir por el lado derecho de umbría de la montaña, en busca del camino que rodea la cima del Puig Sesolles pero sin llegar a lo más alto, ocupado por las construcciones y antenas. Una valla o alambrada lo impide. Pero las cimas no están cerca, se ven con cierta distancia, pero el recorrido es fácil y entretenido según por donde pasas.
No se puede pasar por la cima del Puig Sesolles, sino que se rodea por su lado norte, de umbría, por la derecha según me acerco, ya que hay un camino medio de herradura pero servible, ahora ocupado por la nieve, que viene de la pista que quedaba a la izquierda, por el lado sur, la que sube hasta la cima del Turó de l’Home, y rodea por el lado norte esta cima con antenas, como rodeándolo desde el sur, este y norte, para luego acabar de nuevo en el collado que queda entre esta cima y el mismo Turó de l’Home. Al no poder subir el Puig Sesolles de 1.666 mts., lo rodeo por este camino nevado, hasta parar en Coll Pregón, que es el collado que queda entre las dos cimas nombradas: Puig Sesolles y el Turó de l’Home. Coll Pregón está a 1.654 mts., solo 12 metros más bajo que la altura (sin las antenas ni construcciones) del Puig Sesolles.
Y ya desde Coll Pregón subo a la cima, tantas otras veces ollada, del Turó de l’Home a 1.706 mts. Antes he observado el camino que sube de Passavets lleno de nieve y con gente yendo de aquí para allá por él. Después tendré que bajar por ahí. La visión desde esta perspectiva antes de llegar al Puig Sesolles o rodeándolo, es curiosa y distinta a lo que estaba acostumbrado a ver. Es como ver el mapa por otro lado…
El día sigue frío pero despejado, bastante soleado, aunque en la cima del Turó de l’Home se ha ido nieve o está ventada, aun así las vistas y espectáculo son preciosos e impresionantes. Con el zum me acerco Les Agudes y su cima nevada con su esquelético hayedo también blanco, nevado, pero sin hojas y como muerto como corresponde a los bosques de hoja caduca en esta época. El Matagalls también aparece muy nevado ahora con mejores vistas desde esta cima; aparece como un perfecto macizo con su cono puntiagudo en la parte más alta, totalmente blanco de nieve y todos los bosques, hayedos que tiene alrededor, en sus laderas, con esas pinceladas entre blanco y gris, de intercalar el blanco meteoro en la tierra, con los troncos y ramas desnudas de los sanos e invernantes ejemplares. Al fondo descubro el Puigmal en el Pirineo, de nuevo desde el Montseny tenemos todo el Pirineo nevado mirando al norte, si el tiempo y la neblina nos lo permite. Y también observo el recorrido realizado, donde he dejado el Puig Sesolles y el apartado pero imprescindible Turó Gros o d’en Paletreques… no está cerca y por ello la ruta ha sido interesante y repetible. Incluso mirando este pico desde la fácil cima del Turó de l’Home, éste parece un auténtico peñasco, cumbre, diferenciada y con personalidad. Merece la pena.
Comienza a ser hora de bajar y volver al Coll de Santa Helena donde he dejado el coche clandestinamente. La idea era bajar por la subida o ruta normal entre la Font de Passavets y esta cima, que pasa por l’Aveteda, y en uno de los caminos que sale de ésta o la cruza, girar hacia el este por el nuevo camino, sin bajar más y siguiendo casi a la misma altura hacia la nombrada dirección que es donde se encuentra el Coll de Santa Helena, pasando por un lugar en la umbría de la montaña, al que llaman Roc Perer. Con lo que bajo de nuevo a Coll Pregón y sigo las marcas de P.R. y recorrido ya descrito en anteriores relatos que describen la subida al Turó de l’Home desde la Font de Passavets, pero al revés, de bajada.
Aunque el recorrido no dura mucho por esta ancha senda, camino: en una de las curvas del camino donde hace el zigzag entre la Font de Passavets y la cima, sale otro camino justo en el interior de la curva, y dicho camino sale hacia el sureste, sur, hacia la derecha; y paralelo al mismo camino que seguía, que quedará por debajo del que sigo ahora, dejando de guiarme por las marcas del P.R. Dejo las huellas y la traza para seguir por otras pisadas en medio de otro camino que nunca había pisado aún, alejándome del tráfico de las visitas, excursionistas y curiosos que deambula por el recorrido entre la Font de Passavets y la cima de la sierra. Este camino, según miro en el Alpina, comunica el recorrido entre Passavets y el Turó de l’Home con el camino que me he encontrado al tiempo de salir del Coll de Santa Helena en la zona del bosque y que acababa en la pista de subida a las cimas… a ver si tengo suerte.
El camino es de bajada pero casi que se mantiene a una misma altura, y todo el recorrido por la parte de umbría, por el hayedo y parte de l’Aveteda, está muy nevado y precioso, incluso hay nieve que llega más arriba del tobillo en algunas zonas, y en otras cuelga de las ramas raquíticas pero vivas; aunque lo bonito será la travesía por el nuevo camino, pasando en solitario por otros rincones y vistas de la montaña, del extraordinario bosque y hayedo nevado… quedo ensimismado por la soledad y tranquilidad del lugar, incluso me gusta porque me coge esa intranquilidad que surge cuando pasas por primera vez y en solitario una nueva zona de una montaña, ese respeto y temor natural que hace despertar los sentidos e instintos naturales. Sensacional.
Echo la vista hacia atrás y descubro una nueva imagen y perfil de Les Agudes; más montaña, más boscosa e impresionante, parece una postal del Canadá con esos bosques y paisaje intacto. También descubro todo el bosque de la ladera norte de las cimas que me he recorrido por la cumbre del Montseny. Precioso y espectacular. Sobre todo cuando llego al lugar que llaman Roc Perer, unas rocas o rincón donde un roquedo sobresale en las laderas y paisaje de esta frondosa montaña, cosa que le hace ser un mirador extraordinario y curioso, e incluso un P.R. que sale de Santa Fe y sube ladera arriba en busca de este lugar, y después baja por otro lado en la misma ladera boscosa. Las vistas hacia el norte con el sitio de Santa Fe, su pantano y el hayedo fantástico, merecen la pena una parada para contemplarlo durante unos minutos en la soledad de la fría y viva montaña. La transparencia y claridad del día acompaña. Hago alguna foto. Precioso.
Sigo el camino hacia el sur a la vez que comienza a coger altura muy poco a poco, y a la vez cruza sitios y lugares preciosos con ejemplares dignos de fotografiar cargados aún de nieve. El camino sin desviarse ya que no se cruza con ningún otro camino o recorrido desde que sale del Roc Perer, sigue las curvas y perfiles de la montaña, con esas lomas y barrancos. Para al final ver como la parte más alta de la montaña se va acercando al camino si miro arriba a la derecha, hasta que descubro las huellas en un camino que sale por la izquierda, y son las que he seguido desde el Coll de Santa Helena. Es la bifurcación nombrada al comienzo de la ruta. Poco más delante está la cadena o corte del camino. Si no fuera por las huellas en la nieve en este camino que sale, no sabría ver si hay alguna otra indicación para desviarnos de un camino a otro… supongo que tendría algún hito escondido por algún rincón…
Una vez llego a este punto debo de seguir el camino ya realizado, desandando hacia las huellas en el camino que sale a la izquierda que parece se pierden por el hayedo (pero por el que ya he pasado) … si siguiera el camino recto, volvería a la pista, con lo que la idea es volver al Coll de Santa Helena. Desando las huellas y el camino que sale por la izquierda y que gira sin bajar demasiado, en busca de la “no encontrada” Font de La Ferrussa. Sin perder las huellas en la nieve, salgo del camino y del hayedo siguiendo por la ladera más despejada que baja al mismo collado. Ya veo las antenas del Coll de Santa Helena. Hay más curiosos y domingueros por la zona disfrutando con la nieve… hasta donde llegan los coches, y poco más arriba.
De esta manera acabo otro recorrido nuevo por este magnífico Montseny, subiendo las cimas y picos que siempre hemos visto pero que no están en los recorridos y objetivos de los excursionistas y curiosos: el Turó Gros o d’en Paletreques merece la pena visitar su cima y disfrutar con sus recorridos hasta el Puig Sesolles y Turó de l’Home; sin olvidar el solitario recorrido por la boscosa cara norte de esta montaña, mirando a Santa Fe que queda abajo de la ladera, y con las increíbles vistas a estos hayedos frondosos del precioso y preciado Montseny… lo único es que estaba prohibido subir al Coll de Santa Helena por el peligro de la nieve y hielo en la carretera, y en la bajada, los guardas me pusieron una multa que nunca se cobró en Fontmartina… a buenas y tempranas horas alguien había abierto o cortado la cadena, como ya he indicado al comienzo…