Las primeras veces o la primera vez que descubrí esta montaña, no sé si por su nombre o por su perfil, forma, semblante, ubicación… me hipnotizo de alguna manera que me interesé más por subirla, recorrerla o admirarla que cualquier otro pico o montaña de la zona de Ulldeter: el Pic de l’Infern.
Aunque no se puede decir que está en el circo de Ulldeter, si no que, al hacer frontera con el Pirineo de Francia, está en el circo o límites de tres circos o cuencas diferentes: hacia el sur, la de Coma de Vaca, donde nace el Río Freser, aunque no tiene forma de circo propiamente dicho, es un hueco sin duda, un valle ancho, de acumulación de nieve y nacimiento de glaciares cuaternarios, con lo que haría perfectamente las funciones de un circo glaciar. Los otros dos, uno al noreste y el otro al noroeste, están ya en la parte francesa del Pirineo: el circo entre Coma Mitjana, Pic de l’Infern, Freser, Bastiments y Bacivers, es el que queda al noreste, y el que queda el noroeste es el famoso circo de Carançà. Siendo así un auténtico faro de lugares, recorridos y geografía de este punto del Pirineo catalano-francés.
Además su prominencia y forma le hacen especial, a pesar de que desde el Coll de La Marrana aparezca invisible tras los perfiles del Pic de Freser, desde la parte norte, francesa, aparece como un pico en forma de cono, ejemplar y espectacular, y desde la parte catalana, es un muro compartido con otros piquitos, agujas (como el dels Gorgs) y agujas que van cayendo hacia Tirapits. Una autentica pirámide cónica casi puntiaguda… y por su prominencia como he mencionado, ya que quitando al Puigmal y Bastiments (muy cercano a él), sería el pico más alto del Pirineo Oriental, que va desde La Cerdaña hasta el Mar Mediterráneo. Fenomenal.
Además no es una montaña que esté al pie de los lugares más accesibles en Ulldeter como el Gra de Fajol, Bastiments, Pic de La Dona… aunque es cierto que hay otras cimas más lejanas, el Pic de l’Infern se encuentra en una distancia media con lo que no es tan visitado ni abarrotado como los nombrados anteriormente, con lo que a veces encontramos su cima solitaria y espectacular.
Pero tiene una cara (o caras) norte. Y en estas caras norte aparecen una serie de grietas, acanaladuras, de hendiduras enorme en la roca viva de la montaña, que la cruzan de abajo a arriba: los corredores o canales. Y estos corredores aún le dan más emoción y magnificencia si cabe a esta fenomenal y estupenda montaña, pico, cima… Y gracias al regalo de Sant Jordi de un libro de Pako Crestas sobre los corredores, canales, del Pirineo Oriental, descubrí que había muchas formas y caminos de ascender de forma emocionante a la cima de este pico… e incluso una vez intenté organizar una de estas ascensiones que no se cumplió por culpa del torb, y se me quedó como una “espinita clavada” la idea de hacer el Pic de l’Infern por uno de sus corredores… hasta hace poco…
Es por eso que después de hacer un vivac en la nieve en las faldas de la cima del Carlit el mes pasado, había pensado que se podría hacer otro vivac en las faldas de los muros del Pic de l’Infern para poder hacer uno de sus corredores. El pico está lejos del coche y para hacer una actividad como esta, o le pones muchas horas en un día o bien haces noche a mitad de la actividad, en la aproximación a la montaña, porque no solo había que ir hasta su falda, había que rodearla, pasar a la parte francesa y acercarnos a su cara norte, noreste… aunque hacer noche en su cara noroeste, bajo la sombra de la cara norte del Pic de Freser, también iba a estar muy bien.
Por eso convenzo a Paco y a Josep Gallemí y el pasado fin de semana del 18 y 19 de diciembre salimos en busca de Ulldeter y el Pic de l’Infern. Hace unas semanas ha nevado mucho en el Pirineo y a la vez ha hecho mucho viento, un torb impresionante durante días, con lo que nos encontraremos un Pirineo Oriental con zonas de acumulación de nieve extraordinarias y otras muy ventadas con la roca predominando en dichas vertientes, las que le daba el fuerte viento, el torb, que suelen ser las que miran al norte de la parte catalana.
Por suerte el fin de semana iba a ser mejor que la última vez que hicimos vivac en la cordillera, en el Carlit, de nuevo con luna llena y sin una nube ni pizca de viento. Hay que aprovechar la bonanza: sol, buen tiempo, muy buena visibilidad; eso sí, con probablemente más frio que la última vez. Nos acercamos el sábado por la mañana tranquilamente hasta los parking bajo Vallter 2000, después de haber desayunado a mitad de mañana en Setcases. Estamos los tres algo cansados o aletargados por el tiempo, la actividad… y casi hemos estado a punto de anular la actividad… yo la noche anterior sufría un fuerte dolor de cabeza… por eso estas primeras horas, viaje, actividad, nos lo tomamos con calma, sin prisas, poco a poco iremos cogiendo nuestro ritmo y nos iremos recuperando, la montaña nos curará.
Por otro lado describir el recorrido a realizar hasta la hora de dormir o hacer el planeado vivac, se puede describir en dos partes: la que hicimos en Pic de l’Infern y Pic de Freser en la que desde la carretera que llega a Vallter 2000 salimos pasando por el Refugio de Ulldeter, Coll de La Marrana, hasta la Collades de Les Comes de Malinfern o Collada de Coma Mitjana; y justo en este punto, en este collado que separa o une el Bastiments al este del Pic de Freser al oeste, en la misma frontera entre Cataluña y Francia y divisoria de aguas entre la vertiente sur y la norte de la cordillera, seguir el recorrido descrito en Pic de Dalt de Coma Mitjana hacia el colladito sin nombre justo al norte del Pic de l’Infern… pero antes de llegar a dicho colladito paramos antes de entrar en la muy nevosa ladera bajo la cresta norte del pico, en una especie de llano en altura entre dos huecos u ondulaciones del terreno. Bien lejos de las empinadas laderas de las próximas montañas y de los huecos o bajadas hacia el fondo del valle llenos a rebosar de nieve muy abundante. Justo al norte de la cara norte del Pic de Freser.
Aunque en nuestro caso al aparcar en un parking poco más arriba que el desvío de la carretera hacia la senda que nos llevaría al Refugio de Ulldeter, decidimos subir monte a través por el barranquito que hay a la izquierda y subir hasta toparnos enseguida con la primera pista de esquí de la estación, que nos encontremos. Y seguir esta pista de esquí por uno de sus duros bordes, hacia arriba y oeste; por la sombra de un montecillo con algo de bosque que quedará a nuestra izquierda y sur: el Puig dels Lladres.
Son casi las 13:15 horas cuando salimos del parking, súper tarde, pero al menos animados y poco cansados por la desaparición del “estrés”. La pista de esquí nos deja en un collado que nos queda a la izquierda también, justo cuando ésta gira hacia el norte. La idea es ir en dirección oeste por el mejor camino posible. Giramos por este collado a la izquierda y oeste pasando y cruzando otra pista (pero no a lo largo como antes) y por las ruinas o entre los restos de lo que fue el viejo refugio de Ulldeter, en el que según el Alpina viene señalado como Xalet Vell. Ya desde el collado hemos oteado el horizonte y descubrimos, como tantas veces ya hecho, el Bastiments a la derecha y noroeste, y la larga alta loma del Coll de La Marrana en el mismo oeste… hacia allá debemos ir… como hemos ido por un recorrido cuyas vistas hacia el sur nos la ha ido tapando el Puig dels Lladres, no hemos podido admirar el Gra de Fajol, al lado contrario que el Bastiments en el Coll de La Marrana, hasta llegado a este collado cerca de los restos del viejo refugio, y comenzando a caminar hacia el visitado y muy pisado Coll de La Marrana.
Una vez descubierto la dirección hacia este lugar, hacia el Coll de La Marrana, solo hay que seguir las huellas, las numerosas pisadas en la nieve que se dirigen hacia ella, hacia su subida. No hay pérdida. Llegados a la parte baja ya en ascenso hacia el mismo Coll de La Marrana nos damos cuenta de que aquí hay mucha nieve acumulada, pero en la ladera que mira al norte del Gra de Fajol nada, muy, muy ventado. Hemos descubierto mirando hacia el sur y poco hacia atrás los corredores y vertientes más occidentales del Gra de Fajol Petit, de hecho, nos damos cuenta de que el “fácil” Canal/Corredor Occidental del mismo, ya subido con Gallemí en alguna otra ocasión, no está formado del todo, su parte alta y en el comienzo, hay roca, terreno mixto sin nieve… eso nos puede dar una idea de cómo nos podemos encontrar los corredores, canales, del Pic de l’Infern… tendremos que tomar decisiones y ser cautos.
Poco antes de las 14:45 llegamos al Coll de La Marrana a 2.529 mts. Observamos como no hay tanta nieve en los lugares más abiertos a la intemperie y al viento, y otros como la parte sur de la muralla que forman el Pic de Freser, Pic de l’Infern… más resguardaos del torb, hay una cantidad ingente de nieve, mucha, acumulada como suaves olas de un mar embravecido y desafiante, muy por encima de las rocas, pero inmóvil.
Ahora debemos de seguir el recorrido ya descrito y realizado con Olga y Txell en Pic de l’Infern y Pic de Freser, en el que fuimos casi de forma recta con pocas subidas o bajadas, entre el Coll de La Marrana y la Collada de Coma Mitjana. En un principio cogiendo la subida normal al Bastiments, pero desviándonos a los pocos metros, antes de que comience a empinarse la subida a la montaña, hacia la izquierda en busca del nombrado collado que ya lo vislumbramos al frente un poco a la izquierda, justo cuando comienza la cresta o cordal de subida al Pic de Freser por su este. En un principio, como ya sabéis, el Pic de l’Infern no se aprecia desde el Coll de La Marrana, ya que lo tapa totalmente el perfil del Pic de Freser, pero en el camino entre el Coll de La Marrana y la Collada de Coma Mitjana, poco a poco la cima entre puntiaguda y roma del Pic de l’Infern, se va independizando de las formas y perfiles del Pic de Freser, separándose de éste por detrás hacia el norte. Magnífico.
La marcha por esta parte del recorrido, entre los dos collados, es molesta, incómoda, entre que el terreno sin nieve ya es de piedras sueltas en laderas muy empinadas que hay que cruzar en diagonal, en transversal, al suroeste de la montaña del Bastiments; en esta ocasión con una capa de nieve fina o considerable según la zona, pero inestable, blanda, nada transformada, muy movible, y con el peso de los mochilones, la marcha se hace pesada y aborrecida. Primero abre huella Paco, y a mitad de este recorrido abro huella yo. No hay huella en esta parte de la montaña. Los montañeros no acostumbran a cruzar por aquí por lo molesto e incómodo del terreno, pero hay hitos y por intuición puede ser en línea recta el recorrido más corto entre los dos collados.
Desde aquí hay unas magníficas vistas hacia el alto valle de Coma de Vaca o del Freser: vemos como hay grandes acumulaciones de nieve en la parte honda del valle, pero muchas de las montañas que lo cierran están muy ventadas con poca nieve, como el Puig de Les Borregues arriba al este del valle, y con poco más de dibujo nevado el Balandrau en el centro al fondo del paisaje. Increíblemente la visibilidad es magnífica; detrás del Balandrau sorprendemos la recortada y alargada, así como lejana figura de Montserrat, poco más delante y menos abultada La Mola en la Serra de Sant Llorenç del Munt, se ven perfectamente… y sin olvidarnos del Montseny, poco más al este en nuestras vistas hacia el sur en esta marcha hacia la Collada de Coma Mitjana. Sin mencionar las decenas de montañitas más bajas e irreconocibles que se amontonan entre las nombradas y la neblina que aún invade las hoyas y valles. Precioso.
Son aproximadamente las 16:45 cuando llegamos a la Collada de Coma Mitjana a 2.705 mts. Ya el sol se ha puesto detrás de las moles que nos salen a nuestro encuentro, espectaculares y desafiantes del Pic de Freser y el Pic de l’Infern a nuestro oeste… ¿Cuántas horas de luz nos quedaran del día? Yo no creo que lleguemos al collado que se encuentra en la cresta norte del Pic de l’Infern y que es el que nos da el paso a la cara norte de este pico con sus corredores. Con lo que lo más seguro es que hagamos noche entre la collada en la que nos encontramos y el mencionado colladito sin nombre, que une el Pic de l’Infern con la Serra de Coma Mitjana.
Ahora seguimos el recorrido ya realizado con Jenny Rey para ir al Pic de Dalt de Coma Mitjana, y justamente en el balcón o morrena más horizontal que nos encontramos, antes del barranco que sube al colladito al norte de la cresta del Pic de l’Infern, en el que vemos hay huellas de esquís y de pisadas en la abundante y ondulada nieve, nos paramos para hacer el vivac y pasar la noche. Con la poca luz que hay y el paso por la abundante nieve con el mochilón, lo cansado que vamos y el tiempo que ya llevamos de actividad, sugiero no llegar hasta dicho colladito y quedarnos aquí. Y así hacemos. Un acierto. Son las 17:00 aproximadamente cuando paramos la marcha y escogemos el rincón para el vivac.
Es un lugar llano sin peligro de nada salvo de pasar frio por la noche; justo al norte de la extraña pared o vertiente norte del Pic de Freser, poco fotogénico desde aquí, y quedando poco más alejado pero más factible por su empinada ladera este, noreste, el Pic de l’Infern también con una nada fotogénica imagen o aspecto desde aquí… al menos se aprecia su cima escarpada por su lado derecho, norte, con la supuesta salida de la canal (Corredor) Oriental por la que mañana tendríamos que escalar…
En un principio Paco quería subir por la Directa al Pic de l’Infern, de 55º-60º máximo en un punto del mismo, por eso nos traemos la cuerda, arneses, cintas, hierros… incluso algún clavo de hielo (que con esta nieve no serviría de nada). Pero viendo el estado de la nieve, nada transformada, y que posiblemente los corredores, canales, no estén del todo formados a causa de la ausencia de nieve por el torb sufrido estas montañas días atrás… era más sensato escoger la Canal Oriental con un máximo de 45º sin necesidad de encordarnos ni asegurar el ascenso, pero que también sería emocionante y divertido… en un principio mi idea, sin saber cómo estaban las condiciones, era subir por este corredor…
Otra vez nos toca la luna llena, como la última vez en el Carlit haciendo vivac, como vengo diciendo. Pero ahora sin nubes, con el cielo súper despejado, estrellado, sale por detrás del cordal que unen el Bastiments con el Pic de Bacivers, que nos quedan al este, siendo más bonitas y preciosas sus vistas e imagen desde aquí que el resto de montañas… y más saliendo la luna llena preciosa y redonda de detrás de ellos, si exceptuamos el Pic de Dalt de Coma Mitjana, ya pisada su cima con Jenny en el relato del mismo nombre, y que ahora se presentaba, ya que veíamos su lado o vertiente sur, sureste. Estábamos como en una especie de circo glaciar abierto hacia el norte: al sur lo cerraba Pic de Freser, Pic de l’Infern y Bastiments, al oeste la Serra de Coma Mitjana transversal, intentando acercarse al Pic de Bacivers, cerrando el circo por el este, para que la salida de este alto valle sea más estrecha y estrangulante… por cierto que toda la ladera sur, sureste de la Serra de Coma Mitjana desde le colladito con el Pic de l’Infern al sur hasta el mencionado pico al norte, tenía una cantidad de nieve increíble, como ya había dicho, con una ladera totalmente blanca y preciosa.
Pasamos la noche bien, bajo la luz de una luna llena increíble, muy luminosa como si fuera un foco de interrogatorio, aunque metidos hasta la cabeza en nuestros sacos y fundas de vivac, no lo veíamos a menos que saliéramos del escondrijo. Yo he dormido mejor; no me he metido ninguna prenda a secar o calentar, salvo calcetas y guantes, y el saco se ha calentado más y mejor que en el Carlit. Los compañeros parece que no lo han pasado ten bien como yo… siempre se repiten que la próxima vez en tienda… ¡ahora que me he acostumbrado a la funda de vivac!
Al otro día me cuesta levantarme. Estoy muy calentito en mi Nanga Parbat de Diamir, pero no quiero quedarme atrás ni que me esperen (que al final lo hacen) para desayunar, equiparnos, recoger y esconder el material… con lo que al final sobre las 08:45 horas salimos en busca del colladito al norte del Pic de l’Infern: solo hay que seguir sin apenas cambiar de altura, una línea recta entre nuestra ubicación y el nombrado colladito. Yo lo hago por abajo, por la parte más alta de la profunda y abundante nieve del valle, pocos metros más abajo. Josep y Paco lo hacen por arriba, siguiendo los hitos en las rocas, sin tocar nieve, hasta llegar al colladito… al final, a pesar de salir poco más tarde, llego antes que ellos al colladito… he seguido los mismos pasos que con Jenny Rey cuando fuimos al Pic de Dalt de Coma Mitjana. Y ya estoy en el colladito admirando gran parte de la cara norte escarpada, desafiante y atrayente del Pic de l’Infern, mientras mis compañeros hacen un testeo de la trepada en roca para llegar a donde estoy yo.
Otro día impresionante de sol y buen tiempo, ni una nube. Solo que hace algo de frio al comenzar la mañana pero no demasiado como para transformar la nieve: pisamos nieve que se ha endurecido, otra que sigue blanda, polvo, y otra, más peligrosa, que tiene un costra dura en la superficie que se rompe al pisar y te hundes en la nieve blanda que queda abajo… algo muy peligroso para subir por un corredor, una canal, nieve inestable y poca cantidad, derretida por el torb y en mal estado… es lo que nos podíamos encontrar en los corredores del Pic de l’Infern.
Así que una vez el grupo reunido en el colladito al norte del Pic de l’Infern y mirando con determinación la cara norte de la montaña que se deja ver desde este punto, acordamos abordar el Corredor Oriental, que estará menos expuesto, menos inclinado y con menos (o nada) de terreno mixto, viendo cómo está la montaña y sus condiciones (antes mencionadas) creo que es lo mejor.
Así pues, observo que hay una huella, puede que la misma que subía al colladito desde la parte baja del vallecillo donde hemos hecho noche, o que venía directamente de la cresta o ladera este del Pic de l’Infern, que baja y sigue la ladera nevosa de la cara norte en busca de un enorme cono de nieve adosado y con bastante pendiente que se ha formado bajo las rocas de la cara norte, como su fuera (que lo es) nieve caída y acumulada de los corredores de la montaña. Justamente este cono se ha formado por la caída de nieve del corredor por el que nosotros queremos ascender, con lo que tenemos que acercarnos a su base y comenzar a subir por él, o en vertical directo o en zigzag. También hay huellas de esquiadores que bajan o suben a este cono de nieve caída, que después desaparecen supongo que al internarse en el corredor.
Desde el colladito no se aprecia ya que queda tapado por las rocas de la cresta norte, pero el corredor hace un giro o subida internado o escondido en la cara norte, y acercándose a la cresta norte del pico. Justo antes de salir a la cresta, hace un nuevo giro y busca la cima de la montaña… no llega a salir justo en su cúspide, pero si muy cerca. Por ello desde el colladito a penas se aprecia la salida del corredor casi en la cima del Pic de l’Infern, con lo que no tenemos visualización entera del mismo. Es fácil llegar a la entrada del corredor: solo hay que bajar del colladito por su lado oeste, seguir por debajo de las rocas, hasta que nos encontremos, mirando a la izquierda y arriba, la primera canal ancha bastante distinguida del resto de perfiles de la montaña. Ese es el Corredor Oriental.
Una vez abajo en la base del cono, miramos hacia arriba y descubrimos la forma del corredor… como todos los corredores es una canal, al principio muy abierta que se va cerrando con paredes de roca a cada lado y con una pendiente de ir con los 2 piolets técnicos en la mano. Casualmente mientras avanzamos por el cono justo antes de entrar al corredor, la nieve está dura, se sube rápido y cómodo. Cuando ya llevamos la mitad del cono Paco me dice que es mejor dejar los bastones y coger los dos piolets, con equilibrio y mucho cuidado, en mitad de la pala helada de nieve muy inclinada, nos quitamos las mochilas y hacemos el cambio.
Voy el primero en el ascenso. Me interno entre las paredes de roca, y ya entro en el corredor. La nieve se muestra blanda a un lado y dura al otro, van cambiándose según el perfil del terreno. Pero hay unas huellas que sigo y así es más fácil y rápido progresar. En ocasiones verdaderos escalones.
Intento hacer fotos de mis compañeros con la perspectiva del corredor en toda su amplitud. Y Gallemí poco a poco me va cogiendo terreno. Llego a un punto del corredor el cual gira a la derecha, cuando a la izquierda entre rocas parece que es un escape, una salida a la cresta norte de la montaña. Espero a Gallemí. El corredor de la derecha es más estrecho e inquietante, a la vez supongo que interesante. Le pregunto a Gallemí si seguimos por éste; siempre podremos volver a la zona de escapada si más arriba el corredor no está en condiciones o no podemos avanzar. Por ello hacemos el giro, obviando el escape del corredor enfrente o izquierda, y seguimos por una canal más estrecha, la cual vemos a mitad de la misma un paso de mixto: rocas en mitad del corredor, una descontinuación de la pala de nieve…
Seguimos subiendo. Las huellas han ido por aquí con lo que las seguimos. Nos paramos en el paso de roca: es un escalón aparentemente fácil de salvar: hay rocas y muchas piedras sueltas. La insuficiente nieve ha dejado al descubierto este escalón de roca. Al otro lado del mismo no hay más rocas, solo la pala de nieve bien encajonada entre las paredes de roca, que se inclina más: según la guía llega a tener 45º de inclinación, aunque a nosotros nos parezca más por la impresión.
Ya estamos los 3 en el paso mixto. Intento salvarlo pero no hay manera: roca suelta, no logro subir un pie con el crampón puesto para aupar el cuerpo… lo de siempre en mí… al cabo de unos pocos minutos Gallemí se adelanta subiendo por otra parte del paso mixto y lo consigue, nos abre la vía. Realmente ha seguido los pasos del montañero que había dejado las huellas antes que nosotros, cuyo lugar de ascenso en el paso mixto no me daba confianza… ¡pero mira!
Una vez lo salva Gallemí sube hasta una lugar seguro y nos espera filmándonos y haciendo fotos. Yo intento seguir sus pasos. Voy bien hasta que en un punto tengo que poner la rodilla en lugar de las puntas de los crampones; cuando los piolets buscan un fuerte agarre la nieve está blanda, deshecha, y bajo ella piedras sueltas, caen corredor abajo… no se clavan, enganchan los piolets, no logro asegurar el paso con la rodilla en la roca… aunque técnicamente no es nada, me gusta estar seguro en estos pasos raros. Al final me decido con los piolets mal asegurados apoyo mi peso y cuerpo sobre la rodilla derecha, lanzo el pie izquierdo a otro punto seguro arriba de las rocas que hacen de escalón… y ya he hecho el paso… ¡Me ha costado! Por la desconfianza, pero realmente no era nada… con nieve dura que se hubieran agarrado algo más los piolets, hubieran sido segundos el paso este mixto, pero las condiciones no eran las mejores…
Le toca el turno a Paco, el cual, antes de que pueda filmar su actuación cuando llego al punto de Gallemí, éste ya lo ha pasado en los “segundos” nombrados. Bromas, risas… he quedado como un “pardillo”, pero un “pardillo” seguro y confiado de sus pasos. Justo aquí hay otro especie de cruce o bifurcación de corredores, de canales: sale otro corredor a la izquierda acercándose de nuevo al filo de la cresta norte del pico, pero al final decidimos seguir recto, por la misma canal que llevamos. Las huellas siguen por aquí. Y es cuando también el gradiente de a pendiente se acentúa y lo apreciamos… pero ya no encontraremos más obstáculos a la hora de progresar y finalizar el Corredor Oriental del Pic de l’Infern. La nieve ya es continua y enlaza con la que ahora hace de cresta en esta parte de la montaña, a pocos metros por debajo de la cúspide.
Le digo a Paco que nos haga fotos hacia abajo, ya que me han dejado el último y él va el primero, al menos a la salida del corredor; pero no se ve seguro para hacer las fotos. Yo sí, si las hago hacia arriba, hacia ellos.
Y así a los pocos minutos salimos del Corredor Oriental a un trozo de cresta norte del Pic de l’Infern (más bien ladera o lomo inclinado, la cresta escarpada comienza más abajo). Solo tenemos que caminar por la ladera empinada hasta el cordal de abundante nieve que une el Pic dels Gorgs con la cima del Pic de l’Infern, girar a la derecha y en tres o cuatro pasos llegar a la cima del Pic de l’Infern a 2.869 mts. de altura.
Celebramos la cima, el ascenso, la actividad. El día sigue siendo y lo será, perfecto, soleado, fresco aquí arriba, con una visibilidad encomiable. Fotos, videos. Risas y felicidad… no todos los días podemos hacer una actividad como ésta.
Pero debemos de bajar al punto del vivac para recoger las cosas antes de dirigirnos al coche, y vamos observando la montaña para saber por dónde cruzar: según el Alpina hay unas huellas que van desde las cercanías del Portell dels Gorgs (colladito entre el Pic de l’Infern, Pic dels Gorgs y el Pic de Freser), giran hacia el norte cruzando en diagonal toda la ladera o pendiente este del Pic de l’Infern para acabar en al final de la cresta norte y el famoso colladito con la Serra de Coma Mitjana. Entonces decidimos acercarnos a ese punto en el que seguramente encontraremos mejores condiciones para bajar al punto de vivac.
Bajamos del Pic de l’Infern en dirección al Pic de Freser. Bajamos por la roca un poco al este del Pic dels Gorgs, y abajo de esta, ya vemos hacia el norte la pendiente y ladera este del Pic de l’Infern más apta para cruzarla, y así hacemos, giramos hacia el norte internándonos en dicha empinada e inclinada ladera, pero en diagonal, en bajada, no directa, y de esta manera salvamos este desnivel y terreno para llegar a la parte llana, horizontal, cargada con mucha nieve de abajo, al norte del Pic de Freser, para caminar más plano hasta los montículos, terrazas o laderas casi desnudas de nieve donde hicimos anoche el vivac bajo la luz de la luna llena. Yo me entretengo algo al no seguir los pasos de Gallemí: sigo recto en lugar de en diagonal hacia abajo, y al cabo de un momento la nieve inclinada se pone demasiado dura y me impide bajar cómodamente. Tengo que darme la vuelta y bajar directamente de espaldas entre nieve dura, blanda, con costra helada, piedras sueltas… un desastre. Pero no impide que regrese hasta el punto de vivac con el resto de mis compañeros. Gallemí ha llegado el primero y me imita haciendo un video del lugar y la situación… ¡Hago escuela!
En resumen, es bajar del Pic de l’Infern hacia el Pic de Freser y poco antes del Portell dels Gorgs y mirando hacia la izquierda y norte, pasar a la pendiente por el mejor sitio que veamos, y a la vez en diagonal hacia abajo, no recto, por el mejor sitio, hasta la parte horizontal de abajo para acercarnos hasta el lugar donde hicimos el vivac. No tiene mucha historia.
Y sobre las 12:00 llegamos al lugar donde hemos dejado las cosas y hemos hecho vivac la noche anterior. No nos hemos encontrado con nadie. Solo un esquiador solitario bajo el Pic de Freser en busca del paso al norte del Pic de l’Infern… parece que es un paso común este recorrido sin subir a ninguna cima entre el colladito entre el Pic de Freser y el Pic de l’Infern y el de la Serra de Coma Mitjana… y un grupillo de gente ya subida a la cima del Bastiments, observados desde la cima del Pic de l’Infern.
Una vez las mochilas a la espalda y todo recogido, salimos desandando el camino ayer realizado. Entre nieves y piedras sueltas no cubiertas en su totalidad por la nieve, salimos de la sombra de la montaña para llegar a la Collada de Coma Mitjana, 2.705 mts.; y por aquí ya vemos a más esquiadores, montañeros que suben por este lado el Bastiments o bajan esquiando hacia el francés valle de Coma Mitjana. El sol de cerca del mediodía comienza a hacer mella, nos calienta y quema en el camino o recorrido entre la Collada de Coma Mitjana y el Coll de La Marrana. Paco abre siguiendo las huellas de unos esquíes un nuevo camino en esta parte del recorrido, pero al final, por el mal estado de la nieve y terreno, debemos buscar nuestras huellas de ayer que por suerte están perfectas, heladas, y siguiéndolas no nos hundimos en la nieve cuando haya mucha acumulación en la ladera suroeste del Bastiments.
Una vez salimos de esta parte del recorrido a las llanuras casi horizontales y fáciles de subida al sur del Bastiments camino del Coll de La Marrana, nos paramos en un espacio sin nieve a descansar. Estamos cansados y deshidratados. La actividad con la noche en vivac ha sido tremenda, el estado de la nieve y terreno, y sus condiciones, no ha ayudado a caminar, progresar cómodamente, pero al final hemos realizado nuestro objetivo perfectamente. Gallemí tiene la botella con el agua congelada; le da golpes a ver si se derrite el hielo. No nos queda mucha agua. Comemos algo y al cabo de unos minutos seguimos el camino hacia el coche… no hay secretos: bajar al próximo Coll de La Marrana (2.529 mts.) y de aquí desandar el camino hacia el coche por la misma pista de esquí de ayer. Creo un debate diciendo que igual, a pesar de que hay un tramo de carretera, era mejor bajar por el Refugio de Ulldeter, pero la bajada directa es deshaciendo lo recorrido ayer.
Son aproximadamente las 15:30 cuando llegamos al coche. Hay familias que han venido a pasar el día a la nieve, a que los niños vean la nieve, y a pesar de que llevan una bolsa grande de basura, dejan algunos restos de plásticos y mierdas por el parking y la nieve. Hay que concienciar más a las nuevas gentes y niños… Y de esta manera, con una cerveza y un buen plato de ternera en Setcases, acaba esta extraordinaria aventura y actividad en el Pirineo catalano-francés oriental, con una noche de vivac en condiciones invernales, y el ascenso por el Corredor Oriental del Pic de l’Infern como era mi ilusión y deseo desde hace años… ¡Una espinita sacada! Me lo he pasado muy bien con buenos compañeros, y excelente condiciones y actividad física… el Pirineo como siempre y toca, precioso, increíble. Repetiremos pero con el objetivo de otro corredor… ahora que le hemos cogido el “tranquillo”.