Una vez suspendida o aplazada la Expedición a Perú, tenía que organizar otro viaje, otra actividad in extremis para este verano, para julio como muy tarde. Y al final pude convencer a Manolet y a Pau para ir a los Alpes Suizos para intentar ascender el Aletschhorn y recorrernos el Glaciar Aletsch de nuevo.
El ascenso escogido para subir al Aletschhorn pasaba por un largo espolón desde casi la base del Glaciar Aletsch subía y encadenaba con la cresta este del mismo pico, y con la ruta normal al mismo; dicho espolón tenía una graduación de IIº no sostenido, pero con algún paso de IIIº. Aunque lo difícil no era su graduación, si no el desnivel o tiempo que podíamos pasar en ella subiéndola, ya que eran 700 metros de cresta, de espolón, desde los 3.000 metros hasta los 3.700 metros más o menos, creo recordar; con lo que lo mejor era volver a coger experiencia en crestas y terrenos escarpados verticales… pocos días teníamos.
Hacer la cresta de Els Castellets de Les Agudes en el Montseny estaba bien pero necesitábamos algo más largo y duro, con más desnivel y pasos de IIº mínimo, pero no podríamos irnos muy lejos para hacerla, ni coger más de un día… se me ocurrió mirar en el cercano Pirineo Oriental, en las montañas y verticalidades que rodean Ulldeter, y casualmente descubrí una cresta que parecía cubrir las necesidades y condiciones que buscaba, salvo por que en la mayor parte vamos metidos entre pinos por el bosque y parte en la roca. Dicha cresta era uno de los espolones del Gra de Fajol Petit.
Buscando por internet descubro la web de Pako Crestas, el famoso divulgador y montañero amigo de la infancia de Toni Rubinat, que ha editado tantos libros y guías de corredores invernales por el Pirineo Catalán, por ejemplo… y en su amalgama de numerosas reseñas de actividades sale el ascenso por la cresta sureste del Gra de Fajol Petit, y ésta fue definitivamente la que me llamó la atención para seguirla y hacerla. Me iba a ir con Pau para hacer una cresta y le indico ésta que he encontrado. Perfecta. Le parece idónea. Entonces quedamos el pasado 19 de junio para acercarnos a Ulldeter y hacerla. No hará falta material de escalada, pero por si acaso creo que llevamos algún cordino y herramienta. La haríamos a pelo. No es difícil, solo larguilla. Yo iré con casco y el arnés alpino puesto.
Para comenzar la actividad no tenemos que subir o llegar como habitualmente hacíamos, hasta los parkings de Vallter 2.000 o como para llegar al Refugio de Ulldeter; si no que el coche lo dejaríamos en el pequeño parking pegado a la carreterilla, que más bien son huecos en los lados de la misma, antes de llegar la zona de Ulldeter y como si fuéramos al valle de la Coma de l’Orri en busca del Puig de Les Borregues o Pastuira, ya descrito en el relato del mismo nombre… aún tenemos sitio para dejar el coche… y una vez aparcados seguir el recorrido descrito en el mismo nombrado relato del Puig de Les Borregues, siguiendo el destrozado camino, girando a la izquierda, cruzando el Ter… vamos, somo si fuéramos en busca del valle de la Coma de l’Orri.
Pero según la descripción de Pako, enseguida que cruzamos el Río Ter hay que buscar una subida a la derecha ladera arriba entre el bosque, entre los árboles… pero nosotros nos pasamos, seguimos la senda, y cuando queremos darnos cuenta debemos volver para atrás hasta dicho punto. No es un punto determinado. Quizás buscamos un hito, una senda que salga en esa dirección desde la senda principal. Pero no encontramos una verdadera senda o indicios de pisadas, y subimos monte a través ladera arriba entre el bosque. Antes he fotografiado la montaña y la ladera que debemos abordar: por suerte no tiene mucha pérdida, hay solo una dirección y subida correcta. La montaña aparece casi escarpada, con facciones y perfiles verticales, con paredes rocosas y abruptos pasos. Según se observa hay que coger altura por en medio del bosque vertical pero teniendo que ir girando o yéndonos a la izquierda.
Poco más arriba nos topamos con un pedregal o varios pedregales bajo las paredes y verticalidades rocosas. Vamos bien. Una vez pasados dichos pedregales hacia arriba, debemos de desviarnos hacia la izquierda… curiosamente encontramos algunos hitos y una senda bien marcada en el terreno entre los árboles de este bosque vertical. Hemos dejado unas paredes y rocoso barranco a la derecha; y mientras subimos por el bosque vertical dejamos otros pináculos de roca arriba de nosotros también. El avance sigue por un terreno entre rocoso y de tierra, según la parte de bosque (eso antes de encontrar los hitos). El día, como muchos esta primavera-verano, es muy soleado y nada amenazador. Sin saberlo estamos metidos en una tremenda sequía, donde casi todos los días son buenos y no hay tormentas pirenaicas.
Entre el bosque vertical descubrimos unas marcas rojas, desdibujadas, antiguas y redondas, parece que la subida por la cresta sureste del Gra de Fajol Petit está marcada. Nos llevan, algo más hacia la izquierda, bajo una pared con un recorrido factible en el centro que gira en subida hacia la izquierda, buscando un diedro que no llega a ser chimenea arriba de la misma. En este trocito de pared, en el diedro encontraremos los primeros pasos de IIº. Las primeras, entretenidas y fáciles trepadas en la nombrada cresta… aunque aún no tiene pinta de cresta el terreno.
Después de superar el diedro y los pasos en la roca, en la pared, fáciles pero entretenidos, salimos otra vez a la ladera frondosa del bosque vertical. En un momento determinado perdemos las marcas e hitos y Pau gira hacia la izquierda y yo por la derecha, al otro lado de la punta de la cresta. Al final la subida es por donde yo voy, y espero a Pau, gritándonos en la montaña, para seguir juntos por la subida de la derecha. En esta parte hay más roca que tierra, pero siguen los pinos y el bosque vertical, aunque algo más perdido ya que parece que las sendas que seguimos son caminos de cabras que no nos llevan a ninguna parte. La idea es seguir hacia arriba por el lado derecho de la crestecilla en busca de unas paredes o rocas más verticales arriba de nuestras cabezas.
Vuelven a ser pasos de roca de Iº o IIº los que debemos superar para llegar a su parte más alta, en la que la montaña deja de ascender y su inclinación descansa un poco con un promontorio más horizontal, que parece ser un magnífico mirador: es la Creu d’En Barniquel. Ya estamos a unos 2.200 mts., y hemos comenzado a unos 1.590 mts., ya llevamos unos 600 metros de desnivel que se dice pronto por un terreno muy inclinado, rocoso y vertical. Emocionante.
Un pequeño descanso. Admiramos el paisaje: parece que hemos subido mucho, que llevamos mucho tiempo en esta montaña, en esta actividad, pero si miramos hacia lo que nos queda, el resto de la montaña, el resto de la cresta, descubrimos que parece no estamos ni en la mitad. Hacia abajo el valle del Ter, que en este punto se une con el de la Coma de l’Orri, se ve profundo, alejado, verde y precioso. Pero hacia arriba descubrimos el resto de la cresta, pero no toda, la que podemos ver: la primera parte no coge mucha altura, es casi horizontal pero larga, mas afilada, espectacular; después sigue una pared en forma de triángulo, y sobre ella dos promontorios rocosos, como dos cimitas, y tras ella se pierde la pista del seguimiento de la cresta… hasta que descubres la cima del Gra de Fajol Petit allá lejos, a bastante mas distancia de éstos dos promontorios cimeros y rocosos, abordados por sendas paredes casi verticales, rocosas a la izquierda, y por lo que parece una larga ladera pero muy empinada a la derecha… aún nos queda mucho. Pero la actividad está siendo espectacular.
Reemprendemos el ascenso. Ahora, después de la Creu d’En Barniquel sigue un tramo corto de bosque hasta aparecer en el filo de nuevo de una cresta rocosa, que cae hacia el sur vertical, casi desplomada y emocionante. Yo por si acaso he subido con el casco y el arnés alpino puesto, como ya he mencionado antes… nunca se sabe. Es un trozo de cresta horizontal. El recorrido sigue por debajo de ella a la derecha por el bosque vertical, pero Pau quiere seguir por el filo de la cresta. Pasos de IIº, IIº+ y puede que IIIº-. Pau está en su salsa, le encanta esta parte. A mi no me desagrada, me entretiene y me gusta. Salvo cuando me topo con un paso de una enorme roca solitaria en medio de la misma y Pau me dice de cruzarla de una manera que no me sale, y al final lo hago a mi manera, perdiendo el “espíritu del escalador” por unos momentos. No hay que mirar al otro lado de la cresta hacia el sur e izquierda, ya que como he mencionado antes, cae vertical y con desplome. Nos hacemos fotos, el lugar vale mucho la pena.
Pasada la cresta horizontal pero afilada con algunos pasos emocionantes y otro “demasiado emocionante” que seguía a la Creu d’En Barniquel, acabamos delante de otra rocosa cresta que comienza a elevarse como un espolón. De nuevo encontramos hitos y marcas que seguimos por la rocosa cresta. Pau dice de ir por lo más difícil pero yo le digo que mejor no. El paisaje comienza a engrandarse: las perspectivas de la cresta en este punto con el bosque allá abajo y las verticalidades aquí arriba, como si en el borde de un enorme abismo estuviéramos, es increíble, hermoso y espectacular. Intento hacerme fotos en cada rincón de la cresta que valga la pena. Impresionante. El día sigue soleado, el sol con su calor no nos abandonará en toda la actividad.
Después de este paso de trepadas fáciles, llegamos a otro punto donde nos topamos con otra pared o zona de trepadas, con pasos de IIº fáciles. Nos lo encontramos girando algo a la izquierda por debajo de la roca que hace de filo de la cresta. Seguimos hitos y marcas, no tiene pérdida, a parte por que es la zona más factible de la pared. Por estos pasos avanzamos y volvemos a subir al filo de la cresta. Esta vez mucho más fácil, casi que ya deja de ser cresta para convertirse en una fácil loma rocosa algo afiladilla… los pasos con grado ya los hemos dejado atrás. A partir de aquí será caminar y ascender por empinadas laderas entre rocosas, pedregosas y con algo de vegetación rastrera.
Al acabar la parte más difícil nos paramos un momento en el filo de la cresta. Nos hacemos fotos del recorrido realizado (el que queda visible desde la Creu d’En Barniquel) y apreciamos la parte afilada de la cresta horizontal casi escondida con tanto bosque y pinos, pero visible al fin y al cabo. El paisaje y el recorrido por la cresta es fenomenal, vertical. Estamos arriba de uno de los dos promontorios que veíamos desde la Creu d’En Barniquel, pasadas las paredes y trepadas. Mirando hacia lo que nos queda de ascenso, ya vemos claramente la cima del Gra de Fajol Petit… aún queda lejos, eso parece, después de todo el tiempo que llevamos subiendo; pero al final no es tanto.
Con lo que desde aquí hacia adelante solo es caminar, ascender monte a través, montaña arriba. Ya no hay cresta, la loma rocosa cimera se convierte poco más adelante en una ladera empinada y larga, bastante empinada, que con otro tiempo invertido de esfuerzo, nos llevaría hasta la cima del Gra de Fajol Petit. Esta última parte es larguita, pero al tener menos dificultad, se avanza mas rápidamente a pesar de la distancia. Es sencillo: subir monte a través montaña arriba en busca de lo más alto.
Ha hecho algunas pocas paradas para respirar y casi hacer fotos, pero al final llego a los 2.567 mts. de la cima del Gra de Fajol Petit. Son casi 1.000 metros de desnivel desde la salida donde hemos dejado el coche. Excepcional. Ya no hace tanto calor; el airecillo fresco hace que nos pongamos los cortavientos o ropa de más abrigo. Pau se ha retrasado un poco, raro en él, le ha dado un pequeño mareo, esos bajones que ha veces nos dan en la montaña por el esfuerzo o por tener un mal cuerpo ese día. Pero al final se reúne conmigo en la cima. También coincidimos con otro grupo de padres y niños que han subido por lo que parece la ladera noreste (nosotros venimos por la cresta sureste). Ésta es muy empinada pero no tan larga ni tan escarpada, sin ningún grado de dificultad, parece. Llegando a la cima he echado la mirada atrás esperando ver por donde se quedaba Pau, y he observado como se quedaban allá abajo los dos promontorios, cimitas, que quedan arriba de la última pared con trepada y grado. Detrás de ellas ya no se ve nada de cresta o recorrido realizado, ellas las tapan, con lo que nos dice que es una actividad o recorrido largo y esforzado.
Nos hacemos fotos de cumbre, descansamos, bebemos y comemos algo. La actividad ha ido muy bien: un ascenso muy interesante, entretenido y esforzado. Perfecto. Echamos la vista hacia el resto del circo de Ulldeter, el resto de sus montañas, siempre admirando el paisaje de alta montaña hacia el escarpado Gra de Fajol y el alto Bastiments, casi hermanados en una sola imagen. Espectacular.
Pero ya es hora de bajar. Debemos volver al coche y como ya hemos tenido suficiente aventura en el ascenso, decimos bajar por el camino más fácil que podamos encontrar desde la cima del Gra de Fajol Petit hasta el pequeño aparcamiento de la entrada al valle de la Coma de l’Orri… el recorrido de vuelta aun será larguito. No bajamos por la su ladera noreste que es por donde han subido los niños con sus padres, por que puede resultar algo entretenida y a la vez no la conocemos. Prefiero bajar por el camino normal conocido del Pas de l’Isard en busca del Refugio de Ulldeter. Con lo que comenzamos a bajar del pico por el lado opuesto al ascendido, teniendo enfrente la fastuosa imagen del Gra de Fajol. Fácil, hasta llegar al colladito; después es simplemente seguir lo descrito ya en el recorrido por el Circo de Ulldeter, y en Gra de Fajol Petit por el Corredor Oriental (invernal)… pero en lugar de llegar y pasar por la puerta del Refugio de Ulldeter, nos desviamos algo a la derecha en cuando podemos y nos encontramos la pista de esquí, siguiendo la misma (ahora terrosa y pedregosa) hacia la derecha, abajo, hasta su final, sin seguir el G.R. o senderos marcados.
La pista acaba justo en el primer aparcamiento de Vallter 2.000, el mas bajo, el de caravanas creo… donde comienzan las eses de la carreterilla, los zigzags, para subir a la estación de esquí. Y a partir de aquí intentamos seguir algún camino de herradura, al que poco después se unen las marcas del G.R. valle abajo. No hay pérdida. Hay que ir paralelos al Río Ter pero por el margen izquierdo del mismo, como si fuéramos por debajo de la carreterilla asfaltada, la cual queda algo más arriba de la ladera en la que nos encontramos.
Esta parte del recorrido también se hizo larga, más que nada por que es larguita la ruta, la vuelta al coche, y por que el camino de herradura en algunas de sus partes estaba como destrozado, lleno de piedras y desfigurado, en otras estaba bien. Pero al menos teníamos el rumor y los rincones que forma el agua cristalina, fresca y ruidosa del Río Ter en su bajada, a parte de que nadie pasaba por este lugar, por estos caminos y sendas. No hay pérdida. Mientras bajaba y caminaba por este lugar y bajo un sol interminable, observaba la orilla contraria, la vertiente contraria del rio, del valle, intentando descubrir los perfiles de la cresta sureste del Gra de Fajol Petit, ya ascendida; ver hasta que punto era escarpada y desde que lugares se podría apreciar su voluptuosidad. Mientras admiraba este bosque pirenaico lleno de salud, vida y verdes rincones.
Después de un tiempo algo largo, llegamos a las proximidades del parking donde dejamos el coche, donde giramos a la izquierda para cruzar el río Ter y adentrarnos en la empinada ladera en busca de la cresta sureste del Gra de Fajol Petit. Y aquí ya, con otro color, con otra luz, vuelvo a fotografiar de nuevo el perfil de la montaña ascendida, como para que se me quede grabada en la memoria la actividad, la experiencia, el perfil de lo ascendido y por donde hemos subido. Realmente tiene un aspecto atrayente, desafiante, entre su bosque vertical, paredes y cortados rocosos. Precioso. Esto lo convierte en una actividad merecedora de repetirla y disfrutarla.
Y así acabamos este interesante recorrido, ascenso al Gra de Fajol Petit por su cresta sureste. Con esos pasos fáciles de trepada que le dan un toque de belleza, de emoción; pero es un recorrido larguito aunque no una cresta pura mantenida y seguida, con lo que por ello está al alcance de muchos montañeros y excursionistas. Espectacular… espero nos sirva para la larga cresta o espolón rocoso a superar en nuestra esperada visita a los Alpes Suizos, en el Aletschhorn.