Recuerdo la primera vez que mi primo Miguel Ángel González me llevó a El Carche. Creo que también fue su primera vez. Seguramente miró uno de sus mapas cartográficos militares que se compraban en un lugar concreto de Alicante. Allí se fijó en un camino que salía de la carretera que unía Pinoso con Jumilla, y se adentraba en la vertiente sur de la montaña, siguiendo paralelo a la alineación de la misma sierra, llegado cierto momento.
Realmente no sé cómo mi primo conseguía descubrir esos primeros recorridos que hacíamos y llegábamos a la cima de las montañas que visitábamos y explorábamos, metiéndonos por caminos, sendas, monte a través… hasta su cima. En el caso de El Carche creo que también pasó algo así.
La montaña tiene una figura y perfil muy reconocible desde el resto de montañas entre ésta y la Vega Baja, desde las cimas que subíamos: era una alargada loma alta y oscura, recta, hasta llegar a la parte izquierda, oeste, donde aparecían tres lomitas onduladas a modo de cimitas, y a partir de la última, la que queda más al oeste, la loma cimera se precipita hasta la base de la montaña. Una de esas tres alturas, monas, bultos, es la cima más alta que llega hasta los 1.371 mts. de altura, la que queda más cerca del centro. Como es la vertiente sur, la sierra se veía oscura, árida, despojada de bosque y arbolado, pero alta y soberbia comparada con el resto de montañas de alrededor o cercanas, teniéndonos que ir hasta las cimas de Sierra Mariola o La Serrella en los límites de la provincia de Alicante para encontrar alturas semejantes.
…aquella vez, cuando llegamos a la alta cima de El Carche, que por cierto le llamábamos también Carche como la sierra, y ahora compruebo que el nombre es La Madama, nos encontramos un perfecto y maravillosamente formado mar de nubes mirando hacia el norte. No se me olvidarán esas vistas, mi primer mar de nubes perfecto bajo nuestros pies. No había tierra, estábamos en el cielo… Precioso. Lástima que no hubiera tenido esa vieja cámara Werlisa a mano ese domingo en la excursión.
Justo en la carreterilla que pasa lo más cerca de la vertiente sur de la montaña, hay un cruce y un letrero hacia un lugar: Casa Viñape. Aquí giramos hacia el norte buscando la sierra. Antes desde la carretera hemos estado admirando a medida que nos acercábamos a la montaña, sus perfiles y formas; parece algo desarbolada, pero ya sabemos que es la vertiente sur. Parece más grande y sobresaliente que el resto de montañas de alrededor, igual por su altura y envergadura.
Seguimos con el coche por todo el camino principal hacia el norte, en dirección a la montaña. Llegados a un punto justo antes de que el camino deje el llano del campo y comience a girar y hacer curvas entre los primeros escarpes de la montaña, el camino se interna por en medio de un barranco entre escarpes rocosos con pendientes verticales a cada lado, y justo a la derecha sale otro camino principal que lo bordea por el exterior, sin atravesarla, como sí lo hace el camino que llevamos. Pues justo antes de entrar o más o menos por esa altura, dejamos el coche para seguir a pie.
No seguimos por el camino de la derecha si no que seguimos por el que llevábamos como adentrándonos en la montaña, entre los dos cortados o escarpes rocosos. Pronto, al otro lado de esta entrada o puerta a El Carche, encontramos una cantera o los restos de lo que fue una cantera. Aquí también podemos dejar el coche. Y seguimos caminando camino arriba en dirección noreste. El camino principal se introducirá en una especie de valle dentro de la montaña, dejando las largas laderas más rocosas e inertes de arbolado bajo la cima a nuestra izquierda, y a la derecha lo que llaman Crestón del Cañal, Cerro de La Replana…
Es un valle no muy boscoso con tierras de cultivo o bancales intercalados con algún bosquecillo de pino carrasco y de ladera rocosa, desnuda, llena de matorrales y vegetación rastrera mediterránea. Al estar en la parte o vertiente de solana, las veces que hacía mucho sol, se notaba la sequedad del lugar.
El camino sube haciendo curvas o recto en dirección general noreste, en busca de una masía o casa de labor y un cruce de caminos principales. Habremos recorrido un buen tramo, hasta casi dejar la cima y sus piquitos ondulados casi a nuestra espalda, arriba. En este cruce vemos la nombrada masía, la que llaman Casa de Chamorro a nuestra izquierda poco más arriba de nuestra situación en la ladera de la montaña. Seguimos la pista de la derecha que se acerca a dicha casa.
Ya cerca de la casa la podemos visitar o pasar cerca de sus paredes y puerta porque desde ella sale un camino de herradura o ancha senda que cruza en diagonal y hacia arriba la montaña con la vista puesta en la cima de El Carche. Por aquí, si no queremos seguir la aburrida pista, podemos atajar para llegar a un tramo de la misma pista poco más arriba, quitándonos curvas y bastante camino… ya estamos a más de 1.050 metros de altura. O si seguimos la pista sin pararnos o pasar por la puerta de la Casa de Chamorro, en el siguiente cruce debemos de seguir por la pista de la izquierda la cual, a partir de este tramo, rodea una especie de llano al que llaman la Hoya de Las Grajas.
Poco después del último cruce nos encontramos con la senda ancha o camino de herradura que sale desde la misma Casa de Chamorro antes nombrado; pues bien, el camino de herradura o senda no se acaba aquí, si no que cruza la pista para de nuevo internarse a la derecha de la misma, ladera arriba de la montaña, para atajar de nuevo otra parte de camino por pista. Y ya a una altura de 1.150 metros, la senda ancha o camino de herradura, vuelve a cruzarse con la pista. Cuando llegamos a este punto sí que ya dejamos de seguir la pista, para salir a la izquierda por una senda, ladera arriba pero en diagonal, con los ojos y dirección puestos en la cima de El Carche, a la cual, justo al llegar a la loma cimera de la montaña y girar a la izquierda, hacia el oeste, volveremos a toparnos con la pista, ya cimera, para, siguiendo en dirección a lo más alto de la montaña, hacia el oeste, llegar enseguida al punto más alto de El Carche. La llamada La Madama.
La cima de La Madama es muy reconocible por que en su misma cima, cúspide, existe una pequeñita cabaña toda de madera a modo de refugio vivac abierto, con la peculiar forma triangular, como de tienda de campaña canadiense, tocando la madera de las dos bandas del tejado, la base de la casita, tocando ya terreno. Estamos a esos 1.371 metros de altura, en un mirador y faro de especial relevancia e importante en esta parte norte, noreste de Murcia, y mirando hacia el este, las montañas y valles de la parte oeste de la provincia de Alicante; sobre todo en lo que son los Valles del Vinalopó.
Y esta sería a grandes rasgos y con matices, la ruta o recorrido de ascensión escogido por mi primo Miguel Ángel González para subir a la cima de esta montaña. Pero en estos primeros días del invierno del 2.003 se escogió otra ruta por la cara norte, vertiente boscosa de umbría, para ascender a su cima con algo de nieve que en esos días estaban cayendo en las montañas cerca de la costa mediterránea… casi a la semana siguiente visitaríamos Sierra Aitana y el ambiente invernal de frio y nieve realmente me sobrecogió y sorprendió al comprobar que podía haber un clima tan extremo en invierno tan cerca de las cálidas costas alicantinas… impresionante Aitana.
Pero en esta ocasión no recuerdo el recorrido exacto realizado por la cara norte de umbría, más húmeda y fría de la Sierra de El Carche, y por ello no me atreveré a exponer alguno de ellos para no equivocarme. Eso sí, podemos encontrar decenas de recorridos que desde cualquier punto, como el cercano a las Salinas de La Rosa, nos pueden conducir entre sendas y pistas a esta cima de La Madama atravesando paisajes preciosos y sanos de pinadas, encinares y carrascas… incluso pasar junto a los muros o ubicación de un antiguo Pozo de Nieve…
Una vez llegados a la cima de La Madama decidimos visitar la siguiente cimita de El Carche, la que queda en el centro de las tres cimitas que he nombrado antes y casi que tiene la misma altura que esta principal, quedando más al este. Es rápido y fácil. Solo tenemos que bajar de La Madama hacia el este por una senda ancha, bajar al colladito que las separa, y subir a la cimita de 1.366 metros de altura. No tiene pérdida. Las vistas que tapaba esta ondulada cimita desde La Madama se abren ahora desde esta cima. La siguiente cimita, de las tres nombradas, ya es más baja y no molesta las vistas hacia el oeste. Pero no he descrito las vistas hacia el este, donde están las montañas alicantinas cerca o justo en la frontera con Murcia: la primera que nos sorprende es el macizo casi contiguo o en la misma alineación que la misma Sierra del Carche, la Sierra de Salinas, que desde aquí nos ofrece una imagen de extensa y abultada montaña con la cima de La Capilla del Fraile como su punto más alto. Al ser El Carche más alta que la Sierra de Salinas, podemos observar las montañas y demás sierras que quedan al otro lado de ésta… y si están nevadas y hay buena visibilidad, se pueden diferenciar las Sierras de Fontanella, Reconc e incluso Mariola. Más hacia el sur descubrimos delante las pequeñas (desde aquí) sierras de La Sima y Umbría que cierran el valle de Salinas; detrás las alineadas montañas que van desde la Sierra de l’Arguenya hasta el puntiagudo Maigmó, y poco más al sur destaca la Sierra de Cid con su reconocible Silla del Cid con esa característica forma de silla de montar o como un extraño dado, cubo, rectangular. Curioso.
Desde esta cima central sale un sendero o recorrido que nos puede llevar hasta el camino al sur mencionado, en el caso de que hubiéramos dejado el coche cerca de la cantera poco más arriba de Casa Viñape. Este recorrido se puede utilizar para subir y/o bajar por este mismo sitio, o hacer una circular uniéndose con la ruta descrita. La senda baja de la cimita hacia el oeste siguiendo la corta cima hasta que comienza a bajar girando hacia el sur cogiendo la ladera sur de la montaña que baja rápidamente hacia el fondo del barranco que queda justo abajo. La senda sigue toda la parte más alta del cordal que baja de la cima, entre dos barranquitos, haciendo los giros que hace el mismo filo del cordal. Una vez nos acercamos al fondo donde está el camino y barranco, aparece un bancal de cultivo, la senda lo bordea por la parte este y sube hasta el camino o pista descrita en el recorrido de ascensión. Aquí solo tenemos que seguir la pista en dirección a la salida de la montaña, que sería hacia la derecha y oeste, suroeste, hasta donde hemos dejado el coche que está muy cerca. E incluso si hemos dejado el coche en las inmediaciones de la cantera, el sendero acaba, o comienza, muy cerca de él.
De esta manera podemos visitar y ascender la montaña más allá de La Pila, la alta sierra que queda al norte o noroeste según la vemos desde el resto de cimas o lugares cercanos. La alta Sierra del Carche con su descrita característica forma, es reconocida desde muchos puntos al sur y oeste de Alicante, menos cuando estamos al noroeste, casi por detrás de la misma, cuya imagen cambia de forma que en lugar de ver la larga loma cimera, se observa una puntiaguda y escarpada forma, con sus tres cimitas en línea. Su perfil y forma tiene mucho que ver con su seguimiento hacia el este, que sería la Sierra de Salinas, aunque también se puede asemejar a la Sierra de La Pila, más al sur, exceptuando la alta aridez del terreno en la vertiente sur de La Pila. Rodeada de viñedos y almendros, la Sierra del Carche es faro indiscutible entre las poblaciones de Jumilla, y Yecla más al norte. Excepcional.