Nos reunimos los viejos compañeros de actividades y alta montaña que hace más de 2 o 3 años, entre pandemias y otros líos, no nos hemos visto o coincidido en una buena actividad de alta montaña. Esta vez Toni quiere organizar una actividad de alta montaña en el Pirineo con un vivac en la cima de alguno de sus picos más altos. El escogido al final es la Pica del Carlit.
La Pica o Pic Carlit solo le quedan 80 metros para llegar a los tres mil metros de altura. Es el pico más alto de amplio macizo que se encuentra al norte de La Cerdaña, pero ya en Francia, y limitado por el ancho valle de La Cerdaña francesa y el Puerto de Puymorens con las montañas y cimas que limitan con la frontera andorrana. Queda totalmente en Pirineo francés.
Es una montaña o cima muy famosa entre los montañeros catalanes de la que siempre están hablando de ella para su conquista en algún determinado momento del año. Es como “la promesa del Canigó” de haberlo ascendido al menos alguna vez en la vida, pero esta vez más simbolismo montañero que social. Realmente yo no supe de su existencia e importancia para los montañeros de Cataluña hasta que no me trasladé a vivir a Cataluña, sin poder participar de las diferentes actividades organizadas por los amigos y compañeros de hace 8 o 9 años para acercarnos a sus inmediaciones con la intención de ascender a su cima o “pasearse” por sus numerosos lagos de alta montaña bajo sus cimas… menos ahora.
Hay varios sitios por los que podemos asediar la cima del Carlit, pero los más comunes o visitados por los montañeros de aquí son: por el lago de La Bullosa o por Porté-Puymorens. Por los dos sitios sigues un recorrido precioso en el que te encuentras lagos y lugares de alta montaña. Toni ha decidido que lo haremos por el más famoso de los dos recorridos, por el visitado y formidable lago de La Bullosa. Para ello cogeremos la carretera que sale de Puigcerdà hacia Francia, y en las cercanías de Mont-Louis, con su magnífica ciudadela, cogemos una carreterilla estrecha que nos lleva hasta los numerosos aparcamientos de La Bullosa. Aparcaremos justo en el que está bajo la presa pero antes de cruzar la riera que sale de ella. Ya que La Bullosa es un lago de alta montaña apresado, como muchos del Pirineo.
Antes hemos parado en Puigcerdà a desayunar; según los planes de Toni la idea era desayunar bien para no parar a comer en el ascenso al pico, y así solo cenar antes de que se haga de noche, ya en nuestro destino. Y así, pasadas las 12:30 de la mañana, nos ponemos en marcha desde la presa de La Bullosa en busca del Carlit. Algunos de los compañeros ya conocen el camino o lugar. Cuentan las veces que han estado aquí. El día es soleado y será bueno sin muchas nubes, aunque se prevé un empeoramiento del mismo para esta tarde noche. Incluso pensaba que esta noche podría precipitar, pero al final el día aguantará, el frente o mal tiempo se retrasará hasta mañana al mediodía más o menos.
Descubro unas montañas al otro lado del enorme lago de La Bullosa, son los Pics Perics, dos pirámides o montañas con forma de cono, una más escarpada o con perfil más abrupto que la otra, pero sobresalientes y llamativas… de esas que dan ganas de acercarte y recorrerte sus crestas, cimas… Preciosas.
El recorrido pasa casi por la puerta de un gran edificio que hay al otro lado de la presa, el que llaman Hotel Les Bones Hores ahora cerrado; como si fuera el hotel del Resplandor según comenta Dani. A la izquierda de éste aparece una senda señalizada con carteles informativos y postes indicativos, que nos llevaran por este lado de la montaña por una senda bien marcada. En esta zona se pueden hacer dos recorridos: o bien la senda directa hacia la base del Carlit o bien otro más circular que recorre los 12 lagos de alta montaña que se encuentran entre La Bullosa y la base de la montaña. Quizás por el recorrido tan fácil, asequible y que no requiere mucho esfuerzo, hay tantas visitas, curiosos y excursionistas que hacen la ruta de los lagos… muchos menos son los que se quieren internar más en la montaña y hacer la cima del Carlit. Nosotros escogeremos la senda que va directo a la base del Carlit solamente viendo o pasando junto a la mitad de los lagos del otro recorrido, pero aún así extraordinario y precioso.
La senda que desconozco y me dejo guiar por mis compañeros, se interna en un bosque de coníferas. Al poco llegamos al cruce con un poste indicativo el cual diferencia los recorridos antes mencionados: a la derecha la ruta de los lagos pasando por el Estany de Vives, a la izquierda también la ruta de los lagos y la que va directa al Carlit, pasando por los Estanys Sec y de La Comassa. Seguimos esta última indicación.
El recorrido es bastante llano, horizontal, solo con pequeños resaltes, nos irá bien hasta acercarnos al circo este del macizo del Carlit. Hay gente y excursionistas que siguen el mismo sendero, ninguno tan equipado como nosotros, domingueros más bien, pero numerosos grupos de gente, familias con niños que se quedan sorprendidos con el duro hielo de alguno de los lagos por los que pasamos. Al poco tiempo pasamos entre los Estanys de La Comassa a la derecha y el Sec a la izquierda, y justo al frente, entre los pinos del bosque aparece más nevada, la montaña del Carlit o más bien su macizo junto con otras cimas que lo acompañan… ciertamente en las primeras vistas la cima del Carlit queda tapada por el Tossal Colomer, pero a medida que nos iremos acercando se irá descubriendo en su totalidad. Parece estar en el centro de un pequeño mal formado circo cuyos brazos lo forma la Tossa del Lloser al norte y la Colomer al sur. En las zonas más umbrías y resguardadas la nieve es abundante, se ha mantenido de la nevada de hace unos días o semanas; cuando en el Pirineo catalán no hay ni gota ya en la cara sur… aún no han venido las grandes nevadas preparadas para esta mitad de otoño; con lo que el paisaje es bastante invernal cuando más nos acercamos a la montaña.
Una vez circundadas las orillas de los Estanys Sec y de La Comassa, gira hacia el norte el recorrido y senda, con algo de ascenso por una loma más limpia de vegetación arbórea, de bosque, con magníficas vistas a las montañas del Carlit y cimas que lo rodean, que cada vez los tenemos más cerca. A nuestra espalda queda toda la muralla del Pirineo Oriental pero por su lado norte: Cambre d’Aze, Eyne… al otro lado, como ya he dicho, no hay casi ni gota de nieve, en territorio catalán (menos la zona más oriental del Ulldeter, quizás), pero por este lado de las mismas montañas, están totalmente nevadas como si fuera pleno invierno. Fascinante. Descubro el Puigmal a la derecha, pero no me atrevo a distinguir los picos más altos más orientales de Ulldeter, Carançà… se ven preciosos y muy nevados.
Poco a poco vamos cogiendo altura paulatinamente y la nieve comienza a ser más abundante y todo el paisaje está adornado con el blanco meteoro como si fuera primavera. Llegamos a las inmediaciones del Estany Vallet, un pequeño laguito de alta montaña, aquí otro poste indicador nos dice que debemos girar a la izquierda hacia el oeste, dejando nuestra dirección anterior norte, noroeste. Ahora ya parece que vamos directo al centro del circo del Carlit que seguimos viendo al fondo.
Subimos por un hueco de un barranquito que nos hace coger altura a la vez que vamos descubriendo la amplitud del paisaje. Llega un momento que dejamos los rincones de los lagos a nuestra espalda, algunos, y al norte invisibles, otros, y comenzamos a coger lomas suaves con abundante nieve en dirección al corazón de la base del Carlit. Y en medio del paisaje blanco sin vegetación justo a la entrada del mencionado mal formado circo, pasamos con el último poste de indicación de recorridos: aquí gira el recorrido por los lagos para poder ver los que quedan más al norte, Sobirà, Trebens, Castellar… o bien seguir hacia la base del Carlit siguiendo la misma dirección hacia el oeste. Ahora ya estamos rodeados por los brazos del circo: el Tossal Colomer a nuestra izquierda y la loma cimera y alargada de la Tossa del Lloser, Puig del Estany Sobirà… a la derecha.
Aquí ya nos encontramos con montañeros más equipados que bajan o se han acercado al Carlit y su cima, de hecho, bastantes montañeros que han madrugado más que nosotros; sobre todo entre este último poste indicador de cruce de recorridos y un balcón justo unos pasos antes de llegar a las orillas bajo la nieve del pequeño Estany Sobirà Gelat. Hablamos con algunos de ellos, éstos se han parado a comer ya que es pasado del mediodía. Había otro grupo de montañeros catalanes que habían planeado subir al Carlit este fin de semana también. Paco saluda a alguno de ellos, sobre todo a un tal Rafa. Muchos llevan puesto los crampones y algunos de mis compañeros se paran a ponérselos, pero la nieve está blanda y buen estado y no lo veo necesario (tampoco los tengo), por ello me adelanto en la larga subida o pala entre el último poste indicador recorridos y el balcón que queda entre las vertientes del Tossal Colomer (Coll Colomer, a la izquierda) y el Carlit de Baix (a la derecha).
Dejo a mis compañeros más atrás, al comienzo de esta subida, parados hablando o poniéndose los crampones. Al cabo de un tiempo llego a este balcón que no es otra cosa que el hueco del barranco que viene de la misma vertiente este del Carlit que queda más cerca pero aún al oeste… el recorrido hacia donde ir si no vemos la senda por la nieve (aunque está muy bien marcada por el intenso caminar de los montañeros), es clara: hay que ir en dirección a donde vemos la montaña a conquistar, hacia esa dirección, donde justo en ese balcón o hueco del barranquito que viene de ella, nos la deja ver y admirar…
Pero a nuestra espalda, ahora que estamos cogiendo altura en esta pala hacia este balcón, dejamos unas vistas y paisajes precioso y muy alpino, con muchos de los lagos entre el Carlit y La Bullosa bajo nosotros, entre nieves, espacios abiertos, bosques… hermoso y espectacular. Hago fotos. Estreno en alta montaña la cámara de fotos nueva, esta Olympus que sustituye a la Canon ya jubilada en la pasada actividad del Pic de Rulhe (en la que hacía fotos a ojo teniendo la pantalla en negro) … aunque ya la había estrenado en media montaña con la visita que hice a la Sierra del Santuario de Cabrera.
Una vez en el balcón, espero a los compañeros. Observo como van subiendo poco a poco por la senda marcada en la nieve de subida por la pala mencionada. Ya estamos a unos 2.600 metros, y el Carlit a tocar. Se observa perfectamente su faz este llena de nieve y escarpada, vertical, pero factible… un montañero del grupo nombrado que estaba comiendo nos decía que la cresta de subida estaba fatal, que era mejor subir por la canal central ya pisada que observábamos en mitad de su pared. Seguramente en verano sin nieve es mejor por la cresta, por la roca, y en invierno o invernal con nieve abundante, por la canal central muy visible y señalada en mitad de la pared, que da justo al alto collado entre las dos cimas del pico.
Los compañeros no suben o van lentos (o yo demasiado rápido), subo pocos pasos más hasta otro balcón o mirador donde hay un hueco, llano con lo que parece un agua congelada bajo la nieve: es el Estany Sobirà Gelat. Aquí hay abundante nieve, un paisaje totalmente invernal. Mientras espero, paro y como algo. Me entero que no había intención de comer, que había que hacer toda la subida y cenar al final. De repente van apareciendo los compañeros y uno de ellos, no sé si Dani o Pep, me dice que me pare, que no siga, desde el primer balcón, que el Toni está tocado y no subiremos más.
Poco a poco los compañeros van llegando hasta donde estoy yo, el último es Toni. Nos dice que no pude seguir, que pasemos la noche por aquí, y enseguida comenzamos a habilitar un lado del hueco que tenemos detrás bajo la montaña. Hay mucha nieve. Pisamos y aplanamos la nieve para poder poner las esterillas o aislantes y pasar la noche aquí mismo… A Pep le he dejado mi tienda túnel, ya que nos dice que nunca ha hecho un vivac y no tiene funda, cosa casi imprescindible para pasar una noche sin tienda ni refugio en las condiciones en las que nos encontramos, de nieve y frio… e incluso creo que yo tampoco recuerdo el haber hecho un vivac a esta altura en estas condiciones en el Pirineo.
Paco se ha traído a Norte, su perro, al que le ha preparado una funda o saco con un plástico para poder pasar la noche y pase el menor frio posible. El tiempo nos está respetando; hay nubes altas pero en alguna ocasión nos dejan ver el azul del cielo sobre ellas. Esta noche saldrá la luna casi llena con la que podremos admirar el paisaje nocturno iluminado, gracias al reflejo de la blanca nieve, de la montaña, si las nubes nos dejan.
Estamos a unos 2.620 mts. de altura, solo 300 metros de desnivel bajo la cima de nuestro objetivo, el Carlit; en las orillas de un pequeñito y oculto por la nieve, Estany Sobirà Gelat. A pocos pasos tenemos el segundo balcón donde podemos admirar, mientras el día va transcurriendo y va llegando el atardecer, las vistas a los lagos de alta montaña entre La Bullosa y nosotros, con todos sus perfiles, formas y tamaños. También la cara norte del Pirineo Oriental, muy nevado en altura, con la indiscutible imagen del macizo de Canigó al fondo, pero muy reconocible a pesar de la distancia. Precioso.
Ya va bajando el sol y nos preparamos la cena. Sacamos los hornillos y nos vamos haciendo las sopas, pasta o yakisoba. Tarda tanto en calentar el agua que el sol y la luz ya han desaparecido y casi tenemos que cenar, al menos yo, a la luz del frontal y el frio de la noche que va cayendo. Charlas antes de meternos al saco. Preparamos los sitios, extendemos los aislantes, esterillas, ponemos los sacos, los metemos dentro de las fundas… al final, rodeados de nieve, acaba el material tocándola irremediablemente.
Una vez en los sacos dejamos que Morfeo se encargue de nuestro sueño, pero le cuesta… he cometido un error casi de principiante, pero es que hacía tiempo que no hacia un vivac con estas condiciones: me he metido ropa dentro del saco para calentarla, demasiada ropa, cosa que evita que en determinadas partes del saco Nanga Parbat de Diamir pueda ser calentada por mi cuerpo y paso una noche bien rara entre fresco y calor, según la postura. Lo peor es tener que salir al baño cuando ya llevas horas dentro del saco en mitad de la fría noche: debes de planear cada paso, cada parte para ir vistiéndote, abrigarte, para salir en el mínimo de tiempo posible del saco al lugar donde desahogar el cuerpo… a veces se tarda más en vestirse y abrigarse que en el mismo desahogo… Y de repente en mitad de la noche una luz molesta me hace abrir los ojos dentro del saco con la apertura de la funda de vivac rota su cordel para no agobiarme si lo cierro y no puedo abrirlo para salir… es el resplandor de la magnífica luna que está iluminando toda la montaña como un espectacular y fabuloso foco de luz fría. Fabuloso, impresionante… hoy no veré fugaces, pero seré testigo de esta fabulosa iluminación que hace la luna ayudado por las nubes altas, también blancas, que hacen de difusor de la misma luz. Increíble… Norte no lo pasa bien. Se agobia. Sale del saco ladrando, pero no hay otro sitio a donde ir. Parece que se siente agobiado, claustrofóbico, intenta salir del plástico; Paco lo atiende y lo apacigua, lo mete de nuevo en el saco que ha subido especial para él… y así vamos pasando una noche en la que no llego a dormir demasiado…
Al otro día nos levantamos tarde. El sol tarda en salir, pero la iluminación del nuevo día hace tiempo que nos está dando en los sacos… nos revolvemos dentro de las fundas para que no nos dé en la cara. Pero al final es irremediable y tenemos que salir a desayunar y acabar con la actividad que ayer no finalicemos: subir a la cima de la Pica del Carlit. El día sigue bueno, con nubes altas esparcidas pero nada amenazador, la cima está muy despejada pero con algo de viento. Buenas condiciones. Lo más seguro es que el día aguante hasta el mediodía, toda la subida al pico y bajada al coche.
Toni no nos acompaña al ascenso, se ha puesto la mochila y le ha dado un “pinchazo” o dolor en la espalda, con lo que subimos el resto. Hay dos caminos pisados en la nieve: según llegamos al laguito helado, uno lo rodea por la izquierda y otro por la derecha. Según el Alpina la subida correcta es la de la izquierda, pero nosotros seguimos por el de la derecha… al final acaban a pocos metros más adelante en el mismo punto: bajo la entrada a la ancha canal que ayer veíamos en el centro de la mole del Carlit.
Como he dicho el día es muy bueno pero frio a estas primeras horas de la mañana, son alrededor de las 09:00 horas cuando emprendemos la subida. El resto de compañeros se adelantan, pero poco antes de la entrada a la canal, poco antes de que comience la subida más empinada hacia el centro de la canal, me reúno con ellos y comenzamos el ascenso encabezando la subida. Toni se ha quedado en el lugar del vivac observando nuestros pasos desde la distancia. Nos hará algunas fotos y videos.
Realmente la subida no tiene misterio: seguimos las huellas y pisadas en la nieve que van subiendo por la empinada pala buscando internándose por el centro de la canal. Hay pasos inclinados, algo verticales, sin crampones (mis compañeros sí que los llevan puestos) la bajada puede ser algo temeraria. Las huellas hacen algunos zigzags después de salir de la vertical canal, y el terreno no es tan vertical pero sigue empinado. Las huellas nos dejan en el colladito entre las dos cimas típicas del Carlit. Los compañeros giran a la derecha y norte pensando que la cima más alta es ésta, y yo sigo a la izquierda y sur porque quiero hacer las dos cimas… al minuto de comenzar mi ascenso por la corta cresta que nos lleva hasta la cima sur, los compañeros me gritan que la cima más alta es a la que yo me dirijo, dan media vuelta y me siguen. Y en pocos pasos de cresta con algo de viento y frio, y con las nubes entrando y saliendo de la cima, llegamos hasta la cruz de metal adornada con la senyera, que nos indica que es el punto más alto del Carlit; a 2.921 mts.
Fotos, video, celebración y enhorabuenas. Intento descubrir, identificar el paisaje; es un nuevo espacio en el Pirineo para mí y casi todo lo que veo es nuevo… menos el Canigó al fondo y la cara norte muy nevada del Puigmal. Me doy cuenta que el Carlit no solamente es el pico más alto de la zona, de esta parte del Pirineo, si no el más encrespado también, el resto de montañas que lo rodean, en su mayoría, altas lomas suaves heladas cubiertas de nieve o cimas romas, poco abruptas, en general. Un nuevo paisaje, un nuevo Pirineo. Reconozco el lugar o zona de nuestro recorrido de ayer y el que será el de hoy de vuelta al coche: La Bullosa y todos los lagos a su alrededor con ese manto boscoso o la yerma tierra de alta montaña. También los sobresalientes Perics, bastante reconocibles al norte de La Bullosa. Precioso. Hacia el oeste y abajo, por el lado contrario del Carlit al que hemos subido, aparece otro gran lago de alta montaña poco más lejos de la base de la montaña; es el Estany de Lanós. Icónico.
Pep no ha subido con nosotros a la cima, antes de llegar al centro de la canal ha dicho que sentía frio en las manos y se ha bajado… también hemos visto huellas que venían de la cresta, la vía normal de subida al pico en verano, a la izquierda mientras subíamos por el centro de la canal… alguno de los montañeros de ayer la intentó por allí y retrocedió para internarse en la mencionada canal.
Pocos minutos después de disfrutar de la cima del Carlit por fin conquistado, decidimos bajar de la cima deshaciendo totalmente el camino realizado en su subida, sin ningún desvío posible. Eso sí, al no llevar crampones pongo especial cuidado en dos o tres pasos verticales arriba de la canal donde los “escalones” son muy espaciados y la roca viva se oculta bajo la nieve desplazada, en una verticalidad peligrosa. Menos mal que Toni me ha dejado al menos su piolet (que tampoco me lo he traído… “parezco un novato”), y entre el piolet y las manos enguantadas con ese fino guante del Decathlon para correr, me voy apoyando y bajando estos pasos poco a poco, tan despacio como me caracteriza. Dani se acerca demasiado a mí, le digo que deje una distancia de seguridad, para no tropezarnos o empujarnos en caso de caída.
Pero una vez entramos desde arriba en la canal y la blanda nieve junto con la pendiente poco menos vertical que arriba, decido bajar dando grandes pasos sin miedo, e incluso a mitad de la canal, antes de salir de ella, me atrevo a deslizarme por la nieve como un tobogán, tumbándome, el cual casi me hace coger a Dani que se había adelantado en la bajada. Un poco de diversión y más emoción sin problemas. Hay mucha nieve y blanda, vamos destrozando las numerosas huellas en la misma, a la vez que vamos bajando por ella.
Enseguida llegamos al lugar del vivac donde nos esperan Toni, Pep y Norte que tampoco ha subido. Poco antes de llegar observo la forma del pequeño laguito de alta montaña en cuyas orillas hemos instalado nuestro vivac… un sitio ideal y casi idóneo por estos lares. El Estany Sobirà Gelat es algo más grandecito y magnífico que visto desde el lugar donde hemos hecho el vivac; en su final muy cerca de aquel segundo balcón.
Recogemos los bártulos y nos ponemos las mochilas para prepararnos a realizar la vuelta al coche. Ahora todo bajada. Solo es deshacer lo caminado del día anterior, por la misma senda y huellas de pisadas. El día sigue aguantando, hay nubes altas y alguna nube media, síntomas de cambios en el tiempo pero que parece llegará más tarde.
Llegamos al primer cruce de recorridos donde se encuentra el poste indicador, que a la ida fue el último. Bajamos rápido. Aquí yo les digo a los compañeros si haremos el recorrido de los lagos, me dicen que no, que haremos la bajada desandando lo caminado ayer. Con lo que visitaremos las orillas de los lagos de alta montaña y sus rincones, visitados ayer.
Nos encontramos con un grupito de jóvenes que van muy mal equipados (zapatillas, chándal, vaqueros…) y nos dicen que quieren subir al Carlit. Vemos a primera vista que no van equipados para dicha gesta, yo llego el último a reunirme con ellos y veo como Toni les habla. Les miramos de arriba a abajo y no tenemos el ánimo de decirles que no van equipados, que no están preparados para hacer una actividad de alta montaña con las condiciones que hay… esto es algo que se está convirtiendo en algo común: gente sin preparar, sin iniciar, que salen a la montaña como si fuera un parque temático, como si fueran montañeros para hacer lo mismo que los montañeros, y que luego sufren accidentes y consecuencias… los equipos de rescate han exponenciado sus salidas de rescate estos últimos años de pandemia.
En poco menos de hora y media de salir del Estany Sobirà Gelat llegamos al parking donde hemos dejado el coche. Cerca de La Bullosa nos volvemos a encontrar con gente en el recorrido, en las orillas de los lagos… visitantes y turistas. Es un lugar muy visitado. Nos preparamos y desequipamos para bajar rápidamente a Puigcerdà a comer pasado el mediodía. Ha sido una experiencia memorable, de las pocas vividas con este vivac en alta montaña sobre la fría nieve y en altura en esta parte del Pirineo desconocido para mí. Y el entorno, paisaje, lugar y montaña también son preciosos y espectaculares. El Carlit hace de faro agreste y magnífico sobre el resto de cimas y picos de alrededor; visto de sur a norte tiene un perfil más escarpado, picudo que viéndolo desde el lado que lo hemos abordado nosotros, de este a oeste. Y la zona de los lagos entre éste y La Bullosa es curiosa y atrayente; eso sí, con muchos visitantes, turistas, curiosos y domingueros. Un lugar precioso y muy conocido en esta parte del Pirineo.