Creo que no era la primera vez que visitaba La Serrella con Jesús Santana, el culpable de enseñarme muchas montañas y sierras alicantinas que no llegué a visitar o recorrerme con mi primo Miguel Ángel González, seguramente por su lejanía. Y me parece recordar, aunque no la tengo documentada con fotografías, que la primera cima que subí de esta espectacular Serrella, de este Pirineo de Alicante con Jesús, fue La Mallada del Llop desde Famorca.
La Serrella a la que mi gran amigo y compañero, de altas, grandes y medianas montañas, Jesús Santana, llamó el Pirineo de Alicante seguramente por su altura, espectacularidad y variedad de perfiles, terrenos y fisionomía es realmente un conjunto alineado de varias crestas, cimas, pendientes, con sus paredes, laderas, barrancos, fuentes, agujas calcáreas… a pesar de ser una sierra perfectamente alineada con dirección más o menos de suroeste a noreste, justo en al pico de más al norte, La Mallada del Llop, la alineación cambia girando a de noroeste a sureste, cerrando así la Vall de Guadalest por su noroeste y norte. Le sigue en la misma alineación de la montaña hacia el este, el Castellet de Serrella y la Sierra de L’Aixortà.
El bosque o las frondosidades no es su fuerte o abundante desgraciadamente en la sierra a pesar de su altura y clima, como pasa en gran parte de Sierra Aitana, por ejemplo, seguramente por culpa de los pavorosos y destructores incendios que asolaron la provincia entre los años 70, 80 y 90, y por la misma deforestación a causa del hombre anterior a esas décadas. Eso sí, abunda la carrasca, como matorral, arbusto y casi como árbol enano. En compensación tiene varias surgencias cársticas, fuentes, manantiales de agua que las lluvias y las condiciones de la roca, de la fisionomía de la sierra que ayudan a recoger y almacenar las aguas de lluvia o la simple humedad de la noche.
A finales del año 2.002 decidimos visitar de nuevo esta sierra, montaña y picos, pero haciendo un recorrido circular pasando por sus cimas más altas: La Mallada del Llop y el Pla de La Casa, y a la vez por dos de sus poblaciones más al este de la Vall de Ceta, el valle que queda al norte de La Serrella y la cierra por su sur: Fageca y Famorca. Así que un grupo de amigos montañeros y acompañantes guiados por Jesús Santana, salimos en busca de la población de salida, hacia la ascensión del primer pico de La Serrella: Famorca y La Mallada del Llop.
Salimos de Famorca hacia el sur, por un camino cementado/asfaltado que sale por el sureste de la población y llaman el Camí de la Rabosa. Seguimos la pista hacia el sur, en dirección sin hacer caso a ningún otro camino secundario que salga o desemboque en ella, hasta que en una curva muy pronunciada, dejemos la pista que deja de ir hacia el sur para coger dirección este, noreste, y casi al hacer la curva entera nos sale a la derecha un camino de herradura o senda ancha que sigue en dirección sur en busca de la sierra, de la montaña. Justo en esta curva, la atraviesa el cauce de un barranco, el nuevo recorrido sigue la dirección del fondo del barranco, montaña arriba.
El día ha amanecido soleado sin nubes pero sin calor, el invierno se huele, se acerca, pero a lo largo de la jornada irán apareciendo nubes y nieblas que irán inundando esta y otras montañas dándole un aspecto más montañoso, húmedo y su combinación con las formas y rincones de las montañas, le dan un aspecto precioso, embelesador.
Este camino o ancha senda que recorre el barranco vuelve a acercarse a la nombrada pista que hace otra cerrada curva, pero no lo llegamos a pisar. Pocos pasos más arriba de este casi cruce, el camino gira a la derecha como queriendo cruzar el barranco de una orilla a otra, ya que antes seguíamos el barranco por un lado, ahora lo cruzamos al lado contrario. Y a partir de cruzar este barranco, el camino comenzará a subir por la empinada ladera, ladera que queda entre dos barrancos, el que seguíamos antes y otro que queda más al oeste y que llaman Barranc Pelat. Haciendo un zigzag a veces pronunciado, vamos subiendo por la montaña pelada, con poca o nada vegetación arbórea, en busca de su parte más alta. Ya estamos en las pendientes rocosas de La Serrella.
Subimos por una senda ancha que se adentra montaña arriba, por una especie de hueco en v que forma el barranco entre los escarpes y paredes de los muros de La Serrella y verticales laderas a cada lado. Saliendo de Famorca la montaña a la que nos acercábamos se veía altiva y escarpada, con pinta de ser una interesante ascensión. Mientras subimos por la senda el paisaje ya se agranda y podemos descubrir otras montañas, sierras, valles y poblaciones del interior centro de la provincia de Alicante, como la escarpada Sierra de Benicadell mirando al norte y asomándose por la suave loma de la Sierra de L’Almudaina que cierra la Vall de Ceta por su norte, hacia el noreste y este la pelada Sierra d’Alfaro, y más al este reconocemos una escarpada roca o cima, es el Cocoll, y entre ellas barrancos, valles, rincones separados o unidos por montañas, sierras o escarpes que llenan esta parte de Alicante. Fantástico.
Poco más arriba la senda o el terreno dejan de ser tan empinados cuando a la vez hemos cogido altura internados ya en la sierra, y en lugar de seguir en zigzag hacia el suroeste, sur, ahora vamos recto en dirección sureste y arriba… hasta que nos paramos junto a una caseta de obra y las cercanías de las ruinas de un pozo de nieve… estamos en la Font del Noguer. Podemos acercarnos al Pozo de Nieve para admirar esas construcciones y antiguos trabajos de otros tiempos más fríos… Curioso. Antes de subir al Pla de La Casa podremos admirar otro que queda bajo su cima.
Llegados a este punto, existe una senda que va hacia el oeste, hacia un colladito entre dos cimas también al oeste de este pequeño macizo de La Mallada del Llop, y la misma sigue hacia el este, hacia otro colladito al norte de la misma cima de La Mallada del Llop. Seguimos por esta última hacia el este subiendo por un amplio valle entre un escarpe rocoso a la izquierda y la misma cima de La Mallada del Llop a la derecha. Llegados a este colladito comprobamos que la ancha senda comienza a bajar por la vertiente contraria. Estamos a más de 1.260 metros de altura. Aquí sale un sendero rocoso a la derecha que se dirige al sur en busca de la cima de La Mallada del Llop, hacia la cima de la montaña, lo más alto.
Ya estamos en La Mallada del Llop a 1.364 mts. de altura. Nos hacemos la foto de cumbre, grupo y admiramos el paisaje. La imagen más espectacular la tenemos si vemos el seguimiento de la cima, de la sierra, hacia el este, vemos un trocito del Castellet de Serrella allá abajo entre los escarpes que tenemos delante del perfil de la montaña que pisamos, detrás toda la parte oeste de la Sierra de L’Aixortà con la escarpada roca del Cerro de Los Parados o Penya Alta, espectacular en el centro, y justo detrás de ella y más escarpada, vertical, un increíble peñón con un grupo de blancas nubes alrededor: es la increíble Bernia. Girando un poco más la cabeza hacia el sur nos encontramos con la espectacular visión de la Vall de Guadalest y las magníficas montañas y sierras que la rodean o bordean: en el fondo del valle descubrimos el lleno Embalse de Guadalest y la larga, alta y extensa loma de Sierra Aitana más al sur, cerrando por el sur todo el valle. En el centro de esta imagen descubrimos algunas otras escarpadas montañas que se asoman por encima de la loma del Aitana, antes de que llegue a su máxima altura: son el conjunto del Ponoch y Cabal, y algo más retirado el alto Puig Campana bastante reconocible e inconfundible gracias a su tajo, a su corte cuadrado en mitad de su alta cresta. Formidable. Las nubes provenientes del mar comienzan a invadir e inundar las montañas, adentrándose poco a poco tierra adentro, creando un nuevo paisaje.
Debemos seguir el recorrido previsto y salir en busca de la siguiente cima de La Serrella, el Pla de La Casa, pero siguiendo la cresta de la montaña e intentando subir sus cimas más altas entre La Mallada del Llop y el Pla de La Casa. Para ello seguimos la senda que intentará seguir la parte más alta de la sierra, del macizo de La Mallada del Llop hacia el oeste. Mientras comenzamos la marcha observamos los paisajes y vistas que tenemos enfrente: Al fondo, después de los escarpes y alturas del Regall y el Morret de La Terra Nova en la misma montaña por la que caminamos, algo a la izquierda queda la subida, paredes y escarpes del Pla de La Casa, culminado en unas rocas o peñones a lo cuales tendremos que llegar.
Mientras caminamos por la senda o parte más alta de la sierra no hacemos caso de la senda que gira o se desvía hacia la vertiente sur de la montaña y sale a nuestra izquierda. La idea es seguir por lo más alto. Acercándonos a la cima de Regall descubrimos sus paredes rectas y rocosas que miran hacia el sur, hacia el valle, sorprendentes, y seguimos por encima de ellas hasta los 1.322 metros de su cima.
Estamos poco tiempo en su cima, pero les hago alguna foto a Sara y Alex. Desde la cima rocosa de Regall, giramos hacia el norte en busca de un collado entre este pico y la cima que queda justo al norte, también rocosa y escarpada: Morret de La Terra Nova. Este pico es increíble ya que tiene una formidable cresta calcárea que viene desde el fondo del valle o barranco que queda más al oeste y separa este macizo de La Mallada del Llop del macizo del Pla de La Casa. Formaciones así, son las que nos dice por qué Jesús llamó a esta sierra el Pirineo de Alicante. Increíble, fascinante.
En el collado tenemos dos opciones, podemos subir a la cercana cima del Morret de La Terra Nova que queda a pocos metros al norte, o girar y bajar hacia el oeste e izquierda por una senda muy bien marcada en busca del fondo del nombrado valle o barranco que separa ambos macizos. La gran mayoría del grupo decide seguir el recorrido hacia abajo. Pero Jesús y yo, amantes y obsesos de coleccionar cimas, decidimos subir a los 1.282 mts. rocosos y maravillosos de este Morret de La Terra Nova. Sin tiempo para fotos o celebraciones, volvemos al colladito para bajar al fondo del barranco.
La bajada es rápida y divertida, ya que un magnífico y poco usado canchal, pedregal, runar, inunda toda esta empinada bajada y la senda se interna entre las piedras. Magnífico. Enfrente tenemos la subida y toda la montaña del Pla de La Casa, con sus laderas empinadas en la base, y las paredes y rocas escarpadas arriba de esas laderas. Arriba la cima del Pla de La Casa se le ve la pequeña plataforma rocosa, ese peñón que hace de pico. Magnífico. Pero no llegamos al final de la senda que baja hasta la Font del Cuquero, en un momento determinado nos desviamos a la izquierda para no perder más altura y buscar entre los matorrales y vegetación una senda o posible recorrido que cruce el barranco algo más arriba de la Font del Cuquero; y seguir por la loma de enfrente bajo el Pla de La Casa, girando un poco a la derecha para buscar la senda marcada de subida al pico del Pla de La Casa desde la Font del Cuquero. En resumen, debemos de girar a la izquierda en la loma de bajada para no perder altura, y seguir por la loma de enfrente al otro lado del barranco, girando a la derecha mientras subimos por ella, para encontrar la senda marcada de subida al Pla de La Casa.
La senda de subida desde la Font del Cuquero hacia la cima del Pla de La Casa, está marcada como un P.R.: el P.R. CV-182. Una vez nos tropezamos con esta senda marcada, solo tenemos que girar a la izquierda y arriba en busca de la parte más alta de la montaña, en busca de la cima del Pla de La Casa. Ahora podemos seguir las pinturas blancas y amarillas o la propia descripción de la subida en Pla de La Casa en La Serrella hasta la cima del Pla de La Casa. No hay pérdida.
Subimos por la senda hasta la parte más alta de la montaña después de pasar la banda rocosa. Dejamos el hueco del Pozo de Nieve a la derecha y subimos entre las rocas hasta el peñón o plataforma roqueda que queda justo en la misma cima. Ya estamos a 1.387 mts. de altura en la pequeña y rocosa cima del Pla de La Casa. Echamos la vista atrás y miramos hacia el este donde está el macizo de La Mallada del Llop, dejando los piquitos Morret de La Terra Nova y Regall delante. Las nubes que se acercaban desde el mar entrando por la Vall de Guadalest, ya están inundando la cima de La Mallá del Llop. Magnífico. Vemos y observamos todo el recorrido realizado desde aquí. El barranco de la Font del Cuquero separa los macizos de las cimas nombradas y recorridas, realmente bastante evidente.
Fotos de cima. Aprovecho las vistas y nuestra presencia en la cúspide junto a la típica cruz plantada para hacer varias fotos. Vuelvo a fijarme en la altísima y extensa loma de Sierra Aitana hacia el sur, las nubes rotas o formándose que entran desde el valle, dan una bucólica y encantadora imagen al paisaje, de postal. Hacia el oeste o suroeste el mismo seguimiento de La Serrella con el pico Serrella o El Recingle Alt al fondo, delante en línea la Penya l’Heura, y más cerca a la derecha el seguimiento de los escarpes, peñas y roquedos del Pla de La Casa. Magnífico. Las vistas desde el Pla de La Casa siempre tan impresionantes. Al fondo, al otro lado de valles casi en la lejanía, Sierra Mariola al noroeste, el Menetjador al oeste, y al sur de ésta pero muy cerca desde esta distancia, Els Plans en La Carrasqueta; el pico Serrella o Recingle Alt separa en la distancia estas últimas montañas. Encantador.
Después de descansar y disfrutar de la cima del Pla de La Casa, ya tocaba bajar. La bajada la haríamos desandando el camino de subida pero en lugar de desviarnos hacia el macizo de La Mallada del Llop como hemos hecho a la ida, lo que haríamos es seguir todo el camino, la senda, marcada con el P.R. CV-182 hasta la Font del Cuquero. Realmente seguiremos toda la bajada por el P.R. hasta la población de Fageca. O también podemos seguir las guías de Pla de La Casa en La Serrella, pero al revés: en el relato salimos de Fageca hacia el Pla de La Casa y ahora realizaremos la misma ruta pero del Pla de La Casa a Fageca, pisando la misma senda y realizando el mismo recorrido.
Es bien sencillo. Bajamos a la famosa Font del Cuquero, lugar donde podemos coger agua, el agua de La Serrella. Por uno de los lados de la caseta de obra, podemos cogerla. Después giraremos hacia el norte siguiendo la evidente senda que baja por todo el barranco en busca de Fageca. Primero seguimos casi por su fondo y después por la ladera de la derecha, según bajamos. A la izquierda quedará el hueco de una gran cueva: la Cova de Bernat.
La seda sigue metida por el Barranc del Moro hasta que parece salimos de las inclinadas pendientes de la montaña para seguir entre bancales y pendientes menos inclinadas cercanas al barranco, rocosas y llenas de matorrales. La senda acaba en un camino de herradura y éste se convierte en una pista que se adentra en Fageca por su sur, pasando previamente por la Font de L’Espirit Sant. Siempre hemos ido en busca de Fageca, la cual casi en todo el recorrido hemos tenido su imagen a la vista.
Ya estamos en Fageca. Pero antes de llegar a la Font de L’Espirit, que queda a pocos pasos antes de entrar en el pueblo, hay un cruce de recorridos, de P.R. y de caminos, saliendo un camino a la derecha que va por el fondo del valle, justo antes de emprender la pequeña subida a Fageca. Este es el Camí dels Figuerals, que une Fageca con Famorca sin necesidad de tocar la carretera que al otro lado del barranco aparece y surca el valle hacia el este. Está marcada con el P.R. CV-168, y pasa por la Font dels Noguerets, que es un área recreativa de Famorca. No tiene pérdida.
Aunque realmente nosotros, no sabría decir por donde fuimos, pero si no conocíamos este P.R. CV-168, seguramente entraríamos en Fageca y giraríamos a la derecha y este por la carretera principal, en busca de Famorca, o sea, que seguiríamos por la carretera que une las poblaciones. Pero ahora que está marcado y señalado, es mucho mejor si se repite o se realiza esta ruta, seguir el P.R. CV-168, seguro que es mucho mejor que ir por el peligroso asfalto de la carretera.
Y así, por un lado u otro llegamos a Famorca lugar de salida de este recorrido por las dos cimas más altas de esta espectacular Serrella. Hemos subido a las cimas, picos y alturas que quedan entre las dos cumbres, y hemos pasado por sus rincones roquedos, crestas y laderas vertiginosas. Hemos descubierto que, a pesar de tener escasa vegetación arbórea, sus fuentes y manantiales abundan, y las numerosas fonts que nos hemos encontrado así lo atestiguan. Increíble. Repetiremos, La Serrella, el Pirineo de Alicante, es espectacular y singular, única. Preciosa.
Después de coger el coche y antes de volver a casa, decidimos ir por la carretera a Quatretondeta, y al llegar a la entrada del encantador pueblecito, paramos para admirar otra parte de La Serrella: Els Frares. Increíbles agujas calcáreas repartidas por toda la ladera de la montaña con forma, ayudada por la imaginación, de monjes o frailes con sus capuchas y seriedad; pero que no son más que escarpadas y verticales agujas piramidales y a veces esbeltos, desafiantes, espectaculares y formidables. A veces recuerda un trozo de Las Médulas o paisajes parecidos pero sin la acción del hombre, totalmente natural y extraordinario. Precioso y sorprendente a la vez.