Como siempre nos despertamos entre las 07:00 hrs. para desayunar en el amplio comedor del refugio y salir alrededor de las 08:00 hrs. Todo bien y correcto. Hoy no hará tanto calor y se espera un pequeño cambio de tiempo para la tarde, con lo que mejor llegar pronto a Collado Jermoso. Aunque si ese cambio viene del norte, la montaña nos protegerá ya que la dirección que llevaremos ahora (hasta una o dos horas del Refugio Collado Jermoso) es sur.
Sigue habiendo un tránsito de gente interesante y casi tumultuario (para lo acostumbrado en la travesía) en este refugio a la hora de iniciar la actividad matutina. Pero ninguno o casi nadie nos seguirá valle arriba, o son escaladores, turistas o excursionistas que van a Bulnes, Pandébano o como muy lejos a Cabrones. Por ello nuestro grupo comienza en solitario la marcha de esta nueva etapa hacia el sur, valle arriba, después de que nos “desgraciaran” las fotos de grupo de partida… por eso a veces mejor preparo el temporizador, así no tengo que arrepentirme de dejar la cámara y que me hagan una mala foto.
Luis dice que no, que si le pides a alguien hacer una foto y la ha hecho mal que hay que decírselo y repetirla. Yo veía como la chica con buenas intenciones fotográficas iba de un lado a otro intentando buscar los mejores puntos para que se viera el refugio o el Naranjo, pero dejándonos a nosotros en un rincón o partidos por la mitad… Desde el instante que observaba como nos apuntaba y en qué ángulos, sabía que las fotos iban a salir mal; o al menos que no me iban a gustar.
El día es bueno a primera hora de la mañana. En esta primera parte debemos ir a Horcados Rojos, el paso entre la zona de Urriellu y la de Cabaña Verónica, y el camino es fácil: seguir una marcada senda valle arriba, dejando a nuestra espalda el Refugio Vega de Urriellu y el espectacular Naranjo de Bulnes o Picu Urriellu.
En poco tiempo después de cruzar el Jou o uno de los Jous más grandes de Picos o de este macizo central, el Jou Sin Tierra llegamos al collado que lo une con el Jou de Baques (de los Boches), en la Garganta de los Boches (según el Alpina). Aquí ya tenemos enfrente la pared norte (más factible que la sur) de los Picos (Torre) de Horcados Rojos, y a la izquierda, este y sureste, unos importantes picos, uno con forma piramidal espectacular, los Picos de Santa Ana, y a la derecha al otro lado de los Picos de Los Horcados Rojos, otra pirámide de paredes menos verticales y accidentadas, el Pico Tesorero. Antes no hemos parado de hacer fotos y admirar a los picos que nos rodean en la marcha como la Torre de La Párdida, Pico Boada… detrás de éstos se asoma por un momento la cima del TorreCerredo, con su peculiar forma horizontal, cortada en su cima. Cada picuda sí se observa desde el oeste o este. Espectacular paisaje.
El recorrido dejaba atrás las vistas del espectacular Naranjo de Bulnes, con esas paredes tan rectas, lisas y toda seguida como si de un inmenso cilindro naranja se tratara, sobre el ampliado y transitado Refugio Vega de Urriellu, con el acostumbrado Mar de Nubes más al fondo aún, preciosa imagen y paisaje, para rodearnos a izquierda y derecha mientras subimos por este valle que se divide en dos Jous, uno al norte y el otro al sur, por picos, torres y montañas de enérgicas formas, desafiantes y espectaculares también. Me impresionó la gran pared piramidal de los Picos de Santa Ana, que me pareció muy agreste y alpina su imagen.
Me parece recordar que lo de Naranjo de Bulnes es porqué desde las cercanías del pueblecito de Bulnes, el más cercano al pico, cuando se vislumbra desde alguno de sus miradores, se observa una montaña de color naranja por el color de la roca caliza que tiene, ese tono anaranjado que a veces ofrece ésta. Y por ello le llamaron el Naranjo de Bulnes… En esta etapa pasaremos por las tres provincias que componen o que se reparten los Picos de Europa: ahora salimos de Asturias, pasaremos a Cantabria y acabaremos en León… en pequeños trocitos de estas provincias que tocan el macizo central o Urriellu.
Al otro lado del Jou de Los Boques (Boches) comienza la subida a Horcados Rojos. Había oído hablar de este tramo, de esta zona en la que había un cable, una cadena o algo así… pero no me imaginaba que “el cable” fuera a ser tan largo y entretenido. Recuerdo aquella anécdota que contaba el profesor de instituto Antonio Cabrera, que allá por los años 80 un viaje del instituto o de aquel antiguo grupo de montaña, vinieron a Picos y subiendo desde Fuente Dé, la intención era llegar al Refugio Vega de Urriellu, pasando por el paso de los Horcados Rojos… “entonces comenzaron a caer latas de atún sacadas de las mochilas para que no pesaran tanto”, o algo así. Curioso. Siempre lo tenía en la mente. Y siempre me decía que algún día me tocaría a mí pasar por los Horcados Rojos y experimentar la actividad vertical y escarpado del paso.
Al principio la senda se empina, hace zigzags, hasta llegar a la roca. Hay otro grupito que sube y al cual adelantamos, van con mucho cuidado y lentos. Y más arriba nos encontramos con otro grupo que baja y espera para no cruzarnos en los tramos más expuestos.
La pared no es vertical pero tiene una inclinación peligrosa, si caes no te paras hasta bajar a la base de la misma. Seguimos medio trepando, siguiendo por donde han instalado los cables que nos sirven de guía, o siguiendo marcas amarillas donde no hay cable. La subida al final se hace larga, es toda la pared de los Horcados Rojos, hacia arriba, hasta llegar a un punto en el que giramos hacia la derecha buscando el collado fácil, con sus subibajas.
De repente oímos “¡Piedra!” y observamos como una piedra casi como una bota de grande se precipita con estruendoso sonido pared abajo chocando y tirando más piedras. La inclinación y el terreno es tal como para que la piedra no pare su caída hasta llegar abajo. El que ha gritado piedra es de un grupo que baja y nos espera. La piedra no la han tirado ellos, venía de más arriba, donde no hay nadie, podrían ser los rebecos. Hemos visto rebaños de éstos en algún momento en las etapas.
Nos metemos en los huecos de la pared, nos pegamos a la pared; no hay que mirar hacia arriba para ver por donde caerá la piedra, porque te puede caer a ti. Y no llevamos cascos. Una vez pasado el peligro nos reunimos con el grupo que baja. Nos esperan en una repisa ancha para no ocupar “la misma vía”, y nosotros después de los saludos seguimos cable, pared arriba en busca del collado. Hay tramos fáciles de casi trepada y otros en los que es mejor agarrarte al cable. Con el peso de la mochila puede ser peligroso según el paso que sea. Luis ha pasado por aquí y nos va explicando. Es un tramo más largo de lo que me pensaba, entretenido y espectacular.
Al llegar a la parte más alta, Luis nos dice que si seguimos un poco más arriba fuera de recorrido marcado, salimos enseguida a una pendiente con una senda que es la que sube a la Torre de Los Horcados Rojos, y acortamos el paso de los Horcados Rojos. Pero no la ve, no la encuentra. Ya que el seguir las marcas y recorrido nos hace bajar por la pared, después de llegar a su punto de más altura marcado del mismo, para hacer una travesía entre diagonal y horizontal, en busca del collado que queda a la derecha. Es un largo paso de cadena y cuerda en casi toda la pared norte de los Horcados Rojos, emocionante y casi interminable, Interesante y espectacular. Merece la pena pasarlo, pero con no demasiado peso en las mochilas, para no lanzar lastre, “latas de atún” que sobren…
Y por fin, pasados pocos minutos de las 10:00 hrs. llegamos al Collado de Los Horcados Rojos a 2.344 mts. Fotos, videos… descanso después del largo paso de los Horcados Rojos. Y comienza a haber gente, turistas, domingueros aparte de montañeros, que han seguido el fácil camino que viene de El Cable bajo las paredes de Peña Vieja, y que fue el que seguimos nosotros hace 17 años para llegar aquella Semana Santa, al Refugio Cabaña Verónica… pero seguir Horcados Rojos abajo hacia Urriellu, eso ya lo hacen muy pocos.
Una vez reunidos Luis y yo decidimos hacer la cima del cercano Pico (Torre) de Los Horcados Rojos, son poco más de 150 mts. de desnivel, y cogiendo la senda hacia el este y arriba (que nos aparece a la izquierda según llegamos al collado), llegamos a la rocosa cima del Horcado Rojo a 2.503 mts. Las vistas y paisaje son impresionantes. Es un pico muy céntrico en el Macizo Central y la vista a 360º es impresionante, espectacular: desde los verdes lugares de Fuente Dé al sureste, sur, los otros dos mil seiscientos del macizo sobre Collado Jermoso al suroeste, Llambrión, Torre Blanca, La Palanca… al oeste el Pico Tesorero, al norte la zona del Naranjo de Bulnes de la que veníamos, y abajo la metálica “construcción” de la pequeña Cabaña Verónica… y todos los piquitos, escarpes, roquedos que inundan el paisaje y el lugar como un auténtico laberinto infranqueable, precioso y espectacular. TorreCerredo vuelve a aparecer detrás de algunas montañas y picos que se interponen entre éste y la Torre de Los Horcados Rojos. Con el zum descubro lo vertical de la pared este que es la que abordamos para llegar a su cima, la vía más fácil. Desde aquí parece una pared vertical totalmente. Impresionante… ¡Por ahí hemos subido! Me vuelvo a él como el cazador que matado y recuperado su presa, como el conquistador que ha sometido unas nuevas tierras y pueblos… No. La veo como una gran montaña que nos ha dado su permiso para enfilarnos hasta su frágil y alta cima por sus escarpadas, rocosas y verticales paredes, laderas, faldas… no está vencida, es un favor que nos ha dado, un privilegio bien usado.
Nos hacemos fotos, a nosotros y al paisaje. Saludamos al resto del grupo que ya han llegado a Cabaña Verónica a esperarnos. Nos despedimos del Naranjo de Bulnes y TorreCerredo, ya no los volveremos a ver en la travesía. Puesto que los dos se veían desde la cima de Horcados Rojos.
Bajamos rápidamente, fácilmente del pico al collado, y del collado hacia el sur y abajo hasta un cartelito o indicador que nos suba en pocos minutos a la “cabaña del cañón” de Cabaña Verónica. Hay más grupos que siguen estos recorridos, es una zona muy transitada. “Cabaña del cañón” o cabina de un gran cañón de algún destructor, barco de guerra, que es lo que realmente es. Sacado de un barco y colocado en mitad de la nada de Picos de Europa.
Antes de las 11:30 Hrs. llegamos al metálico y curioso Refugio de Cabaña Verónica a 2.325 mts. Me parece que es el refugio guardado a más altura de Picos. Aunque por otro lado me dicen que igual no se puede pernoctar… tan pequeño. Creo que solo caben 4 literas o camastros pegados o salidos de la pared metálica de la entrada al refugio, dos a cada lado, del tuvo o túnel metálico que te lleva a corazón del mismo, a esa cabina con forma de cúpula metálica que solo sobresale la parte más alta, como una media naranja.
Viejos recuerdos de aquella vez que estuvimos aquí en aquella invernal hace 17 años. Recuerdo las montañas que la rodean, las vuelvo a reconocer: Peña Vieja, Pico de San Carlos, Torre del Hoyo Oscuro… sin nieve, en verano, pero son las mismas montañas. Los Horcados Rojos presentan una magnífica muralla con una pared vertical e infranqueable que va desde debajo del pico hasta el final del espolón de Peña Vieja cerca de El Cable. Impresionante. Luis nos comenta que bajo sus paredes hay unas grandes cuevas que nos pueden servir de vivac.
Pero ya debemos partir. Los compañeros han comido algo pero yo no he probado bocado aún. Antes de partir en busca de Collado Jermoso, Vicente dice que tenemos que hablar con el guarda (con acento portugués o raro) que nos indicará exactamente por donde ir. Por suerte el día sigue siendo extraordinario de sol y muy buena visibilidad, aunque solo pocas nubes aparecen para hacer bonito y quitar algo de insolación.
Después de poner dos cafés, el guarda nos dice; por detrás de la Cabaña Verónica hacia la izquierda y justo detrás de una tienda de campaña iglú de color burdeos, sale el recorrido siguiendo las marcas de color amarillo anaranjadas típicas del recorrido de Anillo de Picos. Siguen por una crestecilla redondeada hacia el sur, suroeste, sur, metiéndonos en un laberinto de erosión caliza entre huecos, rocas picudas, canales, rocas lisas en pendiente, subir, bajar, saltar, rodear, sin perder las marcas amarillas anaranjadas ni la dirección sur, y bajando algo de altura buscar un nevero que se introduce en una canal horizontal y va a salir a la subida de un collado con nombre que en el Alpina no sale, entre la Torre del Hoyo Oscuro a la izquierda y este, y el Pico Madejuno a la derecha y oeste… parece complicado pero resultó muy fácil y entretenido, divertido. Realmente el nombre del collado no sale en los mapas. No es el de Fuente Escondida que queda más abajo y al este. Puede que sea Collado Madejuno en honor al pico que le queda a la derecha y noroeste… porque collado de la Torre de Hoyo Oscuro sale muy largo. Pero es un collado bien definido en mapas y en el terreno.
Intento identificar el lugar donde montamos las tiendas sobre la nieve de aquella semana santa de hace 17 años, pero es todo roca, una roca impracticable para clavar y montar las tiendas. Pero hay algunas tiendas montadas a pocos pasos detrás de Cabaña Verónica, pero dan más al lado sur que al norte; una de ellas nos sirve de referencia para proseguir el recorrido. Nosotros teníamos las impresionantes vistas de las escarpadas y verticales paredes de la cara sur de Horcados Rojos.
Me pongo en cabeza de la marcha y comienzo a saltar de roca en roca como hacia el 7 pasos parándome cada cierto tiempo para esperar al grupo, no perder contacto visual, ya que si te sales del recorrido puede ser perdedor y lento. Solo Joaquín Junior seguía tras de mí. El recorrido hace una especie de arco en bajada, aprovechando los perfiles del terreno. Desde Cabaña Verónica podemos ver el final de esta parte del recorrido, el collado sin nombre. Dirección suroeste, sur y un poco sureste para acabar hacia el sur y arriba buscando el collado… es como ir al Castillo de los Globins, lo vemos al fondo pero hay que atravesar el “laberinto” para llegar a él.
Nos encontramos con un grupo que va en dirección contraria, viene de donde nosotros queremos ir. Una mujer se para por la incomodidad del terreno, pero le digo que todo está bien, que siga, que ni me molesta ni la molestaré en el avance por estas rocas que no paran de subir y bajar. Aparece agobiada por lo agreste del recorrido, agreste en el sentido de que es todo roca con pequeñas trepadas y destrepadas. Y en una de éstas se para a descansar su agobio, al ver que pasaba por el mismo sitio y así no nos estorbábamos, molestábamos… pero era una excusa para parar.
Bajamos altura en un falsito llano para coger en frente una chimenea vertical por la que treparemos fácil; después de ésta, a pocos pasos, ya nos adentramos en la canal horizontal aún cubierta por un nevero, que girando a la derecha y sur nos dejará en el nombrado collado. Con leve ascenso por una senda bien marcada.
Estamos a 2.352 mts. y sopla un viento huracanado. A Joaquín Murcia se le vuela la gorra. Ya estamos en el lado que mira a la Vega de Liordes, de hecho la tenemos muy cerca hacia el sur aunque no la veamos aún. Reconozco una montaña que veía desde la bajada de Vega de Ario y en aquel viaje en el que subí a Collado Jermoso hace 13 años. Es la Torre del Friero, que quedaba en frente y al otro lado de la Canal de l’Asotín y Collado de Jermoso. Hacia aquella tenemos que ir. Dejamos atrás y nos despedimos de los muros, montañas y paredes de Horcados Rojos-Peña Vieja y a partir de ahora bordearemos el conjunto de cimas que superan los 2.600 metros de Torre Blanca, Torre de Llambrión y Torre La Palanca por su sur. Dejando a la izquierda y abajo el valle que une la Canal de l’Asotín con la Vega de Liordes.
La barrera rocosa que ahora salvamos por este collado sin nombre viene del noroeste desde las alturas casi juntas de los otros picos de más de dos mil seiscientos metros que alberga Picos de Europa: uno sería el TorreCerredo, y los otros son estas tres o cuatro alturas: Torre del Llambrión, Torre Blanca y Torre de La Palanca. Estás alturas quedarían ahora al noroeste como he mencionado, y el recorrido sigue girando hacia la base de estas montañas por su lado sur, ya que Collado Jermoso queda al suroeste de éstos, bajo éstos. Es como si rodeáramos estas montañas y altas cimas. La Torre de Llambrión solo resta 2 metros menos que TorreCerredo. Interesante. E incluso tienen un escarpado paso que muchos montañeros hacen emocionados, el famoso Tiro Callejo, que nosotros no haremos. Impresionante.
Enfrente mirando hacia el oeste vemos otro collado, tenemos que ir hacia allá, es la Collada Ancha a poca distancia. Este lugar hace un pequeño circo entre la Torre del Hoyo Oscuro, Tiro Llago y Pico Madejuno mirando hacia el sur. Abajo en medio del circo y antes de la subida a la Collada Ancha, dos chicas descansan o comen, son alrededor de las 13:00 hrs. y las nubes comienzan a ser más abundantes… esperamos llegar a Collado Jermoso antes de que nos llueva.
Hablamos con las chicas. Están justo en medio entre los dos collados, el que bajamos y el que tenemos que subir, en una especie de llano rocoso que hace de amplio balcón; junto a las marcas e hitos del recorrido a seguir. Una de ellas venía de Benidorm, de pasar unos días ¡Que diferencia de lugares! Y en pocos minutos llegamos a la Collada Ancha teniendo dirección oeste, a 2.288 mts. Desde aquí otro semicirco se abre bajo la Torre Blanca y la Torre de Llambrión arriba enfrente, pero a la izquierda y abajo vemos una ancha senda que va cogiendo altura. Es la senda ancha que viene de la Vega de Liordes y sube hasta el Refugio Collado Jermoso. Una senda excavada en los pedregales, pendientes rocosas y escarpes de la pared nos llevarían desde la Collada Ancha hasta la parte más alta de esta senda sin perder altura, hasta un lugar que es otro collado, al que llaman Las Colladinas. Abajo a la izquierda quedará un pequeño jou con un pequeño laguito en su fondo. El Llago Cimero, rodeado de verde y plácidos lugares. La senda que viene de la Vega de Liordes pasa por estos plácidos lugares.
Los lugares ya son más simpáticos, pacíficos, más verde en los fondos del paisaje y terrenos más suaves, aunque siguen las torres y agujas de roca entre estos rincones más apacibles, que nos dicen que aún no hemos salido de los Picos de Europa. Como siempre un espectáculo de la naturaleza, de las montañas calizas, soberbio.
Mientras seguimos por la senda excavada en los pedregales que sigue casi a la misma altura, unas piedras comienzan a rodar y caer peligrosamente ¡Otra vez! Nos paramos y miramos arriba, descubrimos un rebaño de rebecos… ahí están los culpables.
Las nubes ya son más numerosas y cubren el sol cuando llegamos sobre las 13:45 a Las Colladinas con unas bonitas y espectaculares vistas a la Torre Friero que atrae todas las miradas, y bajo él la Canal de l’Asotín en las que las nubes bajas comienzan a invadir el encajonado vallecillo. Precioso. Aquí ya en Las Colladinas cogemos la senda principal antes nombrada. Ya habíamos observado más gente transitar por esta senda. Y desde aquí ya vemos nuestro objetivo de esta Etapa, el Refugio Collado Jermoso como colocado en un balcón, en un rincón casi llano y verde entre los escarpes y verticalidades rocosas en esta parte de los Picos de Europa. Excepcional.
Realmente el refugio aparece como colgado en el paisaje, en el único sitio medianamente llano y verde del lugar, rodeado por paredes y agujas arriba del mismo, y bajo él precipicios, escarpes imposibles de superar. Impresiona el lugar, su ubicación. La senda que seguimos me recuerda a aquellos recorridos por el Valle de Ordesa cuando nos recorremos sus fajas: con un precipicio a nuestros pies y las paredes verticales de las montañas rocosas arriba en nuestras cabezas; un enorme pasillo entre verde, pedregoso y ancho que recorre la montaña casi en diagonal y a lo largo. Impresionante.
La senda es clara y fácil, en no mucho tiempo llegamos al refugio. Ahora giramos de oeste a noroeste, bordeando la Torre de Las Minas de Carbón y la Torre Casiano de Prado por su sur quedando a la derecha, mientras que a la izquierda queda todo el precipicio y enormes desniveles hacia las profundidades de la Canal de l’Asotín.
Ya tenemos el Refugio de Collado Jermoso a tocar. Ahora las nubes comienzan a invadir esta parte de la montaña, han subido desde la Canal de l’Asotín y nos cubren, despejan… ¡Ya se parece un poco más a la Cordillera Cantábrica! Y sin apreciarlo hemos cambiado de provincias: de Asturias a Cantabria en los Horcados Rojos y ahora a León en Collado Jermoso justo en el collado sin nombre en el mapa Alpina. El Pico Tesorero según nos repetía Luis es la cima que contiene o se cruzan las 3 provincias. Al fondo, mientras caminamos al Refugio Jermoso y detrás de éste más lejos aparece entre nubes la imponente y esbelta figura de la Peña Santa de Castilla. Precioso y altiva. Ya comienzo a recordar aquella actividad de hace 13 años en la que estuve por aquí. Y antes de llegar al refugio pasamos por un cruce de recorridos y un cartelito que nos indica la subida al Tiro Callejo/La Palanca hacia la derecha y arriba por pendientes verticales que a primera vista parecen imposibles. Luis ya nos decía que intentaron pasar por ahí. Es un paso entre las montañas de más de 2.600 metros justo al norte de la Torre del Llambrión (solo 7 metros más baja que TorreCerredo. O 2 metros, según el mapa que veamos) y que también nos comunica con la Cabaña Verónica por otro lado más agreste, abrupto y perdedor.
Y entre nubes y sol llegamos a las puertas del renovado y ampliado Refugio Collado Jermoso, también llamado Refugio Diego Meliá, a 2.046 mts. sobre las 14:30 hrs., aunque lo tuvimos a la vista desde hace ¾ de hora. El lugar es mágico, idílico. Hay unas mesas y bancos en la puerta del mismo y casi que un servicio de restaurante ya que los compañeros piden bebidas y pizzas… ¡Como ha cambiado! Hace 13 años era una casa de piedra pequeña con paredes blancas y estancias estrechas. Dicen que desde que el Calleja se trajo a Rodríguez Zapatero a este refugio en aquel programa de Tv, que recibió unas subvenciones para mejorar, reformarlo, ampliarlo… tanto le encantó o gustó al expresidente de país… y el resto de refugios ¡Qué!… Esta bastante mejorado y más acogedor el nuevo refugio. Aún no hay mucha gente, solo 2 runners que ponen a AC/DC en el móvil mientras se sientan en una mesa de madera, hidratándose y admirando el paisaje.
Recuerdos distorsionados de cuando estuve aquí hace 13 años. Quizás los estados de ánimo no eran los mismos, no estaba muy “potable” aquel entonces, aunque el lugar y el espectáculo del paisaje, como la ascensión a la Torre de La Palanca, me animó y cambió mi cara, la montaña siempre curativa y mágica, “amansó a la bestia”. Aun así, la experiencia del lugar y la actividad hizo mella en mi espíritu, como si supiera que fue algo increíble pero no lo recordara.
Aún no nos dejan entrar, pero no tardaran mucho en abrir las puertas para que nos podamos duchar, ocupar nuestras literas y habitación… por cierto, tenemos una habitación para nosotros solos de 9 plazas. Es el refugio que antes abre o más temprano permite entrar a sus huéspedes.
Se nota la rehabilitación y ampliación del refugio: los baños son nuevos. Hay una ducha con agua caliente que va por tiempos (sin la botella de agua, normal), la utilizamos. No hay bombona con manguera y fuelle como en Vega de Urriellu o Vega de Ario. Aquí es una ducha normal con una maquinita donde meter las monedas y darnos unos minutos de agua caliente. Dejamos también meter cosas entre una taquilla en el pasillo del refugio y nuestro sitio en la habitación. Deambulamos por los alrededores, hacemos fotos, videos… jugamos al Michigan en una de las mesas del comedor… y subimos al verdadero Collado Jermoso y Torre Jermoso a 2.084 mts. y 2.113 mts. desde donde veremos el famoso atardecer de Collado Jermoso, el cual ya les comentaba a mis compañeros que verdaderamente es el más bello de todos los atardeceres del resto de refugios y quizás también de toda la península, según opiniones generales. Yo ya pude disfrutar de éste hace esos 13 años. Desde estos puntos las vistas son impresionantes, excepcionales y preciosas, de las más preciosas de Picos: hacia el sur la Torre Friero es el punto de más atención por sus verticalidades rocosas, agujas, torres, contrafuertes y picudas cimas. Hermoso. Bajo éste y entre nosotros los abismos de la Canal de l’Asotín bajo las nubes, y más a la derecha y oeste se abre el verde valle de Valdeón, bajo las nubes también que se va abriendo y que separa el Macizo Central o Urriellu en el que estamos, del Occidental o de Cornión, al otro lado del nombrado valle. Detrás de nosotros y hacia la montaña, los fenomenales escarpes de la montaña de la Torre de La Palanca, Torre de Llambrión… y sobre nosotros la formidable Torre Peñalba con su porte de aguja vertical y espectacular, con un doble pináculo en su picuda cima, característico y original. Al otro lado del valle de Valdeón pero más al norte, se alza el increíble macizo de Cornión con la altiva y solemne Peña Santa surgiendo del Mar de Nubes… aquí será donde se ponga el sol. El espectáculo será soberbio, magnífico, impresionante.
Se va acercando la hora de la cena y ya han llegado más grupos. El refugio está lleno. Las mesas del comedor están muy juntas unas de otras con lo que se han puesto mamparas de plástico transparente sobre los bancos para separarlas por el tema Covid. Hay un chico de Elche, una pareja extranjera que pueden pasar por franceses, alemanes o ingleses de edad avanzada pero fuertes y bien conservados, y otro grupo numeroso.
En todos los refugios hemos visto camisetas del Anillo de Picos y por no llevar peso no las hemos comprado, pero mañana es la última etapa y podemos acarrear una o dos camisetas. Por ello nos compramos algunas. Yo de aquí mismo, del Refugio Collado Jermoso. También podemos llevar menos peso, al menos yo, ya que la comida se ha ido acabando etapa tras etapa, sin necesidad de pedir picnic.
Los guardas de este refugio son más amables, simpáticos y distendidos y sonrientes, amables, en la cena nos sentamos junto a la salida de la cocina y es cuando uno de ellos que va repartiendo los platos entabla conversación y empatía con nosotros. Es Vasco, ha entrenado al Baskonia (no recuerdo si femenino o juvenil) con lo que entabla una buena conversación con Vicente que es fiel seguidor del Baskonia. La cena riquísima como en todos los refugios. Y la sobremesa amena y distendida.
Pero ya se va acercando la hora del atardecer y subimos los pocos metros de refugio hasta el ondulado y verde Collado Jermoso, o hasta la fácil cima de su Torre para coger posiciones y admirar, observar y ensimismarnos con el espectáculo de la Naturaleza que es ver un atardecer desde Collado Jermoso.
Como un ritual, casi todos o todos los huéspedes del refugio suben los pocos metros por una buena senda excavada en la hierba, hasta el collado. Como en casi todos los refugio en los que hemos pasado la noche y tienen muy buenas vistas del atardecer. Hay un círculo de piedras a modo de vivac… ¡Qué gran sitio para pasar la noche o disfrutar de un atardecer, amanecer desde tu saco o tienda! Luis y yo nos subimos de nuevo a la Torre Jermoso, pero al rato nos bajamos para acompañar a Vicente y Nuria en un hueco en la ladera oeste de la misma torre, con vistas al oeste, hacia la puesta de sol. La familia Murcia-García se quedan en la misma ondulación del collado… y comienza el espectáculo…
Después de cenar sobre las 19:30 hrs., a las 21:15 hrs. ya estamos sentados o de pie en la cima de la Torre o en el mismo Collado Jermoso (4 pasos distan) para ver el extraordinario atardecer. Decenas de fotos, videos… quiero recoger de nuevo este momento mágico como hace 13 años. Quiero inmortalizarlo mejor, con más medios e ilusión. Es increíble. Los colores comienzan a cambiar, la Peña Santa se cubre, se descubre entre las nubes, las medias, que van y vienen, las bajas ya hacen de Mar de Nubes sobre el valle y bajo la Peña Santa y sus torres y picos adyacentes. Es formidable la visión, el paisaje. A la vez las sombras, la oscuridad van cogiendo terreno, hacen cambiar las formas y las figuras del paisaje, sus colores, sus imágenes, pero sigue siendo la misma montaña. El sol, al cabo de 30 a 45 minutos ya se ha puesto por detrás del Macizo de Cornión lleno de nubes, por debajo el Mar de Nubes, dejando a la Peña Santa y a Torre Bermeja como dos verticales islas oscuras y tenebrosas, entre un mar azul oscuro que se va apagando con el paso de los minutos y con un horizonte lejano con cada vez menos luz amarilla, anaranjada, brillante, tenue, la cual se va apagando poco a poco… hasta desaparecer. Precioso. Soberbio. Hermoso.
Entre las 22:00 y las 23:00 hrs. bajamos de Collado Jermoso antes de que la oscuridad haga que tropecemos con nuestras chanclas en la bajada al refugio, deambulamos, nos acomodamos y nos vamos a dormir. Mañana tenemos nuestra última etapa. Los chicos hacen cachondeo de que al llegar a Posada de Valdeón coger un taxi a Soto de Sajambre. Yo les digo que yo no, quiero culminar el Anillo entero sin medios artificiales, salvo mis bastones. Mañana la bajada de Collado Jermoso a Cordiñanes será la misma que hice hace 13 años. El sitio será espectacular.
Nada más que decir. Otra magnífica etapa en un día excelente de sol y algo de nubes que lo hacen más extraordinario, formidable, dándole ese aspecto ansiado más alpino y altivo. Formidable. Y de nuevo, salvo por una mágica foto hecha hace 13 años, no recordaba al cien por cien la espectacularidad de la puesta de sol en Collado Jermoso; pero ahora hago videos, muchas fotos, intento captar el momento, el silencio, el deambular lento pero místico de las nubes que rodean Peña Santa, la Torre Bermeja… mientras el sol brillante desaparece tras ellos, el paisaje cambia sus colores, la intensidad de éstos, mientras poco a poco la oscuridad engulle todo como la Nada el Reino de Fantasía, intentando hacerlo desaparecer en su negror. Como queriendo destruir la belleza del momento. Es un espectáculo increíble y único en las montañas peninsulares. Majestuoso. Inolvidable y cien veces repetible.
Mañana nos queda la última etapa; larga pero entretenida, pasando por pueblos, lugares turísticos, escarpes rocosos, bosques interminables y frondosos… un poco de todo, belleza y experiencia increíbles. Y con esto vamos concluyendo poco a poco esta travesía de nuestro particular Anillo de Picos. Ya vamos viendo el final. Aun así no estamos tristes, si no eufóricos y contentos por la actividad conseguida. Muy orgullosos por la experiencia; con un tiempo excepcional que nos ha acompañado extrañamente cada día. Pero no finalicemos la travesía… queda mañana…