Amanece temprano y aguantamos en la cama. Solo ir a mear consigue levantarme y volver a acostarme. Rodrigo llama a la puerta y nos invita a ir a la excursión a los Hieleros que es una muy buena ocasión de aclimatar. Llama varias veces y le dicen que es pronto, que el conductor no sabe nada, etc.… que desastre, esto es “chorolandia”. Así que con la duda de sí aparecerá o no, nos ponemos en acción. En un principio no tenía ni idea que era eso de los Hieleros, y no sé si hasta que estuvimos en medio de la actividad entendí exactamente qué era eso de los Hieleros. Sin embargo, es un evento o trabajo que posiblemente sale en algunos documentales, información turística o revistas, como Altaïr, y explican este extraordinario, tradicional y antiguo trabajo, hoy día, seguro, desaparecido.
Subimos a una camioneta, dentro las chicas y fuera los chicos. Una cosa común en Ecuador cada vez que salíamos en camioneta o coche por las carreteras, era la permisividad y habitualidad de que se usara la parte externa, la de carga, de las camionetas para que vaya gente, sin cinturón de seguridad ni otros medios de seguridad en caso de accidente. Eso sí, pasando frio ahí fuera. Muchas veces con mantas o plásticos para taparse. Cuando veíamos los primeros saliendo de Quito, pensábamos “cómo los pille la policía, ¡Vaya multa!”, pero después de ver otros, algunos más, muchos más, dio la sensación de que era algo permisivo (no sé si ilegal) pero habitual. Con lo que al cabo de unos días, dejamos de sorprendernos. Está manchada de la lluvia de cenizas de ayer y de la niebla y humedad de hoy.
El camino es un poco accidentado, con baches y piedras, y vamos dando botes sentados al raso en la caja de la camioneta. Todo lo que rodea al camino está lleno de ceniza y le da apariencia árida. Hay que tener en cuenta que estamos rondando los tres mil quinientos metros de altura, aunque la temperatura, al estar tan cerca del ecuador, no es tan baja, por las condiciones de altura la vegetación puede que sea más escasa, especial para esta altura como ciertos matorrales, pero cada vez menos árboles… aunque también podrían haber desaparecido los árboles y plantas autóctonas por la deforestación y explotación agrícola, ganadera. Hay eucaliptos y pinos plantados a modo de seto y menos vegetación autóctona. A lo lejos se ven los campos cultivados en recuadros con mucha pendiente, hasta prácticamente las cimas (aunque esto más bien lo veremos en el regreso ya que la niebla de esta mañana persiste. Este camino empedrado y bastante deteriorado, es nada más y nada menos que la antigua carretera panamericana, mandada construir en 1.860 por el Presidente García Moreno “El Tirano”. La Panamericana es una vía o carretera de unos 3 metros de ancha y finalizada con adoquines (no había asfalto) que se construyó con la idea de unir o comunicar los países del continente americano. Un medio por el que los ciudadanos podrían recorrer si querían ir de un país a otro. Ya que en un principio bajaba desde la misma Alaska, pasando cerca de la Costa Oeste de Canadá, Estados Unidos, Méjico… todo centro américa, hasta llegar a Panamá donde se une con Sudamérica (un ramal o desvío pasaría por Venezuela), bajar paralela a la cordillera de los Andes, en busca de la Patagonia, Tierra de Fuego o la parte más septentrional del continente, entre los países de Chile y Argentina, acabando en la famosa población de Ushuaia. Hoy día ya existe la carretera asfaltada Panamericana que sigue paralela a esta antigua construcción empedrada, y comunican pueblos, ciudades, regiones de estos países. Hoy no se utiliza apenas, excepto para acceder de unas comunidades a otras, Santa Lucia, San Rafael de un nombre indígena, Silvina, 4 Esquinas que es donde vive Gregorio El Hielero, el que nos acompañará para mostrarnos su trabajo ya extinto (hoy solo quedan 2) y hace 40 años eran 60 o 70. Gregorio tenía cerca de 70 años y ya estaba “jubilado” del duro trabajo de Hielero. Pero hacía esta demostración, seguramente contratado o llamado por las empresas turísticas, como un evento o actividad más cultural, para demostrar la curiosa, auténtica y antigua tradición de coger el hielo de los glaciares para el consumo.
Vamos con la camioneta por la pista parando para esperarle y para ver el paisaje, la aldea, esquivar niños que suben con rebaños mixtos de ovejas, cerdos, vacas, etc.… A pie o subidos en un burrito. Sucios con ropas gastadas y caras abrasadas por el sol. Los mofletes muy rojos y la parte bajo la nariz irritada de moquear. Qué vida más dura, pero se les ve entre felices y resignados. Nos saludan (algunos). Descripción de la vida en el mundo rural de los Andes muy común en los países que recorre la cordillera: pobreza y niños ayudando en los trabajos del día a día en el campo o con los rebaños. Valientes y espabilados.
Dejamos la camioneta y comenzamos la excursión donde el camino se pone cuesta arriba y peor. Ya habíamos dejado la panamericana en Cuatro Esquinas. Conforme subimos desde los 3.600 metros. El tiempo empeora y “llueve” con viento, moqueo y se empañan y llenan de gotas las gafas. La vegetación es interesante y tiene paralelismos con la que conocemos en España. El esparto que usa Gregorio El Hielero es Stipa también. Las dunas de cenizas están cubiertas de una vegetación que recuerda a las dunas de la playa (Arenales, Algarve). Estamos ya en los dominios del Chimborazo, en su parque y protegida reserva, con lo que podemos pensar que estos lugares han sido tocados menos por la acción del hombre. Tenemos que subir por un camino que luego es senda pasando por morrenas de derrubios y piedras, arenilla traída por el movimiento lento pero continuo de los glaciares del Chimborazo, o sea, la idea es llegar hasta los límites casi ocultos y escondidos por metros o decímetros de tierra, piedras, arenas volcánicas, de la lengua de uno de los glaciares del Chimborazo que bajan por sus diferentes laderas. Jesús se queda prendando por la vegetación que nos rodea, y comprobamos que la Stipa es casi lo mismo que la hierba de esparto que hay en los terrenos más áridos y fríos de la península ibérica. Normalmente las especies vegetales, igual que las especies animales, deberían ser diferentes por ser continentes diferentes (igual que pasa con la vida animal o vegetal de Australia), pero en la Evolución y edades de la Tierra, el continente americano fue de los últimos en separarse del continente europeo, con lo que habían pasado muchos años para que hubieran especies muy diferentes entre los animales y vegetales, pero no el suficiente para que otras fueran casi las mismas entre los dos continentes, diferenciándose por muy pocas características. Interesante.
Descansamos en una especie de braña o palloza cuadrada hecha con vigas maestras de eucalipto, pero con todas las demás de Agave (ligeras y resistentes). El techo es de esparto. Dentro se está bien y podemos almorzar tranquilos antes de seguir. Ahora el frío es intenso y el camino se empina al empezar a trepar por la morrena.
Por fin llegamos al lugar donde debajo de la ceniza y las piedras encontramos el hielo que baja de los glaciares. 4.750 mts. Allí empieza el show, con pesadas herramientas corta dos bloques de hielo con gran esfuerzo sin guantes, etc.… los envuelve en esparto y los amarra con cuerdas hechas con este mismo material y así carga al burro y comenzamos el descenso. Aquí el frío entumece los músculos y los brazos, dedos y manos duelen y debo moverlos y masajearlos para recuperar la sensación y la circulación. Le dejé los guantes buenos a Julio, el otro guía, y yo llevo los de lana que son una puta mierda.
El oficio y trabajo de Hielero era una tradición que trajeron los españoles, y a su vez era una tradición venida de los árabes y musulmanes cuando habitaban la península ibérica, que a su vez, parece ser, era una tradición o trabajo venido del Pakistán. Lugar donde en las cordilleras himaláyicas del Pamir y Karakorum, bajan esos gigantescos y enormes glaciares valle abajo, venidos de las entrañas, de lo más profundo de estos inhóspitos y congelados lugares. La idea es subir hasta las terminaciones de las lenguas glaciares y arrancarles trozos de hielo, también grandes, como rocas, para bajarlas a las zonas habitadas y comerciar con ellos y venderlos para la industria sobre todo el helado; ya que en Ecuador como en otros países andinos, hay una gran tradición y costumbre de comer helados durante todo el año. Pero con el paso de los años y la aparición de las neveras y congeladores eléctricos o de gas, el duro trabajo de la extracción del hielo de los glaciares del Chimborazo cada vez ha ido a menos, hasta desaparecer. Me hace recordar también el oficio del hielo en las montañas de Alicante y Murcia, con las cavas o Pozos de Nieve instaladas, construidas en las cimas o lugares más umbríos de las montañas cuando en el siglo XVIII y XIX, gracias a esa “pequeña edad del hielo” en que la temperatura bajó los grados suficientes para que lloviera más en el sureste peninsular y nevara todos los inviernos abundantemente. Cuando después de formarse el hielo a base de prensar, pisar la nieve echada dentro de estos neveros, para sacarla en trozos de hielo y bajarlos por la noche en carros para repartirlos por las poblaciones cercanas… parece mentira con el clima y tiempo que hace hoy día en estas montañas (cambio climático), que se pudiera ejercer este oficio en las montañas alicantinas.
Estamos casi a la altura de la cima del Mont Blanc, donde acaba la lengua glaciar del Chimborazo. La cual, con tanta tierra, arenas y derrubios volcánicos arrastrados por el mismo, queda desaparecido, oculto bajo este mando espeso de sedimentos; y siendo terreno volcánico, es más fácil de erosionar y transportarse en grandes cantidades por ser un material super blando. Aquí la altura ya es considerable, aunque en la Estación de Urbina ya estamos a 3.600 metros y los síntomas del mal de altura ya comenzarían a manifestarse. Este “paseo” a casi 4.800 metros nos puede venir muy bien para la nombrada aclimatación, ya que caminamos lentos, sin peso y sin pensar en a qué altura estamos para que no afecte psicológicamente a nuestro cuerpo y no somatizar la dolencia, el malestar de la altura.
Los trabajos con los hielos es algo curioso: Gregorio sin guantes, hachas, palas, muy rudimentario y con el único abrigo de un especie de poncho rojo desgajado, con agujeros, viejo y casi sucio, el cual también le servía para coger el mango de pico y la pala, para que la desnuda piel de las manos no tocara las frías herramientas, mientras picaba y sacaba un trozo grande de hielo, dos en este caso, que después modelaba, los hacia más redondo, sin picos ni puntas, y poco más pequeños, para envolverlos en ese esparto de los Andes, la Stipa, y subirlo a cada lado del lomo del burrito. Mientras el grupito de “guiris” y urbanitas de Ecuador, observábamos estupefactos como este señor ya mayor y castigado por los años y por el duro trabajo, hace su empeño, su trabajo que siempre ha hecho durante décadas, casi durante toda su vida. También el jovencísimo guía quechua Julio nos acompaña; con el que compartiremos otras experiencias y actividades en las grandes montañas ecuatorianas.
Me quedo observando el perfil del terreno (Jesús se fija en la botánica y yo en la geología), se ve perfectamente que el hueco del glaciar utilizado para la acción, la extracción del hielo ya había sido utilizado en otras ocasiones y se veía perfectamente la pared de hielo cortada, con ese hielo limpio, blanco azulado, casi transparente, magnífico y típico de cualquier glaciar. Y encima del mismo una gran capa de tierra, con piedras, rocas, arena, todo volcánico que tapan y cubren perfectamente la superficie del hielo del glaciar. Con lo que, como pasa a menudo, y en los glaciares de los volcanes o pseudovolcanes, los glaciares en su parte más baja quedan ocultos, escondidos, y cuando ves laderas terrosas que bajan de las cimas de estas montañas, perfectamente pueden ser lenguas glaciares si sabemos que estas montañas albergan esta formación de hielos en sus cimas. Curioso.
Bajamos enfilados y no me detengo en la braña. A las 15 h. estamos abajo aliviados con algo de sal y tumbados sesteando, hasta que lleguen todos. Tomamos la camioneta para volver al refugio a ducharnos, jugar a los dardos, ajedrez y esperar la cena (sopa, trucha, postre y té de coca). Compartimos mesa y día de actividad con 2 americanas, 2 francesas, 2 ecuatorianos y una pareja de americanos. Hoy llegan dos grupos grandes y se llena al completo las plazas de las que dispone Urbina en las dos casas.
La velada incluye un grupo de 4 músicos sudamericanos, Yurak, y tocan varias canciones y nos ofrecen comprar sus dos discos a 10 Dl. cada uno. Venden poco la verdad. El otro grupo cena en un segundo turno y esperamos que acaban para acostarnos. Mañana iremos a Riobamba a ver si aparece mi bolso o lo doy por perdido (que parece lo más posible).
Volvemos a lo que será nuestro campo base para las actividades de alta montaña: la Estación de Urbina. La construcción es una antigua estación de tren restaurada y convertida en hostal, albergue. Justo en la vía que hace el recorrido entre Quito y Riobamba, aunque el recorrido de la misma vía sigue de Riobamba hacia el sur, pasada la ciudad. Está a poco más de 3.600 metros de altitud, siendo justo el punto más alto de la línea de ferrocarril del recorrido descrito. Además dicen que fue la más difícil de construir ya que, por su ubicación a gran altura, tenía que salvar un fortísimo desnivel con la costa. Hoy día de Quito a Riobamba solo pasa una vez al año el tren rememorando la construcción y con antiguas máquinas de vapor.
Rodrigo es un guía y un anfitrión excelente, amable de conversación interesante; con preocupaciones ambientales y por su gente y su tierra. Baila a gusto con los músicos, conversa con los paisanos, les da trabajo, los incluye en las actividades. Está pensando un proyecto de recorrer el país con unas marionetas, cuadernos educativos, etc.… Cóndorman y “¿ciree?” que les dará cobertura una TV local además de internet. Está entusiasmado con todo lo que hace o dice.
Efectivamente Rodrigo es una persona avanzada a su entorno, país, muy convencido de concienciar a los niños y gentes del país sobre lo importante que es cuidar el medio ambiente, preservarlo, plantar especies autóctonas y bosques, árboles, para proteger los acuíferos, únicos sitios donde poder recoger o abastecerse de agua estos pueblos y aldeas rurales pobres de este altiplano de los Andes en mitad de Ecuador. Es un activista, un persona adelantada en ideas y proyectos al resto de las gentes e ideales de su país. Ha creado un cuaderno para colorear para los niños de los colegios que nos enseñará y dará un ejemplar para cada uno: Cóndorman, con personajes que representan la codicia, el cazador furtivo, la deforestación, la basura, la contaminación… y los héroes que luchan contra éstos liderados por Cóndorman. Fantástico.
Quizás por eso también es atacado por algunos estamentos gubernamentales, políticos, comenzando, como nos dirá más adelante y os adelanto, sobre la regencia de los Refugios del Chimborazo (que también lleva su empresa). Toda una táctica política para quitar a alguien o alguna “idea revolucionaria” de en medio. Ya que el dinero viene con el progreso, y el progreso es “deforestación”, “basura”, “contaminación”… y el dinero es el que maneja el poder, o el poder es el dinero (con los mismos políticos como títeres de éstos): industria y explotación de los recursos naturales sin mirar (por que se ganaría algo de menos dinero), en un equilibrio, en una sostenibilidad, quitando, destruyendo, extinguiendo recursos, tierra, vida a los verdaderos habitantes aborígenes del país… ya lo habíamos visto cuando el Estado da privilegios a las Empresas explotadoras para arrasar la selva, exterminar o expulsar a los pueblos indígenas que habitan, viven de ella y es su casa, su hogar, y contaminan las limpias y sanas aguas de los ríos que bajan al Amazonas en pos del “progreso” y la “civilización” en busca del preciado pero tóxico “oro negro”.
Comienzan desinformando a la ciudadanía con noticias falsas, alarmantes, intolerantes, de aquellos que llaman periodistas pero que solo son el “arma” política para manipular y cambiar el parecer de la ciudadanía con respecto a un hecho. De esta manera a la hora de enjuiciar, intervenir, despojar de sus derechos y trabajos a una empresa o persona, es más fácil de sobrellevar teniendo a la manipulada y equivocada opinión pública a favor… ¿Cómo va a actuar, sentenciar, un juez en contra o algo diferente de lo que ya han dictaminado la prensa, los políticos, y finalmente la ciudadanía…?… Varios recortes de prensa en contra o criticando la regencia de los Refugios del Chimborazo, por aquí se empieza… En Sudamérica los defensores del Medio Ambiente, de la Naturaleza, son “gente peligrosa”, enemigos del Estado y de los Avances de la Civilización. Casi terroristas a los que hay que detener y parar los pies… curiosamente en Bolivia, al año siguiente, vimos otro vivo ejemplo. Lamentable… espero de verdad que me equivoque y no sea el caso, y Rodrigo pueda hacer su trabajo tan importante y solidario.
Rodrigo nos toma por gente valiente, interesante, quizás sobresalientes en nuestra tierra, en nuestro ámbito en España o al menos así me parece por su trato con nosotros y toda la información que nos da, con gran confianza, sobre sus proyectos, pareceres, ideas… o quizás nos vio como gente normal, sin ambición, sin sobresalir, menos en lo que nos preocupa y queremos hacer para nuestra autorrealización y superación personal…
Muchas veces, las gentes con las que nos topábamos y tratábamos en Ecuador, nos preguntaban por nuestro trabajo, Jesús decía profesor, eso parecía ser algo interesante para la gente “alguien que enseña”, pero yo tenía que resignarme a decir que No tenía trabajo, que la empresa en la que trabajaba había cerrado o había sido intervenida hace pocos meses… si eres alguien importante que valientemente se enfrenta a los contratiempos, a las inclemencias y a las desafortunados acontecimientos pasados por nosotros nada más llegar a Ecuador, es que tienes que tener un “trabajo importante”. Curioso. Era algo que no lo decían claramente pero que se les veía en los ojos, en las exclamaciones y formas al preguntar, al indagar, al sondearte… o puede que sea simple y sana curiosidad.
El trabajo de Rodrigo me pareció interesante, importante y alarmantemente tedioso, no solamente te enfrentabas a los amigos de los políticos, del poder, del dinero, sino que, a las fáciles costumbres o idealizaciones de la gente, del pueblo, fascinados por los “avances de “su” tecnología y la industrialización” que se supone les sacará de la pobreza y mejorará su “calidad de vida”. Comparado incluso con las ideas y costumbres de España ya era un adelantado, con lo que al compararlo con las ideas, costumbres de Ecuador, podría ser una odisea, una fantástica, encantadora y valiente odisea; ya que solo observando a la gente unos días y los siguientes en los que estaríamos en Ecuador, comprobamos que la gente no tiene “concienciación” de basura, de la contaminación, de que esto sea algo perjudicial para la tierra, para al planeta (su Pachamama) para ellos y su vida… me recordó aquellas declaraciones de aquel montañero en los años 90 que bajaba del campo base del Everest cuando toda la basura se quedaba allá arriba y no era recogida; decía que ellos contrataban con los sherpas y porteadores para bajar toda la basura, pero que ellos, al no tener conciencia de lo que es basura, ya que han convivido a lo lardo de los años, siglos, con cosas, materiales, alimentos que se puede degradar naturalmente, no han tenido necesidad de “limpiar” o proteger la montaña de esa “basura”. Curioso.