Ya iba siendo hora de ir ideando, planeando, una travesía por el extraordinario macizo del Montseny. Ya había pensado en hacer alguna travesía con recorridos por los bosques y cimas alrededor del Matagalls, Les Agudes, Santa Fe… pero pasando alguna noche, con el mochilón, en vivac, para disfrutar de la noche y de los pequeños rincones verdes, vivos de esta magnífica montaña.
Pero esta vez tenía que ser una travesía de resistencia, de horas, de dificultad en kilómetros y desnivel para hacerla en un solo día… supongo que quería idear el Abanilla-Crevillente barceloní… una vez que me comentaron que existía una carrera de montaña que recorría en un solo día las cimas de los tres macizos del Montseny, no recuerdo desde donde comenzaba pero acababa en Sant Celoni. Entonces comencé a planear mi propia travesía de un día por el Montseny…
Sabía que el final iba a ser Sant Celoni, o debía de ser esta población, a la que llegaba o pasaba el tren de cercanías, porque en el planteamiento, como en Abanilla-Crevillente, la travesía debe de ser lineal, con lo que debemos de buscar movilidad para que nos dejen en un punto y nos recojan en otro… pensando en eso, podía salir de casa y comenzar por Sant Elies, El Suï, desde las laderas de Sant Pere de Vilamajor a muy pocos kilómetros de casa… después coger el tren en Sant Celoni y bajar en Llinars del Vallès, también a pocos kilómetros de casa… solo haría falta a alguien que me recogiera en Llinars y me dejara en las laderas de Sant Elies donde había dejado mi coche… parece que la actividad poco a poco estaba cogiendo forma.
Y como en Abanilla-Crevillente la idea sería ir haciendo todas las cimas de cada macizo, como hacen en la carrera, con lo que saliendo de Sant Pere de Vilamajor, desde Terra Blanca, en las mismas faldas de Sant Elies, sería ir ascendiendo por la montaña haciendo las cimas comenzando por Sant Elies, Turó de Samon, Suï, Puig Drau… las cimas de La Calma (sin contar el Tagamanent que no pilla de camino en el recorrido lineal), bajar a Collformic, subir al Matagalls por su ruta más pisada y fácil, bajar al Coll de Sant Marçal (en el que nunca he estado) y de aquí dirigirme a Les Agudes, Turó del Home… y la larga bajada a Sant Celoni… en principio con este recorrido hecho ya en partes, y conocido, en su gran parte, solo había que unirlas en una sola, larga y extraordinaria ruta.
También la idea de realizar este recorrido, esta travesía de resistencia y de muchas horas, como entrenamiento esencial para la expedición ya planeada y programada para este mes de junio. A veces no solo hacer alta montaña es suficiente, la potencia del cuerpo también se puede coger o complementar con una extraordinaria travesía de muchas horas caminando, ascendiendo, descendiendo… como ya he comentado, tipo Abanilla-Crevillente. Una actividad idónea que forma y habitúa al cuerpo, le da potencia y costumbre de continuidad, resistencia y forzar aquellos mecanismos de esta máquina que es el cuerpo humano que solo salen o despiertan con cierto esfuerzo continuo con el sol, el sudor, seguido en una actividad larga, forzada y continua… extraordinario. Será una actividad increíble y memorable, seguramente la repetiré para otros entrenamientos, habituar el cuerpo, esta máquina de subir montañas…
Fue entonces cuando el pasado sábado 24 de abril planeo dicha actividad. Quedo con Anna para que me recoja en la estación de tren de Llinars y vayamos los dos a por el coche a Terra Blanca por la tarde, y mientras por la mañana me levanto a las 06:00 Hrs. para, como muy tarde a las 07:00 Hrs. salir de Terra Blanca, ese parking que hay justo antes dos curvas pronunciadas en la pista que de Sant Pere de Vilamajor sube a Sant Elies y otros lugares. En las mismas faldas del Montseny.
Da gusto salir a estas horas de la mañana y escuchar el silencio del despertar de la montaña, sin bicis, sin coches, ni otros ruidos ni visitantes artificiales que pueda romper este equilibrio maravilloso con la Naturaleza. El tiempo será muy bueno, soleado, este invierno y primavera (exceptuando marzo) está siendo muy seco, poco lluvioso y con muchos días soleados… mala señal para este verano.
Sigo el recorrido marcado en la subida a Sant Elies que tantas veces he repetido ya que me queda muy cerca de casa. Pero sin pasar por la Font de Borrell y saliendo algo más delante de la pista como señala en la actividad indicada, solo hay que seguir las marcas del P.R. blancas y amarillas hasta la cima de Sant Elies. Justo salgo a las 07:00 Hrs. de Terra Blanca (450 mts.) y llego al Turó de Sant Elies sobre las 08:15 Hrs. (1.001 mts.).
Estoy algo cansado esta mañana, supongo que es por madrugar, porque es un sábado después de toda la semana trabajando pegado al ordenador y atendiendo clientes… no sé, pero no me desanimo e intento seguir con la mejor marcha posible. De momento a pesar del cansancio, parece que estoy dentro del tiempo estimado… ya veremos al mediodía y a partir del mediodía… Hay pocas nubes, pero junto con los colores y luces del amanecer, le dan un toque melancólico, precioso, al paisaje, mirando hacia el este, hacia el Montnegre o El Corredor. Más arriba descubro un poste indicador de Prohibir la circulación de bicicletas, que para la siguiente visita ya estará arrancado y tirado por los suelos. El abuso de las bicicletas de montaña en las laderas de esta montaña es exagerada y delinquida. Convirtiéndose en el término municipal que habita el Montseny más castigado por la destrucción de bicis y motos en sus laderas; además, que no hacen nada de caso y destrozan las señales que prohíben su circulación. Indignante.
Desde el Turó de Sant Elies solo tenemos que seguir justo la cima de la montaña hacia el norte, siguiendo un perfecto cordal que pasa por el Turó de Samon y acaba en El Suï. Ya he hecho varias veces este recorrido, incluso llegando más allá, hasta la cima más alta de La Calma (Puig Drau) pero no lo tengo descrito en ningún relato. Con lo que salgo justo por detrás de la Ermita de Sant Elies y comienzo a bajar la montaña entre un bosque excepcional de encinas, siguiendo las marcas del P.R. hasta un collado que cruza una pista o camino. Es el Coll de Sant Elies (931 mts.) Sigo ese camino por la izquierda (según bajo), y al cabo de pocos pasos descubro un hito sobresaliente a la derecha, el cual me indica que puedo salirme de la pista, camino, y de seguir las marcas del P.R. para ascender por un sendero bien definido, por la cima del cordal que me queda a la derecha y une el Turó de Samon con el Turó de Sant Elies, cogiendo altura progresivamente entre un bosque encimas al principio, y entre rocas y espacios más o menos abiertos a causa de estar en la cima de la montaña después… solo hay que seguir por lo más alto hacia el norte, por lo más alto de la montaña. El cordal poco a poco va girando y cambiando de dirección, de norte a noroeste, justo en el Collet del Turó de La Cova, donde nos encontramos con otra pista o camino, de nuevo el P.R., mientras seguimos hacia el otro lado del collado, subiendo por la senda de enfrente montaña arriba, hacia lo más alto.
Desde Sant Elies ya vemos el Turó de Samon al norte, la montaña más alta; El Suï creo que no se llega a ver tapada por los perfiles de ésta. Tiene forma casi de casco o sombrero de ala ancha, con una cima alargada casi doble pero que tiene la misma altura, de suaves pero empinadas, boscosas laderas. No tiene pérdida. Para llegar a ella pasamos por uno o dos turons casi inapreciables pero que tienen nombre (de La Cova…), en uno de ellos hay una senyera y un banco para admirar el paisaje. Bajando de éstos pasamos por varios colladitos, uno ya nombrado, el del Turó de La Cova y otros más arriba que llaman del Prat Fondo; uno bajo la ladera empinada que te deja en la cima del Turó de Samon. Nos podemos dar cuenta de la erosión de la senda desde que la hemos cogido cerca del Coll de Sant Elies, o bien mucha gente pasa por aquí o bien las bicicletas y motos hacen ilegalmente de las suyas pasando por aquí… una vergüenza.
Y ya estoy en la cima del Turó de Samon (1.268 mts.), son las 09:20 Hrs. Paro y descanso un poco para fotografiar el paisaje, el resto de las montañas y macizos del Montseny. Compruebo y fotografía que aún queda nieve en la cima del Matagalls… a ver si me da tiempo a llegar a su cima antes de que se funda… y hago un video señalando las cimas del Turó de l’Home, Les Agudes… que quedan hacia el noreste. La llamativa y alta montaña con la típica forma de triple cima, con puntas romas, no llegan a ser puntiagudas, con el más alto en el centro y el de su derecha como cortado y una gran antena en su cima: es el Turó de l’Home en el centro y el Puig Sesolles a la derecha. Se observa perfectamente la conexión o continuidad de los macizos del Turó de l’Home a la derecha y el Matagalls a la izquierda; es el Coll de Sant Marçal, nunca pisado por mí y por el que tendré que pasar en esta extraordinaria travesía.
Sigo sin toparme con nadie, que alivio. Después de comer un poco (me reservo para la cima del Suï) y beber, sigo el recorrido en busca de este Suï. Tengo que hacer lo mismo: seguir el cordal cimero hacia el noroeste. Veremos un piquito con forma de pagoda, con el límite del bosque justo bajo la cima que le dá esta reconocible forma… a la derecha y atrás del mismo piquito aparece otra cima más alta con una casita o construcción en su cima, es el Puig Drau, por allí también quiero pasar…
La senda baja por el lado contrario al que he subido y mirando a la montaña que nos servirá de faro, el Suï, y pasará por algunos colladitos y una serie de turons casi inapreciables pero con su nombre, como el Coll de Pinovell, Turó de Pinovell, nada más bajar de éste el Coll del Pou d’en Besa a donde llega un camino y aparecen marcas de P.R. las cuales seguiremos por la senda que sigue el mismo cordal cimero (no he dejado el cordal cimero ni lo dejaré hasta llegar a la cima del Suï); después sigue el Turó d’en Cuc, el Coll del Roure Gros, que ya queda bajo las faldas y cimas del Suï. Un leve subibaja que se hace en muy pocos minutos, siempre, como he dicho y repetido, sin bajar del cordal cimero. Y así llego a la pagoda, ese sombrero oriental, que parece la cima de El Suï.
Son las 10:00 Hrs. cuando llego a los 1.318 mts. de la cima del Suï. El sol cada vez intenta calentar más en este magnífico día, pero el fresquito vientecillo que acaricia la cima hace que me ponga el cortavientos para no pasar frio bajo mi camiseta sudada. Hay un grupito de gente que parece han subido por otro camino y se paran a almorzar, como yo, en la cima del Suï. No me quedo mucho tiempo, pues aún queda mucho trecho y camino por hacer. Atrás queda la loma verde con los hayedos más cercanos a mi casa, de la cara norte del Turó de Samon; bien diferenciado y reconocible. Entre dicho pico y éste donde estoy, se ve perfectamente el cordal cimero por el que he andado. Mirando al resto del paisaje por fin aparece Les Agudes y parte de su escarpado perfil norte que ofrece su cresta de Els Castellets, a la izquierda de las nombradas alturas del Turó de l’Home… con esta nueva cima, el macizo del Turó de l’Home aparece diferente, más montañoso, escarpado, llamativo.
Después del descanso y comer algo, es hora de marchar en busca de la cima más alta de este macizo del Pla de La Calma que me estoy recorriendo: el Puig Drau. A partir del Suï y hacia el norte, la montaña deja de subir y comienzan a aparecer altiplanos, semillanos, como el mismo de La Calma. Unas nubes comienzan a invadir los llanos casi horizontales en la zona de La Calma; le dará un toque más fresco y húmedo al recorrido, a la montaña.
Sigo por la senda que baja por el lado contrario al que he subido, al que he llegado a la cima del Suï. Ésta coge otro cordal cimero que nos acercará hasta el nombrado altiplano de La Calma, pero casi a la misma altura, poco más bajo, que la cima del Suï. Hay que seguir en dirección noroeste y luego norte, sin bajar de las alturas de la montaña, pero siempre por senda o camino de herradura… hasta llegar a un cruce de caminos, casi pistas, en el que giro, siguiendo el camino, hacia la derecha y norte. El Puig Drau se ha ido quedando enfrente de mí y derecha, y me he ido acercando a él hasta que ya, en el siguiente cruce donde hay paneles informativos del parque natural del Montseny, aparece una pista mal asfaltada en el pequeño camino a la derecha, que nos subirá a lo más alto del Puig Drau. Por estos lares me encuentro con más gente, más grupos… poco a poco, a medida que se despierta el día, la gente comienza a aparecer por los caminos caminando o en bicicleta o corriendo, por estos llanos y sinuosos caminos del Pla de La Calma.
Una vez giro a la derecha, en dirección este, subo hasta la fea y poco vistosa cima del Puig Drau a 1.344 mts. de altura, sobre las 10:50 Hrs. Si no fuera porque es la cima más alta del macizo del Pla de La Calma, casi que no la subiría, puesto que la construcción y antenas que coronan el pico lo afean sin más atractivo que lo que representa. Estoy el tiempo justo para hacerme las fotos de cima y de nuevo desando los pasos dados para volver al cruce anterior donde está el cartel, carteles, de información de recorridos del parque natural. O sea que para ascender al Puig Drau debo salir del recorrido a lo largo de todo el Pla de La Calma, para después volver a él. Preciosas vistas desde la cima hacia el Turó de Samon, El Suï y el cordal que los une, boscoso, verde… como un trocito de un alto valle pirenaico. Curioso.
De nuevo en el cruce, el mismo hace un giro de 180º contando por el que vine del Suï, para seguir y desembocar en otro camino más ancho, una pista, y un cartel donde nos indican 2 direcciones: Tagamanent o Collformic; yo sigo en dirección a Collformic hacia la derecha y norte de nuevo (desde el cruce había cogido dirección oeste). Hay marcas de G.R. las cuales seguiré por este altiplano del Pla de La Calma… a partir de aquí, sobre una altura que no llega a los 1.300 metros, comienza mi recorrido por el corazón del Pla de La Calma.
Hasta el Puig Drau y volver sí que lo había hecho ya, pero seguir desde el Puig Drau hasta Collformic como iba a hacer ahora, nunca. Sí que es cierto que desde Collformic había hecho en Turó de Puigventós y Collformic, un trozo de la pista que sale desde el mismo Collformic hacia el corazón de La Calma sin llegar al mismo, ya que la actividad con el grupo que llevaba se estaba haciendo larga, y tuvimos que volver. Pero no tiene complicaciones, es seguir la pista que cruza toda La Calma de sur a norte. Atravieso ahora entre verdes prados que más bien son bancales de cultivo. Mirando y fotografiando hacia la izquierda y oeste, descubro, desde otra perspectiva, los impresionantes perfiles de las paredes continuas de las Cingles de Bertí, que quedarían al otro lado del valle del río Congost. Al descubrirlos desde esta altura quedando como más bajos o al mismo nivel, la visión es fantástica y total, además de que se ven enteras las paredes. Lo curioso es que justo detrás de dichas paredes, al fondo, se discernía el perfil de La Mola a un lado y el Montcau al otro, en la Serra de Sant Llorenç del Munt, perfectos; y casi invisible más al fondo y tapados por éste, la inigualable y casi invisible Monserrat. Genial.
Llega un momento mientras camino por la pista central, que las marcas de G.R. se pierden o giran dividiéndose, hacia la derecha y abajo, por en medio de un lindo rincón y verde prado. Yo debo de seguir por la pista sin dejarla, es más, la dejaré justo cuando llegue a Collformic; pero esta pista que sigo también tiene marcas de G.R., es una variante; la misma que me dejará en Collformic, me subirá al Matagalls, y me bajará hasta Sant Marçal. Mientras y poco más adelante, la pista va girando poco a poco hacia el este, noreste, pasando ya por lugares que casi reconozco como el Serrat de Puigventós que queda a la derecha según camino. En esta parte del recorrido por La Calma el terreno deja de ser más llano, pasando a tener más subibajas con cimitas o lomas a cada lado… ha dejado de ser un altiplano.
Una vez ya he dejado el Serrat de Puigventós a la derecha y descubro las laderas del Turó de Collformic a la izquierda, comienza a aparecer más gente por la pista, por la indumentaria de alguno de estos personajes, ya estoy cerca de Collformic. La pista se mete por la ladera este del Turó de Collformic, dejando a la espalda la boscosa y verde ladera norte del Serrat de Puigventós, la cual se merece una foto; desemboca en el abarrotado y famoso puerto de Collformic. Son alrededor de las 12:20 Hrs.
El sol ya calienta de lo lindo. Collformic está lleno de gente, de coches, los guardas están en alerta todo el tiempo. Llega un momento que llega un chico en una moto que me dice, como si me conociera de toda la vida, “que difícil es ir en la moto de pié todo el tiempo”. Otros llegan en coche y preguntan si se puede aparcar, donde ir, hay ciclistas que suben y bajan, se paran en el puerto, de montaña, de carretera, todas las mesas del restaurante llenas de gente, vociferando, tomando cervezas… Mientras caminaba por La Calma y miraba lo que estaba tardando, calculé que a la velocidad que iba, lo que me quedaba por subir, de recorrido, y el esfuerzo físico que estaba haciendo en ese momento, el nivel, pensé que no llegaría en 12 horas a Sant Celoni, con lo que al llegar a Collformic decidí un plan de escape: en un principio y viendo la hora que era sabía que no podía hacer los 3 macizos en el tiempo previsto, así que pensé en volver al coche o por el mismo camino de vuelta o por otro que bajase por el valle de Montseny, a media altura, y pudiera llegar al coche, sin que fuera por la carretera. Pero el mapa Alpina no me daba una opción clara. Observo como llega el autobús a Collformic y me acuerdo que a Santa Fe también llegan autobuses ¿Quién o donde me pueden asegurar y confirmar esa información? Si pudiera llegar a Santa Fe y bajar en autobús a la estación de tren de Sant Celoni, no haría falta volverme ahora. Hay muy poca cobertura y llamo a Anna para ver si me puede mirar los horarios del autobús de Santa Fe, ya que comprobado que los autobuses de Collformic sí que funcionan pero ni uno de los conductores ni los guardas del parking a los que he consultado, conocen los horarios de Santa Fe a Sant Celoni… tengo que mirarlo en internet y hay muy mala cobertura.
Después de intentos y paciencia, sí puedo entrar en la página web del parque natural para ver los horarios, que a su vez me envían a la página web de transporte público de la compañía que hace dicho recorrido. Compruebo el horario de salidas de autobuses de Santa Fe: los últimos son a las 17:10 horas y a las 19:10 horas; y pienso que si finalmente llego a coger el autobús de las 17:10 horas, estaría en Sant Celoni para coger el tren cercanías y dejarme en Llinars como estaba previsto… he perdido 20 minutos aproximadamente descansando, refrescándome y debatiendo si seguir o volver… pero finalmente seguiré la travesía hasta Santa Fe… al menos tendré la última oportunidad a las 19:10 horas…
Con el sol de este día y toda la romería de gente que sube y baja, emprendo el ascenso normal al Matagalls desde Collformic, ya descrita en varios relatos como en este de subida al Matagalls desde Collformic que con su nombre ya lo dice todo. No hay pérdida, es ir siempre hacia arriba por la marcadísima senda, y por arriba de las lomas y turons que nos encontramos antes de llegar al domo de la cima del Matagalls. Una pareja de policías hay a pocos metros de comenzar la senda de subida… ¿tanta gente puede haber que causan incidencias? ¿coches? ¿bicis?, ya que están en una curva del camino que nos llevaría a Sant Segimon… Mientras subo hecho una mirada hacia atrás, descubro el Puig Drau junto a La Calma que no se aprecia tanto por la ondulación de la montaña, y el Turó de Samon. Se diferencian perfectamente sus perfiles y formas. E incluso el verde bosque de la cara norte del Serrat de Puigventós… de allá vengo… En las cercanías del Collet dels Llops me desvío hacia la izquierda para acercarme al fondo del barranco por el que corre un riachuelo con alegría y ruido de agua. Este pasado mes de marzo ha sido mas o menos lluvioso, y se nota en las fuentes y rieras del Montseny. Me dirijo a la Font Freda o Font del Collet dels Llops. Otra pareja ha hecho lo mismo y se hacen fotos como si la fuente y el caño de agua abundante, sea un artista famoso. Recojo agua fresca y relleno la cantimplora. Es un agua excelente.
Llego a la cima del Matagalls, 1.696 mts., sobre las 14:30 Hrs. no estoy mucho tiempo ya que ese tiempo me pisa los talones… en dos horas y media debería llegar a Santa Fe… no lo veo… Me hago algunas fotos. Hay un grupo numeroso de niños que parecen de un colegio con sus monitores o padres ¡Siempre hay gente en el Matagalls! De la nieve que quedaba cuando miraba la cima desde el Turó de Samon, no queda nada, solo unos pocos neveros residuales mirando al norte, sobre el fenomenal y extenso hayedo que casi llega hasta los límites de Viladrau, y en el suelo bajo los esqueléticos ejemplares de los hayedos cercanos a la cima mirando hacia Les Agudes.
Y sin perder mucho tiempo, comienzo la bajada por casi el lado contrario al que he llegado a esta cima. Si he llegado al Matagalls desde el suroeste, ahora salgo por el sureste, este, en busca, primero, de Coll Pregón, y después del desconocido (para mi) Coll de Sant Marçal. Hay que seguir las marcas del G.R. y la guía de los varios relatos y actividades en los que he hecho, sobre todo de bajada, este recorrido, de Matagalls a Coll Pregón, como el descrito en Las Fonts perdidas del Matagalls, de bajada (como ahora) o El bosque animado en el que lo hacíamos de subida. No tiene pérdida. Eso sí, es cruza un paisaje y un hayedo extraordinario, fenomenal, donde la poca nieve que va quedando en esta alta cima, aún se esparce agonizante bajo los esqueléticos ejemplares hibernados de estos excepcionales hayedos.
En poco tiempo llego a Coll Pregón, lo reconozco por esa piedra erecta en el centro de prado, y en lugar de girar o a la izquierda o derecha, como en otros relatos y recorridos, sigo recto las indicaciones del G.R., en dirección este. A partir de aquí ya piso senda y recorrido nuevo. Pero no tiene ninguna complicación, hay que seguir la senda principal y sus marcas de G.R. por hayedos y laderas sur de esta parte oriental del macizo del Matagalls… había estado en la parte norte, pero no por esta sur. La senda está muy bien definida. Me encuentro con algunas familias con niños pequeños, algunos que intentan llegar a la cima y otros que vuelven, regresan con su paso lento y entretenido, hacia el Coll de Sant Marçal. Como siempre atravieso rincones de hayedos magníficos y mágicos, como son estos bosques.
Llega un momento que la senda deja la ladera sur y gira por una ladera mirando hacia el este, después de pasar el casi abrupto Coll Sesportadores y por la ladera sur del Pla dels Évols. Y a partir del Pla del Parany, donde la senda se suaviza algo en su bajada, en su inclinación y parece que zigzaguea entre hermosos ejemplares de hayas, para que más adelante siga las trazas de un camino abandonado que también baja la boscosa pendiente en zigzag, baja por otra ladera vertical en busca ya de las cercanías de la carretera que une Santa Fe con Viladrau, y es donde se encuentra el Coll de Sant Marçal. Se diferencia muy bien los hayedos de la ladera que baja a la carretera (a pesar de que queda allá abajo aún), de los hayedos anteriores a mas altura, a partir del Pla del Parany para arriba, porque los de arriba aún no le han salido las primeras hojas de la primavera, y a los de más abajo el paisaje cambia por que poco a poco va apareciendo ese verde extraterrestre, casi fosforito, de las nuevas y pequeñas o medias (según hayan salido antes o después) hojas de las hayas. Precioso. Emocionante.
Siempre en la bajada, mientras el bosque, el hayedo me ha dejado, tenía enfrente la agreste, llamativa y magnífica vertiente de Les Agudes, con su escarpada crestecilla (desde aquí) y pared que baja a Els Castellets, con esos pilares y espolones rocosos que llegan a la misma cima de Les Agudes. Abajo, todo el bosque gris, marrón, del hayedo en hibernación, contrastando con aquellos ejemplares que ya comienzan a verdear. Magnífico. Saliendo del hayedo la senda se interna entre matorrales pero no es perdedora, para llegar al parking junto al Coll de Sant Marçal. No me he desviado ni despistado ninguna otra senda, ni me he dado cuenta que pudiera haber, como el cruce con algún recorrido P.R. o G.R. señalizado, nada… Quizás en el Coll Sesportadores salía otra senda sin señalizar hacia la izquierda y norte, pero o no la hice caso o no me di cuenta.
Poco antes de salir al mencionado parking me sale un hombre con unas garrafas de agua y me pregunta por una fuente que hay por aquí, yo le comento que “es la primera vez que paso por aquí”, ni idea. El parking está junto a la carreterilla, y al otro lado de la misma hay una especie de pequeño monumento empedrado: la Taula dels Tres Bisbes. Ya estoy en el Coll de Sant Marçal a 1.106 mts. (algo más bajo que Collformic), y son las 15:40 Hrs. He tardado poco más de una hora en bajar de la cima del Matagalls, y ahora tengo que ir a Santa Fe en menos de hora y media…
Previendo que tendría que caminar por pista asfaltada o cementada para bajar a Sant Celoni, he cargado con las zapatillas, ya que un recorrido tan largo por asfalto con botas me haría polvo los pies. Descanso un poco, bebo agua, pero no debo demorarme en seguir el recorrido ya que debo llegar a Santa Fe para coger el autobús, tampoco como, un trozo de fruta solo para el camino. Escojo ir por la orilla de la carretera, ya que, si me salgo por alguno de los muchos caminos que, entrelazados, pueden ir paralelos a la misma carreterilla, podría tardar más por culpa de algún contratiempo en seguirlos. La carreterilla es más recta, a pesar de tener que estar atento a la circulación de coches, motos, bicicletas. Aunque ya confío en no llegar a las 5 de la tarde, sí a las 6; para coger el autobús de las 19:10 Hrs.
Así que con zapatillas en los pies y mochila a la espalda, comienzo a caminar por la orilla de la carretera, hacia el este cogiendo algo de altura. A la derecha dejo el camino o pista que me llevaría al hotel de Sant Marçal, que es por donde sigue el G.R. que he estado siguiendo a la bajada del Matagalls. Ya no cuento con subir para nada Les Agudes o el Turó de l’Home, lo dejo para otra ocasión con más tiempo o por si hago el recorrido ligero y corriendo…
Han aparecido algunas nubes de tarde que ocultaran el sol, pero que no darán más problemas que una buena sombra y que el sol no siga quemándome, a parte, el paisaje por la carreterilla, a pesar de ir por ella y no internado por caminos entre los bosques, también es excepcional, fenomenal, la diferencia es el asfalto y el poco tráfico… por suerte al ser pasado mediodía no hay un tráfico excepcional o normal, como cuando estamos en algunas de las cimas y escuchamos los tubarros de esas ruidosas motos pasar haciendo curvas y malabarismos entre Sant Marçal y Santa Fe.
Mientras voy caminando por un trozo de la carretera que ni si quiera he recorrido en coche, llego a la parte en que comienza la loma que nos sube a Els Castellets y a Les Agudes a la derecha, con el parking del Coll de Sesferreres o Pla d’en Mon a la izquierda. Esto ya lo reconozco, aquí suelo dejar el coche para ascender a la montaña ya mencionada. Ahora la carreterilla rodeara toda la mole de Les Agudes por su este y norte, hasta llegar a las inmediaciones de La Font de Passavents. Aún me queda hasta Santa Fe; y a pesar de mi paso ligero, no las tengo todas con que llegaré a las 17:10 Hrs. como ya he mencionado, pero no voy a dejar de ir rápido a ver qué pasa.
El paisaje del hayedo entre este último punto y la curva de la Font de Passavets es extraordinario, precioso en muchos puntos. A pesar de la carretera, las fotos que hago le dan un toque como de paisaje del norte, hasta canadiense diría yo, de esas carreteras secundarias que recorren recónditos y maravillosos lugares de Naturaleza salvaje. De vez en cuando el hayedo me deja contemplar un paisaje hacia el este con vistas hacia las alturas de Les Guilleries y las planas, valles, lugares cerca de Girona. Espléndido. En uno de los pocos espacios para dejar el coche junto a la carretera, unos guiris que han aparcado me paran y preguntan “cual es la dirección de la carretera para llegar antes a Barcelona”, les digo que por las dos direcciones se puede ir a Barcelona, pero que parece que por el lado hacia Santa Fe y Sant Celoni llegue antes a la autopista y Barcelona.
Ya me voy acercando. A la derecha descubro aquella construcción de El Convent en el Pla de l’Espinal como escondida entre formidables y vetustas hayas, señal que me estoy acercando a la curva y Font de Passavets. Sigo ligero por la carretera, me quedo maravillado con el hayedo en esta parte de la carretera, y al cabo de poco tiempo por fin llego a la curva y parking de La Font de Passavets. Desde aquí podría ir por la senda o caminillo que sigue paralela a la carretera, por no ir por el asfalto, pero no me fio y sigo por el asfalto… no queda muy lejos Santa Fe. Miro el reloj… igual sí que puedo llegar a tiempo si el autobús se retrasa en su partida…
Y por fin llego a Santa Fe; a 1.150 mts. Ya reconozco las construcciones, instalaciones, parkings, gente, restaurante… pero el autobús no está. Son las 17:15 Hrs. El autobús ha salido puntual; por los pelos no lo he cogido. No hay cobertura, no puedo avisar a Anna. Con lo que al final me quedo deambulando entre las gigantescas secuoyas, el hotel con el ladrillo, bloque, a vista, que siempre me recuerda a un Exin Castillos, hasta la hora de coger el autobús de las 19:10 Hrs. Como tranquilamente en los solitarios bancos junto a las secuoyas. La oficina de información está cerrada, no puedo preguntar ni asegurarme. Espero.
Cuando se acercan las 19:00 Hrs. observo como dos parejas se acercan a la parada de autobús, con lo que me confirma que “alguien” bajará conmigo en al autobús, y que, sobre todo, hay autobús que nos bajará. Y justo sobre las 19:00 llega el autobús, al que subimos esas dos parejas y yo, solamente. Y puntualmente a las 19:05 sale casi vacío el autobús para en una hora llegar a la estación de tren de Sant Celoni… otra cosa será “coger el tren” (que no lo llegué a coger). Con lo que aquí acaba el periplo por el Montseny y la travesía que quería hacer y que no pude completar como lo quería hacer. Han sido unas 10 horas recorriéndome los tres macizos del Montseny, La Calma, Matagalls y Turó de l’Home, sin subir a las cimas del último macizo por falta de tiempo y esfuerzo, acabando en Santa Fe (gracias a Dios por el autobús).
A pesar de que quería hacer una proeza a la primera, que no salió, la actividad fue formidable, mejorable, pero la idea de recorrerme los tres macizos e intentar subir a las cimas de éstos es encomiable, desafiante, excepcional y emocionante. Estoy seguro de que lo repetiré, con matices y mejoras, como ya he comentado, para que salga una actividad increíble y perfecta. Lo repetiré… por cierto el entrenamiento para coger resistencia, fondo… inmejorable.