Esta era el nombre por el que conocíamos a uno de los tres picos más importantes de La Serrella, con el nombre de la misma sierra. En La Serrella existen tres macizos claramente diferenciados como ya he comentado en algún otro relato o descripción de esta fabulosa sierra; y cada macizo culmina en un pico o altura con nombre y personalidad de cima, como La Mallada del Llop, al este, el Pla de La Casa, en el centro, o El Serrella, al oeste.
El macizo o parte de La Serrella que domina el pico Serrella es el más bajo de los tres y el más al oeste, siendo el primero en verse o más visible cuando entras en las comarcas alcoyanas después de atravesar los túneles del Barranc de La Batalla. Éste tiene una caseta de vigilancia de incendios en su cima, cortada en un lado por una pared magnífica y vertical, pero que no evita que por el lado contrario el pico sea muy accesible incluso con la llegada de un camino por el que podrían pasar vehículos motorizados preparados para todoterreno.
Para llegar a este pico del Serrella, se puede salir de Benassau o desde el famoso Quatretondeta. Quizás desde Quatretondeta puede ser más evidente la subida al pico ya que queda justo arriba de él, mientras que desde Benassau parece que queda más lejos y hay más recorrido; sin embargo Benassau está justo en un extremo de La Serrella, y la subida desde aquí es más emocionante porque es como si comenzaras a subir la sierra desde su comienzo, su principio… por ello en la travesía Serrella-Aixortà comenzamos por este pueblo, por ello también nos podemos guiar por el relato de esta travesía para esta actividad, aunque esta visita fue anterior a las nombradas travesías… puede que fuera la segunda o tercera visita al Serrella con mis compañeros alicantinos y del Centro Excursionista Almoradí.
Benassau se encuentra entre la entrada a la Vall de Ceta, donde ya está Quatretondeta, la vertiente de umbría de la Carrasqueta, y la puerta de entrada y subida al Coll d’Ares o de Confrides, paso a la Vall de Guadalest y lugar que une las vertientes sur de La Serrella y las norte de Sierra Aitana… es una especie de encrucijada, cruce de sitios, valles y lugares del centro de la montaña alicantina, siendo por sí misma, un lugar y rincón singular entre las mismas montañas. Para llegar a la población debemos coger dirección Alcoy, si salimos de Alicante o la Vega Baja, y antes de llegar a la famosa ciudad, cuyo nombre, al igual que Alicante, da nombre a una comarca de la provincia, giramos hacia el este en busca de Benilloba, y siguiendo la misma carretera y dirección, el siguiente pueblo sería Benassau.
Benassau no es demasiado grande; por la misma carretera principal atravesamos la población, sin salir de ella, y saliendo del pueblo a la izquierda, en las afueras o a unos metros de las afueras, un camino sube hacia la izquierda y norte, con un pequeño giro a los pocos metros, en busca de un cercano lugar al que llaman el Calvari de Benassau, y que no es más que una especie de parque con altos árboles, cipreses creo, y una ermita o templo en un extremo del parque, austera y antigua, casi como la misma montaña. Aquí dejaremos el coche. Hay que seguir el camino asfaltado hasta llegar a los muros del sitio y aparcar por allí el coche.
Como muchos de los días en las montañas alicantinas, el día es soleado y muy bueno a pesar de ser invierno. El invierno en la montaña alicantina puede ser crudo, normal, o templado, depende de donde soplen los vientos, de los temporales que puedan llegar y de las invasiones de aire frío que viene del noreste, esos vientos gélidos y húmedos de mestral… Una vez aparcados los coches, seguimos el camino asfaltado mirando a la montaña desde el Calvari de Benassau. Seguimos el camino siguiendo sus curvas, sin girar a la derecha en el primer cruce, a pesar de que por aquí siguen las marcas de un P.R., no lo seguimos, si no que giramos a la izquierda, y enseguida a la derecha hacia el norte y arriba; intentando acercarnos a la montaña.
La Serrella se yergue al norte de Benassau, es hacia donde nos dirigimos. Tiene una forma bicéfala con la parte de la derecha más escarpada entre la roca y los matorrales, con unos canchales, runares, pedregales, que surcan sus empinadas vertientes, es el Morro de La Serrella, mientras que el montecillo con menos altura y menos llamativo de la izquierda es el Morro del Parral.
Este camino lo seguimos sin girar a ningún lado u otro camino que sale a éste o se cruza a éste. La dirección es este, noreste mirando la sierra, La Serrella. Llega un momento en que el camino deja el asfalto y seguidamente gira hacia el norte subiéndose más sobre los primeros perfiles de la montaña rocosa y con poca vegetación, dejando los bancales de cultivos de secano a la espalda. También en el giro hay un cruce de caminos, nosotros hacia el norte, izquierda. Y a los pocos pasos descubrimos las ruinas de una antigua casa a la derecha, y a los pocos pasos detrás de ella en el camino, sale una senda que abandona el camino y se adentra hacia arriba y también norte, por las laderas de la sierra sin bancales. Seguimos esta senda.
La senda nos evitará el seguir el camino y los giros y zigzags del mismo cuando intenta internarse por el barranco o vallecillo que se abre entre los dos Morros de la sierra, antes nombrados. La senda nos puede dejar en un punto más próximo de ese camino o girar en un supuesto cruce de sendas, hacia el norte y derecha, y salir en otro punto del camino, justo cuando la senda, más o menos maltrecha, cruza por la parte de arriba de unos solitarios escarpes, rocas, de esta ladera de La Serrella… el caso es que al final, en un lado u otro, aparecemos en el mismo camino, a más altura y en un lugar diferente, ya internado en la sierra, el cual debemos seguir hacia la derecha y norte, noreste. Da la impresión de que este camino quiere llegar a la parte más alta de este barranco, de este vallecillo, y lo seguimos camino arriba… poco más adelante aparecen bancales en la parte derecha del camino.
Las vistas a nuestra espalda mientras seguimos caminando entre el camino y la senda ya internada en la montaña, son los excepcionales perfiles de las vertientes norte de la famosa y singular Sierra de La Carrasqueta, toda la parte norte de umbría, a veces boscosa, a veces con bancales de secano, a veces con matorral o roquedo, quedando encajada entre unas vertientes y rocas verticales en un determinado lugar, la población de Peñáguila. Y al fondo de esta ondulada y extensa loma, ancho cordal cimero de la Carrasqueta, una loma más alta y vertical acabada en su cumbre por una especie de meseta roqueda con planta horizontal pero siendo lo más alto de la sierra… son Els Plans, la cima más alta de La Sierra de La Carrasqueta. E incluso al norte de Els Plans y al otro lado del lugar de La Canal d’Ibi, la alta mole con apariencia más vertical y escarpada de lo habitual, la Sierra del Menetjador. Excepcionales y reconocibles.
Al final del camino se llega a una especia de collado o cortado en esa falsa plana en lo alto del vallecillo, del barranco, justo cuando tenemos bancales a un lado y otro del camino, y los mismos bancales se acaban sobre la vertical vertiente que cae ladera abajo, montaña abajo casi hasta las mismas cercanías de Quatretondeta, que queda allá abajo casi en la profundidad de la sequedad del terreno, pero aún lejos. Mirando al norte, noroeste desde esta especie de cortado, de balcón, ya vemos parte de la vertiente norte, noroeste en esta parte de La Serrella.
Justo aquí, mirando desde la parte alta de este precipicio, de este curioso balcón, mirador, lugar que llaman El Molló, a cerca de mil metros de altura, nos encontramos una senda que sigue casi horizontal cruzando el terreno de la sierra que aparece enfrente a la derecha, sin subir altura, y otra senda o ancho camino que sube por la ladera cogiendo altura rápidamente, si giramos más a la derecha y oeste, como queriendo subir a lo más alto de la montaña. Seguiremos por esta última senda descrita; dejando los límites de algunos bancales alargados, encaramados en la ladera de la montaña, a la derecha y pegados a la senda. Desde este mirador del Molló y mirando hacia lo más alto de la montaña, descubrimos por fin el pico del Serrella al final de una loma o cordal cimero, donde en ocasiones se encrespa casi convirtiéndose en cresta, siendo una loma mezcla de roca y matorrales. La visión del pico es sorprendente, ya que aparece altivo como una torre de roca con las onduladas laderas que caen mirando hacia el oeste, noroeste, y toda la larga e inclinada pendiente, ladera, que baja de ese cordal y casi cresta cimera en ocasiones, hasta las profundidades allá abajo, mezclado ya con bancales de secano, en la base de la montaña. Precioso y espectacular imagen… hacia aquella cima vamos.
La senda sube entre matorrales y pedregales ocultos, con intención de subir a los lomos del Morro de La Serrella dejando una altura a la derecha, y el resto del cordal cimero que se acerca y sube hasta nuestra cima objetivo, a la izquierda. La senda hace una especie de pequeño giro a medida que se acerca al lomo cimero, para no subir directamente, recto, hasta la parte más alta de la montaña. Una vez arriba solo tenemos que girar hacia la izquierda y seguir todo el cordal cimero, la parte más alta de la montaña en esta parte, para llegar al punto más alto. No tiene pérdida.
A nuestra espalda dejaremos la altura del Morro de La Serrella, y seguiremos por roca, senda e incluso un trocito de pequeña y fácil cresta, rocas, que siguen por la parte más alta de la loma hacia el noreste, haciendo que esta parta sea la más emocionante del recorrido. Una vez salvada la parte en que se estrecha y encrespa con estas rocas la loma cimera, ésta se abre con arbolados, vegetación y más verdor, con una amplia zona a la que llega un camino poco más arriba. El paisaje de la montaña ha cambiado, ahora parece más viva y verde, como si fuera un trocito de Pirineo o de alta cordillera ibérica… no debemos de olvidar que mi compañero Jesús Santana llamó a esta sierra y zona, el Pirineo de Alicante.
Pero antes de llegar al camino, seguimos una senda por estos jóvenes pinos y lugares más herbosos. La senda está muy bien definida y marcada, sin desvíos ni bajar altitud, siempre hacia las alturas de la sierra. Al llegar a una zona más llana con más bosquecillo, aparece un camino o más bien la senda se convierte en camino. Seguimos el camino que parece quiere rodear las alturas de la montaña por la derecha y sureste de las mismas, pero la dirección que seguimos con el camino es la misma: noreste.
Llega un momento en que aparece un cruce en el camino, en un lugar apacible, encantador y llano de la sierra. Aunque ya estamos a bastante altura. Ahora la cima, El Serrella nos queda a la izquierda, y desde este cruce sale otro camino que nos subirá hasta ella, girando por él hacia la izquierda. Ya estamos a pocos pasos, pocos metros…
Una ligera subida y ya enseguida entre la espesura de esta parte de la montaña, descubrimos la caseta de vigilancia de incendios encaramada sobre casi el vacío del precipicio, de la pared que queda al noroeste o vertiente norte, del pico. Ya estamos en la cima del Serrella, o también llamado por algunos otros mapas, El Recingle Alt. Estamos a 1.359 mts. de altura. Almorzamos y merodeamos por la cima, y queremos acercarnos a una parte de ella que está como en una especie de roca que sobresale sobre el mismo rocoso precipicio, pared. Queda algo retirado hacia el sureste, como si siguiéramos la cima del Serrella y un peñasco cortado y allanado, sobresaliera de la misma. Nos hacemos fotos y admiramos el paisaje.
Aparte de la cercana Sierra Aitana con su alargada, alta y extensa loma cimera, que desde este punto no se ve tan magnifica y de cara como desde el Pla de La Casa, lo que si que descubrimos es que las vistas hacia el resto del seguimiento de la sierra, y las sierras alineadas que siguen la misma dirección hacia el mar, después de La Serrella, que son L’Aixortà y Bernia, aparecen espectaculares desde este punto de la montaña: como El Serrella acaba en un arco girando hacia el suroeste, las vistas hacia esta parte ya no están estorbadas por el seguimiento de las mismas sierras, de forma que el Cerro de Los Parados o Penya Alta, la cima más alta de L’Aixortà, se ven más espectaculares dando una forma más escarpada y magnífica a la sierra y a su pico principal; al igual que Bernia, que sería el seguimiento en la alineación de sierras de La Serrella hacia el mar, aunque más invisible a la cámara por la quemazón del sol y lejanía, se puede observar impresionante, altiva y desafiante, como un Cervino en Alicante. E incluso los perfiles de estas sierras, sobre todo de L’Aixortà, cuando caen hacia la Vall de Guadalest, son escarpados y repletos de barrancos que se abren paso entre el roquedo calizo de la montaña, dando forma a canales y vallecillos que se vislumbra casi como si fuera un laberinto de rincones y formas escarpadas y verticales. Fantástico.
El día nos ha aguantado pero han aparecido nubes procedentes del mar a mitad de mañana, que le dan una frescura al ambiente que no molesta al sol ni al buen día del que estamos disfrutando. Volvemos a la caseta de vigilancia de incendios, a la cima de El Recigle Alt para reemprender la bajada hacia los coches. Solo tenemos que desandar el camino de subida. Es una ruta lineal; la subida y bajada la hacemos siguiendo el mismo recorrido. Pero realmente en lugar de volver por el camino, decidimos bajar directamente desde la otra cimita del Serrella que hemos estado, hacia el suroeste, en busca del camino que vemos y que queda allá abajo entre los pinos, para no tener que dar toda la vuelta por el cruce de caminos…
Una vez en el camino lo seguimos pero al revés que en la subida, para bajar por los mismos sitios: deshaciendo por la loma cimera que une el Morro de La Serrella con el mismo Serrella o Recingle Alt. No hay pérdida. Pero una vez estamos recorriendo la parte alta del Moro de La Serrella y nos preparamos para bajar por la senda que nos dejaría en el Molló, en aquellos bancales verticales del vallecillo entre los dos morros, decidimos ir a la punta del mismo Morro de La Serrella, subir su cima y bajar por el otro lado que cae directamente a los caminos que nos llevan a Benassau y a su Calvari. Con lo que seguimos la senda que sigue por la loma cimera de la montaña en dirección suroeste, hasta que acabe la montaña.
A pocos pasos llegamos al punto más alto del Morro de La Serrella de 1.184 mts. Al otro lado la montaña cae, se precipita y se acaba, termina, entre los bancales cercanos al pueblo. Varios o numerosos runares, pedregales, torrenteras rodean esta cima y se esparcen por las laderas de norte a suroeste. Algunas caen en los bancales o proximidades de éstos cerca del Molló; pero nosotros seguiremos el seguimiento de la montaña, valga la redundancia, para bajar de ella por las rocosas, pedregosas e inclinadas laderas que miran a Benassau.
Siguiendo la senda, con la misma trayectoria y dirección, después de dejar la cima del Morro de La Serrella, comenzamos a bajar buscando una senda, una traza, un surco en medio de un delgado pero efectivo pedregal, runar, torrentera. No hay que irse demasiado hacia el sur desde la cima, ya que hay cortados y más escarpes que dificultan el paso, hay que ir en dirección suroeste como mirando Benassau. Nos encontramos un divertido pedregal que nos baja rápidamente, de la forma como cada uno mejor se lo pasa, dando saltos, corriendo… hasta la base de la montaña, hasta los límites con los secos campos y bancales de cultivo del lugar.
Recuerdo que Sara me seguía los pasos, no sé si nos dividimos en dos grupitos: unos venían por aquí, por la cima del Morro de La Serrella y el otro deshacían lo caminado por el Molló. Una vez abajo, acabábamos en el primer camino con el que nos encontrábamos, y los seguíamos hacia la derecha, este, noreste, en busca de aquel camino o recorrido por el que discurrimos a la subida saliendo del Calvari de Benassau. A los pocos pasos por el camino encontrado, derivamos en el principal asfaltado que desandamos hacia la izquierda y abajo, en busca del templo y lugar mencionados del Calvari. Ya en el Calvari de Benassau cogemos los coches, acabamos la actividad de montaña, pero nos vamos al pueblo a celebrarlo con unas cervezas y tapas.
Antes hemos podido ver algún que otro gran pino muerto, como quemado, sin corteza ni negror ya, pero en medio de esta rocosa ladera de solana sin vegetación arbórea pero llena de matorrales y roca. Seguramente este paisaje y consecuencias es debido a los pavorosos y terribles incendios de los años ochenta, setenta y parte de los noventa que asolaron gran parte de la montaña alicantina… al fondo se aprecia la amplia y sobresaliente Sierra Mariola, con su pico algo encrespado y apreciado desde la distancia, El Montcabrer. Y ya con la imagen de decenas de almendros en flor con ese color rosado, precioso y bello, esparcidos por los bancales que quedan entre Benassau y esta montaña, finalizamos esta visita y recorrido por esta parte de La Serrella y a su cima del mismo nombre, Serrella… también llamada El Recingle Alt. Fue la primera montaña y pico de esta formidable Serrella que visitamos, abriéndonos después a descubrir el resto de altos picos como La Mallada del Llop y el Pla de La Casa; y es el primer pico que subimos después de despertar en el Molló para realizar la magnífica travesía Serrella-Aixortà. La montaña alicantina, el Pirineo de Alicante, que tenemos que proteger y cuidar, y que esos terroríficos incendios no se vuelvan a repetir, después de haber cambiado y moldeado la faz de nuestras montañas.