Era llegar a la cima del alto y mítico Puig Campana y mirar hacia el norte, al otro lado de la montaña por el que habíamos subido, a parte de la larga, alta y sobresaliente Sierra Aitana y las bajas pero increíblemente escarpadas crestecillas de camino a Sella, admiramos otros dos picos casi igual que escarpados y casi solitarios que este propio Puig Campana, a parte seguidos en el mismo cordal o formación que seguía hacia el norte: el Ponoch y el Cabal.
Quizás mal nombrados hermanos pequeños ya que su porte y perfil bien merece una visita, una ascensión y una mención especial, única, para ellos solos, e incluso individual. Pero la sombra del magnífico y sinigual Puig Campana cae sobre ellos y muchas veces las miradas en la lejanía se fijan en este hermano mayor, espectacular y altivo. Aunque la imagen de estos Ponoch y Cabal en la lejanía es también espectacular y vertiginosa, vertical y picuda, es como la de unos Puig Campana en miniatura, justo detrás o en un lado de éste.
Estas montañas son picos individuales, encrespados y altivos, rodeado de paredes y escarpes verticales por sus laderas, por todos lados, e incluso en sus propias cimas… una de ellas, el Cabal, con una cima muy rocosa, sorprendentemente rocosa. Los descubro, como muchas de estas montañas que no llegaba a subir en aquellas excursiones que realizaba los domingos por la mañana con mi primo Miguel Ángel, mirando el coleccionable Atlas de España que aún conservo; aunque no es representativo el mirar esos mapas a una escala 1:200.000, pero ya veía que podían ser preciosos y notables objetivos: Ponoch (Ponoig) y Sanchet… nombre este último que mis compañeros alicantinos Quique y Jesús Santana cambiaron por Cabal; y haciéndoles caso ya que era el nombre por el que se conocía entre los montañeros que visitaban el resto de montañas alicantinas que yo no había subido o visitado aún… curiosamente en los mapas actuales como el de Editorial Piolet, llama a la cima de esta montaña Alt de Sanxet pero a la montaña Penyó Cabal, al menos parece que a una parte de la montaña.
Pues precisamente fue con estos buenos amigos montañeros con los que descubrí estas y otras montañas, y me enseñaron sus caminos que llegan a sus cimas, los nombres de sus rincones y recovecos, y como disfrutar y admirar sus paisajes, rocas y formas. Ya los han subido varias veces y una de esas veces me llevan Quique Segura y Jesús Santana, junto con su amigo Pablo Candela, a ascender y visitar estas dos montañas en una sola actividad, desde las cercanías de la población de Polop.
Antes de que los caminos de tierra fueran ocupados por las calles y carreteras asfaltadas, y los bancales, campos, fueran ocupados por hormigón y muros de piedra, urbanizaciones, desde las mismas estrechas y antiguas calles de la que era entonces, pequeña población de Polop, salían los excursionistas en busca de las vertientes y formas de una impresionante y escarpada montaña que surge hacia el oeste: “El León Dormido”. Forma que hacen las paredes y rocas de la vertiente este del Ponoch, y que precisamente parece el cuerpo, extremidades y cabeza con su melena, de un grandioso león de la Sabana africana, pero como agazapado, dormido… Precioso e impresionante. Y mirando hacia esta montaña majestuosa, imagen más llamativa o atrayente desde aquí que las propias formas y alturas de alto Puig Campana, nos dirigimos para colarnos por un valle entre esta montaña y otra escarpada y vertical en su norte, que es el Cabal.
Hoy día la carretera que corta las laderas de estas montañas y que acerca la costa a la Vall de Guadalest, evitando los núcleos urbanos y sus urbanizaciones circundantes, será la que seguiremos en coche hasta una redonda. Según seguimos esta carretera en dirección norte en busca de ese fabuloso valle, nos encontramos con una redonda con varias vías a los lados nada más salir de la zona de urbanizaciones, que quedan cerca de las inmediaciones de las laderas del Puig Campana y Ponoch, y justo a la izquierda, al oeste, comienzan a aparecer las gigantescas paredes del León Dormido… pues no nos pararemos en esta redonda, si no en la siguiente, a pesar de que por esta redonda están las indicaciones de un P.R. que luego pisaremos más arriba; nos paramos en la siguiente redonda, carretera arriba pero nada lejos, saliendo a la derecha la salida a Polop, la antigua carretera a Polop que se dirigía a Guadalest. Nosotros nos salimos por un camino hacia el suroeste, hacia la montaña, dejando a la espalda ese recorrido de la antigua carretera de Polop al nombrado valle. Pero paramos enseguida, cerca de la redonda. En un principio es un camino asfaltado, pero a los pocos metros se acaba el asfalto, sale un camino a la izquierda y sureste, y es aquí, a un lado del camino, donde dejaremos el coche.
Lo primero que admiramos y nos maravillamos es ante la visión del León Dormido nada más de salir del coche. Esas paredes verticales, rojizas y casi blancas, crudas, que le da el color de la caliza de este clima Mediterráneo. Precioso e impresionante. Pero nosotros seguiremos este camino arriba, observando que se mete entre estas dos montañas: a la izquierda quedará la mole del Ponoch y a la derecha la mole del Cabal. Arriba, al collado que une estas dos montañas, es a donde vamos. Al Coll del Llamp.
Nada más pasar junto a una gran balsa de agua supongo que para riego, nos sale por la izquierda un camino y las señalizaciones de un P.R., el P.R. CV-13. Es aquí donde los caminos se unen y giran hacia arriba y oeste, y comienzan a subir por el valle internándose en la montaña. Al principio pasaremos por debajo de lo que parece un castillo o los restos de éste que quedan o quedaban arriba de una gran roca al norte, a la derecha: El Castellet. Seguiremos a partir de aquí el recorrido marcado del P.R. CV-13, camino arriba, y sendas que atajan las curvas del zigzag del camino. Nos damos cuenta enseguida de que estamos en terreno de escaladores por las numerosas escuelas de escalada deportiva que iremos viendo si prestamos atención, en las paredes verticales de la derecha en la montaña.
Poco más arriba, después de dejar atrás un área recreativa, La Font del Pi, y coger bastante altura, llegamos a otro cruce de camino y recorridos P.R. nosotros seguiremos la misma dirección hacia arriba, oeste, por la misma hendidura del valle. Hay una construcción: Estamos en la Casa de Deu; y el camino a seguir puede que tenga puesta una cadena para que no puedan pasar vehículos motorizados, será que el que salga a la izquierda y suroeste… no sé si alguna vez me contó algo Jesús Santana sobre este lugar, como que era un lugar de retiro de alguna religión, secta… no lo tengo muy claro, pero alguna reminiscencia me sale…
Este camino ahora es más larguito pero recto, definido, y fabuloso. A la derecha dejamos las paredes de Cabal y a la izquierda el cercano cauce del Barranc de Gulabdar, siguiendo las indicaciones ahora de dos P.R.: el 13 de antes y a partir de la Casa de Deu, del número 17, que venía con el nuevo camino surgido del norte y que se cruzaba con el que llevábamos justo en frente de esta casa.
Arriba del camino llegamos a un collado y a un cruce de recorridos o sendas. Según el mapa o descripción que busques del lugar, este es el Coll del Llamp, o no, o simplemente un collado o el punto más alto que comunica la montaña del Ponoch al sur del Alt de Sanxet, Cabal, al norte. Estamos a 928 mts. ya, y podemos contemplar la vertiente oeste de este cordal de crestas y picos rocosos que sale del Puig Campana hacia el norte en busca de Sierra Aitana. Aquí no dejamos de seguir el P.R. CV-13 hacia el sur, suroeste. El recorrido desde la Casa de Deu ha ido girando de suroeste a sur casi. Y por la parte más alta de esta loma que une las moles del Ponoch y la del Cabal, nos llevará, entre crestas y torres rocosas, hasta otro collado en mitad de lo que podría ser la cresta cimera del Ponoch. El Ponoch como una sierra, tiene una forma alineada de oeste a este, no es como su hermano mayor, el Puig Campana que es toda una torre, repartidas en dos “torreones”, sin una forma alargada o alineada; el Ponoch y Cabal, sí. Con lo que llegamos a un llanito junto a una espectacular torre de roca y desde aquí vemos la otra vertiente del Ponoch: la sur.
Según otros mapas, éste es el Coll del Llamp, a 977 mts. Justo en la parte oeste de la cresta cimera o columna vertebral del Ponoch. La cima del Ponoch desde este punto queda al este y subiendo, teniendo que girar y cambiar de dirección hacia el este por un lado de dicha cresta, en subida, hasta llegar a la cima de esta montaña, que reconoceremos porque hay una pequeña cruz clavada en la roca. Estamos a 1.183 mts. de altitud en la cima de lo que parece una meseta inclinada con su parte más alta, la misma cresta cimera, donde se encuentra la cruz, y el otro extremo al norte, surcado por paredes y verticales pendientes que no logramos ver desde la cima pero sí percibir… como son aquellas que forman la figura del León Dormido.
Las vistas son impresionantes: vemos al sur la mole algo “desdibujada” del Puig Campana, el “hermano mayor”, magnífica, altiva, desafiante. Al norte la otra montaña hermana, el Cabal con su cresta bicéfala, dos crestas en la cima, y sus paredes y precipicios característicos y embelesadores. Hacia el espacio que queda entre esta montaña y el mar por la Bahía de Altea, descubrimos otra gran y famosa sierra: Bernia; con esa cima encrestada, bastante rocosa y escarpada, y sus laderas con una ondulación extraña, como la de un barco al revés, “el galeón volcado”. Justo al este, noreste. Detrás de ésta, poco más al norte, otra recortada pero menos famosa sierra, aun así, con una vertiente oeste espectacular y vertical: la Sierra del Ferrer. Cuyo valle al oeste es por el que discurre el curso del Río Algar. Delante, la población de Callosa d’en Sarriá, cierra la enorme plana entre la Sierra de Bernia y el Puig Campana que se abre al mar por la Bahía de Altea, y se cierra, detrás de la población hacia el oeste, en la Vall de Guadalest. Al final de la Sierra de Bernia, justo cuando los montecillos cercanos tocan el mar, aparece casi cubierto por una única nube, el extraordinario Peñón d’Ifach, pequeñito desde aquí pero vigoroso y enérgico cuando lo ves o descubres desde sus cercanías… en resumen, un magnífico paisaje de la montaña y el mar Alicantino.
Nos hacemos fotos de grupo, fotos de cima. Quique dice de hacer una foto de nuestros perfiles a contraluz… nos reímos de algunas de las ocurrencias artísticas del Quique. Jesús busca algo por la cima en forma de meseta, creo que es una piedra para su colección de piedras de cimas de montañas. Almorzamos algo, no puede faltar el alimento; y al cabo de unos minutos reemprendemos la marcha de vuelta. Queremos subir el “otro hermanito”, el Cabal, que queda al norte del Ponoch; con lo que debemos de desandar lo caminado hasta los collados del Llamp y el “falso Llamp” (o el otro Llamp) para encararnos con el ascenso a esta montaña.
Esta vez decidimos no seguir la senda marcada por este P.R. CV-13, que hemos seguido para llegar a la cima del Ponoch, y bajar por la punta de la cresta que une la misma cima del Ponoch con el nombrado collado. Las vistas en la bajada con las torres de roca junto al collado, y la misma cresta rocosa son preciosas e increíbles: admiramos el perfil de la montaña con sus dos vertientes, la norte y sur, a cada lado de la crestecilla, y hacia el sur, suroeste, el Coll del Pouet que une la montaña del Ponoch con el magnífico Puig Campana. La bajada con las vistas hacia este último, también espectaculares.
Llegamos a este Coll de Llamp (según algunos mapas) o Coll del Ponoch, a 977 metros. Realmente es más probable que este sea el Coll del Llamp, el que une los recorridos de las vertientes sur y norte del Ponoch, que el que une el Ponoch con el Cabal, ya que la orografía de este lugar con esas rocas creando torres que miran al cielo, son propicios para funcionar como pararrayos y atraerlos, que el otro lugar. De ahí lo de “llamp”.
Aquí giramos hacia el norte por la ladera llena de matorrales en busca del collado que separa o une el Ponoch con el Cabal. Mientras contemplamos las paredes y perfiles de la siguiente montaña que queremos subir. Al llegar al collado, hemos seguido las señalizaciones de los P.R. que cruzan estos lugares, ahora dejaremos de seguir estos P.R. para internarnos en una senda que sale hacia el oeste, como queriendo circundar la mole de la montaña del Cabal por su oeste. Igual nos aparecen dos, cada una a diferente altura en la ladera de la montaña, cogeremos la que queda a más altura, por debajo de las paredes y escarpes suroeste del Cabal.
Esta senda nos lleva hasta una masía, una casa de labor, el Mas de Carrasca, ubicada en una especie de valle al suroeste del Cabal, una vez hemos girado hacia el norte bordeando una cresta que baja de las alturas de la montaña. Justo antes de llegar a la característica Mas de Carrasca, una seda que nos sale a la derecha y arriba, será la que seguiremos en busca de las alturas del Cabal. Es una lástima pero nos quedamos a pocos metros de pasar por el Mas de Carrasca, construcción ubicada estratégica y privilegiadamente en uno de los muchos lugares más solitarios, encantadores y excepcionales de la montaña alicantina…
Justo esta sendilla o recorrido, el cual aparece en los mapas como una traza sin ser senda, pasa por la parte más encrespada, afilada en ocasiones, de la loma cimera, rocosa y emocionante de la cresta que nos llevará hasta la cima del Cabal; girando hacia el este, noreste, por lo que llaman el Assagador Gulabdar. El cual nos llevará sin pérdida alguna hasta la cima, la punta rocosa más alta de la montaña.
Mientras subimos podemos observar mirando al norte, otra cresta o loma encrespada cimera, que también sube casi acercándose hasta la cumbre de la montaña. Como había descrito anteriormente, la montaña del Cabal o mejor dicho su cima, al contrario que el Ponoch, es bicéfala: son como dos crestas, dos formaciones, dos montañas serradas y alargadas, escarpadas, encrespadas, que confluyen en el punto más alto formando dos cimitas rocosas, diferenciadas y de diferente altura… y nombre. Mirando hacia el oeste, veíamos ese vallecillo que formaban el espacio entre ambas formaciones, crestas, lomas rocosas, donde se ubicaba el Mas de Carrasca.
Hace mucho tiempo atrás, mirando mi querido Atlas de España, descubrí esta montaña y su nombre, justo detrás del Ponoch. Se alzaba igual de alta y espectacular como el mismo Ponoch, pero no con su fama o reconocimiento… mal hecho porque es igual o más espectacular montaña. El nombre que ponía en el mapa era Sanchet. Bastante tiempo después, intercambiando conocimientos geográficos de las montañas alicantinas con mis compañeros alicantinos, Jesús reconocía a esta montaña como Cabal; y durante un tiempo Sanchet se convirtió en Cabal, haciendo caso a mi amigo ya que conocía los nombres y montañas de esta parte de la provincia mejor que yo, ya que las había subido y recorrido varias veces; como ya he comentado al comienzo del relato. Pero justo viendo nuevos mapas más detallados y la forma de la misma montaña, me doy cuenta que Cabal era una parte de la montaña, y Sanchet, Alt de Sanxet, otra: la cresta o formación más al norte es justo lo que llaman Penyó Cabal, cuya altura llega a los 1.161 mts., y era la altura que conocíamos, y la formación o cresta cimera más al sur (son pocos metros de distancia entre ambas) es la que albergaba la cima del Alt de Sanxet, que era hacia donde nosotros subíamos ahora.
Las cimas estaban muy cerca una de la otra; solo las separaba el collado cimero poco o nada escarpado, que une las dos formaciones… pero no supimos o quisimos subir a la cima del Penyó Cabal, desde la cima del Alt de Sanxet la veíamos como un murallón escarpado, rocoso, por el que no vislumbrábamos paso alguno hasta su cima, pero espectacular y altivo, magnífico, desafiante…
De esta forma, subiendo por la rocosa ladera o ancha cresta oeste del Alt de Sanxet, llegamos hasta su cima de 1.189 mts. de altura, curiosamente 6 metros más alta que el Ponoch, el cual pensábamos era más alto al tener el conocimiento de la altura del Cabal, más bajo. Fotos de grupo y cima. Nos regodeamos en la cumbre, escribimos y admiramos con tiempo y admiración, el lugar, el paisaje, la montaña alicantina… daba la impresión por alguna razón de ubicación seguramente, que las vistas eran más espectaculares e impresionantes desde la cima del Sanchet que desde el Ponoch.
Curiosamente las vistas hacia el Puig Campana al sur eran más espectaculares al estar la cima del Alt de Sanxet más al oeste y justo detrás el “hermano mayor” que la del Ponoch, la cual se encuentra como más separada hacia el este. Impresionante, majestuoso y asombrosa vista a esta montaña, más escarpada y gigantesca si cabe. Hacia el norte, noreste, la alargada y alta loma de Sierra Aitana, diferenciándose perfectamente en su cima los radares, los escarpes de las simas y la Penya Alta. Pero delante quedaba otra alargada formación con picos y alturas más bajas pero más escarpadas y fabulosas: el puntiagudo Peñón Divino, y su seguimiento del Alt de La Penya de Sella, arañados por profundos cañones verticales que desde la cima bajan a los valles y barrancos, como el Barranc de l’Arc, el cual pasa por toda la vertiente sur de esta formación; roquedos verticales, los cuales forman una extensa y lisa pared justo bajo la cima del Peñón Divino, muy famosa por sus vías de escalada… de echo toda aquella zona entre Sella y Aitana es casi la cuna de la escalada deportiva en Alicante… o una de sus cunas, catedrales… Más al norte, a la derecha de la alta Sierra Aitana, sobresalía al otro lado de la Vall de Guadalest (invisible desde aquí, tapada por las montañas) descubrimos la Sierra de L’Aixortà, con su especie de ancha loma cimera casi horizontal, plana, y su pico más alto sobresaliendo escasamente ante la amplitud de la cima… sin olvidar el resto de montaña y paisajes que, a la vez que hemos descrito desde la cima del Ponoch, también se veían desde la cima del Alt de Sanxet. Sencillamente espectacular.
Después de un tiempo disfrutando de esta cima que pocas veces más visité, ya era hora de bajar. Descartando el visitar la cima del Penyó Cabal, el cual veíamos como un vecino cuando sale al balcón de su piso y ve a su vecino en el balcón en otro piso del edificio al otro lado de la cera, enfrente; decidimos bajar deshaciendo el camino de subida hasta el collado entre el Ponoch y el Cabal, y una vez aquí bajar por donde habíamos subido desde el coche. No recuerdo si pasamos por los muros, solo por curiosidad del Mas de Carrasca, ya que parecía una construcción que nos invitaba a curiosearla.
Desandamos la traza por la cresta cimera hacia el oeste y en bajada, giramos a la izquierda y sur siguiendo por la senda que une la nombrada Mas de Carrasca con el collado entre el Ponoch y el Cabal, el secundario Coll del Llamp o “Coll del Llamp falso”. Una vez aquí volvemos a desandar el camino recorrido de subida desde el coche hasta el lugar, siguiendo las trazas ahora de los P.R. por la ancha senda que luego será camino y sigue bajo las paredes del Cabal hacia el noreste, buscando la Casa de Deu, enclavada abajo en medio de este vallecillo que se forma entre las dos montañas visitadas. No hay perdida.
Una vez rodeado El Castellet, dejamos los P.R. y el camino que los sigue, para seguir por el otro camino en el que habíamos dejado los coches, poco más abajo. Y una vez llegado a los coches ya podremos bajar a Polop o La Nucia a tomar la cerveza y tapas merecidas por la fantástica actividad. Desgraciadamente no he visitado muchas veces más estas montañas, pero una de esas vistas en la que desgraciadamente no tomé fotos, fue espectacular y emocionante.
En esa ocasión decidimos hacer las 3 montañas, los “3 hermanos” en una sola actividad pero pasando la noche en una de ellas; y el 7 y 8 de julio del 2.006 subimos por la tarde al Puig Campana desde la Font del Molí, como lo hicimos las primeras veces hace bastantes años, por su empinado e interminable runar, pedregal sur, hasta su cima. Pasamos la noche en la cima del Puig Campana y al otro día bajamos por su lado norte, seguimos hacia el Coll del Pouet, y desde aquí subimos al Ponoch por el Coll del Llamp, justo llegando desde el sur. Desde la cima del Ponoch hacemos la ruta descrita en esta actividad para llegar al Alt de Sanxet, al Cabal, pero desde el Cabal bajamos por el Mas de Carrasca, vallecillo abajo por un camino hacia el oeste, haciendo zigzags para rápidamente bajar altura. Hasta encontrar una pista más principal que el camino por el que bajábamos, y seguir esta pista hacia la izquierda. Dicha pista, la cual cogemos en las inmediaciones de otra masía, el Mas de Zacarés, también está señalada, marcada con un P.R., el P.R. CV-12. No había perdida. Seguimos esta pista, P.R. CV-12 hacia el sur, circundando y rodeando los fantásticos farallones de la Serra dels Castellets, la cual forma un arco que es un muro de recortadas y escarpadas cimitas que a su vez forman una fenomenal y extraordinaria cresta; hasta que la pista y P.R. acaban (o comienza) junto a las mismas piedras de La Font del Molí… Realmente una actividad única y extraordinaria; con esa noche fresca y espectacular en la cima del Puig Campana… lástima no haberla documentada con fotos o alguna descripción editada.
Texto sacado de la actividad Conoce Las Montañas de Alicante y Entorno realizada en el año 2.006 con el Centro Excursionista Almoradí:
-PUIG CAMPANA-PONOCH-CABAL:
Por fín pudimos realizar la atractiva pero dura travesía Puig Campana-Ponoch-Cabal. Aunque tuvimos que subir la primera de noche durmiendo en su cima, el resto lo hicimos con un sol abrasador y unas temperaturas inhumanas en pleno julio. Finestrat fue el punto de partida y llegada, más concretamente en las cercanías de la Font del Molí.
De esta manera acabamos una actividad y visita a dos bellas y espectaculares montañas, eclipsadas por su hermano mayor el Puig Campana, pero que de “menores” no tienen nada: lisas paredes, crestas, lomas rocosas, torreones y unas vistas, paisaje y entorno de contrastes, desde las solitarias y algunas abandonadas masías de labor al oeste de estas montañas, en un paisaje abrupto, laberíntico y montañoso, al de las urbanizaciones, huertas, cultivos y turismo del lado este. Parece imposible que en el Alicante del turismo de playa, residencial, de urbanizaciones y rascacielos de Benidorm, exista este Alicante montañoso, solitario y maravilloso. No dejéis de visitar, ascender y recorreros estas montañas… esto es solo el principio de muchas otras preciosas e increíbles posibles rutas por ellas.